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EL CHACAL Y EL DRAGÓN por desire nemesis

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¡No exageres Seto! ¡Solo me salté unas comidas!—dijo el rubio cabreado por haber despertado en una clínica y porque no le dejaban ir.

 

¡Si! ¡Unas! ¡Te estás cayendo de la debilidad y todavía reclamas!—dijo Seto enojadísimo.

 

¡Todo esto es tu culpa!—exclamó Joseph.

 

¿Ah, si?—preguntó el ojos azules.

 

Si. Por tu manía de tenerme dale y dale en la cama me tienes en los huesos—reclamó Joey y entonces alguien muy incómodo carraspeó.

 

¿Doctor?—le dijo Seto como si no hubiera pasado nada.

 

¡Que caradura!—pensó el rubio mientras le miraba pues él estaba que se moría de la vergüenza.

 

¡Bueno! ¿Qué pasa?—preguntó el CEO.

 

Bueno señor Kaiba. Esto es muy complicado—dijo el doctor.

 

No. No lo es. Me dice lo que tiene y listo—exclamó el millonario.

 

Señor Kaiba…--dijo compungido el galeno.

 

¡Dígamelo!—exigió Kaiba.

 

¡Seto!—le gritó el ojos mieles.

 

Que…--dijo el médico.

 

¡Que me lo diga!—exigió más furioso el ojos azules pues tenía urgencia es que temía que el cachorro tuviera algo grave.

 

Bueno pues…--dijo el doctor.

 

¡Ya!—gritó Seto.

 

Es que…--dijo el galeno.

 

¡Ya, ya!—volvió a exigir el castaño con cara de asesino en serie.

 

¡Esta embarazado!—gritó el de la bata blanca.

 

¿Qué? ¿Yo? ¡No!—gritó el rubio lleno de espanto y se subió a la camilla parado con los ojos como platos--¿Cómo puede ser posible? Soy un hombre. ¿Soy un hombre o no soy un hombre?—

 

En parte—dijo el médico.

 

¿Cómo que en parte?—preguntó confundido Wheeler.

 

Parece que por fuera sus órganos son de hombre pero por dentro…--dijo el galeno.

 

¿Por dentro?—preguntó Joey.

 

Son de mujer y se conectan con el recto en un aspecto que le permite…—dijo el doctor.

 

¡Ay no!—dijo el ojos mieles comprendiéndolo todo--¡Basura! ¡Tú tienes la culpa!—le gritó a Kaiba lanzándose sobre él.

 

Te amo—dijo algo alegre el castaño.

 

Si crees que porque digas eso te voy a perdonar—dijo el rubio.

 

Lo siento—dijo Kaiba sonriendo más aún.

 

Eso es jugar sucio—le dijo el ojos mieles con un lindo mohín.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto y Joey estaban besándose en su cuarto.

 

Te odio—dijo de pronto el rubio.

 

¡No es cierto!—dijo Seto.

 

¡Bueno, debería!—le dijo el ojos mieles.

 

Tal vez pero no puedes—se burló el castaño y de un impulso mordió el lóbulo de la oreja derecha del menor. Estaba extrañamente feliz. Parecía más calmado y atento.

 

Al menos me siento mejor—dijo Joseph.

 

¡Pobre cachorro! Debiste sentirte mal—dijo el ojos azules con sorna.

 

¡No te burles!—dijo el otro todo colorado para después agregar—Pero no me refería a eso. Digo, entiendo que quisieras tener descendencia y…--

 

¡Oye, eso…!--dijo Kaiba algo preocupado.

 

El rubio puso un dedo sobre los labios del otro para que no pudiera seguir—Se que los tipos ricos como tú siempre están pensando en eso de tener herederos y yo creí hasta ahora que tú tarde o temprano…--dijo Wheeler.

 

¡Perro!—le llamó la atención Seto mientras agarraba muy fuerte sus muñecas.

 

¡Dijiste…!—dijo el ojos mieles enfadado.

 

Te lo digo para que tomes muy en serio lo que voy a decirte—dijo el castaño captando la atención del otro. –Nunca fue mi objetivo tener hijos, de eso pensé que se encargaría Mokuba pero pensándolo bien ni siquiera tiene hijos propios. Lo que quiero decir es que no quería hijos hasta ahora—añadió.

 

El otro le miró sospechando que mentía y de pronto se vio muy abrazado por Kaiba que le besó lascivamente el cuello para después recostarlo en la cama.

 

Ahora que probé no me detendré, quiero más, mucho más, quiero tener una docena de hijos contigo—dijo el ojos azules.

 

¡Kaiba!—dijo el ojos mieles mientras lo empujaba. Así terminaron de lado frente a frente. De pronto Joey lo miró como pensativo.

 

¿Qué piensas?—preguntó Seto.

 

Que tal vez… si no hubiera sido por esa maldición. Tal vez siempre debiste ser así. Hubieras sido…--dijo el ojos mieles.

 

El hubiera sido no existe. Deja de pensar en esas idioteces. Lo que yo hubiera sido no importa—dijo el de ojos zafíricos.

 

A mi sí—exclamó el otro acallando la arrogancia de Kaiba y activando otra parte del millonario.

 

¡Cásate conmigo!—le propuso.

 

¿De que…?—trató de articular Wheeler pasmado.

 

Vamos a tener un hijo. ¿No? Y quiero que sea un Kaiba a toda regla—exclamó Seto.

 

¿Hablas en serio?—preguntó el ojos de miel fresca tratando de no ilusionarse.

 

El CEO lo percibió y se lanzó sobre él besándolo.

 

Sus manos se metieron debajo de la sudadera de Wheeler introduciéndose mientras se arrastraba por la fina piel del otro que indeleblemente comenzó a gemir en su boca como a él tanto le gustaba.

 

Se… to—susurró en su boca entre beso y beso el rubio.

 

¡Shh!—dijo Seto antes de que su lengua se arrastrara por la melada boca explorando cada recoveco de la parte que más deseaba habitar.

 

Su cuerpo se estremeció cuando el otro lo hizo y sintió un terrible deseo de poseer de nuevo ese albo cuerpo que se le entregaba sin miramientos. Amaba eso del perro. No tenía dobleces. Si decía que lo amaba era porque lo sentía de verdad, Si había dicho que no le quería cuando en verdad si era por el hecho que pensaba que él no iba a quererle sinceramente.

 

Seto se sentía diferente.

 

¡Claro que si!

 

Como si pudiera vivir mil años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8 meses después.

 

Estaba por salir al aeropuerto cuando sonó su celular. Al ver el número supo de que se trataba y le pidió su secretaria--¡Cancele las citas que tengo y avise a los hermanos Akato de que no iré!—

 

Llegó doce minutos después a la clínica.

 

¿Y bien? ¿A dónde debo ir?—preguntó a la enfermera fuera del área de maternidad.

 

Señor Kaiba, no es tan fácil—trató de explicarle la joven.

 

¿A que se refiere?—preguntó el castaño con un mal presentimiento.

 

Me temo que su esposo ha tenido ciertas complicaciones. Debe entender que es el primer caso de un parto de esta naturaleza en esta clínica—dijo la de uniforme blanco.

 

¡Dígame que pasa!—exigió el ojos azules.

 

¡No puedo decirle más! ¡Tiene que esperar! ¡Los médicos están haciendo todo lo que pueden!—dijo ella y se fue.

 

Seto se sentía de lo peor. Caminó de arriba abajo hasta que llegó su hermano, traía a Yugi con su bebé.

 

Seto te ves muy tenso—dijo su hermano no más llegar.

 

Él lo miró enojado—El parto se complicó—dijo el castaño.

 

¿Cómo?—preguntó su cuñado.

 

No lo sé. No quieren decirme—dijo el esposo y pronto padre.

 

Estaremos contigo—dijo Yugi tomando su mano.

 

¡Enano yo no…!—trató de decir Kaiba y casi sacó su mano de la del otro.

 

¡No es momento Seto! ¡Tienes que pensar en algo más que en lo que te gusta! Joey depende de la fuerza que le demos. Sé que no crees en eso pero…--dijo el ojivioleta apretando más su mano con lágrimas en los ojos y su bebé de dos años en los brazos.

 

El ojos azules tomó fuerte la mano del otro y de pronto se miraron a los ojos. El castaño asintió. Motou dedujo lo que Seto quería decir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ojos azules, ambos pero era porque aún no tenían el color definitivo. Aún así eso no le importaba al elegante ojos azules que miraba con una gran sonrisa en el rostro a través del cristal de la guardería mientras dos enfermeras los tenían en brazos. Uno bostezaba y el otro agitaba sus bracitos hacia su papá.

 

A Mokuba casi se le escapa una carcajada. Ver así a Seto era tan inusual. Era como una parodia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Perro!—le gritaron al oído.

 

¡Deja de ser tan escandaloso Seto!—gruñó el rubio despertando de la anestesia.

 

¡Ya eres papá!—le dijo el castaño.

 

¿Cómo están?—preguntó el rubio preocupado. Sabía que la cosa no había ido bien.

 

Muy bien. Están muy hermosos—dijo el ojos azules.

 

Estás muy risueño—le dijo el joven padre. –Te sienta bien ser papá—añadió Joseph.

 

Una sonrisa triste se apoderó de los brazos de Seto e hizo que Wheeler-Kaiba preguntara--¿Qué diantres sucede Seto?—

 

Más adelante—dijo el ojos azules.

 

No. ¡Ahora!—dijo el joven preocupado por sus hijos.

 

La mirada del otro se opacó. Tomó aire y después le dijo—Todo se complicó—

 

¡Lo sabía! ¿Qué rayos está pasando?—preguntó el ojos mieles mientras trataba de escapar de la cama.

 

¡Están bien! ¡No son ellos, eres tu!—le dijo
Seto a regañadientes.

 

¿Uh?—preguntó perplejo el otro.

 

Hubo una complicación y…--dijo Kaiba.

 

¿Y?—preguntó el joven de pelo dorado.

 

No podremos tener más hijos—le dijo el empresario.

 

Joey se puso triste y el castaño le abrazó.

 

¿Aún me quieres?—preguntó el joven madre.

 

No pero te soportaré por conveniencia—le dijo Kaiba y Joey sonrió, le dio un golpe en su pecho mientras mantenía su mejilla apretada contra este.

 

¡Bakka!—le dijo.

 

Notas finales:

espero les haya gustado

^^

me voy a ver el ultimo cap de diabolik lovers en reyanime

mata ne


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