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Celeste y naranja por Yoshita
Notas del capitulo:Hola a todos! Esperoles haya gustado el anterior del circo y espero también no me maten por no haber puesto un lemmon, no se me dan muy bien (a excepción de Playlist) pero espero que sus mentes pervertidas hayan hecho de las suyas.
Aquí el penúltimo drabble y creo me demoraré con el último porque aun estoy ponderando como escribirlo, mas sin embargo la idea está clara.
Espero les guste este drabble.
Estábamos en la sala, los dos solos en la casa y estábamos aburridos. No sabíamos que hacer y estaba cansado, acababa de llegar de entrenamiento de fútbol y no iba a dejar que Grimmjow me tentara para tener sexo. Sentados en el sillón de la sala, mirábamos distraídos el televisor encendido y oíamos a medias las noticias.
-Ichi...
-¡No!
-¡No sabes siquiera que te voy a decir!
-¡Sexo!
-¡No! ¿Tan poquito crees en mi?
-¿Te digo la verdad o seguimos siendo pareja?
-¡Ichigo!
Nos quedamos callados. No nos dirigíamos la palabra ni la mirada. Grimmjow rompió el silencio.
-Voy arriba por una baraja de cartas, ¿me acompañas?- no había perversión en su voz así que decidí darle el beneficio de la duda.
-Voy contigo.
Nos levantamos y caminamos simultáneamente a las escaleras. Comencé a subir el Grimmjow también. No cabíamos en la escalera los dos, uno al lado del otro, pero tampoco íbamos a cedernos el paso.
-Déjame subir primero- forcejeé contra su cuerpo enorme.
-No... Yo primero...
-¡Ni lo sueñes! Soy el dueño de la casa.
-Y yo el dueño del dueño de la casa, así que mueve tu delicioso trasero fuera de mi camino.
-¿Crees que me puedes hablar así en MI casa porque no está mi familia?
-No lo creo, lo hago. Hazte a un lado.
-No.
Íbamos a la mitad de las escaleras. ¿Cómo? No lo sé, pero de alguna manera habíamos logrado llegar hasta allí. Pero sólo hasta ahí.
-Me lastimas Grimmjow- le dije mientras él agarraba mis brazos e intentaba apartarme.
-Pues muévete si no quieres que te duela mas.
-¡Eres el peor novio que alguien pueda tener! ¡No sé cómo estoy contigo!
-¡Yo tampoco sé por qué ando con un hombre tan afeminado como tu!
-¡Ichigo no es fresa!
-¡Eres un delicadito! ¡No aguantas ni una práctica de fútbol!
-¿¡Pues de quién crees que fue la culpa de que anoche no durmiera y me levantara con dolor en las caderas?!
-¡Anoche no parecías molesto ante mi proposición y mis acciones!
Él me empujaba con el hombro y yo hacía lo mismo. Entre el forcejeo me resbalé y, antes de caer rodando por las escaleras, tomé a Grimmjow de la camisa y lo traje escaleras abajo conmigo. Dimos vueltas y nos pegamos entre nosotros, y con el suelo y con la pared y con todo lo que teníamos a nuestro alrededor.
-Dolió...- dije mientras intentaba sobar mi cabeza, pero mis brazos estaban aprisionados entre el cuerpo de Grimm y el mío- Grimm, quítate de encima.
-Vaya- me dijo mirando mi cara y estudiando la situación- esto me trae deliciosos recuerdos.
-No te atr...- me besó insistente y juguetón, podía sentirlo sonreír mientras se divertía con mi lengua. Sus escurridizas manos se movían en mis muslos, de arriba a abajo y su cadera marcaba un vaivén en mi entrepierna, juntándola con la suya. Aquí viene otra vez. Se despegó de mis labios y me sonrió con picardía.
-¿Lo ves? Estás deseándome.
¿Por qué negarle la verdad? Aun con un simple beso, esos actos despreocupados activaban mi lado Grimmjow, es decir, mi perversión y excitación. Me miró aun sonriente, esperando mi respuesta. Por un lado, mi orgullo y estado físico me lo impedían, ya le había dicho que no y aceptarlo haría que se burlara de mi, pero por otro lado, ciertas sensaciones y partes de mi cuerpo deseaban y pedían a gritos la atención de Grimmjow.
¿Qué debería hacer? Lo deseaba, claramente, pero...
"¿Por qué buscas excusas, Ichigo?" Joder, y tenía que aparecer esa voz, esa pervertida voz mental que me decía que me entregara a Grimmjow. "Hazlo, sabes que lo deseas". Hichigo, la había llamado yo porque, después de todo era yo, pero le había agrgado la "H" de "hambre", por el doble sentido de la palabra. Pero ahora el dilema es: ¿acepto la proposición de Grimmjow o me enojo y me lo quito de encima? Aunque, pensándolo bien, no importa lo que elija, el resultado será el mismo: SEXO, no hay mas. "A la mierda con el orgullo", pensamos al tiempo.
Abracé el fuerte cuello y bajé su cabeza para tener aquellos rudos y dulces labios a mi alcance, juntándolos con los míos. Subí un poco mi pierna derecha sobre la suya izquierda y pegué mi cuerpo mas al suyo. Lo oí reír ante la satisfacción de haber ganado.
-Estamos solos, Ichi- me dijo mientras, por encima de mi camisa, lamía mi pecho- estamos solos- repitió- ¿hay algún lugar donde quieras cumplir una fantasía sexual?
-¿¡De dónde salió esa pregunta?!
-De mi boca, es obvio. Entonces, ¿la cocina? ¿La sala? ¿El consultorio de tu padre.
-¿¡Qué?!
-¿El patio trasero? ¿El cuarto de tus hermanas?
-¿¡El qué?!
-¿El cuarto de tu padre? ¿El baño? ¿La entrada? ¿El pasillo? ¿El est...?
-¿¡Podrías dejar de nombrar los lugares de mi casa?!
-Pues responde.
-Elige tu.
-Es tu turno.
Suspiré y lo pensé. Repasé los lugares que me había sugerido y descubrí que uno me había llamado la atención. "Pervertido", me dijo Hichigo y pude intuir que, si existiera en carne y hueso, estaría sonriendo con la misma sonrisa pervertida y sucia de Grimmjow, pero he de admitir que aquel lugar me daba curiosidad y había ocupado el lugar de la respuesta a la pregunta de Grimmjow. Pero no me atrevía a contestarle, era muy depravado.
-¿Y? ¿Ya elegiste dónde?
-Si...
-¿Entonces?
-Pues en el...
-No te oigo.
Me acerqué a su oído y susurré aquel lugar que había capturado mi atención.
-Vaya, vaya- me dijo mientras yo, rojo como el pelo de Renji, ocultaba mi mirada de la suya.
-Es curiosidad.
-Curiosidad morbosa- me alzó sobre su hombro y caminó a la puerta blanca, la cual abrió y se adentró en el consultorio de la clínica Kurosaki.
Notas finales:Espero lo hayan disfrutado.
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