Llegaron a Konoha y lo primero con lo que se toparon fue con la intensa de Sakura que alegre abrazó a Naruto e intentó hacer lo mismo con Sasuke pero al ver que retrocedía dejó de intentarlo.
¿Y bien? ¿Qué es lo primero que quieren hacer?—preguntó.
Apuesto a que sé que contestará—susurró el pelinegro.
¡¡¡Ramen!!!—gritó lleno de energía el rubio y él y la pelirrosa se fueron seguidos por un Uchiha con media sonrisa y meneando la cabeza.
¿No crees que 5 platos de ramen es suficiente Naruto?—preguntó algo avergonzada de que la vieran en el restaurante con semejante espécimen Sakura. Uzumaki frunció el ceño.
Lo sería para alguien normal, pero recuerda que el idiota es un barril sin fondo—dijo Sasuke inhabitualmente hablador.
¿A quien llamaste idiota?—preguntó el jinchuriki ofendido.
¿Ves a otro por aquí?—preguntó el de ojos negros.
¡Tú eres el bakka!—le gritó el ojos azules pero el otro ni se inmutó provocando más irritación en el Uzumaki que se levantó y salió sin mirar atrás.
¡Tú arregla esto Sasuke! Mañana nos toca salir a los tres de misión y sabes que si Naruto se pone así el viaje se hará imposible—le dijo la pelirrosa.
Uchiha puso su mirada de “te mataré por esto” y se fue sin decir nada. Haruno esperaba que el otro si lo hiciera por el bien de todos.
Naruto miraba la foto del equipo 7 y sonreía porque creía haber dejado atrás las cosas de ese tiempo pero ahora comprobaba que no y eso era muy tranquilizador pues todo volvía a la normalidad.
Unos golpes en la puerta lo sacaron de su meditación. Abrió sin mirar quien era y al ver de quien se trataba se arrepintió de no haberlo hecho.
¿Qué rayos quieres Sasuke?—preguntó a la encorvada figura al frente suyo.
Entrar—respondió el otro.
Pues vas a quedarte con las ganas porque…--dijo el dueño de casa pero se quedó con las ganas de explicar sus razones porque el otro simplemente lo empujó y entró.
Estoy aquí porque Sakura me lo pidió—dijo Uchiha.
¡A Sakura!—exclamó el joven jinchuriki calmándose y notó como una vena saltaba en la frente del otro. --¿Te pasa algo Sasuke?—preguntó con mirada de sospecha.
Como es por Sakura es importante. ¿No?—preguntó el pelinegro con mirada de “voy a matarte si dices que si”.
Ah, no. Jeje solo que es porque…--decía Naruto mientras pensaba: “¿Qué le pasa a este tío? Tiene esa mirada porque me calmé por Sakura. ¡Oye! ¿No se habrá cabreado por…?”
¡ERES UN IDIOTA!
¡Oye! ¿Viniste a arreglar las cosas? Porque no conseguirás nada llamándome idiota de nuevo—le gritó a Sasuke mientras el otro lo miraba con cara de sorpresa.
¡BAKKA!
Fue cuando entendió que el que lo estaba llamando idiota no estaba fuera de él.
“¡CÁLLATE BICHEJO!” ordenó mentalmente.
Sasuke lo seguía mirando raro.
Eto es que… creo que me duele la cabeza. Mejor te vas y nos vemos mañana—dijo al otro.
¡BAKKA! Me duele la cabeza. ¡PARECES UNA SEÑORA CON SU MARIDO! JAJA. ¿Qué le dirás después? ¿Querido, tengo un atraso?
Mientras oía esto el rubio se ponía más rojo que el bonete de Santa Claus y Sasuke interpretó algo distinto en su actuar.
Lo siguiente que supo es que tenía la mano del otro sobre su frente. –Ya me parecía que estabas delirando. Debe ser por tanto ramen—dijo desde muy cerca el otro mientras le tomaba con la mano la temperatura.
El ojos azules la apartó de un manotazo. --¡Quédate quieto! No me pasa nada—dijo y se le quedó mirando.
¿Qué me quede quieto?—preguntó tratando de averiguar lo que el otro trataba de decir Uchiha hasta que se le ocurrió una idea y sin pensárselo dos veces le dijo--¡Eres un dobe!—
¡Y tu un…!—gritó furioso levantando una mano Naruto pero no tuvo tiempo a nada porque el otro lo abrazó y tapó su boca con la suya. Los labios comenzaron a acariciarse con ansias mientras las lenguas se encontraron en un abrazo tan apretado como del que estaba siendo víctima el jinchuriki.
JAJA. UNA DOBE-DONCELLA. JAJA.
“¡Voy a matarte bichajo!” dijo mentalmente Uzumaki.
CREO QUE POR UN RATO NO. VAS A TENER LAS MANOS MUY OCUPADAS. JAJA. AHORA SI QUE NO SIRVE ESO DE ME DUELE LA CABEZA. ¿NO?
Molesto alejó un poco al otro pero este se resistió y volvió a sus labios. Naruto se dejó envolver de nuevo por esa calidez y el Kyubi no molestó más ese día.
Sasuke le recostó en el sillón y le quitó prenda a prenda todo lo que tenía puesto. Estaba muy apuesto pues aún traía puesto el traje blanco que había llevado para la frustrada boda y con esos ojos azules, vale decir que lo tenía muerto de lujuria hacía un rato al sobreviviente del clan Uchiha, solo que Sasuke sabe muy bien ocultar lo que siente y como había estado muy débil pues no había hecho ningún movimiento pero la visión de que el otro seguía sumiso las decisiones de la pelirrosada le habían despertado su parte más salvaje pues los celos son un deshinibidor muy efectivo.
Y ahí estaba ahora.
Besando, tocando y desnudando al dobe.
Era de no creer.
¿Y lo peor?
Le encantaba y no podía parar.
Y por la forma en que el otro se agarraba de él parecía que tampoco quería.
Y cuando entró por fin en él, el muy maldito usuratonkachi le mordió el lóbulo de la oreja logrando un estremecimiento en su espina dorsal. Luego sus gemidos y jadeos lo llevaron a experiencias que él jamás hubiera creído que existían.
Quería entrar aún más en él. Marcarlo como suyo. Estar tan dentro que el otro no pudiera sacarlo aunque quisiera. Se sentía especial y desesperado a la vez.
Eso era la locura total.
Y así fue como horas después terminaron recostados en el sofá de la sala medio dormidos y totalmente agotados.
¡Oye Sasuke! ¿Y si nos vamos a la cama? Digo, es más cómodo para dormir—dijo el kitsune.
A regañadientes el pelinegro le dio la razón mentalmente y se levantó con los brazos colgándole para arrastrarse hacia la habitación.
Ni bien dio dos pasos oyó--¡Ne, Sasuke! ¿Me llevas? Es que estoy muy cansado—
Uchiha se volvió y lo miro con cara de asesino serial.
¡Sasuke!—gritó la pelirrosada al verlo frente al edificio de la Hokage. Corrió hacia él y casi le salta encima para abrazarlo pero al ver su cara de asesino serial se contuvo. Iba a decir algo más cuando se percató de la figura que tras él se arrastraba como babosa. --¿Naruto?—preguntó.
Este lucía un ojo morado y un chichón enorme en la cabeza.
Con que Sasuke estaba débil. ¿No?—preguntó Uzumaki haciendo referencia a la preocupación que ella demostrara por el pelinegro durante la cena.
FIN