Cuando Seth llegó a Inglaterra fue de inmediato a la Asociación para tratar de averiguar donde se encontraba el rubio pero se topó con una impenetrable pared. Frustrado decidió ir al castillo donde se conocieron. Era un buen lugar donde empezar y si no estaba ahí podría pensar por un rato en donde seguir.
Despertó en su habitación, era el anochecer y recordando lo sucedido pensó que el otro lo trasladó a la cama. Le dolía la cabeza y se frotó para encontrarse que tenía algo de sangre enredada en sus cabellos. Caminó buscando a su amigo. Tal vez fruto del enojo le había golpeado y luego sintiéndose culpable lo llevó a su dormitorio. Quizás ya se había ido, se dijo mientras caminaba por el castillo en su busca. En eso estaba pensando cuando se lo encontró.
Sus ojos azules le miraban directo lo que le afectó. Su ropa estaba en desorden y su rostro estaba blanco. Sus ojos azules en realidad veían a la nada desde el suelo donde yacía su cuerpo sin vida. Joey impactado se arrodilló a su lado. Dos pequeñas marcas eran visibles a un lado del cuello. Entonces la puerta se abrió y alguien entró en la habitación sobresaltándole.
Volteó a verlo y sus ojos hallaron otros ojos azules que miraron la escena estáticos. Joseph volvió a mirar el cuerpo a su lado y su mano cerró los ojos de Jake Coldsplay. Mientras una lágrima escapó de sus ojos.
¿Fuiste tú?—pregunta Seth y la respuesta es que el otro aprieta sus puños. Entonces va hacia él y lo hala— ¡Debemos irnos antes de que averigüen esto!—
El otro le saca el brazo—Pensé que ya no querías saber nada de mí. ¡Déjame en paz! Yo no tengo porque huir. Yo no le…--dice.
¿Y crees que van a creerte?—pregunta el joven ojos azules.
¿Acaso te importa lo que me pase?—dice el dolorido Wheeler.
¡Sabes cuan injusto es eso! ¿Quién se la ha pasado tras de ti para salvarte? ¿Acaso todo es tan débil que crees que se puede borrar a la primera pelea?—pregunta Kaiba.
¡Tu no me amas!—declama el rubio.
Agarrándole fuerte entre sus brazos el castaño le dice—Al contrario. Mi problema es que te amo demasiado y siento celos de cada uno que respira tu mismo aire—
Para exculparme debemos saber quién lo hizo—dice el ojos mieles.
Ese no es problema—le contesta Seth mirando al cuerpo de Coldsplay.
¿A que te refieres?—pregunta Wheeler.
¿No lo hueles? Tu amigo era humano y se convirtió en una presa—le dice el ojos azules.
Pero…--dice Joseph.
Tú no lo reconoces pero yo sé exactamente de quien se trata—dice el otro y lo encontraremos.
¡Yo no te pedí eso! Yo quería que te encargaras de ese gusano y su amante no que metieras en problemas a ese idiota—exclama Johan a su nuevo amigo con airado tono.
¿Estas seguro que quieres meter en una guerra al resto de tu clan? Piénsalo. Así tú obtienes lo que quieres sin dañar a tu familia. ¿Por qué no dejar que la Asociación haga el trabajo sucio?—pregunta Allen Kaiba. En el lado izquierdo de su cuello luce una cicatriz. Por suerte para él Joseph no tenía la suficiente fuerza para hundir más la daga en este y para cuando pudo parar el sangrado y salió el otro había desaparecido y decidió no ir por él para que no le hallaran pero después de su herida no podía aparecerse abiertamente en la mansión. Aún así se escabulló una noche y se encontró con su hermana quien le envió a uno de sus castillos en Viena donde su rencor hacia el rubio no hizo más que crecer. Y luego vio su oportunidad de vengarse de este al ver la pelea entre Richtenchrikter y su sobrino desde una considerable distancia.
Después de un momento de considerarlo Johan asiente y dice—Tienes razón—
Siempre la tengo—responde el sonriente peliverde.
¿Dónde está? Sé que tú lo sabes—dice el castaño a su madre.
Has perdido toda noción de…--le contesta su madre siendo interrumpida al ver su brazo atrapado con fuerza y esos eléctricos relámpagos fijos en ella.
¡No pienso perder tiempo contigo! ¡Dime donde rayos está tío Allen o juro que te lo sacaré a golpes!—dice Seth.
Noah, Joseph y Misha observan asombrados la situación.
Estaban en el camino rumbo a Viena cuando seis jinetes le cerraron el paso a su carruaje. Los caballos se detuvieron ante la tirada de riendas del conductor y dos de los jinetes se pusieron a los lados del vehículo.
¡Bajen!—grita uno de ellos empuñando un mosquete mientras su compañero hace lo mismo. Ambos apuntando por las ventanillas a las cabezas de los sentados dentro.
Joey percibió lo tenso que se ponía Seth y tocó con su mano la del otro para que lo mirara y luego cabeceó para que se tranquilizara. A regañadientes el castaño bajó, había tenido la intención de presentar batalla aunque sabía que era un caso perdido.
Cuando Joseph bajaba el jinete le asestó un golpe con la culata en la cabeza que lo hizo caer de rodillas. Seth salió en su ayuda de inmediato y una bala pasó a milímetros de él cuando corrió en su busca. Agarró al rubio y se interpuso entre ambos mirando con cara de odio al agresor de su cachorro.
¡Cálmate que no es contigo la cosa!—dice uno de ellos—Pero podemos convertirlo en tu asunto—agrega mirando ofensivamente al ojos azules.
Mientras se agarraba el lugar otra vez golpeado Joey apoyó su mano sobre el hombro del otro para que se aplacara. Lo menos que quería era arrastrar al otro en su desgracia.
¡Déjalo así!—le dice.
¿Como puedes creerlo?—dice el beligerante ojos azules. –Escuchen él no es culpable—añadió a los cazadores.
Tienes que ser mejor para mentir idiota si quieres convencernos de que tu noviecita es inocente—dice el cazador.
¡Escucha estu…!—dice Seth, Wheeler le detiene.
¿Qué piensan hacer conmigo?—pregunta el rubio.
Te llevaremos a la central y allá te enjuiciarán—responde uno.
Si no nos la pones difícil—exclama el otro acariciando su mosquete.
Seth ve tú solo. Es posible que tengamos el tiempo suficiente. Si lo encuentras…--dice el ojos mieles.
¿Qué dices?—pregunta el príncipe. –No te dejaré solo con esas bestias—agrega enfadado poniendo a los cazadores de mal humor.
Ve. A ti no te quieren. Es nuestra única oportunidad—le dice el rubio. Seth voltea para verle a los ojos.
¿Estás seguro?—pregunta Kaiba y el otro asiente mientras se miran a los ojos.
¡Ay! ¡Qué tierna la parejita! ¿No te parece, Phillip?—pregunta uno de los cazadores que después agarra al rubio del brazo y lo hala para levantarlo y llevárselo.
Kaiba los vio partir con una sensación de vacío pues podía ser la última vez que viera si no se apuraba a traer a Allen ante la Asociación. Lo que también le preocupaba era como demostraría la culpabilidad de su tío.