Estaba mirando a la persona que había golpeado a la puerta.
Ichijou lo miraba a él con la misma intensidad.
Necesitamos hablar—dijo el de ojos verdes mientras entraba en la estancia de Joey.
¿Traes algún recado de tu amo?—preguntó algo enojado Joseph. En verdad hubiese querido que su hermana se hallara tras la puerta.
Los ojos esmeralda se clavaron en los suyos de nuevo. Esta vez algo sorprendidos y curiosos. –No. Tenía algo que pedirte pero creo que no es el momento—contestó el secretario de Kuran mientras una persona los escuchaba oculta y muy interesada.
¡Espera!—le dijo el dueño de casa de pronto algo arrepentido. –Siéntate y hablemos—añadió.
Solo quiero decirte que tu conexión con Kaiba es algo muy peligroso como habrás visto y el es una de las personas más importantes en este país así que si no te molesta te quería sugerir que te alejes de él—dijo el joven ojos verdes.
El ojos mieles le respondió muy serio—El ya no esta en esta casa. Deberías saberlo—
Hablo de que pongas tierra de por medio entre ambos pues todo esto puede salirse de control en cualquier momento—aclaró Takuma.
Los dos se miraron por unos segundos mientras Zero consideraba si intervenir o no pues en verdad no era su cuestión.
Y también sería bueno por Kiryu Zero—añadió el secretario para sorpresa de sus dos oyentes. Zero puso mas atención a lo que decían pues después de todo parecía que si era su cuestión.
¿De que hablas?—preguntó Joey.
Todos sabemos lo tirante de la relación entre Zero y Kaname. Esto no nos ayudará a mantener nuestra alianza—dijo el secretario.
Joseph no quería dar su brazo a torcer pero era cierto. La rivalidad entre el peliplateado y el rey de los vampiros era muy conocida y más que evidente. Todo eso de la cuestión de la tregua entre vampiros, niveles E y cazadores era muy frágil y no debían tomarlo a la ligera.
Zero miraba a través de la ventana que tenía en frente. Era cierto. Sentía que iba a perder la cabeza cada vez que lo tenía en frente. Debía ser lo mejor.
Takuma dio una excusa y se marcho. El rubio nivel E aun meditaba cuando el de ojos amatistas salio de su escondite y le dijo—Ichijou tiene razón Joey. Lo mejor es que ambos nos apartemos de aquí—
Estuviste escuchando—reclamó el ojos mieles.
Eso no importa ahora Joey—contestó el peliplateado.
Yo decidiré si importa o no—dijo Wheeler.
Creo que esto del liderazgo se te subió a la cabeza—dijo el ojos amatistas al rubio.
Tal vez pero yo soy el líder. ¿No?—preguntó el joven heredero de los Wheeler.
Kiryu lo miro y sonrió antes de decir—Que te creas un líder no significa que lo seas. Un líder es a quien los demás siguen. ¿Quién te sigue a ti?—su sangre rebelde hervía.
Nosotros—contesto Alexa desde la puerta y ambos se voltearon hacia ella.
El peliplateado se alejó unos pasos de su amigo y le dijo—Entonces suerte con lo que vayan a hacer—y se fue sin mirar atrás.
¡Espera!—gritó de pronto acobardado el joven Wheeler y camino tras el pero no pudo alcanzarlo pues su primo le agarro de la manga y le dijo--¡Déjalo ir! Es mejor así. El solo nos traerá problemas—
El joven rubio de ojos mieles miró a sus dos primos. Primero a su primo y luego a Alexa para después preguntarle--¿Tu también lo crees?—
Lo que yo creo es que el necesita tiempo para pensar. El es Kiryu Zero, no te preocupes por él. Estará bien—respondió la pelinegra mirando la puerta por la que el peliplateado se había ido.
¿Lo hiciste?—pregunto el que estaba sentado a la mesa.
Era lo que querías. ¿No?—respondió de mal humor el de verdes ojos.
Los ojos del otro se volvieron brasas encendidas— ¡Ten cuidado de cómo me hablas!—exclamó. Las brasas se enfriaron lentamente y luego preguntó--¿Cómo reaccionó?—
Mejor de lo que esperaba. Antes de que me alejara mucho de esa casa Kiryu ya se había marchado solo—
El otro cuyo rostro se escondía en las sombras pero que el cual Takuma conocía muy bien, sonrió. Su plan estaba saliendo a la perfección.
Sé que no lo entiendes Ihijou, pero es la única solución viable a nuestros problemas y tu lo sabes. Lo que pasa es que no puedes aceptarlo por tu naturaleza, pero ya pasará… y me lo agradecerás—dijo la voz que se ocultaba en las sombras.
Takuma en realidad no sabia que pensar de si mismo.
Los ojos tan rojos como los suyos lo miraban intensamente, directamente, taladrándolo, escrutándolo tan profundamente que el Uchiha se inquieto.
El rubio se relamió los labios para después sonreír sádicamente. –Tu sangre es muy dulce. Quiero bebérmela toda—dijo.
Esto es de lo que hablaba Zero. Naruto no te preocupes que te ayudaremos—dijo Sakura a un lado del pelinegro mientras los demás se iban.
El jinchuriki la miro ladeando la cabeza y dijo--¿Quién te pidió que intervinieras frentona?—
La shinobi se escandalizó por la forma en que la llamó y su entrecejo se frunció casi hasta desaparecer la piel entre ambos ojos.
¿COMO ME LLAMASTE NARUTO? ¡Voy a matarte!—aseguro la pelirrosada con voz de ultratumba.
Los ojos de Sasuke seguían fijos en el rubio. Como si fueran de metal y el otro un gigantesco imán que los atraía. Cuando el otro lo miro de nuevo y se dio cuenta de lo que estaba haciendo sacudió su cabeza en señal de querer despejarla mientras el vampiro sonreía.
¿Qué te hace tan feliz idiota? ¡Voy a despellejarte!—de dijo Haruno a Uzumaki.
¡Sakura sal de aquí!—ordenó el pelinegro.
Pero…--dijo ella sorprendida.
Esto es entre Naruto y yo—aclaró el joven Uchiha.
¡Eso es Sasuke!—le dijo con voz casi melosa el joven de las marcas en las mejillas. –Esto se pondrá bueno—aseguró después.
Dos días antes.
Ya estaba deshecho por dentro. Sentía la necesidad de verle y aunque sabía que no lo haría la pequeña llama que su corazón albergaba le estaba hiriendo, impulsando a un intento in fortuito de conseguir algo que no conseguiría.
Kaname tenía razón. Cualquier medida que el tomara para verlo pondría en riesgo al rubio.
Es eso lo que estaba pensando mientras subía las escaleras que llevaban a su habitación y recorría el pasillo de la señorial casa. Cuando abrió la puerta y vio al otro parado allí casi le da un infarto si es que los vampiros pueden llegar a tener tal condición.
Ta…--solo eso dijo antes de que su boca fuera cubierta y su cuerpo halado dentro. Con prontitud el otro cerró la puerta y le dijo muy despacio pero con urgencia desde muy cerca--¡Shh! No deben saber que estoy aquí—luego saco su mano de sobre la sutil boca del Hanabusa para después preguntar--¿Cómo has estado?—se refería a su herida y ambos lo sabían.
Bien… estoy…estoy mejor—dijo antes de seguir sus impulsos y besar esos labios que le atraían como el azúcar a las hormigas.
No… yo lo… lo olvide—trato de separarse el ojos azules.
El otro le retuvo junto a sí—Veo que Kuran también te dio una charla—
Sabes que es cierto lo que argumenta—dijo el vampiro de hielo.
Lo sé pero eso no hace que quiera estar alejado de ti—exclamó el joven espadachín.
Los zafiros se prendaron de las esmeraldas en medio de la oscura habitación y después se apagaron cuando sus dueños los cerraron para experimentar la intensa sensación de un beso apasionado y esperado por mucho tiempo.
Quiero estar contigo—dijo entre jadeos el joven habitante de la casa.
Pero creí…--dijo Takuma entre beso y beso mientras el otro le empujaba hacia la cama.
Todo fue una confusión. Yuki me pidió que le ayudara con algo y me atrasé. Yo quería estar ahí—explicó el joven de mirada azul.
Ichijou, que para entonces estaba sentado en la cama con Hanabusa reclinado casi sobre él, tomo su cara entre las manos y le obligó a mirarlo directamente a los ojos. --¿Es en serio?—preguntó y Hanabusa sin quitarle sus ojos de encima asintió lentamente.
Los labios de Takuma volaron raudos hasta la boca de Aidou para devorarlos apasionadamente mientras el de ojos azules apoyaba su cuerpo sobre el y ponía una de sus piernas arrodillada a un lado de la cintura del otro mientras con el otro pie se impulso para empujar a Takuma y así ambos terminaron sobre el terso edredón.
Las manos de Ichijou fueron a la cintura del otro y separaron la camisa del pantalón para frotar la espalda con fruición. Mientras las lenguas exploraban las bocas, sedientas de contacto las manos de Hanabusa fueron a su propio pantalón para abrirlo y bajarlo en inequívoca señal de entrega. Al percibir tal acto el joven de ojos verdes tomo por los hombros al otro y lo obligo a girar con el para ponerse encima.
Con sus propias manos se quito bóxers y pantalón sin dejar de besar al de ojos azules que se abrazaba a su cuello.
Sabían que si alguien les descubría sería el fin de Takuma y del honor de Hanabusa pero no les importaba. Querían estar con el otro. No importaba el costo. Mientras la sangre hervía en sus venas, los besos se volvían más demandantes, Ichijou intento colocar tres dedos en su boca pero Aidou los interceptó con sus manos y los obligo a penetrar su boca que los recibió golosamente sin dejar de ver los ojos verdes en ningún momento.
Eso aumento el deseo que habitaba en Takuma que de inmediato saco sus dedos de la boca del otro para colocar la suya encima y entrar con su lengua mientras uno de sus dedos se dedicaba a la deliciosa tarea de penetrar en el recinto del ojos azules.
El gemido que salio del otro y que penetro en su boca con toda el ansia y el placer con que había sido exhalado provocó que la locura del de ojos esmeralda despertara. Se sentía en el paraíso al igual que su acompañante que recibía las embestidas del dedo de su pareja arqueando su espalda y gimiendo de tal forma que todo se estaba saliendo de control.
Un segundo dedo entro en la cavidad mientras la pasión iba en aumento y cuando las bocas se abandonaron en busca del necesario aire el tercero comenzó a hurgar con sus compañeros. La boca de Ichijou empezó a acariciar el cuello de Hanabusa de tal manera que la simple danza de ese ósculo malvado provocaba orgasmos en el cuerpo desfalleciente del noble.
Luego éste vio como el ojos verdes se separaba de su cuello y ponía su cara a milímetros de la propia y abría la boca para después besarlo con toda la energía de que era capaz mientras retiraba sus dedos del interior de Aidou que se removió molesto un momento pues al siguiente los dígitos fueron sustituidos por el duro pene de Takuma que con una lentitud que hacia agonizar al otro empezó a penetrarlo de tal forma que hizo que el de ojos zafiro ya no pudiera mas y en vez de quedarse quieto removiera sus caderas para obtener mas contacto.
Justo cuando las pulsaciones estaban a mil al noble se le ocurrió decir—Te amo—
Hubiera sido sencillo para cualquier otro y Hanabusa nunca hubiera esperado decírselo a quien se lo estaba diciendo pero estaba hecho. Es una de esas cosas que la pasión te obliga a decir en los momentos culminantes de una relación y que si tuvieras la oportunidad de pensártelo dos veces tal vez no dirías pero es que en esos momentos todas las barreras que te ayudan a no comprometerte y a no decir tonterías bajan y quedas tan vulnerable que te vuelves cristalino y sincero.
Eso le paso a Hanabusa que al momento se arrepintió de haberlo dicho porque sabía que en su mundo esas palabras no tenían vuelta atrás.
Las esmeraldas encendidas de pasión le miraron atentamente y luego los labios de este se acercaron muy lentamente a los del compungido noble.
Yo también te amo—pronunciaron los labios del secretario antes de sellar los del otro y venirse en su interior provocando que el orgasmo también alcanzara a Aidou que se vino entre ambos.