Joseph intervino para evitar una hecatombe. Se acercó al oído del otro mientras posaba una mano en su pecho para decirle—Recuerda lo que le hizo al tipo que nos ataco allá afuera. Déjalo hablar con Zero tranquilo o esto se va a convertir en una batalla campal y hay inocentes cerca—luego miro a Seto que los miraba ceñudo pues no le había gustado ese acto tan íntimo con el otro a tan poco de haberlo encontrado besándose con el peliplateado.
A Sasuke, que llegaba acompañado de Alexa que habían oído los gritos desde abajo una vez que Kaname, sus acompañantes y Vladimir subieran para hablar con Joseph, tampoco le gusto ese contacto pero no sabía explicarse que sentía.
Zero entro primero como la vez anterior pero al voltear el otro no se le abalanzó como en esa ocasión. Kaname solo lo miraba ceñudo desde la puerta.
¿Y bien? ¿Qué querías hablar conmigo? Pensé que querías hablar con Joey—dijo el de ojos violetas fingiendo inocencia.
El otro solo lo miraba en silencio lo que preocupó a Kiryu que después de un momento dijo—Entonces si no vas a hablar mejor me voy—y trató de hacerlo pero al pasar junto al sangre pura este lo tomó por el brazo. Zero lo miro y el castaño le devolvió la mirada mientras soltaba su brazo.
Dije que debía ser informado de toda cosa que ocurriera aquí—dijo el de ojos borgoña.
Y yo… Tú y yo no debemos hablar de estas cosas. Es mejor que lo hables con Wheeler. Voy a…--le contestó el peliblanco. Parecía incomodo y nervioso de hablar con él y Kaname supo porqué. El tenía hasta cierto punto la misma sensación pero luego lo que escuchara en el pasillo se hizo presente y sus ojos cobraron el brillo de brazas encendidas.
¡No! ¡Tu no te vas de aquí sin explicarme por que Kaiba dice que tu y Wheeler son amantes!—exclamó el castaño.
¡No tengo porque darte parte de mi vida privada! ¡Si eso fuera cierto nada tiene que ver con la guerra o los problemas que ustedes, los cazadores y nosotros podríamos tener! ¿O acaso piensas que por un beso tienes alguna especie de exclusividad sobre mí?—lo último el de pelo albo lo dijo con sorna, no se espero lo que causaría con sus palabras.
La idea de que Kiryu se revolcara con alguien se le hizo enormemente molesta a Kuran que miro furioso al otro. Las encendidas brazas en milisegundos estuvieron frente a sus violáceas pupilas.
Mas vale que me respondas—dijo la voz amenazante del sangre pura.
Zero abrió su boca para responder pero de sus labios no escapó ningún sonido. Estaba como paralizado y ni el mismo entendía porque. Se enfureció y frunció el ceño.
Iba a contestarle con un insulto. Kaname lo sabía pero a él se le antojaba hacer algo distinto con esa boca y como atraído por un potente imán, estampó sus labios contra los del peliplateado que nuevamente quedó conmocionado pero después de un segundo lo empujó para separarse del otro.
Estaba jadeando por la falta de aliento y sus ojos violetas reflejaban molestia y estaban abiertos a más no poder--¿Por qué hiciste eso? De… de nuevo—preguntó perplejo.
Porque te molesta—dijo el castaño con una sonrisa con un gran deje de soberbia. Había encontrado una forma de contestar sin ponerse en evidencia.
Kiryu se limpio la boca con la manga de su casaca y le dijo con mirada furiosa--¡No lo vuelvas a hacer o no contaras la historia! ¡Seas quien seas!—El castaño lo miro medio sonriente mientras pasaba a su lado rumbo a la puerta. Eso le dio bronca al de ojos amatistas que afirmó--¡Además no besas mejor!—
La sangre hirvió en el cuerpo de Kaname que preguntó después de empujar al otro contra la pared con toda la fuerza de un ser de su calibre— ¿Mejor que quién?—El arma apoyada en su frente no inquietaba para nada al sangre pura.
Mas vale que retrocedas o…--amenazó el cazador sangre pura.
¿O que? ¿Vas a matarme por… celarte?—preguntó de pronto con los ojos entrecerrados el castaño.
LA NOCHE ANTERIOR
Eran las 21:30 según el reloj de Hanabusa y aún sus nervios le jugaban una mala pasada. A las 22 Takuma iría a su cuarto para definir lo de ambos y la angustia del ojos azules iba en aumento.
En verdad no sabía si quedarse o irse pero su corazón el instaba a esperar y que todo llegaría a buen término. En la cena ninguno de los dos se había hablado y esperaba con ahínco el saber si el otro lo iría a ver o si por el contrario se había retractado.
Golpearon a su puerta y el corazón del rubio se aceleró mientras miraba su reloj pulsera. 21:50. Tal vez el impulsivo Ichijou se había adelantado unos minutos víctima de la ansiedad que al mismo Aidou le invadía igualmente.
Respiró hondo y camino sin prisa hacia la puerta tratando de calmarse.
Abrió.
Sus ojos azules se tornaron curiosos y algo pasmados al ver los ojos marrones que le devolvían la mirada.
Necesito tu ayuda urgente—le dijo Yuki, parecía muy estresada.
Yo, eto…--dijo el “Idol”, no sabía como negarse a la hermana de su líder sin sentirse que le negaba algo al propio Kaname. De seguro el otro se enojaría si se enteraba que le había negado algo a Yuki se enfadaría como esas veces que le causaban pavor. Además Kuran era para él algo más que solo su jefe. –Esta bien, iré pero nada más que un minuto. Tengo algo que hacer—le respondió.
Yuki lo miro intrigada. --¿Esperabas a alguien mas, cierto?—preguntó la joven con media sonrisa. --¿Quién es? ¿Ruka?—añadió Kuran muy feliz de ser su cómplice.
Las mejillas del joven modelo se ruborizaron y sus ojos se agrandaron por el estupor. Yuki pensó que porque lo había adivinado y sonrió zorrunamente mientras el joven se preguntaba como podía ser tan obvio y como rayos había llegado la castaña llegar a tal conclusión. Claro que pensándolo bien, en el grupo solo había cuatro mujeres Rima, Seiren, Ruka y Yuki. A Rima se la asociaba más con Akatsuki. Seiren era un ser casi andrógeno.
De pronto se dio cuenta. Si seguían así y Takuma llegaba era probable que la castaña sacara otras conclusiones.
¡Vamos Yuki!—dijo el rubio para alejarla del lugar, la tomo de la mano y se la llevo.
Takuma llego frente a la puerta de Hanabusa un momento después e inspiro hondo para calmar sus palpitaciones. Levantó lentamente su mano y tras un momento de indecisión golpeó esperando un “¡Entra!” o un “¡Ya voy!” pero nada se oyó tras la puerta cerrada. Después de unos segundos volvió a golpear y nuevamente nada se oyó.
Sintió que un puño dentro suyo apretujaba fuertemente entre sus dedos el corazón que momentos antes latía desbocadamente por la expectación. Ahora se sentía derrotado, humillado, abandonado.
Inspiro profundamente de nuevo, mirando la madera de la puerta como si fuera un muro inexpugnable que le separaba para siempre de su felicidad, para fortalecerse ante tal situación. Era un Ichijou y no debía dejarse caer por tal cosa. Takuma se volteó y volvió a su dormitorio.
Aidou volvió quince minutos después. Estaba disgustado con Yuki, que solo quería que le enfriara un postre que había preparado para su hermano. Tardó 10 minutos en convencerlo y bajarle la indignación, haciéndole ojitos y pidiéndole por favor. Y el tardó dos minutos en congelar el postre para angustia de la muchacha.
Al llegar frente a su puerta miro el pasillo con pesar. Sabía que lo que había ocurrido ese día era algo inexorable. Había perdido a Takuma. Quizás para siempre.