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Hermosos y malditos por Kitana

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Finalmente había llegado el tan ansiado fin de semana en que Milo y Mu irían a la ciudad con los gemelos. Mime estaba listo sentado en su cama con la sonrisa más grande del mundo adornando sus suaves labios. Su hermano iba a recogerlo en el colegio. Shun estaba tan feliz como su rubio amigo, pues Ikky también estaría esperándolo para ir juntos a casa.

Como cada fin de semana Afrodita y Shaka se encontraban recostados en sus camas leyendo, ellos no salían. Lo mismo que Sorrento.  El chico no saldría ese fin de semana ni los siguientes para evitar gastar el poco dinero que sus padres le enviaban, como siempre, esperaría hasta las vacaciones de invierno para poder verlos de nuevo, y eso lo ponía triste. Más de una vez sus amigos se habían ofrecido a pagar el pasaje para que pudiera ir a casa, pero e chico se negaba sistemáticamente. Aunque no lo entendían, aceptaban su decisión. En el fondo sabían que el chico no visitaba a su familia porque temía que sus padres le hicieran confesar la verdad al verlo tan cambiado.

Las únicas caras felices del lugar eran las de Milo y Mu, ambos estaban emocionados, la invitación a la ciudad de los gemelos había hecho que la sonrisa volviera a esos bellos rostros.

- ¿Alguna vez pensaste que les verías esas sonrisas? - dijo Mime acercándose a Afrodita.

- No. La verdad es que no. - dijo Afrodita mirando como Mu y Milo se arreglaban frente al espejo.

- Son buenos chicos, creo que lo merecen.- dijo Shaka.

- Solo espero que esos dos no les rompan el corazón. - dijo Afrodita. En los últimos meses se había vuelto aún más pesimista y eso asustaba a sus amigos. - Ah... no se preocupen por mí, estoy bien. - dijo el rubio intentando sonreír. - Voy a recuperarme chicos, lo haré, ¿y saben por qué? Porque los tengo a ustedes, ustedes son como mi familia.

-Y tu la nuestra, creo que todos te vemos a ti y a Shaka como a nuestros hermanos mayores. - dijo Mime abrazando a Afrodita. Milo y Mu se acercaron también.

- Ustedes saben que mi familia, mi familia no me acepta, en especial mamá, pero ustedes han sido siempre como mi familia y siempre será así, en especial cuando salgamos de aquí. - dijo Mu sonriendo, al parecer la presencia de Saga en su vida le había hecho volver a sonreír. Y es que el mayor de los gemelos estaba ganándoselo a fuerza de presencia y detalles.  Mu no tenía idea de cómo lo hacía, pero Saga se las ingeniaba para hacerle llegar notas, flores y pequeños muñecos de peluche. Al parecer el chico estaba sinceramente  interesado en Mu, y a Mu eso le agradaba; a pesar de que habían estado viéndose a escondidas, Saga no había intentado hacer nada que Mu no le permitiera y eso le encantaba al pequeño castaño, Saga le agradaba y mucho.

Milo también estaba de lo más ilusionado con Kanon, jamás se hubiera imaginado que ese hermoso chico de ojos azules y cabello oscuro estaba interesado en él de la forma en que Kanon había demostrado. Casi a diario le hacía llegar algún mensaje, algún verso hecho especialmente para él o uno de esos chocolates rellenos de fresa que tanto le gustaban. Hasta se las había arreglado para colarse al dormitorio y dejarle una bellísima rosa blanca mientras no había nadie. En cuanto Kanon le envió el primero de los poemas, Milo reconoció la letra como la de aquella persona que el año anterior le había estado dejando mensajes en su casillero en el gimnasio del colegio.  Eso solo había hecho que su interés en Kanon fuera creciendo aún más. Kanon se le antojaba el chico perfecto y le rogaba al cielo que lo que empezaba a surgir entre él y Kanon no llegara a oídos de Death o de Camus o estarían en problemas, y no solo él y Kanon, también sus amigos.

Milo estaba impaciente, ya quería reunirse con Kanon. Mu estaba tan impaciente como él, solo que no podía ocultarlo tan bien como su rubio amigo.  El pequeño castaño no podía ocultar su nerviosismo. En el fondo tenía miedo de que Saga resultara ser como Aldebarán, el enorme brasileño al principio había sido tan amable como Saga. Pero pronto se dio cuenta de que las intenciones de Aldebarán no eran precisamente las mejores. Esperaba sinceramente que Saga fuese distinto.

-¿Estás listo? - preguntó Milo, Mu sonrió y asintió con la cabeza. - Entonces solo tenemos que esperar a que Isaac venga por nosotros. - dijo Milo y se sentó al lado de Mu. Se sentía raro, nunca se había preparado de esa forma para salir con algún chico. Ni siquiera para Camus cuando aún confiaba en él.  Afrodita y Mime los miraron con una sonrisa.

- Chicos, no quisiera ser un fastidio, pero deberían dejar se sonreír... no es que no me guste verlos así, pero sí ellos lo notan tal vez no les dejen ir con los gemelos. - dijo Afrodita.

- Creo que tienes razón Dita pero... es que hace tiempo que no estaba tan feliz y no sé sí podría ocultarlo... tú sabes que llevo meses pensando en él y esto es como un sueño. - dijo Milo, a Afrodita le pareció que su amigo estaba demasiado entusiasmado con Kanon, el rubio platino solo pensó que ojala el menor de los gemelos estuviera a la altura de las aspiraciones de su amigo.

Al fin llegó Isaac para llevarlos al sitio donde los gemelos esperaban a los chicos.

Mientras esperaban por Mu y Milo, el menor de los gemelos se paseaba con impaciencia alrededor de la fuente que se encontraba en el patio central del colegio.

-Kanon, hermanito, deja de hacer eso por favor, me estas poniendo nervioso.- dijo Saga que permanecía sentado en el borde de la fuente.

- Es que no puedo dejar de pensar que... ¿y sí no viene?

- Va a venir, ¿o es que no escuchaste al gorila de Aldebarán cuando fue a avisarnos que esperáramos aquí y que Isaac los traería? Ya cálmate, ¿quieres? - dijo Saga elevando el rostro al cielo, también estaba nervioso, pero sabía que sí él no mantenía la calma, entonces Kanon se pondría peor.- Ya basta, ¿lo ves? Ahí vienen. - dijo Saga señalando con el rostro el extremo derecho del patio en el que aparecieron Milo y Mu seguidos por Isaac. Kanon permaneció inmóvil mientras el trío se acercaba. Saga se levantó y adoptó un gesto adusto que no parecía concordar con su juvenil rostro, fue al encuentro de Isaac y buscó algo en su bolsillo.  Kanon no parecía enterarse de nada. Solo miraba a Milo casi con adoración. Para evitar que Isaac notara algo, Saga se le plantó delante.

- Al fin llegas. - dijo Saga con la peor de sus miradas asesinas.

- ¿Tienes mi dinero?- dijo Isaac.

- Querrás decir el dinero de Altovelli, pero sí, aquí está. - dijo Saga con una sonrisa burlona y poniendo en las manos de Isaac el dinero acordado por pasar el día con Milo y Mu. - ¿Conforme?

- Conforme. - dijo Isaac después de contar el dinero. - Recuerden, a las seis tienen que estar de vuelta, ese par tiene más clientes que atender y a Death no le gusta perder el tiempo ni el dinero, con que cuidado con llegar tarde, ¿entendido?

- Hey, tú a mí no me amenaces payaso, mi hermano y yo sabemos lo que son los negocios no tienes que decirlo, y si no te gusta la idea de que te demos una muestra gratis de lo que sabemos hacer, será mejor que  mantengas cerrado ese gran hocico que tienes amigo. - todos los presentes, con excepción de Kanon se sorprendieron por la actitud de Saga.

- Ya oíste a mi hermano, así que ahuecando el ala amiguito. - dijo Kanon adoptando una actitud  bastante agresiva. Isaac no dijo nada, simplemente se escabulló lejos de los gemelos dejando con ellos a los chicos, sabía que hacer enfadar a esos dos era tanto o más peligroso que hacer enfadar a Death Mask. - Perdonen la escena... es que no había otro modo de sacudirnos a ese tipo. - dijo un apenado Kanon.

- Sentimos que nos hayan visto como un par de patanes, pero en el fondo somos buenos chicos, ¿verdad hermanito?- dijo Saga con una sonrisa que contrastaba con la agresividad antes mostrado. -Lamento si te he asustado muñequito.- dijo acercándose a Mu. - De verdad... esa no era mi intención. - dijo un poco apenado al notar que Mu se negaba a mirarlo.

- No tienes que disculparte. - dijo Mu sonriéndole. -Y no estoy asustado... solo sorprendido porque nunca había visto que alguien le hablara así a Isaac.

- En ese caso procuraré tratarlo peor la próxima vez.- dijo Saga sonriendo también. - Será mejor que nos vayamos de una vez o nos dejará la camioneta. - dijo Saga, con la mayor naturalidad del mundo tomó la mano de Mu y lo jaló hacia la salida.  Milo y Kanon los siguieron, Milo se aproximó a Kanon, con la cercanía de Milo, Kanon solo atinó a sonrojarse.

-¿A dónde te gustaría ir? - dijo por fin Kanon. Milo le sonrió y tomó su mano como Saga había hecho con Mu.

- No sé... quizá al cine y después por un helado, hace mucho que no como helado.

- Yo tampoco lo he comido en meses.

- ¿Hace mucho que ahorraste para esto verdad? - dijo Milo algo apenado.

- Eso no importa, estoy seguro de que ha valido la pena con solo ver tu sonrisa. - Kanon sonrió y pensó que Milo era mejor de lo que él hubiera podido creer o imaginar siquiera.

Ambas parejas se dirigieron a la entrada principal del colegio donde se encontraban listas las camionetas en las que los alumnos del colegio eran transportados a la ciudad. Shun y Mime ya estaban listos en la puerta esperando a sus hermanos, a lo lejos vieron a Milo y Mu subiendo a la camioneta que iba al centro comercial donde los alumnos que se quedaban el fin de semana podían pasear y divertirse un poco.

-  Milo se ve muy feliz. - dijo Mime.

- Sí, y Mu también. - añadió Shun.

- ¿Y tú como estás Shunny?- preguntó Mime.

- Mejor... creo. La verdad es que no creo que pueda volver a ser el mismo de antes después de que él... - dijo Shun con la voz quebrada.

- Lo sé... a mi me pasó lo mismo, pero creo que lo único que podemos hacer es salir adelante y tratar de olvidarlo, no podemos atarnos al pasado y menos si es así de doloroso.

- Mime, me gustaría ser tan optimista como tú.

- No soy optimista, estoy seguro de que eso pasará Shunny, se que eso pasará, un día nos olvidaremos de que este lugar siquiera existe. - dijo el rubio volviendo el rostro. La sonrisa volvió a anidar en sus labios cuando vio aparecer a su hermano Hagen vistiendo su uniforme militar.

- Hola hermanito. - dijo Hagen al acercarse, Mime solo lo abrazó. - ¿Me extrañaste?

-Claro que te extrañé, ¿A dónde fuiste esta vez?- dijo el rubio prendiéndose del brazo de su hermano.

- Pequeño, ¿no crees que deberías presentarme a tu amigo antes de que sigamos hablando? No querrás ser un maleducado. - dijo Hagen con una sonrisa encantadora que fascinó a Shun.

- Ay perdón, es que estaba tan feliz de verte que... bueno, lo siento, Shun, él es mi hermano Hagen, Hagen él es Shun un nuevo compañero de dormitorio.

- Hola Shun. - dijo el hermoso hermano de Mime extendiéndole la mano a Shun, el pequeño se sonrojo un poco, el chico le parecía de lo más atractivo, pero esa sonrisa en sus labios le hacia perder el piso.

- Eh... hola... - murmuró el pequeño maldiciéndose a sí mismo por su timidez.

- ¿Y cómo te ha ido en tu primera semana? Recuerdo que cuando yo estaba aquí la primera semana siempre era la más difícil. - dijo Hagen sin dejar de sonreír.

- ¿Tu también estuviste en este colegio?

- Si, es algo así como una tradición familiar, papá estuvo y nuestros tíos también. - dijo Mime.

- Ah ya veo.

- ¿Tu familia también ha venido a este colegio? - preguntó Hagen.

- Eh... no... yo conseguí una beca, mi familia no podría pagar las colegiaturas.

- Ah vaya, eso significa que eres un chico muy inteligente, solo admiten a quienes obtienen las mejores calificaciones en el examen, ¿vas en el mismo grado que Mime?

- No... yo empecé el primer año.

- Ah ya veo, Mime puede ayudarte si necesitas algo, libros o lo que sea, ¿verdad hermanito? - dijo Hagen con esa sonrisa que tanto le gustó a Shun. Mime sonrió también, viéndolos así, Shun notó que no eran muy parecidos, salvo por esa sonrisa franca y confiada que ambos tenían.

- Al fin te encuentro Shun, ¿este lugar es un mar de gente? - dijo alguien poniendo sus manos en los hombros de Shun, el pequeño pelirrojo volteó de inmediato al reconocer la voz como la de su querido hermano mayor.

- ¡Ikky! - dijo y abrazó al muchacho que estaba detrás de él con cara de cansancio.

- Hola pequeño conejito. - dijo el chico moreno levantando por la cintura a su hermanito. Mime se sorprendió mucho, Ikky le pareció un poco salvaje, no tenía nada en común con Shun que era todo delicadeza y con unos modales dignos de cualquier chico de buena familia, en cambio Ikky le pareció salvaje, salvaje y sensual. Con solo pensar en ello se sonrojó. El hermano de Shun no tardó en reparar en la belleza rubia que acompañaba a su hermano. Depositó delicadamente a Shun en el suelo y se giró para quedar frente a los rubios hermanos.  - Hola, soy Ikky Kido, el hermano mayor de Shun. - dijo su sonrisa despreocupada, el tono ronco y sensual en su voz, hicieron estragos en Mime. Hagen le dedicó una sonrisa amable que fue bien recibida por el tosco Ikky, los mayores se estrecharon las manos.

- Hagen Benetnasht, y  este es mi hermanito Mime. - dijo el rubio militar mientras escrutaba a Ikky con esos penetrantes ojos verdes.

- Un placer. - murmuró Ikky estrechando la mano del menor de los rubios.

- ¿Les importaría acompañarnos a almorzar? - dijo Hagen mirando de reojo a Shun.- Mime no tiene muchos amigos y me gustaría conocer más a Shun, sí no les molesta. - añadió dirigiéndole una significativa mirada al pequeño pelirrojo.

- Por mí no hay problema, en realidad no conozco el lugar, imagino que ustedes sí, sería bueno empezar a conocerlo, ¿no lo crees Shun? - dijo Ikky sumergiendo las manos en los bolsillos de su ajustado pantalón.

- Entonces vamos, ¿traes auto? - dijo Hagen, el hermano de Shun le había caído bien

- No, de hecho llegué en taxi. - dijo Ikky sin dejar de estudiar a ese par de rubios.

- Entonces iremos en mi auto. Se me ocurre algo, hagámoslo más interesante, Mime, ¿te importaría subir a buscar a Afro, Sorrento y Shaka, estoy seguro de que les gustará la idea de acompañarnos. - dijo Hagen. Ikky miraba a los rubios un poco extrañado, en su experiencia nadie era amable solo por ser una buena persona, decidió que tenía que ser más cuidadoso y no dejarse llevar por la belleza de esos dos.

Mime echó a correr escaleras arriba, Shun lo siguió con la mirada como sí él también quisiera ir.

- Sí quieres ir ve. - murmuró Ikky, a Shun se le iluminó el rostro con una sonrisa y echó a correr detrás del rubio.

- Se siente bien verlos felices, ¿no lo crees? - dijo Hagen sin perder de vista a su hermanito.

- Verlo sonreír es lo único que me sostiene. - dijo Ikky como si pensara en voz alta.

- ¿Sabes? Se que se va a escuchar trillado, pero te me haces conocido, no se de donde pero te me haces conocido.

- No sé, tal vez me hayas visto pelear.

- ¿Pelear?

- Sí, soy boxeador. - dijo Ikky con una sonrisa divertida y poniéndose en guardia.

- Sí, si ya te recuerdo, "El Fénix", así es como te llaman.

- Así es.

-Vaya que el mundo es pequeño.- dijo Hagen con una sonrisa. - La última vez que te vi pelear fue cuando noqueaste a aquél tipo... no recuerdo bien su nombre, creo que era un chico japonés, Seiya algo.

- Ah sí, el Pegaso, un buen peleador, pero tiene mucho que aprender todavía. Es muy joven, apenas tiene la edad de Shun y ya es profesional.

- Supe que pelearás por el campeonato nacional de tu categoría.

- Si, será en dos meses, es una gran oportunidad y  no pienso desperdiciarla. Si gano las cosas comenzarán a ir mejor para mí y mi hermano.  - dijo Ikky sin poder ocultar su emoción.

- Espero que ganes.

- Yo también espero ganar. El campeón es un tipo muy bueno, pero haré mi mejor esfuerzo.

- Ya vienen los chicos. - dijo Hagen señalando la escalinata por la cual bajaban Shun y Mime seguidos de tres hermosos chicos que parecían muy emocionados por poder salir de la escuela. El que más le llamó la atención fue el más alto de los rubios, con esos enormes ojos azul intenso. Casi se quedó sin aliento cuando lo tuvo frente a sí sonriendo con ingenuidad. Apenas pudo articular palabra cuando el chico rubio se acercó y le estrechó la mano.  Saliendo de su ensoñación pudo descifrar que ese bello espécimen se llamaba Shaka y estaba en tercer año, era solo un par de años más joven que él, así que se animo a poner en practica todo lo que sabía e intentar conquistar a ese preciosidad.

Como pudieron se acomodaron en la camioneta de Hagen, Shun y Afrodita se sentaron en el asiento delantero. Mientras Mime, Ikky, Shaka y Sorrento se sentaban atrás, todos iban apretados pero felices, en especial Ikky porque había conseguido quedar junto a Shaka.

Al fin llegaron al restaurante que Mime propuso, era un sitio agradable y muy tranquilo, dedicado exclusivamente a atender a personas jóvenes por lo que había toda clase de videojuegos y un karaoke al que de inmediato se pegaron Afrodita y Shaka, una de las pasiones de los rubios era precisamente el karaoke.  Ikky miró a su rubio favorito muy divertido, el chico que parecía todo seriedad se volvió tan desinhibido como Afrodita al encontrarse frente al aparatito de sus amores.

 Los mayores se sentaron a la mesa mientras el resto del grupo se dedicaba a ir de un juego a otro, al fin y al cabo todos tenían un poco de niños todavía y los hermanos mayores los contemplaban recordándose a sí mismos a esa edad. La verdad es que ninguno de los dos tenía muy buenos recuerdos. Pero se esforzaron en no pensar en aquello y pronto se vieron sumergidos en una agradable conversación acerca del boxeo, afición que ambos compartían.

Cuando Ikky escuchó esa voz, tan dulce pero sin dejar de ser masculina, volteó de inmediato para ver de quien se trataba, era Shaka que entonaba una preciosa melodía sin dejar de mirar la pantalla donde aparecía la letra de esa canción, a pesar de tratarse de una canción triste, a Ikky le pareció que era lo más hermoso que hubiera escuchado en toda su vida.

- Ese niño tiene una voz hermosa, ¿no lo crees? - dijo Hagen al notar que ikky dejaba de atender a la conversación que estaban teniendo para centrar su atención en el rubio.

- Si, parece un ángel.

- Sí, pero es un ángel bastante frío, ¿sabes? Ha rechazado a más chicos y chicas que mi hermano, y mi hermano tiene bastante popularidad.  Shaka es algo... extraño, él y todos los amigos de mi hermano, demasiado encerrados en el círculo que forman, y difícilmente dejan entrar a alguien, por eso me sorprende que hayan aceptado a tu hermano tan fácilmente.

-¿Qué tratas de decir?

- No se trata de dinero, ellos son especiales... especiales para elegir a quienes aceptan entre ellos, si dudas de mí, solo fíjate en ellos, Afrodita es el mayor, el que parece tener más control de la situación, los demás lo siguen en todo, a él y a Milo, ese chico tiene un carácter infernal, pero es buena persona. Shaka es el más centrado de todos, el que da los mejores consejos. Mi hermano es quien mantiene la moral en alto, es un chico por demás optimista, Sorrento es algo así como la mascota, todos lo cuidan y tratan de ayudarle hasta donde el orgullo del muchacho lo permite. Y esta también Mu, es quien más difícil la tiene, es como el hermanito de Milo aunque sean de la misma edad, Milo siempre lo está cuidando. A él y a Milo los conocerás después, según dijo mi hermano salieron con esos gemelos Gemini, son un par de revoltosos, lo mismo que su hermano mayor, a él lo conozco bien, estábamos en el mismo curso cuando estudiábamos aquí. Alcestes es un verdadero caos ambulante, pero es un buen tipo, lo mismo sus hermanos, aunque son demasiado buscapleitos.

- Por lo que se ve conoces bien a todos estos chicos.

- Sí, me he esforzado por hacerlo, ellos son como una segunda familia para Mime y la verdad es que no se, me he encariñado con todos ellos. - dijo Hagen antes de beber un sorbo de su cerveza.

- Eres demasiado bueno para ser real.

- ¿Por qué lo bueno tendría que ser falso? - dijo Hagen escudriñando a Ikky con su verde mirada.

- Porque la vida real es una porquería. Solo espero que mi hermano no lo aprenda tan rápido como yo lo aprendí. - dijo Ikky, con cierto deje de ira y dolor en su voz.

 

Notas finales: Hola a todo el mundo¡¡¡ Heme aquí con este nuevo cap, espero que sea de su agrado, por cierto he pensado en meter algo de mi oobsesión leáse mpreg, aunque no sé no estoy muy segura de hacerlo, así que ustedes cuentenme si les agrada la idea del mpreg o si de plano lo descartamos de esta loquisima historia. Nos leemos a la brevedad posible, kisses for all¡¡¡ bye¡¡¡

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