Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Disculpen.... Quien es quien? por Yoshita

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Mis mas sinceras disculpas por no haber actualizado, estaba sin inspiración, de viaje, antes de eso en exámenes finales y con un problema amoroso bastante grande. De verdad lo lamento muchisimo. 

Bueno, disfruten. 

Renji POV  

 

-Rukia...- le dije, no creía lo que nos había dado, era nuestra luna de miel.   

-Es para ambos Renji, espero les guste- añadió Ichigo.   

-Y los quiero fuera ya!- Rukia nos empujó fuera de la casa- adiós! Nosotros seguiremos celebrando.   

Ya fuera nos miramos.   

-Y ahora que?- le pregunté.   

-Nos vamos Renji, es obvio- tomó mi mano y cargamos las maletas caminando a la Senkaimon.   

-Supongo que llegaremos donde Urahara por los gigai.   

-No quiero ver a ese hombre- retumbó su voz en el camino oscuro.   

-Pero es la única opción que tenemos, si no no nos verán.   

-Mejor, así nadie nos molestará.   

-Y como nos registramos en el hotel? Se quedó callado.   

-Touchè Renji- tomó mi mano- no podemos hacerlo fuera de un hotel.   

-Qu-qu-qu-que?! Ha-ha-hacer que co-co-cosa?!- espero que no esté pensando en ESO apenas en nuestra primera noche de bodas.   

-Sexo, Renji- lo dijo como si nada- que mas querías?  

-Co-co-como puedes pensar algo así?!  

-Es lo que se hace en la primera noche de bodas.   

-Y ahora eres un experto?  

-Claro, ya estuve casado- me miró sonriente pero sin perversión en la mirada, solo felicidad de estar recién casado- mira, llegamos.    Salimos del senkaimon y, afortunadamente, llegamos a la habitación de Ichigo, donde nos esperaban nuestros gigai, que, luego de acomodarnos en ellos, salimos a la sala donde nos esperaban Ichigo, Grimmjow y Rukia.   

-Los llevaremos al aeropuerto.   

-Al que?!- que carajos es un aeropuerto?  

-Toma Renji- Rukia me alcanzó una revista cuyo título era "Express Airlines, la mejor elección para sus viajes". Vale, ya he captado la idea.  

-Yo manejo!- gritó Grimmjow.   

-Ni loco! La vez pasada casi me matas! Suerte que solo íbamos los dos...- Ichigo gritó de vuelta.   

-Y casi que no te callas, me tocó bes...  

-Calla! A nadie le importa- estaba rojo, pero terriblemente rojo! Me pregunto que se traen esos dos.   

-Te gustó, no lo niegues- Grimmjow le hablaba a Ichigo con tal perversión que podría tirárselo en ese mismo momento en el sofá.   

-No es cierto! Rukia! Nos vamos...- y, mientras salía por la puerta principal, mascullaba cosas inentendibles.  

-Idiota.   

-Grimm, que pasó?- Rukia estaba algo furiosa y celosa.   

-Lo besé porque era la única manera de que se quedara callado.   

-Idiota!- le golpeó con un zapato. Volteé a ver a Byakuya y, afortunadamente, estaba distraído con la revista.   

-Ya, lo siento, pero tu novio es un delicadito... Una fresa, es como una mujer, sabes? Ichigo es tan uke que su noviazgo es casi yuri. 

Nos quedamos pasmados. Los tres. Bya se había dado cuenta de lo que decía Grimmjow, pero no decía nada. Rukia estaba enojada, pero enojada es enojada, estaba furiosa, iracunda... Lo va a matar, yo solo digo.   

-Grimmjow...- Ichigo entraba por la puerta del mismo humor de Rukia, entre los dos lo iban a matar. Y nosotros íbamos a perder el avión.   

-Por qué no te muereeeeeeees?!- la parejita se lanzó encima del indecente de cabellos azules. Se formó una pelea, física y verbal.   

-De nuevo ellos?- la voz de Ishida me sorprendió.   

-No aprenden...- Ulquiorra añadió.   

-Los llevaremos nosotros- nos dijeron y ayudaron a montar el equipaje a un... Un coso grande y rojo con ruedas, creo que le llaman carro. Ishida se subió en uno de los puestos de adelante y Ulquiorra en el otro, nosotros dos nos fuimos atrás. Cuando nos íbamos alejando, pude divisar a Grimmjow, a Rukia y a Ichigo gritarnos desde la entrada de la casa. Trío de idiotas.   

-Oye, Ulquiorra- comencé- no te da rabia o celos lo que hizo Grimmjow?  

-Debería? Es un idiota- replicó restándole importancia pero en su voz se notaba la ira.   

-Está bien...- zanjé el tema y vi por la ventana el paisaje nocturno.   

Llevábamos casi 1 hora en el auto y me estaba impacientando.   

-Ya llegamos?- pregunté.  

-No te hagas el tonto, Abarai, y no desesperes, hay que ir hasta Tokyo para llegar al aeropuerto de Narita, en Karakura no hay- repuso Ishida sin apartar la vista de la vía.   

-Tokyo? Y a cuanto estamos?  

-Ni idea.   

-Que qué?! Quieres decir que nos metiste en un sarcófago con ruedas por un espacio de tiempo indefinido para llevarnos a un lugar donde otro ataúd, pero con alas, nos va a elevar?! Me estas jodiendo! No voy a aguantar tanto encerrado! Además de que este silencio es desesperante e incómodo! Es que ni música podías poner?! Es que...- no terminé la frase. Con una mirada de Ishida y otra de Ulquiorra, Bya cogió mi cara y me besó intensamente. Se demoró bastante en mis labios y solo se separaba un poco para poder respirar.   

-Aleluya.  

-Gracias al cielo- Ulquiorra disfrutó del silencio al fin, después de que Byakuya me dejara callado con un beso- se calló al fin el mono parlante.   

-Mono?!- y otra vez me besó.   

-Voy a poner música, para que no desesperes- Ishida dio "reproducir" al radio que tenía en frente y comenzó a sonar la canción mas... Rara que haya oído. Eran mujeres cantando pero... Puso pausa y buscó señal de radio, sin lograr encontrar una, así que dejó la extraña canción. Se repitió una y otra y otra vez porque era la única que estaba grabada. El silencio era sepulcral mientras la canción alegre se filtraba por los oídos de todos. Podía ver sus caras de desespero, incluso yo, era horrible, detestable... Era muy... Muy... Muy gay! Esa es la palabra. Pero no había mas. Llegamos al aeropuerto y descargamos las maletas, cabe decir que me aprendí la canción, para mi desgracia, y me sorprendí cantándola.   

-If you wanna be my lover...

-Renji...  

-Que?  

-No cantes eso.   

Estábamos en la fila de una recepción esperando yo no se que. La chica del mostrador chequeaba unas cosas y sonreía al cliente para despacharlo. Llegó nuestro turno.   

-Buenas noches caballeros- nos saludó- me permiten sus pasajes?  

-Claro- Byakuya fue rápido y entregó lo que Rukia nos había dado.   

-Señores Kuchiki- dijo para mi sorpresa... Un momento... Kuchiki?!?!- todo en orden, sigan por allí- nos señaló un amplio pasillo que tenía un arco rectangular al final, era gris y chillaba cuando alguien pasaba. Seguimos lo dicho por la señorita y caminamos hacia ese coso raro.   

-Retiren todo lo que tengan de metal y deposítenlo aquí- nos dio dos tazas de plástico y, raudamente, mandé mi mano a la parte izquierda de mi cadera, esperando quitarme a Zabimaru, una acción muy estúpida de mi parte.   

-Esperando retirar tu Zanpakuto?- me preguntó Byakuya divertido.   

-Ja ja, muy gracioso- le miré y hablé con ironía.

Me quité la correa y las cadenas que Grimmjow e Ichigo me habían regalado. Revisé que no tuviera mas y pase. La cosa no sonó. Cuando Byakuya pasó si sonó. El guardia lo dejó pasar.   

-Alce los brazos por favor- le pidió y él obedeció.

Comenzó a tocarle de manera insinuante todo el cuerpo. Abrí mis ojos. Como se atrevía?! Byakuya estaba pasmado. Retiré al hombre de mi esposo y lo encaré.   

-Que cree que está haciendo?!- grité enfadado, nadie lo toca.   

-Requisando, es obvio- se asustó un poco pero me respondió. Entendí entonces y me sonrojé bruscamente. El oficial acabó de "manosearlo" y Bya se puso a mi lado.

Maldición.   

-Celoso Renji?- susurró a mi oído, finalizando con una pequeña mordida.   

-Eh... No... Yo... Lo que... Es... So tell me what you want, what you really really want...  

-Renji, cállate por amor al cielo, esa canción es desesperante- agarró sus cosas y siguió a un enorme, ENORME, recibidor.   

-Los señores Kuchiki- lo oí presentar mientras corría acomodando mis cosas y cargando las maletas.   

-Por aquí- nos indicó una joven chica y nos guió a un salón un poco mas reducido, sin embargo el lujo era enorme. En la puerta se rezaba "VIP".   

-Bya, que significa eso?  

-No lo se Renji...- lo pensó un momento- deben ser las iniciales de algo. 

Iniciales? Veamos... Vive, imagina, paga? No, es muy... Raro. Eh... Vuestros ideales posibles? Carajos es eso? Ven e intégrate pasajero? Eh?! No tiene sentido alguno. Y... Y si es solo una onomatopeya? Un timbre, tal vez? Tiene sentido. 

-Que tanto piensas?  

-El significado de esas siglas.   

-Deja de darle vueltas al asunto y camina, vamos a abordar.   

-A qué?  

-A subir al sarcófago con alas- me dijo y tomó mi mano para guiarme a la salida. Una escalera que llevaba a una cabina enorme y blanca nos esperaba fuera, las luces eran intensas.   

Era una cosa rara... Y yo definitivamente NO iba a subir en eso, por lo menos no en mi sano juicio.   

-Esto... Bya... Yo... YO NO ME VOY A SUBIR EN ESA COSA!  

-Lo vas a hacer, quieras o no. 

 

Byakuya POV    

 

 

Empujar a Renji era tedioso, mucho mas si se sostenía de una de las sillas de la sala de espera. En su cara se notaba el miedo y un grupo de chicas se burlaban de él. Joder Renji, te estás dejando en ridículo.   

-Avanza Renji, camina- le pedí amablemente, pero a punto de llegar a mi límite de paciencia.   

-NO, NO, NO, YO AHÍ NO ME SUBO NI EN...- el golpe fue algo duro... Tal vez me pasé un poco... Sólo tal vez...  

-Ne-necesita ayuda señor?- me preguntó una ayudante algo nerviosa mientras se acercaba con una silla con ruedas... Tal vez una silla de ruedas.   

-No, está bien- lo alcé y lo eché sobre mi hombro- está bien, ya podemos abordar- le di los papeles largos que me había dado Rukia para que nos dejaran entrar.   

-Bien... Por aquí- me señaló un largo pasillo por el cual seguimos, o bueno, seguí con Renji sobre mi hombro.

Tal vez debí intentar el golpe antes... Sólo tal vez. El avión, como decía en la revista, era enorme por dentro, nuestra ubicación era en el fondo, por eso ingresamos primero, era en una sala aparte del resto, tras una cortina roja estaban nuestros lugares: dos sillas amplias, cada una con una pantalla en frente. Dejé a Renji en el puesto de la ventana y le amarré a esta con un cinturón de seguridad. Por si algo sucede. Me acomodé en mi silla y miré por la ventana, estaba todo oscuro.   

-Por favor, manténganse en sus lugares hasta que la señal indique lo contrario- dijo una voz femenina por un altoparlante- si necesita algo oprima el botón encima suyo. Ahora procederemos a las indicaciones de seguridad...- no las escuché, no me importaban, si algo pasaba bastaba con salir de este cuerpo y ya, aunque eso asustaría a la gente... Tal vez.

En este momento era mas divertido ver a Renji dormir... Aunque eso es sólo un decir, esta, mas bien, inconsciente... Por mi culpa. No me arrepiento de nada.  Acaricié su suave mejilla y luego sus labios. Eran tan suaves... Tan perfectos.. Tan tentadores. Pero es un miedoso. Va a ser difícil convencerlo de hacer algo, aparte de que le va a doler la cabeza del golpe. Aparté los mechones rojos que caían sobre su rostro y los dejé con cuidado detrás de su oreja y en su trenza.   

-Vamos a despegar.   

Una presión hacia atrás se sintió dentro de la cabina y tomé la mano de Renji, feliz de estar con él. El artefacto alzó vuelo y caí dormido, presa del cansancio de todo lo sucedido los últimos días.     

 

Las flores de cerezo caían con delicadeza sobre el fino prado, al tiempo que la lluvia acariciaba mi rostro. El viento silbaba a mi oído y yo lo escuchaba con cuidado y atención. Mi mente se hallaba en calma, una calma imperturbable, de esas donde puedes escuchar tus propios pensamientos hacer eco en el espacio. Me acosté bajo el gran árbol, pasando de lado el piano negro de cola. Cerré los ojos y me dediqué a escuchar los sonidos de la naturaleza: pájaros, lluvia, viento, hojas, gritos... Gritos?!  

-No! Déjenme, bastardos! Suéltenme! No! 

Pero qué...?  

-No, no! Paren esto! No!

Apreté los ojos para poder quedarme dormido lo mas pronto posible y no oír esas quejas.   

-Yo no... Bájenme de aquí!  

Me fui despertando poco a poco, observé que afuera estaba amaneciendo y, mirando a los lados, busqué al culpable de arruinar mi sueño. Y lo encontré, debí suponerlo, el asiento contiguo estaba vacío. Renji era sostenido por dos asistentes y varios pasajeros, estaba gritando como desquiciado, se movía como loco intentando zafarse del agarre. Tal vez lo golpeé muy suave, sólo tal vez...  

-Señor! Por favor! Cálmese!- le decían las asistentes mientras que la gente lo miraba asustado.   

Me puse de pie, imponente ante el resto que no sabían que hacer con Renji, me acerqué y lo golpeé de nuevo en la parte trasera de su cabeza.   

-Debieron intentar eso en primer lugar- les dije alzando a Renji y colocándolo en su lugar.   

Esa sucesión de acciones se repitió casi 5 veces mas.  Al llegar a nuestro destino era casi medio día, bajamos y entramos a una sala donde nos saludó una recepcionista en un idioma desconocido para mi.   

-Buon giorno- nos dijo con una sonrisa a Renji, quien se sobaba la cabeza por los múltiples golpes, y a mi. La miramos con confusión, mas marcada en el rostro de Renji que en el mío.   

-Good morning?  

Seguíamos sin entender.   

-Buenos días?  

Bingo.   

-Buenos días- suspiró aliviada de haber dado en el blanco con el idioma correcto al ver que le respondíamos.   

-Hola, joder, debiste intentar eso desde el comienzo, tantos idiomas me confunden, en fin, dónde nos quedaremos?  

-Este no es su destino, señor Kuchiki- le respondieron a Renji quien se molestó por no haber conservado su apellido- aquí es sólo una escala.   

-Una escala?   -Quiere decir que de aquí tomamos otro sarcófago con alas, Renji.   

-Nooooo...- lo golpeé de nuevo frente a la atónita mirada de la chica.   

-Lo siento, es normal, le da miedo volar... En avión, quiero decir.   

-Comprendo, su siguiente vuelo sale en diez minutos, por favor sigan a sentarse y esperar su llamado.   

Hice lo que dijo la chica, cargando a Renji y dejándolo en una silla. Luego me puse a mirar la revista de estaba en la sala de espera. Al parecer estábamos en el aeropuerto de Roma, Italia. Rukia y ellos si que se habían dedicado.     

 

La odisea con el segundo vuelo fue como el primero, sólo que en esta ocasión Renji se levantó una sola vez durante el vuelo. Llegamos a nuestro destino entrada la tarde, sin embargo aun faltaba por oscurecer. Fuimos a recoger las maletas y luego a buscar transporte para nuestro alojamiento, lo que no fue necesario al ver a un hombre mayor con un letrero enorme que decía "Kuchiki" en letras grandes y negras. El anciano era el chofer contratado por Rukia y los demás para transportarnos en nuestra estadía aquí en Malta, una isla en el Mediterráneo cuyo idioma oficial es el inglés y no entendemos nada. Cómo eligió Rukia un destino donde no entendemos ni sabemos el idioma?! Mientras estábamos en el carro, tomé el teléfono negro que me había dado Rukia y marqué al suyo. Contestó al segundo timbre.   

-Nii-sama! Ya llegaron?! Cómo estan?! Y Renji?!  

-Bien, acabamos...  

-Maldita enana!- Renji me rapó el celular de las manos- casi muero en esa cosa voladora! Y mira que encerrarme por casi 12 horas... Estás loca! Y de dónde sacaste la idea de mandarnos a una isla donde el idioma es una cosa distinta al nuestro?!   -Hola Renji- oí que le contestó condescendiente- me alegra que llegaan bien, en cuanto al destino, lo eligieron Grimm e Ichigo en un "piedra, papel, tijera"- he debido suponerlo.   

-Ya, es típico en ellos.   

-Te dejo Renji! Debo irme! Adiós! Saluda a Nii-sama de mi parte- le colgó en seco, dejando a Renji con la boca abierta.   

-Adiós Rukia- susurré- calma Renji, todo estará bien- tomé su mano y la apreté fuerte- estamos juntos en una isla, qué mas puedes pedir?  

-... Comida?  

Reí, ese era mi Renji.   

-Claro- me acerqué lentamente a su rostro y besé sus labios con suavidad. Lamí con cuidado y disfruté el sabor embriagante que se desprendía de él. Mis manos se movieron con agilidad a su pecho y subieron al cuello, que acaricié con presteza y luego solté esa trenza suya, liberando ese rebelde pelo rojo que amo. Sentí sus manos sostener mi camisa buscando apoyo, sentí como perdía fuerza con mis besos y sonreí, satisfecho de esas sensaciones que lograba transmitirle. Se separó un momento y respiró agitado.   

-... Eso fue... Intenso...- calló para recuperar el aliento.   

-Señores Kuchiki, hemos llegado- nos avisó el chofer.   

-Gracias- se bajó y nos abrió la puerta, bajamos y entramos al lujoso lobby donde un ayudante recibió nuestras maletas. Me acerqué a un recibidor y saludé cordialmente a la chica que estaba allí.   

-Buenos...- miré afuera- ... Tardes, buenas tardes, tenemos una reserva a nombre...- supongo que mío- Kuchiki Byakuya, a nombre de Kuchiki Byakuya.   

-Los Kuchiki!- exclamó la chica sonrojada- Kuchiki Byakuya y Kuchiki Renji! Oh, espero que hayan tenido un viaje placentero, supongo que querrán descansar... Jaime! Las maletas! Es la cabaña 6- nos entregó unas llaves- síganlo, él los llevará... Jaime! Rápido! Las maletas no se mueven solas!

El joven que responde a nombre de Jaime llevó un carrito lleno de nuestras maletas por un sendero rocoso con vista al hermoso mar y un inminente atardecer se apreciaba detrás del elegante complejo que era el hotel. Renji iba detrás mío mirando el paisaje, embelesado porque él jamás había visto algo como esto, un atardecer tan magnífico en un clima tan agradable. Pero la seriedad del momento se la quitaba el rugir de su estómago.   

-Esto... Señores... En este momento el restaurante está abierto, pueden seguir si desean...  

-Si!... Es decir, gracias- Renji corrigió antes de asustar mas al ayudante.   

-Es por ahí...- indicó con mano temblorosa el camino empedrado- hallarán desviaciones adelante, tomen la tercera a la izquierda.   

-Gracias- le hice un asentimiento de cabeza y tomé la mano de Renji- vamos. 

Seguimos el camino indicado, encontrando tres elegantes restaurantes con toda pompa. Uno tenía pinta de comida de mar, otro de un restaurante que sirve de todo y otro únicamente internacional. Nos, bueno, Renji se decidió por ese. Entramos y tomamos asiento cerca a un balcón, la música era en vivo, un pianista, un violinista, un violonchelista, un contrabajista y un saxofonista daban ambiente al lugar decorado con banderas del mundo y colores vivos. Miramos la carta y abrimos los ojos: no entendíamos nada. Alcé la mano para llamar a alguien.   

-What do you need, sir?  

No! No entiendo. Hice gestos e indicaciones de no entender lo que me decía.   

-Oh, I'm sorry... Emmm... Italiano?   

Negué con la cabeza.   

-Español?  

Negué de nuevo, ni siquiera entendía.   

-Deutsch?   

Negué.   

-François?   

No de nuevo.   

-Japonés?

-Si.   

-Hasta que dio en el que era!! Pensé que tendríamos que limitarnos a hacer señas o a asentir con la cabeza. Puede traernos una carta que entendamos, por favor?- Renji se adelantó a lo que iba a decir.   

-En un momento.   

Nos trajeron las cartas que entendíamos y pedimos. Yo, como siempre, comida picante y Renji pidió carne con más carne. Era todo rico. Cuando salimos del restaurante la noche ya había caído.     

 

Abrí la puerta de la cabaña y me encontré con un acogedor recibidor con una cocina, un comedor para 4, un enorme balcón con vista al mar y una pequeña playa privada y una colosal habitación matrimonial con una cama exageradamente grande. También tenía vista al mar, el baño era impresionante, no tan grande como el mío, pero era enorme, había un tipo de recipiente grande incrustado en el suelo con tubos blancos a los costados, el letrero rezaba "jacuzzi".   

-Ah, esto es una maravilla- pude sentir como Renji se echaba sobre la cama- me encanta.   

-Es delicioso, verdad?  

-Si que lo es- volteé a verle, estaba boca arriba en la enorme cama con los pies descalzos colgando fuera, al igual que sus brazos extendidos a los lados. Era muy tentador. Apagué la luz y dejé que sólo entrara la de la luna por el enorme ventanal.   

-Bya... Qué haces...? WOOA! Qué estás...? Dónde estás tocando!?- el pánico estaba en su voz al tiempo que me sentaba sobre él y acariciaba con ganas su pecho. No me iba a detener.   

-Estás listo para ser mío, Renji?  

-... Eh... No... Yo... Woah! Detente!- me pidió al tiempo que lamía su oreja y acariciaba su casi desnudo pecho- espera, espera- me quitó de encima- yo... No estoy listo... Yo...  

-Me importa un comino- le dije con tranquilidad.   

-Eh?  

-No me importa si estás listo o no, prepárate.   

-Es-es-espera... Bya!!

 

Notas finales:

Gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).