Ay que los dioses me amparen, estoy tan nervioso que cada centímetro de mi hermoso cuerpecito tiembla como si yo fuese una aguada y desabrida gelatina. Veo a my best friends correr como loquitos por todo el departamento tratando de ponerse de acuerdo sobre el lado en el que deben usar el corsage, y la verdad es que yo estoy más histérico y nervioso que todos ellos juntos. Mili lindo no está en casa, se fue muy temprano al hotel donde será nuestra boda. Al fin llegó el día y estoy que me muero de nervios pero también de felicidad, nunca me imaginé casado y mucho menos con alguien que me amara tanto como lo hace Mili, ay soy tan feliz que podría cantar.
- Cammie, ¿ya estás listo? - me dice Dita desde la puerta. Se me queda viendo como quien ve a un fantasma y yo solo atino a preguntar.
- Pues casi... ¿tan mal me veo? - le digo al notar que no deja de mirarme.
- Al contrario Cammie... te ves maravilloso, pareces un angelito. - dice con una sonrisa.
- Me asustaste bobito, yo creí que me veía fatal, me habría sentido un looser si me dijeras que me veía horrible. Tengo que verme hermoso, más que hermoso, deslumbrante, quiero que Mili recuerde este día por siempre. - digo, Dita me mira y se acerca.
- Cariño te ves hermoso, Mili no va a tener más remedio que encerrarte en un lugar oscuro y apartado para que nadie te robe. - dice mi amiguito con una sonrisa.
- Ay ya déjense de cosas que si no nos vamos ya Mili va a creer que te arrepentiste. - dice Mime entrando en la habitación.
- ¡Mime¡ Dijimos que el corsage iba a la izquierda, no a la derecha ni al centro, ¡a la izquierda grandísimo looser! - grita Dita.
- Ay por favor, como si alguien nos fuera a poner atención a nosotros cuando vean entrar a Cammie, estás hermoso cariño. - dice y me da un besito tierno en la mejilla.
- Ay niños, ya vamonos que Shura está que echa chispas porque hemos tardado mucho. - dice Aioros entrando en la habitación. Mime y Dita siguen peleando por el asunto del dichoso corsage y yo no puedo ni quiero bajar de mi maravillosa nubecita de felicidad. Aioros me saca a jalones del departamento, bajamos las escaleras lo más rápido posible y al salir del edificio lo primero que ven mis lindos ojitos es a Shury hecho una furia paseándose alrededor de su auto.
- Ya estamos listos amorcito.- dice Aioros, le da un beso a su enorme novio y enseguida nos hace entrar en tropel al auto de Shura. Bien ya estamos de camino al precioso hotel en el que se celebrará mi boda con Mili. El lugar no podría ser más hermoso ni perfecto, Mili se tomó un mes entero para decidirse y tuvo que pagar una pequeña fortuna para que nos dieran el jardín que él quería.
Ay dioses estoy nervioso, no, corrección, estoy histérico. ¿Y si Mili se arrepiente? ¿y si piensa que no vale la pena casarse conmigo? ay no, eso no puede pasar. Claro que no, él me ama y yo a él y vamos a ser muy felices.
- Ni se te ocurra morderte las uñas Cammie porque te mato, me tomó horas dejártelas así de monas, si estás nervioso muerde otra cosa. - dice Dita al notar que me he llevado el índice a los labios con la clara intención de morderme las uñas.
- A ver lindo, abre.- me dice Mime metiendo en mi boquita uno de sus famosos chicles de fresa.
- Ay no Cammie, escupe esa cosa inmediatamente, ay no pero que vulgar te vas a ver, no, no , no escupe inmediatamente ese horroroso chicle.
- Oye tú, ¿estás diciendo que soy vulgar?
- No cariño. Por supuesto que no, pero se veía mal si Cammie llega masticando un horroroso chicle el día de su boda, ¿no crees?
- No me la cambies darling, estas diciendo que se ve vulgar masticar chicle y yo mastico chicle.
-Cariño, contigo es diferente, es parte de tu encanto precioso, pero no del de Cammie, ¿entiendes?
- Trato, trato.- dice Mime sin dejar su bendito chicle, aquí entre nos también creo que es medio vulgar pero con los nervios necesito algo en que ocupar mis dientecitos y ya que no me van a dejar comerme las uñas como es mi costumbre cuando estoy en mode psico pues tendrá que ser un bendito chicle.
- Hemos llegado.- dice Shura con una sonrisa triunfal, a veces creo que nuestro parloteo lo pone de malas pero ¿acaso me importa? La verdad es que no, él ni siquiera me cae bien, por eso me acostaba con Aioros. Aunque hace mucho que no lo hago.
Ay dioses mis nervios están destrozados, no puedo dejar de tener miedo de que él se arrepienta y decida no presentarse, pero estoy seguro de que se presentará, lo amo y me ama y eso es todo lo que se necesita para ser felices, ¿no?
Ay da igual, si no lo veo pronto voy a gritar. Entramos en el jardín que Mili escogió para nuestra boda y ahí está él... se ve como si acabara de caer del cielo con ese traje negro, esta divino, divinamente hermoso. Me acercó a él, ya me ha visto ay dioses esa sonrisita tiernecita tiernecita, me muero por este chico.
Ay por los dioses, siento que mi corazoncito hermoso va a estallar de tanta felicidad. Mili viene hacia mí con esa sonrisa de un millón de dólares.
- Hola Cam. ¿Listo para ser mi esposo? - dice sin dejar de sonreír.
- Más que listo precioso. - lo abrazo y siento que podría perderme en esos hermosos ojitos que me miran llenos de felicidad. - ¿Cómo me veo?
- Hermoso cariño, muy hermoso. - dice y me besa en los labios, es tan tierno... ay y yo lo amo, ¿ya había dicho que lo amo?
-Chicos, guarden algo para la luna de miel. - dice Dita en tono burlón.
- Ay pero que simpáticos somos, ¿verdad Dita? - le dice Mime, Dohko está detrás de él. El grandote lo mira con ganas de co...merselo aquí mismo.
- Bicho, ¿habrá boda o tengo que pedirle al juez que se retire? - dice Shion saliendo de no se donde.
- Deja de decir idioteces Shion, ¿no ves que Camus ya llegó? - le dice Dohko. Todos lo miran con cara de "eres un gran looser" y Shion solo atina a reírse.
- Ven Cam, dejemos que ellos hagan lo que sea que quieran hacer y ven conmigo, quiero enseñarte algo. - dice Mili y me lleva de la mano hasta un rincón apartado. - Quería esperar hasta la noche de bodas, pero no puedo esperar más para enseñártelo. - dice y se quita el saco.
-Mili, amorcito, ¿no crees que podrías esperar a la noche de bodas? - le digo al ver que se está desabotonando la camisa. Él solo se ríe.
- No voy a hacerte nada... aún, solo quiero que veas esto. - dice enseñándome su lindo bracito, ay dioses, ¿Qué se ha hecho? No se ve muy bien.
-¿Recuerdas que te dije que ese tatuaje me lo había hecho por Shaka? - dice señalando su pielecita lastimada. - Pues como hoy comienza una nueva vida para los dos, escogí esté día para quitármelo, por suerte era pequeño y pudieron quitármelo en una sola sesión, lo que estoy tratando de decir es que ya no quiero recordar el pasado, solo quiero vivir para ti, cuidarte y amarte hasta que me muera, ¿entiendes eso Cam? - dice Mili abrazándome.
-Te amo Mili...
- Y yo a ti Cam.
- Así que aquí estaban, vaya con ustedes dos, se supone que esto es una boda no una sesión porno en vivo, así que tú Milo vístete y tú ven conmigo. - dice Saori me jala del brazo lejos de mi amado Mili; ay dioses porque invite a la bruja, ¡bah¡ ella es lo que menos me importa ahora.
Me dejo llevar por ella mientras Mili se vuelve a vestir, me mira de esa forma tan suya, tan tierna pero a la vez tan cargada de deseo. La única palabra que me viene a la mente cuando lo veo es amor, y vaya que lo amo... y él a mi, todo sería perfecto si solo me librara de esta maldita enfermedad, sí solo eso me falta para ser completamente feliz.
- Ahora quédate aquí, por favor no te muevas de aquí hasta que te avise que es el momento de salir ¿harás eso por mí Cammie? - me dice Saori. Le murmuro un desganado sí y me siento en el sofá que está en la habitación. ¿Dónde se habrán metido todos los demás? Bien será mejor que me quede aquí quietecito haciendo lo que mejor se hacer, verme bonito. La cara que puso Mili cuando me vio fue suficiente para indicarme que mi imagen esta perfect, ay dioses, seremos inmensamente felices.
Umm como que me parece que se olvidaron de mi existencia porque nadie ha venido y ya llevo un buen rato aquí, tal vez sería buena idea ir a echar una miradita antes de poner más histérico. Me levanto y me dirijo a la puerta, Oh surprise, esta cerrada, esa bruja me las va a pagar, tengo que salir de aquí, con razón nadie venia a buscarme. ¿Qué se cree esa mujer loca? Me acerco a la ventana, espero poder salir por ahí, la verdad no soy del tipo acrobático pero lo intentaré, suerte que estoy al ras del suelo.
-Espera. - dice alguien saliendo por la puerta que esta detrás de mi. Ay dioses, es el patito, ¿qué hace aquí? Dioses, dioses, dioses, ¿qué hago? Mili podrá ser muy comprensivo pero esto sí que no lo perdonan sus celos.
- Hyoga, ¿qué quieres? - le digo, él se acerca. No se ve nada bien el niño.
- Cammie por favor, escúchame.
- No quiero hablar contigo, no quiero nada contigo, por si no lo habías notado allá afuera esta Mili esperándome para casarnos. Sabía que no era buena idea invitar a la bruja a la boda.
-Camus... yo solo quiero saber ¿por qué me has abandonado? Respóndeme, ¿por qué?
- Yo no te he abandonado, tú me abandonaste hace mucho, aunque estuviéramos juntos y yo era tan looser que no me había dado cuenta. Tú siempre esperabas lo peor de mí, siempre pensabas que yo no era lo suficientemente bueno, que estaba ocultándote algo. Al principio no era así, solo que me fastidie de escucharte hablar de mi a mis espaldas, de saber que creías que te era infiel, yo te amaba, ¿sabes? Te amaba y me esforcé por hacer las cosas bien, solo que no pude, fue más fuerte el dolor y todas las cosas locas en mi cabeza que mi deseo de estar bien contigo. Sé que te hice mucho daño y te pido perdón aunque no lo merezca. Te quité más de lo que te dí y eso si que fue malo... es mi culpa que estés así ahora, lo sé, pero no puedo cambiar lo que siento, no puedo evitarlo, y es que yo lo amo y él a mí, él me acepta como nadie antes lo había hecho.
- Lo sé... yo no supe ver más allá de mi nariz y no te imaginas como me arrepiento. Creí que tenía una oportunidad contigo, una última oportunidad.
- Te equivocaste Hyoga. Todos nos equivocamos, pero hay que aprender a vivir con nuestras equivocaciones aunque tengan nombre y apellido. Sé que has estado viendo a Kanon, ¿cómo te va con él? - pobre patito, no sabe debajo de que mueble esconderse. - No te sorprendas darling, su hermano es mi amigo.
- Entonces sabrás que ellos se entienden y no precisamente como hermanos.
- Lo sé... por eso Kanon me hizo aquello. - ay dioses tengo que conectar mi boquita a mi cerebrito, estoy hablando de más. - Eso no importa, solo era cuestión de tiempo para que ellos terminaran haciendo lo que supongo que están haciendo. - no puedo evitar reírme, creo que Hyoga lo ha interpretado mal porque se aleja de mi y me da la espalda.
- ¿Eres feliz con él?
- Sí, lo soy, y no puedo ocultarlo, ¿verdad?
- Has cambiado.
- ¿En qué?
- Tu voz, suena... diferente... confiada, ya no hay en ella ese toque de cinismo, sino paz, es como sí te hubieras encontrado a ti mismo.
- ¿Te parece? Tal vez así sea, con Mili todo es como siempre me hubiera gustado que fuera, y te aseguro una cosa, tal vez sea una puta, tal vez sea la peor puta del planeta, pero voy a pelear por él si es necesario.
- ¿Por qué me lo dices a mí?
- Por que sé que se lo dirás a Kanon. Él es taaaaan predecible, el pobre debe pensar que yo soy un idiota o algo así como para no enterarme de que ha estado buscando a mi Mili. ¿Sorprendido? No deberías, o tal vez sí, tú nunca llegaste a conocerme. Nadie sino Mili me ha conocido como realmente soy y sin necesidad de leer mi diario. - digo con mi sonrisita venenosa, lo siento pero no pude resistirme.
- ¿Qué nos pasó Cammie? Nos amábamos.
- Yo te ame, a mi modo, pero no lo entendiste, no lograste entender que todas mis locuras eran un grito de auxilio, y el único que lo escuchó fue él, Milo, y ahora voy a salir de esta habitación y a casarme con él y seré feliz con él y él será feliz conmigo hasta que yo muera. Me dedicaré a darle toda la felicidad que se merece, esa será mi única ocupación de ahora en adelante. Tu prima ya debió decírtelo, me retiro después del próximo desfile, le digo adiós a esto que fue lo más divertido que he hecho, algún día tenía que pasar y mejor ahora que cuando esté acabado. Ya sabes, soy la vanidad en persona, o al menos eso es lo que todo el mundo cree. Y ahora, ¿serpias un sol y me ayudarías a salir de aquí? No quiero que Mili se impaciente. - le guiño un ojo y me dirijo a la ventana, donde pretendía escapar hace un rato.
- No hace falta que salgas por la ventana, yo tengo la llave.- dice Hyoga. Se acerca a mí y me abraza, ¿qué es esto? No siento nada, nada; más allá de una cierta calidez, que es como cuando abrazo a Aioros o a Dita, pero solo eso. Ahora estoy completamente cierto de que ya no siento nada por él.
-suéltame por favor, tengo que ir a mi boda ¿sabes' - le digo apartandolo con cuidado, está llorando, pero... yo no puedo consolarlo, soy egoísta pero soy tan feliz... tan feliz de saber que Mili es solo mío y de que yo soy solo suyo, como nunca lo fui de nadie. Le arrebato la llave a Hyoga y me dirijo a la puerta.
Salgo al jardín, todo es perfecto, a lo lejos veo venir a Mili, se ve preocupado.
-¿Dónde te habías metido? Nos tienes a todos vueltos locos buscándote.- dice y me abraza y me besa.
- Tenía un asuntito que arreglar, ya te contaré después
- Entonces, ¿listo para ser mi esposo?
- Listo para lo que sea si tú estás conmigo Mili.
- Te amo.- dice y me toma de la mano para llevarme ante el juez que va a casarnos, ay dioses mi corazoncito late cada vez más rápido. No estoy poniendo ni gota de atención o lo que sea que esté diciendo este tipo, ay dioses todos me miran como sí esperaran algo de mí pero yo solo puedo mirar esos enormes ojos azules que tiene Mili.
- Señor Delluc... ¿acepta por esposo a Milo Scouros para amarlo y respetarlo todos los días de su vida? - dice el juez frente a nosotros, Mili toma mi mano con delicadeza, Dita me tira del saco y pone en mi mano el anillo que debo darle a Mili, Dita esta al borde de un ataque de nervios, eso es obvio con solo mirar esa carita de desesperación.
- Este... yo si quiero. - murmuro, dioses hace años que no me sonrojaba ¡y estoy sonrojándome justo ahora!
- Cariño, tienes que decir acepto. - murmura Dita a mi oído.
- Ah este... acepto. - digo y luego intento sonreír. Mili solo me mira y me regala una de esas hermosas sonrisitas tiernas que tanto me gustan. Me siento tan emocionado que hasta podría llorar. El juez le hace la misma pregunta que a mí a Mili y él sonríe para luego responder con toda la seguridad que siempre tiene esa belleza de hombre.
- Sí aceptó. - dice y pone en mi mano ese enorme diamante que le dije que me encantaba hace unas semanas, este chico es un sol, lo amo tanto.
- Por el poder que me confiere el Estado yo los declaro esposos, felicidades señores. - dice el juez con una sonrisa amable, ay no lo puedo creer, ¡ya estoy casado con Mili! Mi hermosísimo esposo me toma en brazos y me da un apasionado beso al que por supuesto que correspondo. Todos nuestros amigos gritan como loquitos posesos y yo me siento tan feliz que no me importaría morirme en este momento.
-¿Sabes? Cada vez que te miro pienso que estoy en el cielo. - dice Mili sonriéndome cuando nos separamos. Apoya su frente contra la mía... me siento tan bien. Como me gustaría que esto no terminara jamás.
- Bueno, Milo ya pasaste a mejor vida mi buen amigo, lo lamento sinceramente. - dice Shion con una sonrisa y se acerca para abrazar a Mili. Luego se acerca y me abraza a mi también. - Felicidades Cam, te llevas al mejor de todos, hazlo feliz, ¿quieres?
- Lo haré. - digo.
- Y si no lo haces feliz tendrás a esta horda de salvajes detrás de ti.- dice sonriendo mi flamante cuñado que no para de mirar a Dita. - Y yo también, así que mucho cuidado cuñado. - todos reímos.
La fiesta ya comenzó. Mili y yo bailamos muy abrazaditos. Dioses creo que derramamos miel, y como no hacerlo, estamos tan felices. Mime y el berrinchudo Dohko están bailando muy felices, al parecer Mu se hartó de esperar a que Shaka se declarara y está optando por darle celitos con Sagui, y Kanon está que revienta, solo por eso ha valido la pena haber permitido que Sagui viniera con él.
-¿De qué tanto te ríes Cam? - me dice Mili al notar que me he estado riendo un buen rato.
- Pues de tu primo, de mis amigos, me río porque estoy feliz, solo por eso.
- ¿De Shaka?
-Sip. Mira nada más, esta que revienta de celos, el corderito dos lo está haciendo muy bien.
- Porque será que presiento que tú has tenido algo que ver en esto...
- Me declaro culpable, es que Mu esta cansado de que él no le haga caso, y pues tenía que hacer algo ¿no crees? Mili, ¿me perdonas'
- No tengo nada que perdonarte, si esta así es por tonto, ¿qué te parece si ya nos vamos? Me muero de ganas de estar contigo.
- Y yo también, te tengo unas sorpresitas... que te vas a quedar mudo.
- Me basta con saber que eres mío... eso es suficiente aliciente para que te de la mejor noche de bodas que te pudieras imaginar. - dice y me abraza con fuerza. Poco a poco nos separamos del bullicio de la fiesta. Bien, creo que nuestra boda ha sido un éxito, todos hemos tenido suerte hoy.
Mili me lleva afuera, su hermoso porsche esta listo para la acción... igual que su dueño.
- Cariño... ¿te importaría esperar a que lleguemos a nuestro hotel en la playita rica para hacerme tuyo? - le digo al notar que sus manos acarician mi pecho.
- Lo que tú digas amor... ¿qué tienes planeado?
- Ya lo verás, ya lo verás y estoy seguro de que te va a encantar.... - él me mira sin dejar de sonreír, me besa y me hace subir al auto, nuestras maletas están listas. Tan listas como yo para comenzar de nuevo con este hermoso chico llamado Milo.