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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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Notas del capitulo:

PARA LOS QUE SE PREGUNTABAN HASTA CUANTO DEBIAN ESPERAR EL PUPPY

^^

TODO LLEGA

Lo recostó en el suelo mientras el otro con poco esfuerzo se resistía.

 

Dijiste que si… te lo pedía por favor…--dijo con voz quejumbrosa el rubio.

 

Dije que lo pensaría… ya lo pensé… y… no quiero dejarte ir… eres mío Wheeler… no voy a dejarte ir… eres mío y de nadie más—dijo el joven CEO.

 

Me quieres como un trofeo—dijo el rubio evitando que el otro se colocara entre sus piernas. – ¡Me quieres porque Duke me tiene!—agregó invocando el nombre que más enfurecía a Kaiba en sus labios.

 

¡Duke no te tiene!—gritó el ojos azules teniéndolo muy fuerte de los brazos y luego sus labios se posaron en los otros mientras sus brazos le abrazaron fuerte.

 

El cuerpo de Joey se arqueaba sin poderlo controlar ante la sensación de ese cuerpo cálido, casi en llamas, que irradiaba esa energía de posesión ante la cual sus defensas caían inexorablemente, ante ese aroma que el otro mantenía a su alrededor como un ambiente que llevaba consigo, que le tentaba a dejar todo atrás.

 

Sus labios se separaron mientras los primeros botones de la camisa de Joseph cedían ante las manos de Seto y los labios del castaño se posaron en una de las partes más sensibles del otro para enloquecerlo del todo.

 

Un fuerte gemido escapó de los labios del ojos mieles que rodó para quedar encima de ese cuerpo bestialmente atrayente y con sus manos bajó la chaqueta de Kaiba, mientras éste se sostenía de los codos, después de un momento se abrazó a ese cuerpo delgado sobre él y rodó para quedar nuevamente arriba.

 

¡Quiero tenerte aunque sea solo una vez!—dijo Seto conmoviendo al otro que deseaba con todo el corazón estar con él. Se abrazó fuerte a esa cabeza castaña mientras sus gemidos fueron en aumento.

 

Conforme los minutos iban pasando las ropas iban cayendo y los cuerpos aproximándose con toda la intención de volverse uno.

 

Seto entró en Joey de la misma manera que una tempestad embate la abrupta costa, después de prepararlo debidamente y el oír sus apasionados gemidos solo logró que aumentara el ritmo de sus gloriosas embestidas para sentir que entraba cada vez más hondo en el frágil cuerpo del otro que sentía que podía morir de placer en cualquier momento.

 

Sus bocas no se alejaban mucho y se fusionaban de continuo en un apareo animal que amenazaba con aniquilarlos por la fuerza que empleaban y por todo lo intenso que sentían.

 

Entonces Joey sin remedio dijo esas palabras sin retorno.

 

Te amo—lo dijo intentando en lo más hondo de su ser detenerlas y sabiendo al mismo tiempo que no lo lograría porque era algo más fuerte que él que lo llevaba a confesarlo.

 

Tee… teee amo—dijo entre gemidos nuevamente el rubio sin poder ya contener la catarata de emociones que lo arrastraban.

 

¡Dilo de nuevo!—dijo el castaño.

 

Te amo—obedeció Wheeler con su piel toda encendida por la pasión y su cuerpo totalmente arqueado.

 

¡De nuevo!—ordenó Seto.

 

Te amo—dijo Joey.

 

¡De nuevo!—dijo mientras se sentía venir el ojos azules.

 

No, no es correcto—dijo el ojos mieles enterrando sus uñas en los hombros de Seto.

 

¡Escucha Wheeler! ¡Voy a hacerte mío cien, mil veces, las veces que sean necesarias para borrar a ese estúpido de tu cabeza!—dijo con voz ronca el líder de KC.

 

¡No puedes!—trató de objetar el rubio.

 

Si puedo y te lo demostraré—dijo Kaiba llevado por su espíritu competitivo a la vez que por su pasional carácter.

 

¡Dime desde hace cuanto me amas!—exigió el castaño que se había puesto detrás del ojos mieles.

 

¡Desde que te conocí!—admitió Joseph al borde de las lágrimas por la emoción que le embargaba y eso hizo que Seto detuviera sus embates, estaba estático.

 

¿Y aún así te enredaste con ese imbécil?—preguntó lleno de furia el CEO comenzando con unos embates más y más fuertes.

 

¡Tú no me mirabas!—trató de justificar el otro mientras se arqueaba más y sentía las poderosas manos del ojos azules prendidas de sus caderas y arrastrándolo cada vez hacia él. Se estaba ahogando de deseo y placer y sus manos se asían fuertemente de las del otro para evitar que este huyera de él en un acto reflejo.

 

¡No importa! ¡Tú eras mío! ¡No tenías derecho! ¡Tú eres mío y solo mío! ¡Admítelo!—dijo cada vez más exaltado Kaiba.

 

Te amo—dijo el rubio esperando que eso fuera suficiente pero no lo fue.

 

No solo quiero que me ames. Quiero que admitas que eres mío—le dijo Seto.

 

Te amo—repitió el ojos mieles sintiendo que si lo admitía volvería a aquellos tiempos donde Seto era su dueño absoluto. Temía volver a esa época, sobretodo porque sentía todo lo que su otro yo había sufrido como propio. Recordaba cada experiencia. El aparente candor de Seto y la caída que tuvo su corazón cuando oyó de su propia boca que se desharía de él como si fuera un trapo sucio que le apenara. No quería ser lastimado de nuevo de esa manera por el otro. Le temía y a la vez era lo que más deseaba. Obtener a Seto. Como si del más dulce de los regalos se tratara. Recordaba la vida de Jouno a la perfección aunque era como si no fueran sus recuerdos sino de alguien más que le advertía del más allá del dolor que se avecinaría si se atrevía a cruzar esa puerta que era por demás ansiada por todo su ser. Por eso dolía. Porque en  esos recuerdos se veía el reflejado en un futuro.

 

Pero no podía evitarlo y lo sabía. Porque por demás que sus genes le gritaran que se alejara de ese hombre, que lograría hacerle mucho daño, había una verdad inequívoca…

 

Te amo…--dijo Joey.

 

¡Eso no me sirve!---exclamó Seto al borde de la locura. Quería que el otro lo admitiera como nada en el mundo.

 

…y soy tuyo. ¡Te amo y eso me hace tuyo! Todo mi cuerpo y mi alma te pertenecen—dijo el ojos mieles.

 

Ese sonido sobre su oído, los gemidos latentes que eran un devenir de emociones nuevas para el castaño que jamás había sentido eso en la cama fueron la catapulta para hacer explotar el deseo en él contenido.

 

Los dos se prendieron el uno del otro al sentir llegar el momento culminante de una relación física tanto como la unión definitiva de dos sentimientos que separados eran inseguros y frágiles pero que luego de unidos eran un huracán tan devastador como el propio cielo enfurecido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Te amo Seto!—dijo con voz dulce y casi dolida de decirlo el muchacho de ojos mieles que estaba de nuevo en los brazos del castaño.

 

¡Quiero oír de nuevo mi nombre de tus labios!—dijo el muchacho de ojos azules y pelo castaño que sobre él estaba y que disfrutaba de su cuello mientras le propinaba lentas embestidas.

 

Seto—obedeció Joey.

 

¡No dejes nunca de decirlo! ¡Quiero oírlo cada vez que estemos juntos!—exigió Seto con voz algo pastosa por el letargo del sueño pues hacía horas que estaban de esa manera.

 

¡Pero Duke!—dijo Joseph sacando de su ensoñación al CEO. --¡Vamos a casarnos!—recordó con su mente alejada del espacio y el tiempo gracias a su agotamiento físico.

 

¡Tú no tendrás a otro hombre que no sea yo!—dijo Kaiba sorprendiéndose a si mismo pues lo decía de veras. Lo que había comenzado como un juego macabro por el poder sobre el otro ahora despertaba nuevas sensaciones en él. Jamás había oído un te amo tan sincero y jamás el oírlo le había provocado esas sensaciones tan distintas a las que de ordinario sentía.

 

¿Cómo había terminado enamorado del perro? Eso no tenía lógica y sin embargo la tenía. Sentía su piel caliente erizarse con cada sensación de una nueva caricia. Su respiración escapar en gemidos leves y dulces y veía su rostro transpirar todo el deseo que sentía por él por los poros.

 

¿Era a eso a lo que llamaban amor?, se preguntó curioso para después responderse que estaba seguro que sí.

 

 

Notas finales:

espero poder actualizar pronto pero tal vez me tarde unos días

besos y gracias 

^^


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