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VAMPIRE LEGACY por desire nemesis

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Esa tarde como siempre el castaño lee pero Joey esta inquieto pensando en todo lo sucedido. –Iré a dar un paseo—le dice.

 

El ojos azules le mira muy directamente y le dice—Ten cuidado con quien te encuentras. En esta casa nada es lo que parece y no quiero que se repita lo de hoy—

 

Me mantendré a salvo—dice sonriendo el rubio pues le agrada que Kaiba se preocupe por él. El otro vuelve su vista al libro pero él logra ver que ahora sonríe. Se ha cambiado y lleva puestas las ropas que trajera, no las que le dieran el día anterior. Además de lo que le pusieron le trajeron nueve trajes más de los más variados colores que seguían  colgados en el armario donde las sirvientas los dejaron.

 

Va por un pasillo que no conocía y llega a una enorme estancia coronada con una pintura de por lo menos tres metros de altura con un fino marco dorado. Joey se queda alucinado con el cuadro.

 

¡Es Seto! Mi esposo. No Seth—le explica la voz de una mujer a sus espaldas.

 

El voltea y hace una sutil reverencia, luego mira de nuevo el retrato. Si. El de la pintura es algo diferente. Esa mirada fría, con una ceja levantada y el cuerpo algo tenso como si esperara ser atacado en cualquier momento y estuviera preparado para ello. Aunque eso le hizo pensar en la actitud del castaño hacía rato en el jardín.

 

Era un vampiro magnífico, hizo un imperio de la nada y todos los demás lo respetaban. Aún hoy si invoco su nombre noto su reverencia a su recuerdo y su temor. Es como si temieran que volviera de la tumba a por sus almas—dice la reina con una sonrisa nostálgica.

 

El rubio comprende para su asombro que esa mujer sigue enamorada del hombre por lo que era, por el temor que lograba infundir en los corazones de los demás. Debió ser un hombre despiadado, concluye el ojos mieles.

 

¿Por qué sigues vestido así?—pregunta ella de pronto al mirarlo bien pues hasta entonces estaba como hipnotizada por el recuerdo de su Seto–Le dije a la servidumbre que te cambiara. ¡Deberé castigarlos por su desobediencia!—

 

¡No lo haga!—grita el rubio llamando su atención con algo de desconcierto pues nadie osa gritar a una reina—Yo me cambié. A Seth no le gustó el cambio pero igualmente se lo agradezco—añade mas calmo el ojos mieles.

 

¡No lo agradezcas! No lo hice por ti sino para que él se vea mejor—dice con todo su desdén la cabeza de la familia Kaiba.

 

Lo sé—dice algo compungido Wheeler.

 

¿No reconoces tu lugar, no es así? Tú solo eres una cosa que se le pegó a mi hijo pero con el tiempo él se va a aburrir de ti. Debía no tener mucho que hacer por allá para que hubiera agarrado a un chico como presa. Él pronto necesitará más. Sé que algún día recapacitará y se volverá el rey que está destinado a ser. Tú perderás tu juventud y él necesitará más. Encontrará que necesita los brazos de una de los suyos porque nadie puede satisfacerlo tanto como una de su especie—dice la reina y luego lo mira con sus intensos zafiros--¿Tú no lo sabes, verdad?—exclama y una sonrisa se extiende por sus labios. No es una sonrisa feliz sino una prepotente y llena de arrogancia—Para nosotros no hay nada igual que encontrar un amante de nuestra propia especie. Él se entregará completamente a ella y ella a él porque les fascinará el aroma que desprenden porque los vampiros no asumimos la esencia del otro, la mantenemos por lo cual no es como ustedes que cada vez que los olemos es a nosotros a quienes sentimos. Ella será diferente e hipnotizante para él y le podrá dar hijos. Además ella puede darle el mayor de los placeres que tú jamás podrás. Porque… ¿Sabías que no hay nada que nos enloquezca más en la cama que esa mordida en el momento culminante? Hace explotar el deseo de un vampiro—de pronto se da cuenta de algo por la expresión del otro y con una gatuna mirada le dice--¿Él te ha pedido que lo muerdas, no es así?—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa noche Seth le dice—Mi madre está preparando todo para el viaje. En dos días partiremos y nos alejaremos de este lugar. No sé porque tiene que tardar tanto—

 

El ojos mieles adivina por el tono del otro que está ansioso de largarse. Se dedica a mirar por la ventana.

 

¿Qué te sucede?—pregunta el castaño con tono preocupado.

 

Eto… nada—responde Joseph algo nervioso.

 

No digas nada que sé que algo te está pasando cachorro—le dice Kaiba.

 

¡Seth! ¿Es posible que yo me convierta en vampiro?—pregunta Wheeler descolocando al otro.

 

¿Por qué preguntas eso ahora?—pregunta el ojos azules a su vez.

 

¡Por favor responde!—medio exige medio ruega el otro.

 

No, no es posible. Sé que los humanos tienen esas ridículas fantasías en la mente pero no puedo convertirte en un vampiro como un gato no puede convertir a un perro. Somos dos especies diferentes. No hay ningún acto mágico implicado en nuestro ser salvo el de ser muy longevos—responde Seth.

 

¡Pero yo tengo tu olor!—trata de razonar el rubio.

 

Es porque cada vez que te muerdo inyecto algo en tu sangre que hace que huelas a mí pero tampoco hay magia en ello. Cachorro dime porque preguntas eso ahora—exige ahora el ojos azules.

 

Es que hoy me encontré con tu madre y ella dijo…--contesta Joey.

 

¿Ves? Por eso quiero irme de aquí. Ellos viven entre intrigas y traiciones. ¡Odio vivir en este lugar!—grita el castaño.

 

Pareces un chico—le dice el rubio y le da un gentil beso en los labios para calmar su frustración. El método funciona como por ensalmo y el otro le abraza estrechamente disfrutando de la boca del ojos mieles.

 

 

 

Más tarde los dos yacían en la cama casi vencidos por el sueño. --¿Qué harás una vez que hayas terminado la misión?—pregunta el rubio.

 

¡Volveré al castillo desde luego!—responde el ojiazul.

 

¿Hace mucho que te fuiste de aquí?—pregunta el rubio.

 

Si, pero parece demasiado poco—dice el castaño algo deprimido.

 

¿Desde antes de que yo naciera?—pregunta Wheeler apoyando su mentón en el pecho del vampiro para mirarlo a los ojos.

 

El otro sonríe y contesta—Si, cachorro. Desde mucho antes. Harán como ochenta años desde que me fui—

 

Joey le mira pálido. ¿Ochenta años? --¿Qué edad tienes?—pregunta.

 

¿Eso importa?—pregunta el de los zafiros. El otro desvía la mirada. –Eres lindo cuando te pones nervioso—afirma el castaño sin inhibiciones sonriendo, provocando que el otro enrojezca hasta las orejas, cosa que lo hace más feliz todavía.

 

¡Hey Seth! ¿Cómo murió Catherine?—pregunta de pronto Joseph.

 

¿A que viene…?—pregunta alerta el vampiro.

 

Lo sabré de cualquier forma. Preguntaré si es necesario—advierte el rubio.

 

¡Joey! ¿Por qué quieres saberlo?—pregunta el príncipe.

 

Porque lo necesito. Quiero saberlo todo de ti. No quiero que todos sigan demostrándome que en verdad eres un desconocido para mí. Hoy tu tío me contó cuanto te destrozó su muerte pero evitó decirme todo de ella—dice el ojos mieles con los brazos apoyados sobre el pecho del castaño. Este alza su mano y acaricia la mejilla del cazador con una mirada tierna en sus ojos.

 

¡Está bien! Si me lo pides así, te lo diré. En verdad es algo muy simple de contar. Un día desperté y ella no estaba a mi lado. La busqué por todos lados y la hallé en el jardín—rememora Seth. Joseph le miraba comprendiendo un poco lo que sentía pues se imaginaba que era el castaño y éste, Catherine—Pensé que se habían alimentado de ella pero no. Le habían roto el cuello. Nadie se hizo responsable por lo que hasta el día de hoy no sé quien de ellos fue—

 

Capaz que no fue ninguno—trata Joseph de calmar el dolor del ojos azules al pensar que uno de su familia había matado a su amada.

 

¡Eres muy ingenuo!—dice sonriente Seth al ver como torpemente el otro trata de consolarlo. Sus labios encuentran los del otro y su cuerpo se yergue sobre el de ojos mieles.

 

¡No puedes entender cuanto te deseo! No sientas miedo del pasado, cachorro porque tú siempre serás mi presa. ¡Cuidaré de ti! Nadie va a dañarte—asegura Kaiba y entonces el ojos mieles lo entiende.

 

Empuja al más alto saliéndose de la cama. Sus ojos están brillantes por las gotas cristalinas que comienzan a bañarlos—Ahora lo entiendo. Ustedes no son capaces de amar. ¿No es así? Solo desean y se alimentan de nosotros. ¡Por eso es que te resistes a decirme esas palabras! Porque no puedes sentirlas, tú puedes desear a alguien pero no amarle. Eres cariñoso y cuidas de tus presas como tu tío dice pero no puedes amar a nadie. ¿No es así?—dice al borde de derramar esas lágrimas.

 

El castaño se le acerca y le abraza. Joseph se deja abrazar sintiendo la impotencia de creer que nunca será amado por la persona que el quiere.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Siempre tan considerado, Allen!—dijo la joven castaña mientras caminaba junto al vampiro por la mansión.

 

Joseph lleva justo unos vasos con limonada para Seto que está leyendo en la terraza este cuando se encuentra con la pareja que habla alegremente y la castaña le mira atentamente para preguntarle a Allen--¿Seth tiene una nueva presa? ¡Eso quiere decir que está mucho mejor! Me siento aliviada, aunque…--dice después de haber volteado y vuelve a mirar al rubio—Es un chico. ¿Estará verdaderamente bien?—

 

Joey se siente fuera de lugar y el tío de su vampiro lo mira con una sospechosa sonrisa. --¿Por qué no vamos a la terraza oeste?—le pregunta a la joven.

 

¡Quisiera ver a Seth! Hace mucho que no le veo—dice ella y luego le pregunta a Wheeler--¿Puedes llevarme con tu amo?—

 

El rubio se ve en el deber de hacerlo y los guía a donde Seth sentado lee su libro sin prestar atención a lo que lo rodea.

 

Siempre con la nariz metida en tus libros. Tanto que ni siquiera te enteras que tu prometida ha venido a verte—le saluda mientras se acerca al castaño que eleva su mirada hacia ella al reconocer su voz con la primera oración.

 

Ella se acerca y le da un beso en los labios--¿Cómo le va a mi rey?—pregunta después sentándose en frente de él.

 

¡No pueden culparme por esto! ¡Intenté ser delicado!—dijo el tío de Seth al rubio antes de pegar la vuelta e irse. Joseph miraba a la pareja de vampiros con el corazón hecho un nudo. Seth está comprometido y no le dijo nada, claro que él era solo una presa para el otro. Los ojos azules  buscan los mieles. Joseph no sabe si está más enfadado o triste pero supone que es lo segundo. En silencio se acerca a la mesa y deja los vasos con limonada en ella para irse después.

 

¡Perdón, Willhelmina! Debo arreglar algo. Ya vuelvo—dice el vampiro. Ella sonríe y asiente mientras lo mira irse tras su presa herida toma uno de los vasos y bebe un poco de su contenido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les guste la aparicion de Willhelmina porque acarrarerea cosas

y entenderan mas de mi fic con las verdades

mata ne y gracias por leer

^^


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