Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

KAIBA´S SECRET por desire nemesis

[Reviews - 125]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Pasaron tres meses en los que todo fue tranquilo. Excepto por los habituales entredichos entre Seto y Joey. Un día en que Wheeler estaba en la casa pues habían terminado tarde de estudiar con Mokuba y este lo invitó a dormir, se sentía aburrido y bajó a tomar un vaso de leche.

 

En la planta baja, pasó frente al despacho del cabeza de familia. Dentro se oía el perenne sonido de tecleo. Estaba frente a su laptop como de costumbre, pensó Joey.

 

Su mente volvió a una hora antes cuando había dejado la mesa de estudio por ir en busca de algo que comer. Volvía comiendo un sándwich cuando oyó que Seto y Mokuba hablaban dentro.

 

Ya no me opongo a que seas amigo del perro. ¿Pero es necesario que lo traigas aquí todo el tiempo?—preguntó el mayor.

 

¡Seto, te puede oír! Además recuerda que de no ser por él…--dijo el menor.

 

Lo sé, pero no pienso cargar de por vida con ese idiota solo porque hizo lo que debía. Además con él mi deuda esta saldada. ¿Olvidas que fui yo el que pagó sus gastos médicos? Solo quiero que no te juntes tanto con ese idiota. No es de nuestra clase—dijo el cabeza de familia.

 

¡Seto!—dijo el pelinegro.

 

Incluso gracias a él se te ha dado la mañía de responderme. Por suerte pronto llegará el verano y nos libraremos de él—dijo el castaño.

 

Ninguno de los dos se enteró que alguien los oía.

 

 

Ahora, de nuevo su sangre hervía con ansias de vengarse y una macabra sonrisa surcó su rostro cuando una idea hizo su aparición. Corrió a la habitación que le habían dado y sacó de su mochila el polvo pica pica que tenía en ella. Luego corrió al dormitorio del mayor de los Kaiba.

 

Abrió la cama y estaba por aplicar el polvo cuando la puerta del baño comenzó a abrirse. Lleno de pánico Joey solo atinó a tirarse dentro del ropero abierto para ocultarse.

 

Seto salió del baño con una toalla atada a su cintura. Y es que el castaño en el ínterin en que Joseph fue por el polvo, subió a su dormitorio a tomar una refrescante ducha.

 

Wheeler solo deseaba que el ojos azules no le encontrara mientras se encogía todo lo que podía bajo la ropa colgada. El castaño se dirigió a las perchas y mientras escogía que ponerse sus piernas y toalla quedaron a milímetros del rubio. Y entonces… la toalla de Seto se desanudó y deslizó al piso, quedando su intimidad a centímetros de la horrorizada cara del otro que no podía emitir sonido alguno y que quedó sin aire. Seto retrocedió luego para llevar la ropa sobre la cama frente al ropero sin importarle el detalle de la toalla pues se creía solo en su habitación. Iba a recoger la pieza de tela cuando unos golpes en la puerta anunciaron la presencia de alguien.

 

¡Kaiba! ¿Ya está vestido?—dijo alto una voz de hombre.

 

En un minuto lo estaré. ¡Espérame abajo!—indicó Kaiba.

 

Eso lo hizo olvidarse del detalle de la toalla y comenzar a vestirse mientras alguien escondido veía lo torneado de sus músculos y lo blanca de su piel.

 

Seto se puso una camisa blanca y un traje azul oscuro pero sin corbata y con el cuello abierto cosa que llamó la atención del muchacho pues nunca le había visto vestido tan informalmente.

 

Tomó la billetera, el reloj y un manojo de llaves de sobre la mesa de luz y salió de ahí. Al pasar más o menos un minuto el ojos mieles salió de la habitación sin hacer lo que lo había llevado a ella y preguntándose adónde iría el otro.

 

Miró por la ventana más cercana que daba a la calle y vió como Kaiba, acompañado de otro sujeto, subían al auto de este último y se iban.

 

Estaba en un cuarto oscuro besando a alguien, es todo lo que sabía. Y que necesitaba saber. Esos labios lo llamaban. Se apretaba a ese cuerpo mientras unos brazos lo rodeaban manteniéndolo así. Su boca no podía parar de probar esa miel mientras sus sentidos se llenaban con otras sensaciones. Su entrepierna se rozaba con la otra.

 

De pronto descubrió que se hallaba sentado y que mantenía las piernas abiertas mientras su intimidad pulsante dentro de su pantalón rozaba la otra entrepierna buscando un lugar.

 

Y de pronto descubrió que… la otra entrepierna también estaba abultada. Se separó y pudo ver claramente el rostro del otro. Era Kaiba, estaba desnudo y abrazándole.

 

Despertó sudoroso y confundido mientras miraba la desconocida habitación y respiraba agitadamente. Si, ahora recordaba. Estaba en una habitación en casa de Mokuba.

 

“¿Qué había sido eso?” Se preguntó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba desayunando con Moki cuando el castaño entró y lo miró con su sempiterna mala cara. El rubio lo miró muy seriamente. Lucía algo cansado.

 

“De seguro se acostó hace poco y aún estaba tratando de sacarse la mona”, se dijo y entonces una idea cruzó su mente.

 

¿Qué pasa Kaiba? Luces como uno que estuvo trotando toda la noche—dijo el joven de ojos mieles.

 

Seto lo miró directo a los ojos y la sospecha que acudió a ellos se clavó en el ánimo de Wheeler que al sentir la fría mirada de esos penetrantes ojos su espina tembló.

 

El café que sostenía el castaño frente a sus labios permaneció largo rato allí mientras las zafíricas pupilas no perdían detalle de su presa. El ojos mieles se sentía como un pollito capturado por la hipnótica mirada de una serpiente.

 

Después de un rato Seto decidió que debía actuar normalmente y descubrir más adelante a que se refería el condenado perro. Tomó un sorbo de su café y desplegó el periódico entre él y el molesto rubio. Joey se concentró en su desayuno. Quizás había ido demasiado lejos. Mokuba los observaba. Algo raro pasaba ahí. Miró a Seto pensando en lo que su amigo dijera. No veía nada de raro en que su hermano trotara de noche. ¿Por    que entonces tanto misterio?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pasaron 6 días antes de  que Seto volviera a ver a Wheeler. Joey fue al estudio en busca de unos atlas para hacer unos mapas. Se estaba estirando para alcanzar estos cuando una mano se estiró hacia el mismo libro y alcanzándolo lo bajó. Sorprendido miró hacia un lado y se quedó petrificado ante los ojos color cielo que lo miraban fijamente. Estaba tan ensimismado en eso que no se fijó en el libro que el otro le ofrecía.

 

El castaño se extrañó de la pinta  del otro. Lo miraba como espantado y los colores se le subieron al rostro mientras no atinaba a agarrar el libro que le ofrecía.

 

Entonces Joseph agarró el libro y dio dos pasos atrás. Seto recordó el último desayuno que tuviera con el ojos mieles. De inmediato tomó una decisión y fue hasta la puerta y cerró con llave.

 

¿Qué… que haces?—preguntó con voz temerosa el rubio y el castaño lo miró fijamente de nuevo.

 

¿Quién diría? El gran bocón está asustado—dijo Seto con autocomplacencia mientras veía al otro con ojos grandes que le miraba casi sin respirar. El rubio corrió hacia la puerta de pronto.

 

Tengo que salir. Moki me espera—dijo mientras trataba de manipular la llave con una mano pero unos dígitos se posaron en su hombro y lo halaron hacia atrás para después empujarlo hasta la biblioteca.

 

Ahora me vas a aclarar porque dijiste eso de que yo salgo a trotar de noche el otro día—dijo el ojos azules.

 

Joey no caía en la cuenta de que estaba hablando y entonces el empresario de mal genio repitió las palabras pero desde mucho más cerca. Comprobando de pronto que las mejillas de Wheeler se encendían más.

 

Yo… eto…--dijo Joseph. Y entonces se le ocurrió. –Miré por la ventana y te vi. salir con un tipo en un auto—añadió. --¿Qué? ¿Te vas de pesca de noche con un amigo y no le dices nada a Mokuba? No lo entiendo. Eres un tipo grande. ¿Le encubres a tu hermanito que te vas de juerga?—exclamó  luego recuperando su talante antagonista.

 

¡Eso no es de tu incumbencia, perro!—dijo furioso Kaiba porque le descubriera ese idiota. –Si vuelves a decir esto frente a Mokuba voy a encargarme que te suspendan esa dichosa beca, así que mantente calladito. ¿Entendiste?—preguntó luego.

 

Joseph no entendía el porqué de tanto alboroto. Era un adulto después de todo. Entonces asintió porque sentía que si no lo hacía su beca se iría al garete.

 

Muy bien Wheeler—dijo el otro mientras se iba hacia la puerta y hacía girar la llave. –Calladito te ves más bonito—agregó mientras el otro pasaba frente suyo camino al pasillo.

 

Por suerte el castaño no vio el sonrojo que sus palabras le ocasionaron, pensó el rubio mientras se alejaba del estudio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joey no podía dormir pensando en lo que había llevado al castaño a salir subrepticiamente de su propia casa. La intriga lo mataba como a todo joven de su edad pero además su interés por saber todo lo relacionado con el joven millonario se hacía más intenso. Cansado de dar vueltas en la cama decidió un plan de acción.

 

Al día siguiente pidió prestada la bicicleta a un amigo de su barrio alegando que debía hacer un trabajo en equipo lejos de ahí y se la prestaron.

 

Presuroso se apostó frente a la mansión Kaiba más o menos a las doce de la noche porque sabía que hasta esa hora era imposible que el ojos azules hiciera su acto de desaparición por Mokuba. Era probable que esa noche nada pasara porque dudaba que el otro saliera todos los días de juerga pero tenía que intentar hasta que el otro diera un paso en falso.

 

Esa noche no durmió ni obtuvo si quiera un premio de consolación por su desvelada porque al otro día debió ir al instituto llevando consigo sus grandes ojeras y su cansancio. Preocupado por su salud, el menor de los Kaiba no se movió de su lado en todo el día insistiendo en saber en el porqué de sus ojeras. Y su novia sospechando de su fidelidad se puso parca con él.

 

Vaya, sinceramente el mundo se le estaba cayendo encima por lo que él presentía. No solo empezaba a sentir cierta obsesión por el mayor de los Kaiba sino que ahora tenía que lidiar con una novia enojada y un amistoso pero muy insistente acosador.

 

La siguiente noche tuvo mejor suerte ya que pasada la una el auto que antes viera paso a recoger al mentado empresario quien subió al auto de la misma presurosa forma.

 

Gracias al trafico algo intenso que a esa hora cruzaba las calles de la próspera Dominó a Joseph le fue fácil seguirlos y dar con el paradero de un edificio de apartamentos algo alejado donde el auto penetró directamente en la cochera, signo inequívoco de que uno de los hombres vivía allí. Y como uno de ellos era Kaiba…

 

Por suerte Wheeler tuvo tiempo de entrar antes que la persiana de metal de la cochera común se cerrara y vio a ambos hombres apearse y luego subir al ascensor con algo de desconcierto. El esperaba que se fueran de juerga y habían ido a la casa de uno de ellos. ¿Sería que Kaiba era un adicto al juego?

 

Pacientemente esperó a que el castaño bajara en su lugar por miedo a que alguien en el edificio lo descubriera si andaba merodeando y fue así que esperó por tres horas hasta recibir su recompensa.

 

Seto y el otro hombre bajaron del ascensor. Ambos con el pelo mojado, signo evidente de un reciente baño. El otro lucía somnoliento, Kaiba no. Y una sospecha empezó a surgir en la efervescente mente de Joey.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Más que alegre estaba Wheeler cuando un par de semanas después fue invitado por el joven Kaiba a recorrer junto a su amigo y su novia el edificio de proyectos y desarrollo de la Corporación Kaiba. Él y Tea miraban maravillados el lugar que Mokuba tan bien conocía y que le divertía hacer conocer a su amigo. Estaban entusiasmados sobre todo con los nuevos video juegos que estaban en la etapa más avanzada. O sea los que estaban siendo testeados para su próxima salida al mercado ya que KC se encargaba tanto del desarrollo de sistemas operativos y hardware para equipos de uso cotidiano como para usos desde los de un avión o diferentes aparatos que requirieran cierto tipo de tecnología, ya sea celulares como GPS y otros.

 

En fin, Joseph se divertía de lo lindo ya que con la venia de su amigo pudo probar un par de esos videojuegos que la gente normal no vería en semanas o más hasta que…

 

…apareció Seto.

 

¿Acaso ni aquí puedo librarme de este sujeto?—preguntó el mayor de los Kaiba a su hermano.

 

Mokuba iba a contestar pero el rubio se le adelantó--¡Oye! ¡Este sujeto tiene nombre, engreído!—todos alrededor sostuvieron el aire sabiendo el bien conocido carácter de Seto Kaiba.

 

Y para más asombro de todos el empresario solo replicó— ¿Acaso olvidaste tu correa, perro?—

 

Joseph trató de encajar el golpe sin que se notara, lo que no logró por supuesto, con su cara de pocos amigos preguntó al otro--¿Y tú, olvidaste tomar tu laxante de hoy?—

 

Unos ojos verdes miraban pasmados la escena. Kaiba no reaccionaba normalmente tan calmado a esa especie de enfrentamiento pero ante este chico se contenía.

 

¡Vamos Ryu! ¡No perderé mas tiempo con este insolente!—dijo al hombre que le acompañaba y entonces el ojos mieles reparó en él, dándose cuenta de inmediato que se trataba de quien acompañara a Seto en sus escapadas. Era un joven de mediana edad, como el castaño, de pelo color miel y ojos verdes, con un aire muy similar a Seto en su porte y distinción.

 

Una vez los dos se fueron el ojos mieles preguntó a su amigo de quien se trataba.

 

Es Ryu Asashi, el secretario personal de mi hermano—le informó el pelinegro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nunca te había visto contenerte ante alguien que te insulta tan despreocupadamente como ese chico lo hizo—dijo Asashi ni bien subieron al ascensor.

 

Seto frunció el ceño molesto de que le vieran aceptar ese tipo de trato sin decirle nada al sujeto. –No le daré gusto de descomponerme y ponerme a su nivel, es un idiota… además es amigo de Mokuba y…--dijo Seto.

 

Entonces el ojos verdes cayó en la cuenta de que ese trato preferencial solo se podía deber a… --Entonces es ese chico. El que salvó a tu hermano de ser secuestrado y…--dijo Asashi. El otro asintió. –Ahora  comprendo—dijo el joven secretario. El ojos azules no le miró a los ojos y comprendió que ese asunto le molestaba. Desde que le conocía nunca le había gustado mostrar debilidad ante nadie y aguantar esa especie de trato de un joven sin decir nada era una especie de humillación para Seto Kaiba. Definitivamente ese joven era especial.

 

Notas finales:

ANTES QUE NADA…

 

AGRADECEROS TODOS VUESTROS LINDOS REVS QUE SON MI FUERZA E INSPIRACIÓN

 

MIS MÁS SENTIDAS GRACIAS

 

XD

 

Y DESPUES DECIROS QUE ESTOY CON ESTO A FULL. AUNQUE TENGO MUY POCO TIEMPO PARA ESCRIBIR EN MI CABEZA TENGO YA EL ESQUELETO DE ESTA HISTORIA.

 

ESPERO SER FIEL A ELLA.

 

A WHITEKAAT MI AGRADECIMIENTO POR SUS BELLAS PALABRAS COMO A BL FAN.

 

SEPAN QUE TODOS LOS DIAS REVISO MIS REVS DESDE MI CEL Y ME ALEGRAN VUESTRAS OPINIONES.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).