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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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Sería una de las fechas más importantes para el Faraón. Lamentablemente no hacían cuatro días desde que asesinaran a su padre. Mientras miraba por la ventana la extensión de arena que lo dividía de uno de los cursos más importantes de agua del mundo.

 

Estaba mirando esa imagen cuando uno de sus esclavos entró diciendo—Perdón. Mi Faraón, Yugi Motou desea verle—

 

¡Dejádle pasar!—ordenó el ojivioleta.

 

Yugi se acercó casi temerosamente, y Yami lo miró acercarse preguntándose que quería.

 

¡Mi faraón!—dijo el más joven arrodillándose.

 

¿Qué deseas ahora?—preguntó el mayor con algo de molestia.

 

Escuchando el tono del otro Motou sintió que su corazón se venía abajo. –Perdón por molestarle. Mejor es que me vaya—dijo después de una ceremonial inclinación para irse luego.

 

¡He preguntado algo y quiero que me respondas!—exigió el regidor de toda la tierra de Ra.

 

El joven se detuvo en la puerta y sin voltear contestó—Sólo quería saber como se sentía. Tonterías mías mi Faraón. Buenas noches—trató de irse nuevamente y nuevamente le fue negado por el otro.

 

¡Quédate!—ordenó el otro apresuradamente.

 

¡Si usted lo ordena!—dijo con desgana el más bajo y se arrodilló de nuevo frente al Faraón.

 

¡Acércate! ¡Quiero verte!—le dijo al más bajo quien obedientemente se aproximó. Con su mano derecha tomó la barbilla del otro y le obligó a levantar la vista mientras le preguntaba--¿Por qué deseas saber como me encuentro?—

 

Es mi deber. Es mi futuro marido y debo estar al pendiente de usted—contestó Motou sin revelar al otro el verdadero porqué de sus acciones.

 

Todo era muy confuso. Desde que le vio sintió una ira que nunca había conocido dirigida a él. En sus ojos estaban las huellas de las lágrimas que reprimía y que esperaba que el otro no lograra ver.

 

Pero Atemu las vio con claridad y por eso preguntó--¿Estas seguro de que es solo por eso?—

 

¿Por qué más podría ser? Usted y yo no tenemos una relación de cariño ni nada que se le parezca, Faraón. Lo dejó bien claro en más de una ocasión—dijo el más joven sintiendo el dolor que las palabras del príncipe le provocaran  otra vez.

 

¡Te quedaras a comer!—dijo el más alto.

 

Pero yo…--dijo algo aturdido el doncel.

 

¿Dirás que no a tu Faraón?—preguntó Yami.

 

No mi señor—respondió el otro algo triste.

 

Se sentaron ante una mesa en la misma recámara del Faraón y este envió un papiro con un mensaje a un destino desconocido.

 

¡Cuéntame que deseas hacer una vez te hallas asentado como mi esposa en Egipto!—ordenó el Faraón y el otro se sintió sorprendido.

 

¡Creí que no le importaba!—alegó.

 

Solo quiero oír una charla amena mientras como. Últimamente solo oigo cosas de estado. Todos los grandes consejeros solo están preocupados por quien atacó a mi padre y al sumo sacerdote—dijo Atemu algo pinchado, le pareció al doncel.

 

Sobre todo Seth Kaiba—dijo éste y la forma en que lo dijo anunció al otro que éste sabía algo que no debía saber.

 

¿De qué hablas?—preguntó de pronto colérico el Faraón tomando la muñeca del otro para lograr ver con claridad en sus ojos violetas.

 

¡Suélteme por favor, majestad! ¡Me lastima!—dijo el joven doncel.

 

Quizás fue el tono que usó lo que hizo que aflojara su agarre y le dijera con solo un poco de suavidad--¡Responde!—

 

Todos lo saben, majestad. Es un secreto a voces que usted ama al sumo sacerdote de Ra. Que se reúnen todas las noches desde hace tiempo—le dijo de frente el más bajo bajando la vista. Se podía ver que eso lo ponía triste y un extraño impulso se apoderó del más alto que jaló a Yugi hasta sí y con su otra mano impulso la cabeza del doncel hasta la suya y sus labios probaron la dulce miel del menor que impactado no reaccionó.

 

Luego las manos rodearon por completo a Motou que pudo sentir el contacto de los fuertes músculos del que iba a convertirse en su esposo. El que pronto lo poseería. Quisiera él o no y su Faraón. ¡Cuantas razones para no rechazarle pero… sin embargo…!—

 

La fuerte presión en su pecho hizo que Yami alejara su cara de la del otro.

 

Debemos esperar hasta la boda—dijo el más bajo.

 

¿Y si no quiero?—preguntó acercándose mucho Atemu a su cara.

 

Eto… yo…--contestó Yugi.

 

El rubor que subía a las majillas del menor era demasiado tentador para que el Faraón no lo notara y una extraña sensación lo invadió que lo llevó a soltar al menor y decir—No te preocupes. Esperaré. Ahora ve a tus aposentos. Mañana será un día muy largo—

 

Si… si mi Faraón—dijo antes de desaparecer el muy confundido doncel. ¿Por qué de pronto el otro se comportaba tan amable con él? ¿Sería posible que…? No, no, se dijo negando con la cabeza mientras se dirigía a su habitación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aún no creo que me dijeras la verdad—dijo el Capitán.

 

Se encontraron cuando Jouno volvía de dejar a su amo con el Faraón.

 

Lo que tu crees solo tú lo puedes decidir—dijo el rubio.

 

¡Oye!—dijo el ojiverde tomándolo fuerte del brazo haciendo que el otro volteara y le viera de frente. Esos ojos melados…

 

¿Qué es lo que…?—trató de preguntar pero no pudo acabar porque de inmediato vio sus labios cubiertos por los del otro que inesperadamente se habían vuelto agresivos.

 

Lo empujó. --¿Qué crees que…?—preguntó el ofendido esclavo.

 

¡Tú! ¡Serás mío! ¡Estoy cansado de esperar! ¡Estoy harto de ocultar cosas por ti! ¡Y tú…!—dijo tratando de asirlo de un brazo.

 

Yo no…--dijo Jouno e iba a decir más cuando vio a una cara familiar.

 

Seth recibió el mensaje y después de disgustarse un poco por perder el favor del Faraón además de que el detenido no hablaba, se sintió mejor pues fue hasta las habitaciones de Atemu y se enteró de con quien estaba.

 

Entonces su  esclavo personal estaría solo. Se dirigió a las habitaciones del doncel real y en el camino se encontró con una pareja de mal gusto.

 

De inmediato el rubio besó a Devlin para asombro del sumo sacerdote quien hecho una furia alzó su voz--¡Capitán!—le llamó.

 

Devlinut le miró algo sorprendido por el beso inesperado.

 

¡Váyase! Quiero hablar con el esclavo del doncel real de detalles de la boda—dijo para alejar al otro del melado.

 

Si, su eminencia—dijo algo perturbado el pelinegro antes de irse.

 

¿Qué se supone que…?—preguntó el castaño enfurecido.

 

No sé porque se enoja tanto. Mi amo me permite…--dijo el esclavo y se vio de pronto sujeto por el otro.

 

¡Tu amo soy yo!—dijo el sumo sacerdote e intentó besarlo para borrar con su ósculo el dado por el Capitán pero el otro le empujó tan fuerte que se vio obligado a soltarlo.

 

¡No! ¡Te equivocas! ¡Ya no más! Tengo otro amo. ¡Uno mejor que tú! Ve y acuéstate con quien se te de la gana pero ya no será conmigo. ¡No me usarás más para sacarte las ganas sacerdote! ¡Ya no me arriesgaré por ti!—dijo el rubio enfurecido.

 

¿Por qué tú…?--preguntó el ojos azules asombrado de la reacción del otro. La última vez él…

 

¡Abrí los ojos! Ya no tengo porque complacerte. ¡Tú ya no eres nada para mí!—exclamó el joven rubio antes de marcharse dejando una sensación de vacío en el castaño.

 

Detrás de una pared de roca el Capitán Devlinut no podía estar más sorprendido. Curioso se había quedado a saber de que hablarían en verdad esos dos y entonces se enteró de todo aquello.

Notas finales:

ESPERO LES GUSTE

^^

PARA LOS QUE QUIEREN PUZZLE

YA VIENE

ESTO ES SOLO UN PRECALENTAMIENTO

EN LAS ACLARACIONES DEL FIC ESTA QUE HABRA

ASI QUE NO DESESPEREN

LOS QUIERO

MATA NE


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