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KAIBA´S SECRET por desire nemesis

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Joseph llamó a Seto pero Mokuba le dijo que no estaba y que el castaño le había dicho que no regresaría hasta el día siguiente. No sabía a donde había ido.

 

Pero Joseph creía saberlo.

 

Fue a aquel edificio. Y se puso a inspeccionar la lista de los habitantes, donde encontró su nombre. Asashi Ryu, 602. El portero al verlo mirar detenidamente la lista, salió a ver que quería.

 

No. Estoy buscando  a un amigo pero parece que me equivoqué de edificio—dijo el joven temiendo que si decía el nombre del joven secretario el portero le avisara de su presencia.

 

Se fue inmediatamente y esperaba en el portón del garage la oportunidad perfecta para entrar cuando un auto penetró. A hurtadillas subió los siete tramos de escaleras para no cruzarse con el portero y un poco sin aliento llegó al piso deseado.

 

Estaba por salir del compartimento dedicado a las escaleras pero se detuvo con la puerta aún abierta. Esa era la voz de Asashi. ¿Estaría despidiéndose de Seto? Aguzó el oído y no comprendió lo que oía hasta un momento después de que los otros dejaran de hablar.

 

¡Esto será el golpe final que estábamos esperando!—dijo Ryu–Cuando la prensa se entere de que Seto Kaiba a cometido estupro y con el joven que hasta hace unos días se creía que era su hijo. Si con esto Kaiba Corp no se hunde hasta el mismísimo subsuelo no sé con que lo lograremos—

 

Joseph estaba paralizado. Ese hombre estaba traicionando a Seto. Planeaba esa hecatombe. Si los medios se enteraban de lo suyo con Seto lo devorarían vivo y lanzarían sus huesos a la calle. Tenía que evitarlo. Pero… ¿Cómo?

 

En tres día cuando la parálisis del mercado halla empezado a repuntar daré a los medios la cinta y será el final para Kaiba Corp—dijo el secretario del castaño.

 

Le informaré al jefe. No falles—dijo el otro hombre.

 

Yo jamás fallo. Dile a tu jefe que deposite el dinero en la cuenta de Suiza antes de medianoche o pensaré que no quieren darle el golpe final a la Compañía—dijo Asashi.

 

No amenaces Asashi—dijo el interlocutor de éste.

 

Yo no amenazo Dirán. Dile a Pegasus que quiero el 70 por ciento antes de la medianoche—dijo Ryu antes de despedirse del otro.

 

Hacía rato que los dos que oía se habían separado, Ryu para entrar a su apartamento y Dirán subió al ascensor, cuando Joey comenzó a moverse. Tenía tiempo para evitar el desastre y como que se llamaba Joseph Wheeler que la evitaría.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando vio al rubio el secretario sonrió felíz y pregununtó--¿Deseas hablar con el señor Kaiba, no es cierto?—

 

Wheeler solo asintió.

 

Es que hoy tiene que ir a Sapporo y…--decía Asashi cuando el ojos azules salió portando un maletín.

 

¿Wheeler?—preguntó sorprendido el joven empresario.

 

Tengo que hablar contigo—le dijo el estudiante.

 

Deberá ser en otra ocasión. El helicóptero me está esperando y si no llego en treinta minutos perderé el vuelo a Sapporo—dijo Kaiba mientras terminaba de colocarse sobre los hombros su gabán mientras sostenía el maletín primero con una mano y luego con la otra.

 

¡No! ¡Debe ser ahora!—gritó impaciente el ojos mieles y ambos castaños lo miraron sorprendidos.

 

En serio no puedo. Pero si me necesitas te dejaré un número al que podrás llamar—dijo Seto apoyando una mano en el hombro del chico.

 

El rubio miró a Asashi de una forma que el castaño sintió que lo que tenía que hablar el estudiante se refería a él y decidió actuar.

 

¡Es necesario que tome ese vuelo! ¡Compréndelo chico!—dijo el secretario tomando al otro del brazo y halándolo.

 

¡No!—dijo el estudiante tratando de zafarse. Gracias a eso el secretario supo que era cierto lo que estaba pensando. De alguna manera el joven sabía.

 

Nos veremos en dos días—dijo despidiéndose Kaiba.

 

¡No! ¡Seto!—lo llamó mientras el otro pretendía irse cruzando la puerta. Entonces gritó— ¡Él te va a hundir!—

 

El castaño se detuvo y volteó, viendo mejor la escena. Su secretario agarraba fuertemente al rubio y su cara demostraba pánico lo que le dio mala espina y preguntó--¿Qué?—

 

Mientras luchaba por zafarse Joey exclamó— ¡Tiene una cinta! ¡Se la va a dar a los medios!—

 

¿Qué dice? ¿Qué es esto? Yo no…--dijo Ryu.

 

Trabaja para un tipo llamado Pegasus. ¡Yo lo oí! Otro tipo fue a su apartamento y le dijo que si no le entregaba el dinero ayer a medianoche no lo haría. ¡Quieren que quiebres! ¡Él te traicionó!—dijo el ojos melados.

 

Mientras el castaño procesaba la revelación su secretario buscaba a su alrededor algo que le ayudara con su corazón latiendo desacompasadamente. Ese mocoso idiota le había descubierto. Sin duda Kaiba lo entregaría a la policía. No. No podía caer preso. Nunca lo permitiría. Él Había preparado todo para cuando eso terminara mudarse a Europa a vivir su vida entera con el dinero que había acumulado.

 

Maximiliam Pegasus. El dueño de IMC. Una de sus principales competidoras y que se había llevado la mayoría de los contratos que a él se le habían caído. El espía había sido todo este tiempo su hombre de más confianza.

 

Levantó sus ojos y los zafiros se cruzaron con las esmeraldas. Una pregunta escapó de sus labios. --¿Por qué?—

 

¿Quieres saber por qué? Yo te diré porque—dijo el otro castaño que seguía buscando con la mirada mientras sujetaba al rubio. Encontró algo que serviría y se estiró por el abrecartas que tenía sobre el escritorio. Poniendo este sobre la piel del cuello de Joseph continuó diciendo—Por dinero. ¿Por qué mas? ¿Creías que esto era personal? No lo es. Esto es por dinero, por mucho dinero—

 

Pero yo…--dijo el empresario aun shockeado.

 

¿Tú qué? ¿Me pagas mucho dinero? No el suficiente. Fuiste avaro y eso se paga. Creías que con ese suelducho que me pagas podrías tener un asistente que te calentara la cama además. Me pagaste poco diría yo, muy poco—dijo el de ojos verdes algo molesto y entonces Joseph tuvo la certeza de que el otro había sido el amante de Seto.

 

Sus ojos buscaron los azules que le miraron preocupados y en ese contacto se fundieron.

 

¡Qué lindo ver ese amor en una pareja tan joven! Sobretodo por el chico. ¿Qué? ¿No te da vergüenza acostarte con un menor Kaiba?—preguntó Ryu y haló por la cabellera a su rehén. –Bueno. Eso ya no me incumbe. Ahora me iré y mucho cuidado con lo que haces porque la vida del chico esta en tus manos—dijo Asashi mientras tomaba a Joey de un brazo y bajaba el abrecartas hasta su espalda con intenciones de irse.

 

¡Déjalo! ¡Llévame a mí!—propuso al ver el estado de agitación de Wheeler.

 

Lo siento pero no. Tú no serás un rehén tan apropiado. Además tengo el aliciente de que te mantendrás calladito gracias a mi salvoconducto. Si todo sale como espero mañana estaré en Europa y tu con más problemas de los que puedas imaginar. Por el chico no te preocupes. Aunque me arruinó el negocio, si se porta bien no pienso hacerle daño—respondió Ryu con una media sonrisa. Después desapareció con el rubio por la puerta y aparentando acompañar al menor subió con él al ascensor. Para entonces el joven se hallaba agitado.

 

Ryu le dijo a Wheeler—Tranquilo. Nada va a pasarte—

 

¿Por qué lo odias tanto?—preguntó Joey refiriéndose a Kaiba.

 

Yo no lo odio. Ni siquiera me interesa—contestó el ojiesmeralda.

 

Pero ustedes… fueron…--dijo el ojos melados.

 

¿Amantes?—preguntó Ryu con cara divertida. –No te preocupes. No es por celos ni nada así. Si me convertí en su amante fue para controlarlo mejor. Son gajes del oficio—explicó Asashi.

 

¡Eres como una prostituta!—dijo el rubio en un arranque. Sentía que todo eso no era justo para el castaño que le había dado su confianza.

 

Ryu se enfadó sus ojos lo demostraron y también como su cuerpo se tensó de pronto como una cuerda. Golpeó al muchacho con el puño cerrado y este cayó hacia atrás. Al ver que no se movía después de la caída Arashi intentó despertarlo sin éxito.

 

Niño idiota—dijo mientras lo cargaba. Ese jovencito era su salvoconducto y no lo abandonaría hasta estar a salvo.

 

De pronto el ascensor se detuvo pero las puertas no se abrieron. --¿Qué rayos sucede?—preguntó el ex secretario en voz alta.

 

Olvidas que estás en mi edificio—le comunicó una voz en el parlante. Era Kaiba.

 

Si no me dejas ir yo…--dijo el castaño.

 

¡Tú, nada! ¡No me dejaré intimidar por una escoria como tú! La policía viene en camino. Cuando lleguen les abriré las puertas y tú serás un triste recuerdo—le dijo el dueño de Kaiba Corp.

 

No estés tan seguro porque si no abres las puertas ahora mismo tendrás algo mas en tu conciencia que abandonar a un hijo—le dijo el ojos verdes cambiando de brazo el cuerpo de Joey y sacando el abrecartas. Sabía que lo estaba mirando por la cámara del ascensor. Como no recibiera respuesta alguna hizo un fino tajo en la garganta del otro. Tan fino que solo se veía gracias a las gotas de sangre que manaron de él. --¿Ahora me crees?—preguntó. Las puertas del ascensor se abrieron. –Buen  chico—dijo a la nada y salió de ahí cargando el pesado bulto.

 

Pero no había dado dos pasos cuando se dio cuenta que dos guardias de seguridad iban hacia él. Entró en pánico y corrió con el chico aún en brazos que despertó en el trayecto. Cuando el mayor se vio en un lugar sin salida se dio cuenta de que el otro había despertado y diciéndole—Justo a tiempo—apoyó sus pies en la tierra para luego amenazar a los guardias mientras sujetaba de nuevo el abrecartas frente a la nuez de adán de Joey. --¡Váyanse o juro que lo mataré!—los guardias no perdieron la compostura y lo cercaron. --¡Hablo en  serio!—advirtió.

 

¡Entrégate!—le dijo el rubio.

 

¡Nunca! No iré a la cárcel—dijo el otro mientras retrocedía con  tan mala fortuna que tropezó con un paquete de hojas que alguien había dejado caer cuando el alboroto de verlo sacar el cuchillo. Cayó hacia atrás halando a su rehén con él. La pared era solo un gran ventanal por el cual ambos cuerpos penetraron con facilidad.

 

Notas finales:

ESPERO LES GUSTE

SE QUE HAY GENTE QUE SUPONÍA QUE EL SECRE ERA EL TRAIDOR

LO CUAL ES MUY LÓGICO 

PERO... IMAGINABAN ESTO?

BESOS


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