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AMOR EN CUSTODIA por desire nemesis

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Pasaron doce días en los que el joven Wheeler se portó tranquila y sencillamente. Su padre disfrutaba de que se comportara porque eso le facilitaba todo pero Seto sabía que el muchacho era una bomba a punto de explotar.

 

Además aún se preguntaba quien era el que había entrado en su dormitorio dos semanas antes. Estaba preocupado por el hecho pero no tenía nada ahí que fuera peligroso o confidencial. Siempre llevaba su arma y documentos consigo excepto por el pasaporte y lo había revisado. Su laptop era segura pues no tenía allí que le molestara que alguien viera. Con el tiempo se había convencido de que era responsabilidad del dueño de casa que quería verificar que él fuera una persona segura. Después de todo estaba a cargo de su hijo.

 

Esa noche sería una especial después de todo porque en la cena por fin el barril de TNT explotó.

 

¡No puedes!—dijo su padre.

 

Puedo hacer lo que me dé la gana. Tú lo haces siempre. ¿No?—replicó Joey.

 

El futuro de esta compañía está en tus manos—exclamó Willhelm.

 

¡Para lo que me importa!—le contestó su hijo–No me pasaré un día más en esas aburridas clases de marketing y manejo de capital solo porque tú quieres que maneje la empresa el lejano día en que te hagas demasiado viejo para hacerlo. ¡Voy a vivir mi vida como me guste a mí y si eso te jode, pues mejor!—

 

Kaiba lo vio salir enojado después de oír la discusión, su padre salió tras el chico y miró al custodio. En su mirada había frustración, desconcierto y una nota de “no lo dejes solo, cuídalo”. El guardaespaldas asintió y siguió al muchacho.

 

Cuando llegó al auto el joven estaba sentado en el asiento del copiloto, El castaño entró--¡Llévame a casa de Tristán!—le exigió. Seto no dijo nada y partió con Joey a su lado. El ojos mieles no dijo nada en todo el camino y el castaño no preguntó. Cuando llegaron el custodio se dio cuenta que había una fiesta en proceso lo que no era inusual. El ojos azules sabía a lo que Joey iba. Lo vio bajarse del auto e internamente deseó decirle al muchacho unas cosas pero si lo hacía este se tornaría aún más difícil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Eran pasadas las cinco cuando el guardaespaldas entró por Wheeler, la mitad de los chicos estaba desparramada por el suelo donde habían caído víctimas de las sustancias ingeridas, la otra mitad se había ido ya. El ojos azules buscó a su protegido para llevarlo a casa y no lo encontraba en ningún lado cuando atisbó algo en el jardín trasero. Restos de una fogata, más jóvenes dormidos pero cuando llegó a ellos el suyo no estaba hasta que sintió un movimiento tras la esquina de la casa.

 

Se acercó y ahí lo vio besándose y acariciándose con una chica. – ¡Es hora de irnos!—anunció.

 

¡Nooo moooooleeeees-hip-tes!—le contestó Joseph con voz pastosa por el alcohol. Seto fue hasta él y cogiéndolo del brazo lo arrastró lejos de la rubia. --¿Qué haces? Hip. ¡Déjame estar con mi novia! Ella es mi novia. ¿Sabes?—le preguntó Joey.

 

¡Felicidades!—dijo con tono displicente Kaiba lo que molestó al joven millonario.

 

¿Qué? ¿Acaso estás celoso?—preguntó Joseph picado.

 

¿Por qué iba a estar celoso de ti?—preguntó Seto deteniéndose a mirarlo. Joey no podía contestar a ello, en verdad solo ahora se había dado cuenta de lo que había dicho pero en realidad había pensado que sintiera celos de ella y eso era algo que más vale que el otro no se enterara. Sintiéndose raro entró al auto ayudado por el guardaespaldas que dijo al sentarse—Dentro de dos horas debes desayunar para ir a clases así que es mejor irnos—

 

¿Qué? ¿No oíste? ¡Voy a dejar esas estúpidas clasessss! ¡Yo no quería tomarlasssss! ¡Mi querido papi me obligó!—le dijo el rubio.

 

¿Y porque lo hiciste?—preguntó el castaño mientras daba una vuelta en u.

 

¡Porrrrque quería agradarle, claro! ¡Siempre hago lo que me dicen! ¡Como una mallldita marionetttta!—dijo el ojos mieles que parecía ahora triste y por eso hablaba bajo, casi para sí.

 

¿Y por que haces eso?—preguntó Seto.

 

¡Porque me da miedo que me deje como me dejó mamá!—respondió el rubio un segundo antes de dormirse con esa voz de entresueños.

 

El castaño le miró por un segundo y luego siguió conduciendo hasta la casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Eres asfixiante. ¿Lo sabías? ¡Quédate aquí! ¡Ya salgo!—dijo el joven antes de entrar en su habitación, dejando al castaño en la puerta. Lo que Seto no esperaba es que el chico escapara por la escalera de atrás porque nada en el día había anunciado su intención de hacerlo, más bien la de dormir después de esa agitada noche. Había ido a clases como el castaño intuyó aún con tanta protesta y volvió sin resabios de mal humor en apariencia aunque sabía que muy dentro no estaba a gusto no esperaba que huyera y para evitar que lo viera venir el joven lo hizo.

 

Cuando salió saltando por el muro este de la propiedad, su amigo Devlin le esperaba. --¡Fue mas facil de lo que esperabas! ¿Eh?—preguntó el amigo de Joseph con una sonrisa.

 

Si—respondió Joey.

 

¡Vamos, vamos!—gritó el otro y cazándolo del brazo lo arrastró hasta un auto. Todo iba bien hasta que después que se aproximaran dos hombres que el rubio no conocía se bajaron. --¡Aquí está!—dijo el pelinegro empujando al ojos mieles. Y de pronto Joseph se sintió como un cordero para el sacrificio.

 

¡Bien hecho chico!—dijo uno de los hombres mientras el otro fortachón agarraba a Joey con los brazos por detrás--¡Aquí esta lo tuyo!—

 

¡Lo siento pero necesito este dinero carnal!—dijo el ojiverde al otro chico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto sintió que tardaba mucho por eso golpeó, y lo hizo varias veces. Luego entró pues Joseph no había puesto el seguro para no despertar sospechas. Cuando vio el cuarto vacío de inmediato se dio cuenta de lo que pasaba y soltó una maldición. Fue al cuarto de vigilancia para ver lo que había en las cámaras y allí halló el video que lo mostraba saltando el muro.

 

No necesitaba averiguar a donde se dirigía. Esos arranques infantiles le costarían caro algún día, pensó sin saber que ese día era ahora.

 

¿Es cierto que mi hijo escapó?—preguntó Willhelm Wheeler.

 

Si, señor—respondió Kaiba.

 

¡Tráigalo y  después hablaremos usted y yo!—ordenó el magnate.

 

Seto se dirigió a la casa de Taylor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡No está aquí! ¡Lo juro! Llamó hace un rato y dijo que vendría pero no ha llegado—dijo para asombro y preocupación del custodio el amigo de Joseph.

 

¿Quién iba a recogerlo?—preguntó el castaño. Era obvio que no caminaría hasta el otro lado de la ciudad por muy buena que fuera la fiesta.

 

Yoooo no sé—respondió el otro castaño y Seto supo que mentía por su dubitación.

 

¡Escucha pendejo! ¡Vas a decirme quien fue por él o juro que voy a meterte toda tu mercancía por donde no te da el sol! ¿Has entendido?—dijo el ojos azules como el otro no dijo nada, ordenó—¡Responde! ¿Has entendido?—

 

Ssssssssí… ¡Duke, Duke Devlin, el dijo que Duke lo traería!—respondió el ojos café con su voz temblando.

 

¡Buen chico! Ahora más vale que si Joey viene a tu casa lo mandes de vuelta a la suya o tendrán que sacarte el negocio con sopapa. ¿Entendiste?—le amenazó el muy furioso guardaespaldas.

 

¡Oye!—se envalentonó el otro pero al ver su mirada solo dijo—Si—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Había subido al auto cuando su teléfono sonó. Contestó a la segunda.

 

Señor Kaiba, su ineficiencia me ha costado caro. Acaban de llamarme para decirme que mi hijo está en sus manos—le dijo su jefe.

 

No se preocupe. Yo averiguaré donde está—le tranquilizó el castaño.

 

Ése ya no es su problema. ¡Está despedido! Mañana venga por sus cosas y su indemnización—le contestaron del otro lado de la línea.

 

Entonces vio llegar el sujeto a la casa y contestó automáticamente—Muy bien—para luego colgar. Lo conocía por las fiestas pues era uno de los tres inquilinos de la casa. Devlin se dirigía a la entrada cuando oyó--¿Qué hiciste con él?—el pelinegro volteó y respondió— ¿Yo? Nada, viejo. ¡Déjalo en paz! Está grandecito. ¿No te parece?—

 

No me engañas. Acaban de pedir rescate por él—exclamó Seto. Y después de un segundo Duke echó a correr.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Suéltenme!—exigió el joven atrapado por las garras del forzudo en un pequeño galpón de acero.

 

¿Qué? ¿Tengo cara de uno de tus sirvientes, niñato?—preguntó el otro tipo.

 

No. Tienes cara de estiércol—contestó Wheeler con su natural rebeldía.

 

¿Ah si? ¡Pues veamos como te queda la cara después de esto!—dijo el tipo antes de golpearle  una y otra vez en la cara, luego lo tiraron al suelo y comenzaron las patadas, por último el tipo feo agarró un caño.

 

¡Eh, Kyo! ¿Eso no será demasiado?—preguntó su compañero.

 

¿De que lado estás? Me dijo cara de estiércol. ¿Además quien dijo que lo devolveremos de una pieza?—preguntó con tono lúgubre el más bajo y luego levantó el caño.

 

Para entonces Joey tenía mucho miedo y alzó los brazos encima de su cabeza para cubrirse de la golpiza. Se encogió hasta que oyó--¡Baja eso, idiota!—luego oyó disparos y para cuando hubo silencio sintió una mano en uno de sus brazos, miró y en su pecho su corazón saltó al ver esos ojos azules mirándolo con preocupación. --¿Estás bien?—preguntó el guardaespaldas y el solo asintió pues la emoción le había cerrado la garganta. –Entonces vámonos—añadió Kaiba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el auto a mitad de la ruta a casa Seto llamó a Wheeler padre—Lo tengo conmigo. Pasaré a dejarlo. Tenga listo mi dinero y mis cosas que las paso a buscar también—dijo y luego colgó. El corazón en el pecho del rubio se detuvo y al ver su mirada el otro supuso lo que pensaba. –Te me escapaste y encima de todo te secuestran. ¿Qué pensaste que pasaría?—preguntó.

 

¿Por qué fuiste por mí entonces?—preguntó Wheeler.

 

Que te escaparas es una mancha en mi expediente pero si te hubieran matado ya no conseguiría empleo. Además…--la explicación de Seto le deprimió pero ese “además” le dio esperanza--…yo no dejo un trabajo sin terminar—terminó el ojos azules para deprimirlo más. Solo había ido porque era su trabajo.

 

Llegados a la casa el abogado de Willhelm los esperaba en la puerta y se acercó al auto--¡Joey entra a la casa! Tu padre te espera. Yo hablaré con el señor Kaiba—dijo y Joey calladamente obedeció. Cuando entraba miró hacia atrás y vio el auto del castaño partir.

Notas finales:

espero les guste este cap

fin de semana productivo no?

adoro esto

mata ne

^^

espero sus revs


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