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GRECIA VS ROMA por desire nemesis

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Notas del capitulo:

Se me ha ocurrido una idea. No sabía bien como seguir esta historia. Gracias Yanina por tu apoyo. Fue una cachetada de aire fresco que necesitaba. XD. Confieso que me inspire en parte en “Gladiador” la película. El como lo verán mas adelante.

 

 

Aclaraciones:

 

Centurión- manda a cien soldados.

 

Decurión- manda a diez soldados.

 

Ácato “el león de Leoponto”- nombre de Joey. Es una ironía. Si le sacan el tilde es acato, obedezco, lo que menos tiene que ver con su temple. Pero por otro lado habla de que es el uke en esta relación.

 

 

Marco Julio Plineas- nombre de Seto. Unión del nombre de Marco Antonio y Julio César. Me pareció lo más adecuado para el porte principesco de Kaiba.

 

 

Desgraciadamente a uno de los senadores, Tulio Aurelio le pasó algo parecido. Al oír al galante príncipe hablar de tan apasionado modo su sangre hirvió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La princesa fue separada de su hermano que la miro irse con suma preocupación. Él en cambio fue llevado a un patio por dos soldados. El castaño centurión les salió al paso.

 

¿Qué piensan hacer con el prisionero?—preguntó el centurión.

 

Tenemos órdenes—respondió el soldado de la derecha.

 

¿Cuáles?—preguntó incólume el ojoazulado.

 

Llevarlo al mercado de esclavos—anunció el de la izquierda. Ácato se atemorizó.

 

Eso no pueden hacerlo—hablo el castaño con autoridad. –El  es mío. Es parte de mi botín—añadió.

 

El príncipe se quedó seco. ¿Qué decía ese romano? ¿Suyo? Eso no era posible. Pero parte de él se alegro de ser liberado de ser vendido en el mercado de esclavos quien sabe a que psicópata.

 

Lo sentimos pero nadie nos ha dicho nada y hasta que nuestro Decurión nos diga algo distinto es lo que haremos—dijo el soldado de la derecho.

 

¡Llamad a vuestro Decurión y decidle que el Centurión Marco Julio Plineas le demanda que venga!—dijo el mencionado y después de unos momentos de deliberación uno de los soldados fue por su Decurión mientras el otro se quedaba agarrando al prisionero que se quedo admirado de la forma en que el Centurión se manejaba. Cualquiera hubiese dicho que se trataba de un príncipe  y no de un simple Centurión romano.

 

El Decurión acudió presuroso y el rubio como el castaño era tratado con suma deferencia por el otro. Platicaron distanciados de los soldados y del griego y de vez en cuando el de ojos azules miraba a la alteza con sus ojos profundos y enigmáticos.

 

Al terminar la conversación el joven Decurión se acercó a sus soldados y les ordenó--¡Dénselo al Centurión Marco Julio! ¡El prisionero es suyo!—

 

El rubio se sintió como un objeto llevado de un lado a otro sin importar su voluntad. Pero sobretodo se sentía raramente aliviado. Quién sabe por qué confiaba que estando con el romano no estaba en tan malas manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La casa del romano, como le llamaba Ácato, era una hermosa hacienda junto al mar llena de árboles frutales y vides. Era completamente blanca, llena de doseles y telas de ese color y de azul.

 

Una mujer alta y garbosa se presentó ante ellos y les saludó. El príncipe pensó que la mujer del otro era bastante mayor que este, aunque era muy hermosa.

 

¡Bienvenidos! ¿Quién es el que os acompaña querido sobrino?—preguntó ella dando a conocer así su parentesco con el ojos azules.

 

Es mi nuevo esclavo—respondió el pasando del ojos mieles y yendo a dar un cariñoso beso a su tía.

Yo no soy vuestro esclavo—repuso Ácato algo molesto.

 

El Centurión sonrió mientras su tía miraba al nuevo sirviente con su ceño fruncido.

 

¿Y donde está?—preguntó de pronto algo ansioso el romano.

 

Su tía le respondió con una sonrisa—Está cabalgando por los campos. Tened en cuenta que no sabíamos de vuestra llegada--.

 

El príncipe se pregunto de quien estaban hablando pero no tuvo que preguntárselo por mucho tiempo ya que junto a él cual una ráfaga pasó un moreno bajo que saltó hacia el castaño. Este lo recibió con los brazos abiertos y una cándida sonrisa en los labios.

 

¡Hermano!—gritó el joven unos diez años menor que el ojos azules. –No pensé que vinierais tan pronto. Me alegra tanto que la campaña haya sido corta—agregó.

 

El griego sintió muy raro al ver en esa pose tan informal, rodeado de familia y con una sonrisa en el rostro al feroz Centurión.

Notas finales:

ESPERO CON ANSIAS SABER SI LES GUSTA

DEJEN REVS ONEGAI

Y MATA NE

^^


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