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KAIBA´S SECRET por desire nemesis

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Seto estaba confundido. ¿Cuál era la verdad de todo aquello? Por un tiempo había intentado convencerse de que lo que sentía por Joey no era atracción física sino el mero reflejo condicionado de un padre a su hijo. Y ahora…

 

Estaba solo ya que Mokuba no le hablaba aunque hubieran descubierto que el rubio no era un Kaiba ya que el hecho de abandonar a su hijo recién nacido permanecía.

 

“Mi hermana no era lo que ese señor dice. Ella cuidó de su sobrino. Si no me cree haga un ADN—dijo Alice”

 

Era lo que el castaño hizo dado la situación y ahora le tocaba esperar los resultados. Eso no quitaba que dentro de él estaba más aliviado. De pronto no era culpable de incesto y esa era para él la mejor opción.

 

Joseph en su casa sentía la misma turbulenta tormenta de emociones. Ahora todo estaba revuelto. Su tía era su madre y viceversa. ¿Cómo confiar en algo después de todo eso?

 

El ojos azules no lo había ido a visitar desde que descubrieran la verdad y eso lo atemorizaba. ¿Y si se alejaba de él para siempre al descubrir que ningún lazo los unía?

 

Dos semanas después su padre le avisaba que el examen había dado negativo y que en efecto no era hijo de Seto Kaiba.

 

Quiero hablar con él, papá. ¿Puedes llamarlo para que venga?—preguntó el ojos mieles.

 

No estoy seguro de que venga. Después de todo hijo, es un hombre muy ocupado y ya nada lo liga con nosotros—respondió Karl.

 

En efecto. El secretario de Seto se disculpó diciendo que el señor Kaiba se encontraría ocupado toda la semana. Joey estaba dolido y temeroso de que el otro aprovechara esa oportunidad para abandonarle. Sentía que ahora lo necesitaba más que nunca.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El espía había asestado otro golpe a la compañía y éste amenazaba con ser letal para ella. Dos de sus mejores productos. Los cuales tardaron años y millones de dólares en investigación fueron presentados primero por dos compañías rivales. Las pérdidas eran cuantiosas y los resultados desastrosos. Seto enfrentaba una recesión. La compañía para enfrentar tales pérdidas debería despedir personal inmediatamente pero eso no garantizaba nada pues en la bolsa las acciones de KC antes inamovibles caían en picada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otra semana había pasado y Seto no había llamado ni ido. Joseph estaba deprimido y se puso a hacer zapping en la televisión cuando se encontró la noticia. Al lado del conductor del noticiero estaba la foto de Kaiba. Subió el volumen del aparato.

 

Las acciones de Kaiba Corp siguen en franco descenso mientras la compañía ha despedido a cientos de trabajadores. Los economistas han previsto que la desaparición de dicha empresa es más que cercana pues la recesión por la que está pasando es solo la punta del iceberg. Mientras de cientos de corredores intentan desesperadamente vender acciones de Kaiba Corp los trabajadores despedidos se manifiestan con sus familias frente a la sede principal y el dueño se ha visto involucrado en escándalos de abandono de niños además de pérdida de contratos millonarios. Es irreversible esta caída en picada que terminará tanto con su vida empresarial como con la social. Dicen los entendidos—dijo el conductor mientras en la televisión mostraban imágenes de la manifestación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Intentaba entrar en el edificio sorteando la multitud cuando alguien lo golpeó y otros más se le unieron. Joseph se tapaba pero aún así lo lastimaban. Se sentía algo débil pero aún así debía ir allí y verlo. Necesitaba ver a Seto. En casa nadie sabía que se había ido aún. Los policías que habían acordonado la manifestación para evitar actos violentos lo vieron y fueron en su auxilio. Cuando entró los de la recepción se preguntaron si se encontraba bien y dudaron cuando él les pidió que llamaran a la oficina del jefe.

 

Ha sido muy arriesgado que vinieras en tu condición Joey—le dijo Ryu cuando lo recibió en el piso más alto.

 

A Joseph le cayó mal que le llamara por su mote. No tenían tanta confianza pero nada dijo. –Necesito ver a Kaiba—le mencionó.

 

Ahora no podrá ser. Está en una conferencia de prensa—le informó el secretario. – ¿Te llamo un taxi? Es peligroso salir de aquí a pie—añadió.

 

No, gracias. Lo esperaré—dijo el joven y se sentó en la sala de espera.

 

Muy bien. ¿Quieres una leche con galletas?—preguntó divertido Ryu. El joven rubio cruzó los brazos ceñudo. Estaba seguro de que lo hacía a propósito.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Esos chupasangres!—dijo Seto entrando en su oficina, refiriéndose a los periodistas que no lo habían tratado nada bien. Pero en cuanto vio ahí a Wheeler se le pasó el enojo y su cara se tornó preocupada. --¿Qué haces tú aquí?—preguntó Kaiba.

 

Le dije que…--decía el secretario.

 

Si la Maoma no va a la montaña, la montaña va a Maoma. Aunque las montañas no se mueven pero yo sí—dijo Joey. Estaba impaciente por sacarse al gusano de Arashi de encima.

 

¡Pasa!—dijo Seto abriendo la puerta de su oficina personal.

 

¿Qué hac…?—intentó preguntar Seto pero el otro no le permitió las palabras ya que su boca se hallaba sobre la suya. Se sentía tan bien la cercanía de ese cuerpo. Estaba enloqueciendo por él en ese mismo lugar pero debía contenerse o de otra manera podría dañar al cachorro.

 

Alejándolo le dijo--¡Para! Esto…--

 

¿Aún me quieres?—preguntó el ojos mieles mirándolo a los ojos.

 

¿Qué?—preguntó el castaño confundido.

 

¿Aparte de viejo eres sordo? Si aún me quieres, pregunté—dijo Joey.

 

¿A qué viene eso ahora? Yo…--dijo el empresario pensando en los múltiples problemas que tenía. La cabeza estaba a punto de estallar.

 

Te amo. Quiero saber si tú aún me amas—dijo el joven.

 

No digas tonterías. Este es un momento…--dijo Seto.

 

Si. Lo sé. Vine a verte porque estaba preocupado por ti. Aunque tú no me llamaste como yo a ti estaba preocupado—dijo el menor.

 

No es el momento de…--dijo el mayor.

 

¡Te equivocas! ¡Si lo haré!—dijo Wheeler y antes de que pudiera evitarlo el más alto sus labios se apoyaron de nuevo en los suyos y sintió de nuevo su calor.

 

Por un momento el castaño lo olvidó todo llevado por la sensación de esa calidez que le envolvía.

 

Ryu separó su oído de la puerta con una mirada extraña. Con que eso era. Y pensar que él creía que el rubio extrañaba a su papi millonario y que el otro le había tomado cariño a su hijo de mentira.

 

Los dos fueron hasta el escritorio mientras sus bocas no paraban de paladearse mutuamente en una frenética danza. Sus manos rastreaban el cuerpo ajeno mientras el calor de sus cuerpos aumentaba. Seto sentó al otro en el escritorio mientras él colocaba una pierna entre las del rubio y con ella frotaba la zona más sensible del joven cuyos gemidos comenzaron a ser notorios.

 

¡No! ¡Detente! ¡Harás que me venga! Yo… yo quiero ser tuyo—dijo el rubio pero entonces la emoción ganó y su cuerpo estalló como una flor.

 

Mientras lo sostenía contra sí el mayor le dijo—No. Ahora estás enfermo—

 

No mientas. Cuando fui tuyo la primera vez también estaba enfermo—dijo el ojos mieles ansioso de convencerlo.

 

¡Pero no tan grave!—retrucó el otro. –Hace poco… esperemos—dijo Seto.

 

¡No quiero esperar! Te necesito. No quiero que nadie más te toque. Tú eres mío. Si no soy tuyo moriré.  ¿Tu no me necesitas?—preguntó el rubio entre besos desencadenando en Seto la reacción esperada.

 

Esta bien, pero si te sientes mal…--dijo el empresario.

 

Prefiero morir siendo tuyo que en un hospital—dijo el rubio antes de recibir el beso del otro.

 

Kaiba lo preparó y lo tomó. Sus manos se crispaban en su espalda como las del otro en la suya. Lo llevó hasta la silla y ahí se sentó con Wheeler sobre él.

 

Los gemidos de ambos eran como un elixir para cada uno mientras el ritmo imparable de las embestidas los llevaba al punto de no retorno.

 

Sus bocas no podían separarse más que milímetros por la fuerza de atracción que ambas se ejercían. Cuando Seto sintió que llegaba el clímax oyó también la voz del otro proferir—Seto—

 

Eso lo hizo enloquecer, vaya a saberse porque motivo y exigió—Dilo otra vez—

 

Seto, Seto, Seto—dijo entre cada beso el otro mientras sentía a su espalda arquearse hasta casi el punto de ruptura mientras el otro lo sostenía por la cadera. Ambos se vinieron al unísono y después de eso el menor se recargó en el castaño.

 

Yo tampoco quiero que nadie más te toque—preguntó el mayor con su pecho aún agitado y casi sin voz mientras sentía la respiración del otro igual a la suya. Joey sonrió con su mejilla descansando en su pecho mientras sus manos aún se aferraban a las solapas de su traje.

 

Nadie más puede tocarme. Si alguien más lo hace muero pero contigo revivo—dijo el de ojos melados.

Notas finales:

ESPERO LES GUSTE

ME ESFORCE

GRACIAS POR SUS REVSY COMO LO PROMETI HOY LES TRAJE OTRO CAP

SALUDITOS Y HASTA EL PROX

JA NE

^^


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