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KAIBA´S SECRET por desire nemesis

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Notas del capitulo:

BUENO

AQUI LES DEJO ESTE NUEVO CAP

^^

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME SIGUEN

BESOS GRANDES

Joey no podía evitarlo. Era más fuerte que él. Siguió al castaño de nuevo. ¿Por qué? Porque necesitaba saber. Algo dentro de él le impedía estar en paz desde que observó esa escena en la piscina.

 

Tuvo suerte ya que la noche elegida para hacerle la guardia fue la noche justa en que el ojos azules y el ojos verdes salieron subrepticiamente de la casa Kaiba. Todo se desarrolló de igual manera. Joseph pudo traspasar la malla metálica del garaje antes de que esta cerrara y se escondió tras una columna como antes lo hiciera.

 

Solo que…

 

No pudo evitar mirar atentamente cada movimiento de esos dos y al hacer eso asomar su cabeza por lo que el castaño logró verlo de reojo.

 

¡Quédate aquí!—ordenó a Ryu furioso mientras el ojos mieles se agazapaba tras la columna esperando que al otro le hubiese llamado la atención cualquier otra cosa.

 

Pero Kaiba se le plantó enfrente y tomándole de los hombros preguntó--¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? ¿Por qué rayos me persigues?—

 

Yo… eto…--decía Wheeler tratando de idear una mentira que lo sacara de ese embrollo.

 

¡Dime porqué me sigues, porque diantres no me dejas en paz!—exigió el mayor de los Kaiba.

 

Joey solo percibía su voz a medias pues lo sostenía contra la pared y su boca estaba tan cercana. De nuevo estaba como hipnotizado.

 

¡Porqué! ¡Dime porqué!—exigió otra vez Kaiba lleno de furia y luego sintió los labios del otro sobre los suyos.

 

Fue un impulso, un mero impulso. No un acto guiado por la conciencia. Fue demasiada la atracción que el rubio sintió por esos labios como para evitar cometer ese acto sin retorno. Sus manos se quedaron en el rostro del otro para pegar también su cuerpo al del mayor que respondió aflojando su agarre.

 

Aún no meditaban nada. Simplemente se dedicaron a disfrutar del momento. De la increíble intensidad del beso. Para los dos. Ambos descubrieron que sus cuerpos parecían necesitarse demasiado. Seto abrazó con fuerza el cuerpo del otro como si fuera un tesoro que temiera le arrebataran.

 

Después de un momento la conciencia tocó a la puerta del mayor que con sorpresa en la mirada aflojó su agarre y trastabilló caminando hacia atrás.

 

Joseph simplemente se quedó quieto mirándolo porque él también estaba sorprendido, de lo que se había atrevido a hacer, con quién y la reacción del otro. De todo.

 

 

¡Yo subiré y tú desaparecerás de aquí!—le dijo Kaiba como si fuera una aparición que él se negara a percibir. Y se fue. Sudoroso y angustiado por lo que acababa de hacer.

 

Ryu lo vio pasar ante él, blanco como el papel y llevado por la curiosidad fue a ver quién estaba tras la columna. Se encontró a un Joey shockeado que le miró de pronto, después de un rato en que el otro se le quedara mirando sin saber nada de lo ocurrido, en que lo vio como si recién hubiera aparecido.

 

Su cara se tornó tan angustiada como la de Seto y de inmediato corrió escaleras arriba. Ansioso por la posibilidad de que el rubio fuera por Seto, Asashi lo siguió. Pero para su sorpresa halló que el otro trataba de salir por la puerta principal. Manoteaba el picaporte como si un animal salvaje le persiguiera pero la puerta no se abría porque solo lo hacía por intermedio de una llave.

 

Ryu observó lo angustiado que estaba. Parecía faltarle el aire. --¡Cálmate! ¡No pasa nada! ¡Tranquilízate! ¡Espera unos minutos y después te vas!—le dijo al angustiado chico pero se veía que no quería quedarse bajo ningún concepto así que le abrió y el otro se fue corriendo.

 

Llevado por un mal presentimiento justo en ese momento Kaiba bajo del ascensor principal. – ¿Tú que haces aquí?—le preguntó el ojos azules.

 

El chico quería irse. Me dejó preocupado. Se veía mal. Respiraba con dificultad. Espero y se le pase—dijo el ojos verdes. No había terminado la frase cuando el otro ya corría por la puerta que el otro aun mantenía abierta desde que Joseph se fuera. Estaba enfermo del corazón. Seto por breves instantes lo había olvidado. El shock de todo eso podía agravar su situación.

 

Corrió por la calle con el corazón palpitándole a mil y halló al muchacho derrumbado junto a un buzón. Estaba agarrado al poste de este como quien sufre los embates de un huracán y se aferra a una cosa que esta bien empotrada en la tierra.

 

Se agachó a su lado y le tocó en el hombro. El otro reaccionó como se reacciona ante un shock eléctrico. Le miró con temor conmoviendo quién sabe porqué al millonario que le abrazó de inmediato sintiendo como el otro temblaba y respiraba erráticamente. De inmediato lo levantó y se lo llevó de ahí en brazos. En la clínica el médico que le tratara la vez anterior que le hizo los chequeos del caso.

 

Ahora se encuentra estable—explicó al millonario que estaba acompañado de su secretario. –¿Recibió alguna fuerte impresión? ¿O una mala noticia?—preguntó este.

 

Algo así. ¡Dígame todo!—respondió y exigió el ojos azules.

 

Bueno, como usted sabe, en su condición el joven esta clase de eventos pueden ocasionar sucesos como el que vieron. El joven estuvo sufriendo de una arritmia  temporal sin  consecuencias en apariencia. Como dije el joven se ha estabilizado pero eso no quiere decir que haya que quedarse tranquilos pues puede en el futuro repetirse. Es mejor mantenerlo en observación en su casa—dijo el joven médico.

 

Seto llevó a Wheeler a su casa y conoció a su padre y su madrastra que recibieron al joven con preocupación.

 

Gracias por traerlo—dijo la madrastra–Debió ser un gran susto para usted y su hermano que Joey se descompusiera en su casa—

 

“Entonces eso es lo que les dijo”, pensó el castaño descubriendo la mentira del otro.

 

No se preocupe y vigílelo bien—dijo el mayor de los Kaibas antes de despedirse.

 

Se sentía muy cansado y a todo eso eran ya las seis de la mañana con que se había pasado la noche en vela.

 

¿Qué quieres hacer?—le preguntó Ryu.

 

¡Llévame a casa! Me daré una ducha e iré a Kaiba Corp—dijo Kaiba.

 

Sabía que dirías eso—dijo su secretario sonriente y enfiló su auto hacia la zona residencial donde el millonario tenía su casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dos días habían pasado de su infeliz encuentro con el ojos azules y Joey aun rodaba en la cama víctima del frenesí al que estaba sometido su débil corazón pues deseaba verlo de nuevo con tantas ansias y a la vez… temía el reencuentro, el reproche y la burla.

 

Volvió al instituto ese día y se enfrentó a la cara de preocupación de sus compañeros, amigos y novia. Pero lo que más le incomodaba era la cercanía de Mokuba. Tal vez por ser pariente del castaño o porque… deseaba demasiado entrar de nuevo a su casa y verlo.

 

Casi una semana había pasado desde ese encuentro cuando su compañero le invitó de nuevo para estudiar en casa.

 

No puedo—se excusó.

 

¿Por qué?—preguntó el otro y el rubio no encontró las razones necesarias. –Me siento muy solo allá. Seto trabaja hasta tarde y ya ni le veo. Si es por eso puedes quedarte tranquilo que no le verás. Te extraño, amigo—añadió el pelinegro.

 

Era demasiada la tentación así que el joven Wheeler aceptó la invitación y llegaron a la casa, llena tan solo de sirvientes y estudiaron, comieron y se divirtieron a placer con los videojuegos nuevos de KC.

 

Seto llegó antes de las diez por primera vez en la semana y pidió que le llevaran un café al estudio antes de dirigirse hacia allí.

 

Fue pura casualidad que justo cuando cruzaba la intersección de dos pasillos por el otro saliera Joey del baño y le viera de reojo. Su corazón se detuvo víctima de la impresión y de tenerlo tan cerca.

 

No pensó y siguió los dictados de su corazón. Fue hacia la esquina en donde el castaño doblara para ver si lo veía antes de desaparecer. Lo vio entrando en el estudio pero en el momento en que iba a ir hacia la habitación algo lo detuvo.

 

Fue que recordó como lo miraba después de aquel beso. Cómo había rechazado tal acto. Mientras meditaba esas cosas, Alfred el mayordomo golpeó a la puerta del estudio con una taza humeante llevada en una bandeja.

 

Soy yo, señor Kaiba. Traigo su café—dijo el sirviente y después de oír la contestación entró.

 

¿Qué haría?, se preguntó el rubio.

 

¡No quiero ni que te me acerques ni que me hables! ¡Eres una aberración! La única razón por la que te dejé entrar a mi casa es porque mi hermano se sentía muy triste por tu ausencia pero por mí puedes morirte que no me importa—dijo el castaño en la imaginación de Joey y es que esos eran todos los temores del joven ojos mieles.

 

El mayordomo salió y cerró solamente con el pestillo. Joseph era un mar de nervios, quería verlo pero temía su reacción. Se  acercó a la puerta en cuestión temeroso de lo que se encontraba dentro y ansioso de conocerlo a la vez.

 

Seto estaba tan ansioso y no sabía porque pero aunque miraba la pantalla de su laptop no se le ocurría que escribir para la conferencia que tendría en unos días y es que su mente parecía inestable y huidiza. Tomó un sorbo de su café y dejó la taza sobre el plato a un lado del escritorio en L. De pronto se descubrió mirando por el ventanal hacia el jardín y pensando en lo que Joey había dicho del costo de su mantenimiento. ¡Idiota! ¿A que venía estar pensando en ese muchacho maleducado e irritante ahora? Y luego recordó el beso. Eso lo puso mas ansioso y de un movimiento brusco tomó la taza, volcándola sin querer en una de sus perneras y parte de su blanca chaqueta. Se levantó confuso y ofuscado. Se cambiaría pues estaba hecho un desastre. Se sacó la chaqueta, la corbata se la había sacado al sentarse en el escritorio, antes de desabotonarse los primeros botones. Fue hacia la puerta y la abrió.

 

Fue en el preciso momento en que había decidido marcharse que la puerta se abrió y se vieron de frente. Kaiba se veía más impactado que enojado.

 

¡Debemos hablar!—dijo el ojos mieles.

 

¡No hay nada de que hablar!—contestó el de los zafiros echando atrás. Le dio la espalda y se fue hacia el escritorio.

 

¡Pero…!—trató de hacerle cambiar de opinión el otro.

 

¡Que no!—dijo volteando Kaiba para dar énfasis a sus palabras y tal vez fue su error porque de nuevo pudo sentir esa impulsiva boca sobre la suya, esos labios que lo seducían.

 

No me dejes. Te necesito—imploró una voz hasta entonces desconocida para el empresario que cerró los puños en los hombros del otro buscando la fuerza para rechazarlo mientras sus labios surtían su hechizo sobre los suyos.

Notas finales:

Y?

NO ME MATEN

NI ME DEJEN DE PONER REVS PORQUE SINO MUERO DE LA DESILUCION

LOS QUIERE DESIRE

SALUDOS KENY, BIENVENIDA

A SXJ A JASMIN Y A NIKKI

GRACIAS

^^


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