Los labios del otro se posan sobre los suyos y los acarician posesivamente. Joseph lucha contra si mismo pues se siente cada vez más débil ante el contacto de ese ardiente cuerpo al que parece que le corre lava por las venas.
¡Déjame!—demanda el ojos mieles.
¡No!—contesta el otro mientras se aferra más a él y sus labios se tornan más demandantes. –No creas ni por un momento que voy a dejarte. Voy a convertirte en mi presa—dice la figura mientras suelta una de sus muñecas para ir por una de las piernas del cazador y elevarla. – ¡Hueles exquisito! ¡Eres ambrosía! Apenas puedo contenerme—dice respirando sobre su cuello mientras suelta la otra mano para introducir un molesto dedo en el esfínter.
¡No!—dice el rubio tratando de empujarlo.
¿No? ¿Por qué no si tú también quieres?—pregunta la voz a su oído.
¡No quiero!—dice demasiado rápido Wheeler.
Si lo quieres. Puedo olerlo en tu piel—dice con descaro quien esta por encima suyo. –Es tan evidente cuanto me deseas dentro tuyo. Tu cuerpo se mueve engullendo y sacando mi dedo y esos gemidos que me provocan… quiero que seas mi presa—añade.
¡Ya lo dijiste!—dice molesto el rubio pues en efecto siente su sangre hervir con ese contacto.
No sabes lo que significa. ¿Verdad? Ser mi presa no solo significa que me alimentes, sí, quiero beber tu sangre pero también significa que eres todo mío, tu cuerpo, tu sangre, tu voluntad—dice con embriagante voracidad el hombre que actúa en las sombras, el vampiro.
Pero tú y yo…--dice el cazador.
…somos hombres lo sé—susurra el otro enfrente suyo.
Los hombres no deben…--dice el más joven sonrojándose.
¡Y sin embargo esto te gusta, quizás demasiado, como a mí!—exclama la figura.
¡No es cier…!—trata de refutar el rubio pero sus labios son acallados por los del otro y el cuerpo del otro se abalanza con más vigor. En ese momento sus dedos abandonan el interior del rubio para introducir su erguido miembro dentro del cuerpo debajo de él que se tensa y se agarra de él de manera desesperada y luego se arquea hacia atrás mientras que le faltaba el aire por el ritmo apurado de las embestidas.
Se agarra del cabezal de la cama y poco después casi en el éxtasis, una brecha de lógica entra en la cabeza del cazador y una de sus manos se suelta y busca debajo de la almohada.
¿Buscas tu daga?—pregunta la voz de la figura. –La dejé en el suelo junto a la cama. No te desharás de mí. No son necesarias esas cosas entre los dos—dice después un poco antes de que el orgasmo los alcanzara a ambos. En ese momento los filosos colmillos relucieron en la oscuridad.
Joseph que los ve, se siente impotente para detenerlo y cierra los ojos lo que le hace sentir más exacerbadamente la penetración de la mordida.
Joey gime alto al sentir entrar esos dientes, trata de alejarlo pero el otro permanece firme.
Ahora eres mío. Todo mío—le dice la figura antes de volverle a clavar los colmillos. De a poco, mientras el vampiro se alimenta con su caliente sangre el cazador va perdiendo la conciencia en un sopor, mezcla de relajación por el coito recién terminado y debilidad por estar alimentando al otro.
Al despertar el joven Wheeler se siente muy débil y mareado. Se viste lentamente y baja las escaleras con cuidado. En verdad tiene casi la certeza que lo de la noche anterior no fue una simple pesadilla.
Al bajar ve al dueño de casa en la misma posición en que lo viera la tarde anterior, leyendo junto a la ventana. Es muy temprano así que el castillo permanece en penumbras y el candelabro está encendido. Fuera aún llueve. Sin querer el joven cazador hace ruido.
El anfitrión le mira mientras él se agarra del vano de la puerta para no caer. Seth Kaiba se levanta y va a su encuentro, le toma por un brazo y le dice—Se ve muy mal. ¿Acaso se ha enfermado?—luego le pone la mano en la frente y la descubre caliente. – ¡Esta ardiendo en fiebre!—añade y lo lleva hasta el sillón que el mismo ocupaba momentos antes.
¿Me hace un favor?—le pregunta el joven ojos mieles y el otro después de un momento asiente. --¿Hay marcas en mi cuello?—pregunta después mostrando el lado de su cuello.
El castaño claramente se molesta pensando que era una especie de paranoia pero luego su semblante cambia y tocando con sus dedos las marcas de manera que hace parecer al rubio que recibe un toque eléctrico le dice—En efecto. Tiene dos pares de puntos—
Entonces no fue un sueño—dice algo molesto el cazador.
¿Puede aclararme que rayos está pasando?—pregunta el ojos azules. Wheeler solo lo mira a los ojos. --¿No querrá decir…? Jajaja. ¡Eso es una locura! No puedo creer que un miembro de Scotland Yard siquiera piense…--dice Seth con ironía en la mirada.
Puede creerlo o no y debo admitir que le he mentido—le contesta Joseph y el otro cambia su semblante. –No soy de Scotland Yard—
¿Entonces?—pregunta el dueño de la propiedad.
Soy miembro de la asociación de cazadores, nos dedicamos a cazar esta clase de cosas—le dice Joey.
¿Por cosas se refiere a vampiros? No crea ni por un momento…--dice con desdén Kaiba pero el otro con las pocas fuerzas que tiene alcanza su muñeca y lo hala hacia él.
¡Estoy hablando muy en serio! Tengo mis dudas sobre usted pero su actitud no es la que debería de ser uno de ellos así que le advierto. El que me atacó lo hizo aquí, anoche, así que tampoco usted está a salvo. ¡Vayámonos de aquí y…!—le dice mirándole a los ojos el cazador. Esa cercanía le afectaba. ¿Desde cuando le afectaba de esa manera tener a un hombre tan cerca?
¿Y usted nos protegerá?—preguntó como riéndose de él el otro cosa que hirió al rubio. –Como veo no puede protegerse a si mismo. Si todo lo que cuenta es verdad…--dice Seth.
¡Es verdad!—refuta desesperado el cazador.
…no creo que pueda protegernos a ambos—termina de decir el castaño. –Además a mi no me ha atacado ni antes ni ahora. Creo que si tiene un objetivo debe ser usted—dice el más alto antes de pegar la vuelta e irse.
Joseph se deja caer en el sillón, está exhausto. Si el vampiro lo volvía a atacar estaba muerto. De pronto ve que el dueño del castillo le trae un vaso con agua. Lo mira.
De todos modos usted no puede irse en esas condiciones y considerando que por lo que oí, usted pensaba en protegerme es lo mínimo que puedo hacer—dice mientras el otro bebe el agua y lo mira.
Usted es un caballero poco convencional—dice el más bajo.
¿A que se refiere?—pregunta el dueño de casa.
A que le engañé y aún así se muestra cordial conmigo—dice Wheeler.
Es una de mis debilidades según mi familia—contesta el castaño.