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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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Estaban como detenidos en el tiempo cuando de nuevo Joey invocó.

 

Te presento a mi monstruo personal. Alguien que nunca he invocado antes por que no hubo necesidad. Te presento al “Anubis Hakta”, mi animal preferido, el chacal de Anubis—dijo el joven ojos mieles.

 

Una feroz y enorme bestia emergió del cuerpo del rubio. Era toda negra y lo único que se distinguía con claridad de ella eran sus centellantes ojos ámbar y dos filas de poderosos dientes.

 

Te atreves a atacar a tu propio hermano y luego hablas de que todo lo que hiciste fue por él—dijo el sumo sacerdote.

 

¡Tsk!—la ira se apoderó más de Wheeler. –No solo por él. También lo hago por todos aquellos a quienes les robaste sus seres queridos. Incluso no tuviste piedad de tu propio hijo. Eres un ser retorcido y maléfico que merecía sufrir más—dijo el ojos mieles. Luego una extraña sonrisa cruzó su cara y añadió--¡Voy a enseñarte mi verdadero poder, sacerdo!—

 

La ira obnubiló también a Amenón--¿Cómo te atreviste a llamarme?—

 

¡Sacerdo! ¡Es lo que eres! Y ahora te enseñaré el porqué este chacal es tan especial. El chacal de Anubis solo ataca a las almas humanas—dijo Joseph antes de clamar—“Anubis Hakta” ataca a ese hombre—

 

El monstruo se desvió de su virtual enemigo, ojos rojos y fue a por el sacerdote que pudo sentir el poder ancestral de la mordida de una de las fieras más malvadas del inframundo.

 

El combate terminó entonces y el oponente del joven Wheeler cayo al suelo mientras una piedra sin talla se levantaba en ese lugar en la que pronto apareció la bestia que guardaba al otro, esta era una serpiente dorada, erizada en espinas que ostentaba el mismo nombre que su amo.

 

Todos estaban mirando al rubio pues la arena había desaparecido ni bien la identidad del chacal fue develada. El ojos mieles miró a los demás. Parecía algo triste.

 

¿Por qué? ¿Por qué me hiciste esto?—preguntó el Faraón.

 

Sabes porque Faraón. En ese tiempo necesitaba los artículos del milenio y tú tenías el que me faltaba. De haber sido de otro modo…--respondió el rubio pero el otro le cortó con otra pregunta.

 

¿Fue por Seth?—preguntó Yami, los ojos mieles miraron al castaño que ciertamente no comprendía lo que estaban mencionando.

 

El gesto de Joseph se torció y su mirada se endureció—El en verdad nunca fue demasiado importante para mí—mintió.

 

¡Yo sé la verdad! ¡Me odiabas porque te arrebaté de él!—dijo Atemu sorprendiendo a Duke, a Tristán y a Seto.

 

¿Arrebatarme de él? ¡Yo nunca fui suyo! Solo fingí ser su esclavo—dijo Wheeler.

 

¡No hablo de eso! ¡Hablo de que tú le querías a él!—aclaró el ojivioleta.

 

Seto sintió que su corazón se detenía. ¿De que hablaba el estúpido Faraón? Algo en su interior le decía que las palabras que contestara el otro podían cambiarlo todo y no se permitía pensar en lo que eso significaba, además de que tenía miedo a lo que vendría.

 

¿Quererle? ¿Cómo se puede querer a un ser tan falso?—preguntó Jouno.

 

¿Falso?—preguntó sin entender Yami.

 

Fingió que ocultaba lo que sentía por mí por mi bien cuando en realidad yo poco le importaba. Era una pieza de su juego. Juguete para su diversión. Pero cuando temió perder el poder que le dabas decidió que se desharía de mí—dijo lleno de amarga decepción.

 

 

¡Sin embargo nada!—exclamó furioso su padre. --¡Deshazte pronto de esa persona! Ella te hará caer. Y si no puedes tú, dime de quien se trata y yo me encargaré de desaparecerla—añadió.

 

—            ¡Yo me desharé de esa persona padre!—dijo.

 

Esa escena se repitió en su mente y Joseph también pudo apreciarla. Era algo raro. Era como estar dentro de una burbuja en el propio cuerpo mientras a la vez estaba conectado con el cerebro y las emociones de una persona que no conocía pero que le era muy familiar. Sentía el dolor de esa traición como si le fuera propio y los ojos mieles se nublaron un poco de lágrimas.

 

Solo la férrea decisión y carácter que sobresalían en ambos impedía que las cristalinas perlas resbalaran por las mejillas.

 

Ver esa mirada provocó en Kaiba una sensación de angustia que no quería atribuir a lo que estaba pasando pero que sin embargo era toda la cuestión a la que se refería.

 

¡El nunca me amó! ¡El solo se amaba y ama a si mismo! ¡Siempre fue y será un arribista! Por eso le maldije quitándole lo que más amaba, la fuente de su poder, su fe. Incluso esa serpiente de Amenón era más poderosa después de llevar miles de años muerto que él. Cualquiera lo será por siempre. Es por eso que jamás vencerás al joven doncel del Faraón o a éste. Porque socavé toda base de poder que te ayudara a lograrlo. Estas incompleto Kaiba y siempre lo estarás porque jamás hallarás la cura a mi maldición pues yo soy el único que podría dártela y no lo haré—dijo el rubio apuntando con un dedo acusador al ojos azules que le miraba ahora signado por la sorpresa, ahora signado por la hosquedad que recae de la humillación.

 

¿Cómo me has llamado perro?—preguntó Seto caminando hacia el otro cuando de pronto se sintió levantado del suelo por una cristalina mano que lo llevó hasta la pared más cercana mientras apretaba su cuello con muy poca mesura.

 

¡No pienses por un momento que estás tratando con cualquiera! ¡Tal vez Joey Wheeler acepte el destrato pero yo, Jouno Akaba no lo aceptaré! Jamás de ti Seto Kaiba. ¡Tu no eres digno de mí!—exclamó el esclavo y mago antes de desaparecer el hechizo que mantenía al otro atrapado en el aire. –Ya hice lo que vine a hacer. Mi único cometido. Mi recompensa. De no haber aparecido el anciano aquí jamás hubiera retornado. Pero no vendí mi alma a Anubis para que Amenón se burlara de mi castigo apareciendo de nuevo en la tierra con esa faz tan fría—comentó luego. Miró a todos y agregó—Si  bien Joey es testigo de todo cuanto hice y dije, no le involucren pues en nada es culpable—

 

¡No me engañas, perro!—dijo el castaño mientras se frotaba la garganta adolorida por el apretón siniestro, luego de incorporarse pues había caído de rodillas.

 

Los ojos mieles se fijaron en los suyos de nuevo y el corazón de Kaiba dolió por un momento al verlos tan tristes y decepcionados.

 

¡No me puedo quejar! ¡Mi maldición funciona bien! Jamás serás amado Seth por nadie—agregó el rubio y de pronto su mirada cambió a una algo confusa mientras el joven Joey asimilaba lo vivido se frotaba la cabeza.

Notas finales:

espero les guste

^^

todavía falta un poco

espero no aburriros

ja ne


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