Naruto acercó su cara hasta su oído para darle una respuesta—Si—simplemente susurró el rubio en una acción que hizo que un temblor recorriera al otro.
Estaba recién despertado después de recordar lo sucedido con el rubio decidió irle a ver. Se encontraba en otro dormitorio por lo que se dio cuenta y buscó la habitación por la casa que ya creía conocer un poco.
Vio la puerta algo abierta y se acercó. Inmediatamente supo que el otro se encontraba con alguien en la habitación pues oía las voces de dos personas.
Mi relación con Kaiba siempre ha sido mala. Es un estúpido engreído. Se cree mucho porque le han dicho que es un genio—dijo Wheeler y el que lo escuchaba tras la puerta se enfado con él.
¡Y no lo es!—dijo el ojos violetas que estaba con el ojos mieles. Zero había ido a verlo para saber como estaba después del incidente con el castaño pues habían pasado varias horas desde que había encontrado semejante espectáculo.
No me malentiendas. El tipo es inteligente. Nadie amasa una fortuna por sí solo, ni se convierte en uno de los empresarios mas exitosos de Japón siendo un bobo, además creo que en el fondo es una buena persona, pero es un egocéntrico y tiene un carácter del demonio. Es por eso que siempre nos terminamos peleando—dijo Joey. Seto no podía estar en desacuerdo del todo. No estaba sorprendido porque el otro hablara bien de él porque el idiota siempre había sido así. Sabía que en el fondo creía en él. Su hermano le hablo de una vez en que le defendió mientras Shröeder aseguraba que Seto le había robado sus ideas.
Si. Me recuerdan mucho a Kuran y a mí—dijo el peliplateado.
La diferencia es que parece que ese desgraciado me gusta y yo a él. Es solo que…--dijo en contestación el rubio.
El es el único que logra sacarte de quicio—le terminó la frase el de ojos amatistas. Kaiba se sorprendió pues era lo mismo que le pasaba a él pero recién se ponía a pensar que eso podía significar algo más.
El ojos mieles le miro directamente a la cara y el otro sonrió.
Algo me dice que tu relación con Kuran y la mía con Kaiba se parecen más de lo que yo creía—dijo sorprendido Wheeler.
Puede ser—dijo el hosco Kiryu.
¿Qué vamos a hacer?—dijo Joseph. Al ver que el otro no contestaba le miro y como sabía que nada iba a decir, tal vez ya había hablado demasiado según su forma de ser, añadió—Nuestro problema son los castaños--.
El otro lo miro sorprendido. Estaban acodados frente a la ventana en que Joey había estado mirando el jardín cuando el otro había llegado pues ya era de mañana.
Kuran estará aquí de nuevo hoy. ¿No? ¡Es eso lo que te preocupa!—afirmó mas que preguntar el ojos mieles entendiendo de pronto porque el otro estaba tan charlador. –Tu situación es peor porque él es un sangre pura y tu un E—de pronto suspiró—Debemos sacarnos a esos tipos de la cabeza—añadió casi exasperado el rubio. Tenían demasiadas preocupaciones como para tener líos de pantalones.
Miro a su amigo esperando una señal de afirmación aunque sea en el rostro del otro y lo que encontró fue la intensa mirada de esos ojos violáceos y una solución inesperada.
Sus caras se acercaron despacio mientras sus ojos bajaban a sus bocas que se semi abrían ante la intención de besar al otro y fue así como tal contacto llegó y los brazos del rubio llegaron a rodear el cuello del otro mientras el peliplateado se ceñía a su cintura.
El contacto fue primero exploratorio para después volverse mas intenso. Las manos comenzaron a fregar tanto la nuca como la espalda del otro y los labios abrieron de par en par la entrada para las hambrientas lenguas.
Fuera de la habitación Seto se sentía intrigado pues los otros habían dejado de hablar de golpe. Pensó que tal vez con esos sentidos súper desarrollados que tienen los vampiros lo habían detectado. Pero al ver que no salían y que la puerta seguía de la misma manera se animó a acercarse y fisgonear. Lo que vio lo dejó de piedra. Zero y Joey se besaban como si se les fuera la vida en ello y pudo ver como el rubio le trataba de abrir la camisa al otro. Eso lo decidió a actuar.
¡Veo que eres muy solicitado! ¡No te hacía un tipo tan fácil! ¡Hace unas horas te revolcabas conmigo y ahora estas a punto de revolcarte con él que según sé es algo así como tu hermano!—gritó Kaiba. En realidad estaba algo decepcionado del otro. No lo hacía tan fácil de seducir.
Los dos se separaron sorprendidos e incómodos y el rubio frunció el ceño ante lo que el otro dijera.
¡Pero no lo es! ¡Además a ti no te incumbe lo que yo haga!—dijo empujando al otro a través del umbral de la puerta y cerrándola para dejar apoyadas las manos en esta con una mezcla de frustración y tristeza.
¡Hiciste bien! ¡Pero a lo mejor deberíamos explicar…!—dijo el peliplateado algo preocupado de que el otro propagara lo que vio.
¡Ya lo quiero fuera de esta casa! ¡No veo la hora de que se vaya, de que llames ese taxi y que se lo lleve de aquí antes de que cause mas daño!—dijo el ojos mieles pensando también en eso y en que era la mejor manera de arrancárselo de su lado y tal vez de la piel.
¡Si es lo que quieres…!—dijo el de ojos amatistas y el otro asintió sin dejar de darle la espalda. En silencio aun le abrió la puerta y el peliplateado vio al castaño frente suyo. A unos pasos de la puerta con cara de molesto.
Salió de la habitación para decirle que arreglaría lo de su ida.
Entonces una voz dijo— ¡Parece que han olvidado mi visita!—Con asombro Zero volteó para ver a su pesadilla con su cohorte llegar.
Y entonces pasó lo que él y Joey temían.
Debe ser que cuando él y Wheeler se están revolcando se les olvida todo—dijo el furioso Kaiba.
Naruto venía desde el otro lado del pasillo y se quedo en el lugar al oír tal afirmación.
A Kuran se le secó la garganta y de inmediato comenzaron a refulgir sus ojos rojos como las brasas incandescentes de un fuego que estaba lejos de estar inextinto.
Zero se paso la mano por la cabellera con un deje de desesperación y dentro de la habitación el rubio pego con la frente en la puerta y la dejo allí. Venían problemas. Lo sabía. Tenía sus cansados ojos cerrados esperando que todo fuera un mal sueño y que desapareciera ni bien los abriera.
Pero sabía que no era así al abrirlos de nuevo. Sabía que estos estaban esperando aún detrás de la puerta.
¿Puedes dejar de ser un cabrón de mierda y dejar de crear problemas? ¿O es mucho pedir?—le gritó el ojos mieles al ojos azules enfurecido.
¡Lo haría pero tu me trajiste aquí sospecho para revolcarme contigo al igual que ese mequetrefe y también para transformarme en vampiro como ese papanatas!—dijo el castaño enfurecido señalando a Kiryu.
¡Tú no sabes nada! ¡Los niveles E como yo no podemos transformar a gente en vampiros! ¡Solo los sangre puras pueden!—le grito Wheeler aunque sus palabras no refutaban la primera afirmación.
Al oír la mención a los sangre puras Seto volteo a ver a Kaname y lo que vio le hizo sonar sus alarmas mentales. Estaba parado allí, rodeado de su cohorte aunque parecía algo muy diferente a ellos. Parecía un demonio entre simples mortales bien trajeados. Los vampiros a su alrededor podían sentir la peligrosa fuerza que emanaba de Kaname y permanecían petrificados tratando de no atraer su ira contra ellos.
¡Quiero hablar con Kiryu a solas!—ordenó el rey de los vampiros.
¡Perdón Kaname sama pero sería mejor…!--dijo Takuma pero no siguió porque el rostro de su rey se volteó hacia él con sus ojos encendidos.
¡He dado una orden!—ladró con voz muy potente Kuran.
Aidou tomo la mano que tenía más cercana de Ichijou y tiro de él para llamarlo al orden. De repente temía por la integridad del otro ya que Kaname furioso podía convertirse en una pesadilla para su secretario. El ojiverde deslizo su mano de entre las de Hanabusa. Todo el acto no paso desapercibido para los demás integrantes de la cohorte excepto para el de ojos borgoña que tenía otras cosas en las que pensar.
¡Oye viejo!—dijo Naruto—Tu no eres quien para venir aquí a…--
Joseph intervino para evitar una hecatombe. Se acercó al oído del otro mientras posaba una mano en su pecho para decirle—Recuerda lo que le hizo al tipo que nos ataco allá afuera. Déjalo hablar con Zero tranquilo o esto se va a convertir en una batalla campal y hay inocentes cerca—luego miro a Seto que los miraba ceñudo pues no le había gustado ese acto tan íntimo con el otro a tan poco de haberlo encontrado besándose con el peliplateado.
A Sasuke, que llegaba acompañado de Alexa que habían oído los gritos desde abajo una vez que Kaname, sus acompañantes y Vladimir subieran para hablar con Joseph, tampoco le gusto ese contacto pero no sabía explicarse que sentía.