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SOMBRAS DEL PASADO por desire nemesis

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Kaien se interpuso entre ambos. --¿Te atreves a amenazar a Hio Hime?—preguntó mientras desenvainaba su legendaria espada, devuelta por uno de sus hijos postizos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kaname se sacó al maldito rubio de encima. Aún con todo su poder era muy difícil quitarse a Naruto de encima. Era rápido y ágil. Innovador en su estrategia y ataques. O sea un enemigo de cuidado.

 

Buscando con los ojos a su enemigo logró divisar a Zero. Luego divisó al que estaba frente a Kiryu, era sin duda Seto Kaiba. ¿Qué hacía el aquí? Miró como se le acercaba el peliplateado y supuso como terminarían.

 

No era su asunto pero en realidad si lo era. Al no ver a Naruto decidió intervenir y caminó hacia ellos cayendo en la trampa puesta por el astuto jinchuriki que de inmediato salió del suelo y tomó por sorpresa a Kuran. Su mano armada de un kunai explosivo iba directo hacia el corazón del sangre pura pero fue detenido por Yuki que con su bastón entró en acción golpeando al joven rubio.

 

Gracias Yuki—moduló el castaño pero es mejor que no intervengas.

 

No trates de mantenerme a salvo, nii-chan. Sabes muy bien que hoy no será posible—dijo la aguerrida chiquilina y el ojos borgoña sonrió por las palabras, muy propias de Yuki.

 

Yo me encargaré de él. Tu mejor cuida que tu amigo Zero no haga algo irreparable—le dijo el mayor.

 

¿Zero?—preguntó ella confundida mirando hacia atrás. El le señaló el lugar por el que el joven andaba y luego con una mano haló de ella evitando que Uzumaki le hiciera daño lo que molestó de sobremanera al rey de los vampiros.

 

Yuki asintió y fue tras Zero. Kuran miró fijo a su oponente. –Es hora  de poner esto en orden—dijo levantando su mano derecha y sus ojos se volvieron dos relámpagos rojos mientras algo atenazaba el cuello de Naruto. Este empezó a boquear y después de un momento cerró sus ojos quedando inerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba disfrutando un encuentro por primera vez en mucho tiempo. Su enemigo era letal y astuto como a él le gustaba. Además era muy fuerte, cosa que no había esperado debido a su estilizada figura pero había olvidado que se trataba de un vampiro. Además era incomparablemente más experimentado que Uchiha, ya que Kaien Cross era un hombre que como humano había sido el terror de la especie a la que ahora pertenecía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yuki se interpuso entre Seto y Zero. Las brasas encendidas la miraron relamiéndose. La posición del peliplateado no era erguida sino más bien que estaba encorvado y era porque estaba presto para saltar sobre ella, lo cual hizo.

 

Seto en un instinto inusual para él, agarró a la castaña y la puso tras suyo. Recibiendo de lleno el golpe del vampiro que lo llevó varios metros hacia atrás. Dio contra una de las paredes y cayó a los pies de cierto rubio de ojos mieles que lo observó con rojiza mirada por un momento.

 

 

 

 

 

 

 

Kaname llegó justo cuando su hermana se volteaba y era golpeada por Kiryu en la cara. Luego la agarró de la garganta y la elevó sobre sí.

 

Pronto sintió una opresión en el pecho y se vio obligado a soltar a su presa mientras sentía como su corazón era estrujado. Reconoció el poder de Kuran. Miró a un lado y lo vio mientras retrocedía con una mueca de dolor.

 

Hiciste lo equivocado, Kiryu—dijo el joven rey para mirar después detenidamente al otro. Ya no tenía cura, podía verse por la actitud de irreconocimiento y por su babeante boca. Se había deslizado a lo más bajo que un nivel  E podía alcanzar. Sabía lo que tenía que hacer pero extrañamente algo se lo impedía mientras el corazón de Kiryu se liberaba.

 

Zero reaccionó como Hio había pensado y se fue directo al cuello del otro. Un segundo antes el castaño se percató y pudo haberse resistido pero algo en él decidió no hacerlo. Sabía inconscientemente que como antes, solo su sangre podía aliviar la sed de Zero y devolverle la cordura.

 

Tenía su cabeza a milímetros de su cuello cuando decidió que tener a Kiryu de su parte en esa contienda era lo mejor. Gracias a su sangre se liberaría del control de su enemiga.

 

¡No, Zero!—gritó Yuki al tiempo que le asestaba un golpe en la espalda que lo derribaba tanto a él como al castaño.

 

Pudo sentir su cuerpo caer, podía haber detenido todo pero algo en el contacto con el cuerpo del otro lo perturbó nuevamente. Su olor llegó hasta sus fosas nasales y su calor inundó su piel. Cuanto se cayó y sintió el peso del otro casi un gemido escapó de sus labios. Sólo su autocontrol evitó que eso sucediera.

 

Zero cerró los ojos. Pero no por eso se durmió. La atracción por eso cuello era más fuerte que cualquier cosa que pasara a su alrededor e hincó con fuerza sus colmillos en la aterciopelada piel bajo su oreja.

 

Kaname mordió sus propios labios gracias a ese dulce contacto y sin poder evitarlo hizo lo propio después con el cuello del ojos amatista. Luego abrió los ojos y se autorecriminó por lo sucedido para después empujar al joven Kiryu que lo miró con una mirada perdida al principio para después cobrar la compostura.

 

¡Nii-san! ¿Estas bien?—preguntó la joven Kuran llegando al lado de Kaname y mirando hacia su antiguo compañero mientras escudaba con su cuerpo a su hermano.

 

Si—le tranquilizó el rey.

 

¿Y tu Zero?—preguntó curiosa a la vez que alerta.

 

El peliplateado se miraba las manos y volvió la vista hacia ella. Eran dos orbes violetas. Miró en derredor el caos que estaba ocurriendo y recordó que estaba siendo usado por Shizuka Hio. Entrecerró los ojos y la buscó con la mirada para después encontrarla e ir tras ella. Hio observaba la pelea entre su aguerrido guardaespaldas y el pelinegro. Perfecto. Con toda su atención desviada tenía una oportunidad.

 

El castaño captó su mirada mientras el otro se dirigía en pos de la pelinegra y dijo a su hermana—Tranquila. Él esta bien. ¡Quédate aquí! Él y yo tenemos asuntos que resolver con Hio—

 

Pero hermano—trató de retrucar ella.

 

¡Quédate aquí! Te lo ordeno. Como tu hermano y como tu rey—dijo éste.

 

Ella compungida asintió. –Si, nii san—respondió y se sintió más aliviada al ver la sonrisa que le dirigió él.

 

¡Quédate tranquila Yuki! Ambos volveremos con bien—le dijo él antes de marcharse siguiendo los pasos del ojiamatista.

 

 

 

 

Lo hiciste bien. ¿No, chico?—se burló una voz por demás conocida.

 

Naruto abrió los ojos y vio la más oscura de las noches. Estaba recostado en el suelo y el agua le llegaba hasta las orejas. Sabía que era  ese lugar y se preguntó que hacía allí.

 

Ese idiota al que llaman rey te dio una buena paliza, niño—le dijo la voz.

 

¡Oh, cállate, bicho asqueroso!—gritó Uzumaki saliéndose por fin de sus casillas. Ya tenía demasiados problemas sin necesidad de que ese bicho lo anduviese molestando.

 

Recordó como segundos antes se había estado ahogando gracias al poder de ese tipejo. Por un momento creyó que lo mataría. Si no hubiera perdido la conciencia tal vez lo hubiera hecho.

 

Eso lo enfureció. ¿Cómo se atrevía ese idiota?

 

Momento. ¿No eras tu el que se quería morir hace unas horas?—preguntó el despiadado Kurama.

 

El rubio lo miro ceñudo mientras en su interior pensaba que era cierto. Pero tenía cierta inquietud. No sabía porque pero necesitaba volver.

 

Debe ser que tu amorcito anda cerca—dijo el bicho de chacra. El otro lo miro con cara de no saber de que estaba hablando. –No te hagas, chico que sabes perfectamente de quien hablo. “Tu sangre es muy dulce. Quiero bebérmela toda”—parafraseó molesto el Kyubi. –No olvides que estoy dentro tuyo y sé todo lo que haces, dices, piensas o sientes. Los humanos son asquerosos—añadió. Como el  otro seguía sin entender ya  que no recordaba lo sucedido con Sasuke antes de terminar la pelea el Kyubi se vio obligado a decírselo –El Uchiha—

 

Naruto abrió los ojos con estupor. ¿Qué haría Sasuke allí? Debía averiguarlo. Debía ir. Debía…

 

¡Ya detente! ¡Me das asco!—gritó la bestia de chacra. –Si vas a ir, vete y no pienses más en tus estúpidos sentimientos por ese chico que me dan ganas de vomitar—agregó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No clasificaba como una amenaza a Hio Hime por lo que lo miró unos segundos sin estar muy seguro de que hacer con él.

 

Seto se arrodilló dolorido y despacio comenzó a levantarse cuando percibió que alguien lo observaba y miro hacia de donde provenía esa sensación para encontrarse con los ojos rojos del perro.

 

¡Rayos! ¿Siempre debían encontrarse así? El rubio caminó hacia él y el retrocedió, alerta, hasta que su espalda adolorida chocó nuevamente con la pared. El otro quedó con su cara a milímetros de la suya y parecía escrutarlo. Luego comenzó a olfatear, como quien descubre un olor que le es familiar e intenta recordar de donde.

 

Siempre con tus manías de perro. No cambias en tu condición. Joey lo miró a los ojos para después mirar hacia su cuello.

 

¡Oh, no! ¡Eso no otra vez!—dijo con tono tajante el castaño e intentó hacerlo retroceder pero el otro era más fuerte y se quedó impertérrito para mirarlo luego con intensidad y abrir la boca para lucir sus colmillos.

 

Kaiba no sabía que hacer. Iba a suceder de nuevo. El cálido aliento del otro estaba a milímetros de su cuello cuando sintió como el otro salía volando.

 

Yuki se paró ante él. – ¿Esta bien, Kaiba sama?—preguntó la joven preocupada.

 

De pronto fue arrojada por el ojos mieles con brutal fuerza. Este mostró sus colmillos en dirección a ella demostrando su enojo.

Notas finales:

GRACIAS X ESPERAR

SI PUEDEN DEJEN REVS

ONEGAI SHIMASU


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