Capitulo 33
--Los murmullos iban en aumento, no escuchaba bien parecían de indicación y dirigidos hacia su persona y algo sobre la desfachatez y la sinverguensura de Aicos
--¿Cómo se atreve Aicos a traer a Altea sabiendo que todavía esta en proceso su juicio?, y que descarada ella al venir acompañando a un espectro, se dejaban escuchar los murmullos a medida que avanzaba por el salón
--¿Quién diablos era Altea? ¿ y porque tendrían que estarla insultando?, mejor dijo para si misma así podía tener la escusa perfecta para salir lo antes posible del santuario.
--Estaba muy metida en sus cavilaciones sobre los murmullos cuando una voz conocida le saco de sus pensamientos, allí ocho personas mas adelante estaba su administrador
--El caballero de bronce Jabu de unicornio se complace en presentar sus respetos a la diosa Atenea y a su futuro esposo Poseidón y entrega este humilde regalo como muestra de su regocijo por la unión de ambos santuarios.
--¡No podía creerlo!, ¡simplemente no podía!, ¡era Juan su administrador, y las sorpresas seguían, quien le siguió era Benjamín su jefe de ventas comerciales, que era nada menos que Ban caballero de bronce del león menor ¿Qué mas podría sucederle?, cada vez estaba mas nerviosa ¿y si metía la pata?
--Lo harás bien, no te preocupes—le hablaba al oído otra voz muy conocida por ella
--¿Shura?—se atrevió a murmurar muy bajo—así es preciosa, no te preocupes, estaré cerca para que te sientas mejor,
--me llamo Malgranda Kuniklo le susurro muy bajo—esta bien entiendo, después me explicas todo ¿de acuerdo?—si después hablamos a solas y gracias caballero de capricornio
--cuando fue su turno camino hasta encontrarse enfrente de la diosa Atenea y del dios Poseidón, se arrodillo frente a ellos y puso su regalo en frente de ella deslizándolo hacia adelante como muestra de respeto
--El caballero femenino de plata Malgranda Kuniklo de la constelación de la Liebre se complace en presentar sus respetos a la diosa Atenea y a su futuro esposo Poseidón y entrega este humilde regalo como muestra de su regocijo por la unión de ambos santuarios
--Saori tubo que contener su sorpresa, allí delante de ella y del patriarca se encontraba una amazona diciendo que era el caballero de plata de la liebre, y la peor parte, vestía la armadura, ¿seria acaso que Pairos había muerto y la armadura pudo haber convocado a otro caballero?, por su parte Julián estaba algo confundido, pero allí frente a ellos estaba una amazona vistiendo la armadura de plata.
--Tal como había dicho Daimon los únicos sorprendidos fueron su diosa y el patriarca, para los demás excepto Shura, Malgranda Kuniklo era la amazona de plata de la liebre, quizás por el constante contacto con su bufanda y por ende con su cosmos, tal vez era casi imposible engañar a la cabra.
--Terminada la ceremonia de entrega de presentes, se procedió a dar inicio a la ceremonia de enlace que seria presidida por el gran dios Zeus, padre de la novia y hermano del novio, Kuniclo se sentó en la ultima fila, pero por algún motivo se sentía acosada, tanto que ni atención le ponía a los ricos arreglos del recinto y lo ostentoso que lucia el santuario desde su entrada hasta el altar donde se estaba realizando el enlace matrimonial, los ricos ropajes de Atenea y Poseidón y lo exótico de algunas de las flores que adornaban el recinto, Shura a sus espaldas, Death Masck a su derecha y Radamantys a su izquierda, todo el tiempo que duro la ceremonia fue una verdadera tortura, sentía que ya la habían descubierto y que todos los ojos estaban encima de ella.
--Paranoias suyas, los únicos ojos que la miraban expectantes eran los del patriarca, Saori no podía desconcentrarse en su propia boda, Shura tenia una idea muy clara de quien era, pero por nada del mundo pondría en peligro a esa persona, --el cangrejo y el juez estaban a su lado por instinto, algo en ella les era familiar y no podían dejar de sentirse atraídos hacia su persona, termino la ceremonia de enlace y poco después los presentes fueron invitados a pasar al salón principal para dar inicio a la celebración, ya en el mismo Kuniclo fue pronto el centro de atención de los caballeros de plata y alguno que otro caballero de oro y algunos invitados de otras ordenes, aumentando así su nerviosismo.
--Así que….. ¿Tu eres el caballero de la liebre?—decía con cierto tono de burla Mistic de lagarto, y no era para menos si parecía conejita de play boy con mascara, porque la condenada armadura tenia su tiara con unas orejas largas y el cinturón estaba adornado por una afelpada borla que hacia de colita de conejo, ¡con razón ningún hombre quería portar semejante armadura!
--Así es soy yo,-- iba a continuar hablando cuando fue jalada delicadamente del brazo—disculpen caballeros la tomare prestada un momento, sonriendo conciliadoramente Isaac de Craqueen, guiándola hasta un grupo de cinco hombres mas o menos
--Servido Kanon aquí esta la pequeña—gracias Isaac
Pamela (ósea Pairos) estaba muda, en ese pequeño grupo se encantaban Milo de escorpión, Saga y Kanon de géminis, Dhoko de libra y por supuesto Shura de capricornio, sumándose al llegar Isaac, Radamantys, y los gemelos de Hasgar,
--Dinos Kuniklo ¿Dónde te has metido todos esos años? pregunto curioso Milo,--bueno….yo…yo he estado viajando por el mundo—fue su escueta respuesta, se sentía sumamente incomoda y rogaba porque pasara algo que la sacara de esa situación—entonces debes de ser una persona bastante ilustrada con respecto a las rutas de los mochileros—dijo con cierta impaciencia Kanon—podría decirse que si, pero es muy molesto tener que cubrir tu rostro, por lo menos cuando viajo no tengo que ocultarme bajo una mascara--Y como si el cielo hubiera escuchado sus ruegos.
--¿Papá?, pipi tuve un mal sueño --se acercaba al grupo la pequeña hija de Saga
--princesa ¿Qué haces aquí? Todavía no termina la hora de tu siesta—me sentía sola
--por alguna razón le resultaba muy familiar a la liebre y esto no paso desapercibido por la niña que fijo su atención en ella--¿Quién eres tú?
--soy un caballero de plata ¿y tu pequeña?—me llamo Dainac y mi papá es Saga— apuntando con el dedo al caballero de géminis y como por arte de magia los demás dejaron de importar iniciando así entre las dos una conversación divertida y amena, Dainac no tardo mucho en acaparar a la amazona y rogarle a su padre dejarla que la llevara a su casa, el gemelo mayor difícilmente le negaba algo a su hija y algo renuente acepto, y esa fue la escusa perfecta para salir del salón, pronto también abandonaría el santuario por segunda vez.
--¿así que tu eres Dainac?—diciéndolo mas para ella que para la niña—si soy yo
--¿conoces a Raimond, Fernando y Dante?
--al pronunciar esos nombres los ojos de la pequeña se iluminaron— ¡Sí! Y también conozco a los dos Sam y a Kardia y Daniel y los tres hermanos mas pequeños—dijo toda emocionada
--hicieron una pequeña parada en Capricornio, ya estaba Shura esperando a la castaña, cruzaron unas cuantas palabras y esta siguió su camino rumbo a géminis y la cabra regreso a la reunión contento por haber concertado una cita con ella lejos de miradas y oídos curiosos, solo que por venir tan entretenida con la pequeña no se percato que una sombra la seguía, dando cuenta de la cita entre la liebre y la cabra, no hizo por seguirla, se escondió lo mejor que pudo detrás de una columna mientras Shura regresaba al salón, de todos modos ya sabia donde se encontraría la castaña dentro de tres días.
--bueno pequeña ¿podrías guardarme un secreto?—poniéndola delicadamente en el suelo pues ya habían llegado a géminis—si, si puedo guardar secretos
--yo soy la mamá de esos revoltosos y como sabían que iba a venir al santuario y probablemente me encontraría contigo mandaron esto mis hijos—sacando de entre su armadura un rollo como una especie de papiro—dijeron que tu sabrías que era—poniéndose de rodillas a la altura de la infante
--gracias, muchas gracias—avanzándose para depositar un beso en su mejilla cubierta por la mascara—bueno te dejo para que averigües que es lo que te han mandado—dirigiéndose rumbo a Tauro-- ¿no va a volver a la fiesta?—no hermosa lo que tenia que hacer ya lo hice además debo volver para ver a mis pequeños—¿podría esperarme un momento?—la liebre solo asiente con la cabeza y espera a que la pequeña regresara con otro pergamino similar al que le entrego
--¡toma, ellos también sabrán que hacer con el!, gracias muchas gracias—de nada
--dejo a la niña en su casa y aprovecho para salir lo mas rápido posible del santuario sin verse apresurada, intuía que Shion ya había empezado a moverse para retenerla y aclarar quien en verdad era ella, acababa de salir de los dominios del santuario cuando el carnero mayor apenas estaba dando la orden de no dejar salir a la liebre, lastima era la segunda vez que salía del santuario, tenia la impresión de que si volvía jamás podría abandonarlo de nuevo.