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AMOR EN CUSTODIA por desire nemesis

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Solo quería estar con él. No se preguntaba como sería porque estaba seguro de que era lo que quería y no quería nada más. Quería poder decir que se detuviera solo para oír de él que no podía. Quería sentir sus latidos con sus manos en el pecho de él mientras era embestido. Quería ser besado con pasión mientras las manos del otro se aferraban a sus caderas y derretían su piel. Quería no poder pensar. Ese era el efecto que Seto Kaiba tenía en él. Había tenido a muchas chicas pero jamás había estado con un hombre y con nadie desde aquel día en que se fue. Le quería incluso tanto como a su propia hija.

 

Desde que él vivía de nuevo bajo su techo, sus noches estaban llenas de deseos contenidos y duchas frías. En varias oportunidades fantaseó con ir a su dormitorio y tocar pero no se atrevía. No podría soportar su mirada llena de asco porque se notaba a la legua que al otro solo le cabía pensar en un hombre y una mujer como la charla de hoy lo había demostrado. Él era el que estaba mal. Él era el desviado y estaba consciente de ello.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al otro día la mirada fría del otro le causó gran pesar, mucho de lo poco que había construido desde que el otro volviera se había perdido. Subieron al auto en completo silencio. Y se dirigieron a la corporación.

 

¡Quiero decirte…!—trató de explicar.

 

No tienes nada que decirme—le respondió su custodio y al ver sus ojos azules tan fríos sintió que el dolor dominaba su piel.

 

Dos horas más tarde estaba en mitad de una reunión cuando Tea le dijo que había una llamada urgente. El que llamó dijo que no podía esperar, que se trataba de la hija del rubio. Joey atendió y después de un momento la joven supo que algo andaba terriblemente mal.

 

¿Qué sucede señor?—le preguntó, pero obviándola por completo él se dirigió a todos.

 

¡La reunión se terminó! Disculpen pero es un asunto muy importante—dijo Joseph y los reunidos algo aturdidos se retiraron. --¡Por favor, déjame solo!—le pidió a su secretaria. Ella se retiró pero gracias a un presentimiento no se quedó callada como habitualmente lo hubiera hecho.

 

El castaño estaba en una habitación de espera en la que habitualmente se hallaba esperando hasta que el otro saliera, leía un libro cuando la agitada asistente entró—Señor Kaiba—le dijo.

 

Él la miró y no habituado a su nerviosismo paró las antenas y preguntó--¿Qué sucede?—

 

Es el señor Wheeler. No me ha dicho nada pero han llamado diciendo que era importante, que se trataba de Yue y ha despedido a todos con los que se hallaba reunido—respondió ella.

 

Eso es muy lógico—dijo el ojos azules algo más calmado pero aún alerta.

 

¡No entiende! Los despidió después de colgar y se ha quedado encerrado. Si algo le estuviera pasando a Yue él…--dijo la castaña estresada.

 

…él hubiera salido de inmediato para su casa—terminó Seto. Si. Olía mal y definitivamente era extraño que no lo hubiera llamado. Aunque recordaba la discusión sabía que el otro acudiría a él a menos que no estuviera involucrado en algo peligroso pero su instinto por primera vez le decía lo contrario así que sin más avudió a verlo después de preguntar a Tea donde se encontraba.

 

Cuando vio la puerta abrirse comenzó a decir--¡Tea, te dije que no quería ser…!—pero las palabras siguientes murieron en su boca al ver el rostro de la persona a quién realmente deseaba ver. --¡Vete! ¡No molestes!—arguyó con su interior bregando por lo contrario.

 

Seto lo miró directamente a los ojos viendo la vacilación en su mirada y preguntó casi amenazantemente--¿Qué está sucediendo?—

 

Nada importante—mintió Wheeler dándole la espalda y esperando que el otro le creyera.

 

No es verdad—dijo el otro cerrando la puerta y derribando el muro que el ojos mieles intentaba construir.

 

Es cierto. Nada pasa—trató de mantener la lejanía Wheeler y luego oyó sus pasos a su espalda, acercándose.

 

¿Qué sucede con tu hija?—preguntó el castaño tomándolo de un hombro y obligándolo a voltear.

 

Joseph volteó—¡No tiene nada que ver contigo así que aléjate!—le dijo sintiendo evidentemente pánico.

 

¿Qué le sucede a Yue?—preguntó el firme guardaespaldas mientras miraba la cara que trataba de ocultarle un gran dolor. Los nervios de Joey estaban evidentemente al extremo.

 

¡Déjalo así!—pidió.

 

¡No!—respondió Seto y el rubio trató de irse antes de cometer un acto arriesgado pero el otro evitó que lo hiciera tomándolo de ambos brazos y obligándolo a enfrentarlo.

 

¡No lo comprendes! ¡Dijeron que si alguien más…!—exclamó el ojos mieles comenzando a temblar.

 

La mirada de Seto cambió en un instante al comprender de lo que el otro estaba hablando--¿Han raptado a Yue?—preguntó con voz ominosa.

 

No…--trató de mentir Wheeler.

 

¡Dí la verdad!—lo increpó el otro.

 

¡Sí!—respondió al fin Wheeler minando sus fuerzas.

 

¿Cuándo?—preguntó el castaño.

 

Esta mañana. Traté de llamar a casa pero nadie responde e imagino que no están disponibles. Yo… no sé que hacer—exclamó Wheeler con la mirada baja.

 

¿Qué te dijeron?—preguntó Seto y entonces Joseph que se había sentado lo miró.

 

Quieren veinte millones de dólares por ella y lo quieren mañana—respondió el rubio

 

¿Tienes el dinero?—preguntó el castaño.

 

Normalmente tardaría más que eso en obtenerlo pero…--dijo el ojos mieles y una idea cruzó la mente del custodio.

 

¿Cuánto te ofrecieron por tus acciones?—preguntó el guardaespaldas.

 

30—respondió Joseph y todo se hizo muy tangible para Kaiba.

 

¿Tienes forma de encontrarlos?—preguntó el castaño.

 

No. Solo se que son un holding y…--explicó Wheeler.

 

Pero tu socio si—le dijo Seto y entonces Joey comprendió.

 

¿Qué vas a hacer?—preguntó tomándolo de un brazo.

 

Tu habla con tu socio y dile que estás dispuesto a vender para que no sospechen—le indicó el guardaespaldas evitando contestar.

 

Te pregunté que qué vas…--expresó el empresario.

 

Voy a ir por Moto y le haré decirme como encontrarlos y si sabe donde está tu hija, los encontraré, les haré pagar y la traeré de vuelta—respondió el castaño con una inhabitual intensidad en él.

 

Pero ellos dijeron…--dijo el padre de la víctima.

 

No les pagues nada, no hagas nada hasta que yo vuelva con tu hija. ¿Entendiste? Dijiste que confiabas en mí. ¿Aún confías?—preguntó Seto y el rubio que lo tenía asido por un brazo lo soltó.

 

¡Traela de vuelta y vuelve, sano y salvo!—dijo con ojos bajos.

 

¡Volveré con ella!—dijo Seto tratando de tranquilizarlo.

 

Joseph lo vio partir sintiendo otro codazo del destino. Eso no era lo que quería decir. Quería decirle que si algo le pasaba por intentar rescatar a su niña del peligro…

 

Pero eso ahora que más daba. Él se había ido y solo quedaba rezar para que no fuera para siempre.

Notas finales:

espero les guste

perdon pero este cap salio mas corto porque quería dejarlo hasta aqui

mata ne

^^


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