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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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ESTUDIAR NO ES NADA FÁCIL

 

Su alma volvió a Yugi los instantes después que Joey derrotara al sumo sacerdote. Despertó confundido y se encontró con la mirada azul de su médico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Puedes decirme que es un doncel?—preguntó Tristán al Faraón.

 

Este no sabía como contestar esa pregunta sin dejar mal al menor de los Motou ya que por él lo mencionaban.

 

¡Es como una dama de compañía!—contestó el abuelo. --¿No es cierto, Faraón?—preguntó él dirigiéndole una mirada muy significativa al de pelo colorido.

 

¡Así es!—mintió Yami y sospechó que debería tener una larga charla con el profesor.

 

Por otro lado el rubio se sentía algo mareado y el joven pelinegro le ayudó a salir de ahí mientras le decía cuan asombroso había sido todo. Por un momento, mientras pasaba al lado de Seto, azul y miel se encontraron, Devlin decidió no decir nada a menos que el cachorro le dijera de frente que quería dejarlo por el otro. El rubio no era un ser traicionero y le molestaba que dudaran de él, así que él no cometería ese error.

 

Seto sintió que algo estaba cambiando en él porque esa mirada le dejó helado. Tenía ganas de volver a sentir entre sus brazos al otro. De besarlo. De acariciarlo.

 

Luego recordó sus palabras de un rato antes: “Jamás serás amado Seth, por nadie.” Pero en ese beso él había sentido algo. No era que creyera en la estupidez de esa supuesta maldición. ¡Claro que no! Era simplemente que le atraía Wheeler. Signo de que debería hacerse revisar la cabeza por el estrés. Pero simplemente odiaba ser rechazado y humillado como lo había sido por el otro y debía darle una lección en consecuencia.

 

Por otro lado el rubio se sentía confuso pues ahora sabía lo que Jouno había recordado. La traición de Kaiba y pensaba que su destino estaba signado por desear algo que nunca se le daría.

 

Miró a Devlin y le sonrió, el otro sonrió en respuesta. Duke era fiel a sus principios. Era confiable, amable, paciente, atractivo. Tenía muchos más puntos a favor que Kaiba. Entonces decidió dejar de pensar en el CEO. No sabía que el otro pensaba en exactamente todo lo contrario.

 

 Seto afrontaría al rubio como a una adquisición hostil: dícese de una adquisición llevada a cabo sin consentimiento del propietario en cuestión o usando métodos que no dejen lugar a que otro lo obtenga como la compra y cobranza de una hipoteca.

 

Quisiera o no quisiera el perro se rendiría ante él y después volverían al orden natural de las cosas. O sea que él sería el que se burlaría del otro.

 

¡Kaiba…!—dijo Yami, viendo en los ojos del otro cierta furia y el castaño le cortó.

 

Quiero tener un duelo contigo y con el enano inmediatamente. Después me largaré a Kaiba Corp. Es por todo a lo que vine—anunció Seto y se fue sin mirar atrás.

 

Atemu tenía un mal presentimiento de todo eso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto perdió ambos duelos y se fue de Egipto hecho una genuina furia. Su orgullo estaba herido por los cuatro costados pues el rubio después de alentar a sus rivales se fue con su prometido y no le mencionó una palabra, ni siquiera para insultarlo.

 

Cuando su hermano vio que se encerraba en su escritorio a oscuras supo que el mayor estaba planeando algo siniestro aunque nunca se imaginó que conocía tan bien a su víctima.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joseph se sorprendió cuando Karen que siempre se había portado distante le invitó a estudiar con ella y otros más para el examen que se avecinaba.

 

El aceptó y le dijo a Duke que estaría con el grupo más o menos hasta media noche. El otro puso cara de ternero degollado para agregar luego--¡Y yo que planeaba una romantic noir, mon cherie!—le dijo el pelinegro fingiendo acento francés.

 

¡Jeje!—dijo divertido el rubio.

 

Pero no regreses después de medianoche cenicienta o tu carroza se volverá calabaza y quedarás hecho puré—dijo con un toque de ingenio el otro.

 

¿Eres tonto, eh?—le preguntó con fingida molestia el ojos mieles que Duke supo ver.

 

¡Au contrair, mon cherie! Soy listo pues no te quiero perder—dijo el chico dado, ganando un sonrojo. –Debo hacer cosas en investigaciones de mi compañía así que aprovecharé que no estás para distraerme—añadió.

 

Has perdido los puntos que habías ganado Rasputín. Dices que te molesto—dijo algo molesto en verdad el ojos mieles.

 

Dos correcciones—dijo el de ojos verdes levantando dos dedos de una mano para luego bajar uno. –Uno, no dije que me molestas, dije que me distraes y eso no tiene nada de malo porque quiere decir que tu belleza me fascina—agregó para lograr otro sonrojo de Joey, después levantó de nuevo el que había bajado y agregó—Y dos, Rasputín no era francés, sino ruso—el sonrojo del otro se volvió más intenso por el bochorno. – ¡Me gusta como te ves, manzanita!—le dijo antes de que el otro se fuera con sus colores fuera de control.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algo raro le pasó al rubio por la cabeza cuando entró en el lujoso apartamento de Karen y esta le dijo que los otros se tardarían pero lo dejó pasar.

 

¡Voy por una coca! ¿Quieres una?—le preguntó mientras él acomodaba sus cosas en la mesa ratona del living porque ella le había dicho que ese era el mejor lugar para estudiar. Estaba sentado en el suelo.

 

Si—le contestó él.

 

Al rato volvía con ambos vasos cuando se tropezó y se los volcó encima.

 

¡Ay, cielos!—dijo la joven mirándose la blanca camisa mojada en la pechera que se había vuelto transparente por el líquido y dejaba ver que no llevaba sostén.

 

Joseph abrió los ojos como platos. Karen era muy bonita, rubia, ojos azules, 60-90-60 y llevaba una minifalda a cuadros que apenas le tapaba lo que es obvio.

 

¿Y que hizo ella?

 

¡Pues lo más lógico!

 

Quitarse la empapada prenda justo en frente del muchacho.

 

Levantó alto la prenda frente a sí, dejando ver sus turgentes pechos y moviéndolos mientras sacudía dicha ropa para decir--¡Uy, está arruinada!—

 

Cuando bajó la prenda miró al otro mientras aún tenía un puchero muy mono y después de ver como la veía le sonrió. – ¡Sé que no te importa, vives con otro chico! ¿Eres gay, no?—dijo.

 

Eto…--dijo el joven sintiendo una presión inusual en el bajo vientre. Por suerte la mesita lo tapaba, sino…

 

¡De paso quisiera preguntarte tu opinión en algo!—le dijo ella como si una idea le hubiera venido a la mente y en un momento dejó caer su faldita--¿No te parece que estas bragas son muy grandes?—

 

Etoooo… no—dijo mirándolas mientras su problema crecía y crecía, él no era del todo inmune a los atractivos femeninos y esa chica… además esas braguitas con encaje tenían cinco centímetros de tela, y la mayoría era encaje.

 

¿No?—dijo la otra mirándose no muy convencida, como eran elásticas las tironeó y dejó un par de veces haciendo que se vieran ciertas partes en el medio. Luego lo miró con cara de tengo otra idea y él tragó en seco. –Como eres hombre y además gay puedo preguntarte esto—dijo ella y se le acercó peligrosamente arrodillándose a su lado, tomó una de las manos del asombrado ojos mieles y la colocó directamente sobre su seno--¿Cómo se siente? ¿Suave? ¿Crees que debería ponerme implantes? Porque no sé, tal vez si me los coloco y me queden enormes pueda conseguir trabajo como modelo que es lo que siempre he querido o a lo mejor termino como actriz porno—dijo antes de reír estridentemente mientras movía la mano del otro por toda la superficie de sus turgentes senos.

 

Creo que está bien si te los dejas así—dijo el casi convulsionado Wheeler, todo estaba medianamente bajo control en sus pantalones hasta la pequeña mención de lo de actriz porno.

 

¿En serio?—preguntó ella ante él ahora mirándoselos y levantándolos con ambas manos, directo en sus narices. Luego le miró seria y le preguntó--¿Tu por que eres gay?—

 

¿Qué?—preguntó él a su vez parpadeando.

 

¿Es porque nunca lo hiciste con una chica o por que lo hiciste y te fue mal?—preguntó Karen con sus manos aún bajo sus pechos.

 

Etooooo—trató de pensar con coherencia el rubio.

 

¡Que monoso eres!—dijo de pronto la ojiazul con carita feliz. ¡Si no fueras gay lo haría contigo aquí mismo! ¡Una y otra vez!—dijo como si nada ella.

 

Ni que decir que el pobre Joey estaba tan lívido como la estatua de la libertad. --¿Puedo ir al baño?—preguntó tímidamente.

 

¡Por supuesto Joey! Como si fuera tu casa—le dijo ella y sonrió al ver el rígido caminar del joven mientras se mordía un dedo.

 

No le faltaba mucho para venirse, pensó Wheeler mientras se bajaba los pantalones e inspeccionaba su cosa. Algo sobrecogido por estar en un lugar ajeno y porque pronto llegarían sus compañeros estudiantes empezó la labor para obtener la descarga final, con sus largos dedos comenzó a acariciarla mientras con su otra mano se agarraba de la taza bajo él.

 

¿Necesitas algo?—preguntó la dueña de casa dándole un susto de muerte. Despacio giro su cara hacia la puerta a un lado, que ahora estaba semiabierta y por la que asomaba la cara de Karen.

 

¡Oh, rayos! ¡Lo siento, Joicito! No tenía idea de que podía ocasionarte algo así, cariño—dijo tapándose la boca con una mano pero estaba algo risueña pensó Joseph. –Te ayudaré con eso, después de todo es mi culpa—dijo acercándose.

 

El otro cruzó las piernas y le dio el alto. – ¡Este es mi problema! ¡Yo me encargo!—dijo el joven.

 

¡Ay que lindo! ¿Nunca lo has hecho con una chica cierto? ¡Yo quiero ser la primera!—dijo saltando sobre él. Ella era un pulpo cruzado con humano, concluyó el rubio después de un rato de intentar zafarse, pero todo lo que tocaba eran senos y al hacerlo se inhibía mientras ella se frotaba con su mini braguita en el erecto miembro.

 

¡SOCORRO!—se oyó gritar en ese piso instantes más tarde.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joey llegó a su casa y como siempre su pareja le esperaba.

 

¿Y te fue bien?—preguntó el pelinegro.

 

Si… bien—contestó Joseph con una sonrisa tal vez un poco… incómoda.

 

¿Te aburriste mucho?—preguntó él joven ojiverde.

 

¡Puff!—dijo el ojos mieles agradecido de que el otro se diera la vuelta y no viera su sonrojo.

 

¡Vamos! ¡Te alimentaré, erudito!—dijo Duke tomando su mano y arrastrándolo a la mesa servida.

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto estaba en su oficina con uno de sus esbirros, ojeaba las fotos que le habían presentado. En ellas se veía a la chica semidesnuda con Wheeler, luego con este toqueteándola. Desde el edificio de enfrente tenían un buen panorama de ese apartamento los agentes contratados por él.

 

¿Las mandamos ahora, señor Kaiba?—preguntó el gordo calvo.

 

¡No! Dejaremos que el perro se cocine en su vino—respondió sonriente y satisfecho Seto. –Para su desgracia es la clase de gente que lo carcome la culpa. Unos días con esto y él mismo lo arruinará todo. Y si no tenemos esto. Además de otros recursos—añadió Kaiba.

Notas finales:

ESPERO LES CAUSARA ALGO DE ALEGRIA

BESOS

^^

Q PIENSAN QUE PASARA?

SOBRE LO DEL HERMANO DE JOEY

ES SU DRAGON NEGRO

ME BASE EN LA HISTORIA DE SETO Y OJOS AZULES

MATA NE


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