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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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Las rosas azules son rarísimas. Se dice que nace una cada mil años. Es de esos eventos que si te pierdes la oportunidad de verla lo lamentarás por toda tu vida y que si la ves, lo contarás por generaciones, más nadie, salvo los que como tú la vieron, te creerá.

 

Eso fue lo que les sucedió a Yugi, a Seto y a Joey. Vieron una rosa azul, fueron de los pocos escogidos.

 

Esa rosa azul dejó su marca en todos ellos. Como siempre, indeleble.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un mes más tarde.

 

Joey estaba con Yugi en Tebas. El pequeñín estaba inconsolable desde el fallecimiento de su amado Faraón. Ese día llegaron su castaño y su hermano.

 

A Mokuba se le partía el corazón de verlo como un ente ir para acá y para allá. Así que en la tarde cuando su hermano y su cuñado se fueron por un rato aprovechó para hablarle.

 

Moki no era nada penoso así que le dijo--¡A Yami no le gustaría verte así!—el otro lo único que hizo fue voltear la cara. Estaba sentado en su cama mirando por la ventana el Nilo. Eso se lo habían  dicho tantas veces.

 

¡Oye!—dijo el joven pelinegro y tomó su mano cosa que el otro deshizo.

 

Todo esto está mal. Yo lo sé. Yami no esta y te sientes perdido y solo—dijo el Kaiba.

 

Los ojos violáceos le miraron curiosos porque nadie había dicho con esas palabras lo que él sentía. Eran las palabras exactas. Pero… ¿Cómo lo sabía el otro?

 

Quisieras que un pase mágico lo arreglara todo pero sabes en el fondo que no pasará—añadió el ojos azules.

 

Motou se hartó. No quería oír más o se pondría a llorar y ya no podía soportarlo más. Se levantó y trató de irse pero de repente se vio atrapado por los brazos del otro que apoyaba la frente en su pecho.

 

Sin mirarlo pues era más fácil Moki le dijo—Sé que no importa pero… Suki da yo—

 

El tricolor se quedó estático.

 

No espero nada solo quería decírtelo—dijo el joven hermano del CEO e intentó irse pero una mano tomó de pronto la suya y lo detuvo. Miró su mano atrapada y luego a la cara del que la atrapó.

 

Tengo hambre. Comamos algo—propuso el joven Motou.

 

Cuando le trajeron su plato Moki respiró con alboroto el aroma a pescado en salsa de ajo y puré de papas al perejil. Y al abrir los ojos se dio cuenta de que el otro le miraba con cara de disgusto.

 

¡Oh! Disculpa es que…--trató de excusarse.

 

¡No es eso!—dijo Yugi antes de taparse la boca y salir corriendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Señor Motou, creo que Yugi se enfermó—le dijo al abuelo de este.

 

¿Mi Yugi?—preguntó el anciano.

 

Si. Está hace media hora vomitando—le contestó el ojos azules.

 

Después de que salió del baño el mayor le preguntó a su nieto--¿Cuando te sentiste mal?—

 

Fue al ver el plato de Mokuba. Me dio tanto asco. No entiendo. Normalmente me gusta el pescado y… ¿Abuelo? ¿Qué te pasa?—contestó el joven  pero se detuvo cuando vio que cambiaba la cara del más grande. Mokuba también estaba preocupado.

 

El abuelo se fue rápido y volvió con una jeringa.

 

¿Qué haces abuelo?—preguntó el más joven alarmado.

 

Necesito una muestra de sangre para ver que te pasa—le explicó el otro.

 

Tranquilo—le dijo el pelinegro y apretó su mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaban los dos sentados esperando el resultado pues John el médico tenía un laboratorio en el hostal.

 

El abuelo tenía tal cara al volver que los dos temieron que el joven Motou tuviera una enfermedad terminal.

 

¿Qué pasa abuelo? ¿Qué tengo?—preguntó asustado tu nieto.

 

Es esto lo que temía—dijo sentándose el viejo, se veía muy cansado. –A partir de ahora deberás comer muy bien Yugi—añadió.

 

¿Qué? ¿Tengo anemia?—preguntó más aliviado el joven Motou.

 

No sé muy bien como explicártelo Yugi así que te lo diré así. A partir de hoy te alimentarás por dos—le explicó el abuelo como el otro se lo quedara mirando le tocó explicar más. –Verás Yugi. Técnicamente nosotros somos familiares del Faraón, por eso tu parecido—añadió y los ojos de su nieto se pusieron tristes mientras que Kaiba agarraba más fuerte la mano del menor—Es por eso que no me gustaba que anduvieran juntos pero pensé que si algo pasaba ya que estaban muy bien juntos… la cosa es que estás esperando un bebé—explicó.

 

¿Qué? Eso no puede ser—dijo el menor pasmado como el otro.

 

Eres un doncel Yugi. Un doncel no es una dama de compañía…--dijo el mayor.

 

Lo sé. Joey me lo explicó. Así que en esta vida yo también…--dijo el menor y su abuelo asintió. Yugi palpó su vientre con cariño y sonrió. Una nueva vida. Un motivo para ser feliz. Esta vez las cosas serían distintas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto tengo que decirte algo—comenzó su hermano después de pedirle que hablaran.

 

Eso es obvio—dijo algo distraído el castaño.

 

Por favor tenme paciencia Seto, es algo muy importante—le dijo su hermano menor antes de anticiparle sus planes para el futuro.

 

¡No es posible que te deje hacer eso!—gruñó el mayor de los Kaiba.

 

¿Por qué? ¡Dame una buena razón!—exigió el menor.

 

¡Porque no es tu hijo!—dijo el castaño.

 

¡Esa no es una buena razón! Tú y yo sabemos que eso no es importante—dijo Mokuba recordándole que ambos eran adoptados.

 

Seto se sosegó un poco. –Ten  en cuenta que aún eres menor—le dijo.

 

Eso pasará en un par de meses—dijo el pelinegro.

 

¿Por qué te empeñas tanto en…?—preguntó el CEO antes de que el otro le interrumpiera.

 

¿No lo harías tu por Joey?—preguntó su hermano.

 

¡Pero eso es distinto! –exclamó Seto.

 

¿Por qué? ¿Por qué eres tú?—preguntó el joven Kaiba.

 

¡Dale idiota! ¡Entiéndelo de una vez! Tu ototo ya creció—dijo una voz conocida desde la puerta.

 

¡Perro,  deja de meterte en nuestros…!—dijo el mayor de los Kaiba.

 

Me meto porque son nuestros. ¿No? Además, ya te dije que no me digas perro—exclamó enojado Wheeler.

 

Esta bien, cachorro—dijo el castaño y al rubio se le subieron los colores mientras se abochornaba. Seto se sintió satisfecho.

 

Moki los miró y sonrió. Eso quería él.

 

Eres un idiota—dijo el abochornado Wheeler antes de salir.

 

¿Qué sucede dentro? Oí gritos—dijo el alarmado Yugi.

 

No te preocupes. Solo es el idiota haciendo de ególatra—le respondió el ojos mieles dirigiéndole una tranquilizadora mirada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dos años después la vida de cierto rubio de ojos mieles era muy difícil. Tenía que escapar de su casa pues tenía un gran problema.

 

¿Cómo decirlo?

 

Su pareja tenía mucho amor que dar.

 

Por eso ese día se fue al shopping, tomó un gigantesco helado y se vio tres pelis en el cine, Salió rascándose la cabeza y pensando en que iba a hacer cuando…

 

¿Te gustó la película?—preguntó de pronto una amenazadora y conocida voz.

 

Joey volteó de inmediato.

 

Más vale que haya valido la pena para dejarme colgado medio día—dijo el castaño de mirada salvaje.

 

¡Es que tú no entiendes!—le gritó Joseph.

 

¿Acaso viniste con alguien?—preguntó el posesivo ojos azules.

 

¡No tienes derecho!—le dijo el otro enojándose.

 

¿No?—preguntó Seto aun más exaltado.

 

Claro que no. Sabes bien que lo de Duke fue… porque creí que tu y yo… nunca y lo de ese francés—dijo  el ojos mieles, una mano tomó la suya y al levantar la mirada se sumergió en esos lagos profundos.

 

La otra mano del CEO se posó en su mejilla al tiempo que su boca dijo—Lo siento, sé que no…--

 

Esta vez el rubio le interrumpió con un beso. Seto quedó estático pues estaban rodeados de gente y la forma en que lo abrazaba el otro daba a pensar en más que un beso.

 

Whee…ler—le llamó la atención algo incómodo. –No ha…gas esto—dijo.

 

No sa…bes como me pone que me digas lo sien… to—dijo el ojos mieles pensando en otras cosas y no en el público que a veces los miraba risueño.

 

¡Whee…ler!—dijo algo desesperado el ojos azules.

 

¡Te amo gato engreído! Como tú me amas a mí—dijo el cachorro irónicamente pues de esa clase de atenciones es de las que venía escapando.

 

Y así ambos terminaron yendo hacia la salida del shopping, es ahí cuando Joey trastabilló y cayó.

 

¡Wheeler! ¡Wheeler!—dijo el millonario cacheteándole repetidamente pues estaba inconsciente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

que le pasara al cachorro

Anubis metera de nuevo la cuchara?

ja ne

^^


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