Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMOR EN CUSTODIA por desire nemesis

[Reviews - 87]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

19--¿Y que haremos?

 

 

El sabor de sus labios era real, también el tacto bajo sus dedos. El castaño le correspondía como él siempre quiso y nunca esperó. Estremeciéndose con cada nuevo contacto el rubio descubrió que el mundo estaba para ser feliz.

 

Cuando por fin sus labios se separaron el ojos azules le dijo—No entiendo porqué estabas dispuesto a casarte por esto—

 

Poniendo su cara contra el pecho del más alto el joven, escondiendo así su cara de la vista del otro contestó—Estaba cansado. ¡Quería terminar con esto de una vez! Poner punto final a esto. No tenía razón de ser y creí que así, al final, tal vez…--

 

¿Y por que te lanzaste en esto sin al menos preguntarme? No entiendo—dijo Seto con sus ojos azules llenos de interrogantes.

 

¿Como podía? ¿Como se hace para preguntar a un ser que no demuestra lo que siente si se siente atraído por ti o no? Hasta estoy dudando. Dime la verdad. ¿Yo… te intereso?—preguntó el empresario rubio.

 

No habría parado la boda de no ser así—le contestó el custodio y los ojos mieles se agrandaron con estupor.

 

¡La boda!—dijo de pronto recordando que fuera había mucha gente que impresionada esperaba una explicación—Tengo que salir y…--añadió.

 

¿Qué harás?—preguntó Kaiba.

 

Las meladas orbes se encontraron con los zafiros y el otro respondió—No podría seguir ahora con esto—

 

¿Quieres que te acompañe?—preguntó Seto algo preocupado por el otro, lo que este notó.

 

¡No! Esto es mi responsabilidad—respondió el menor de ambos con una sonrisa algo más aliviada y se dirigió a la puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tea estaba en una de las habitaciones más alejadas. –Debo hablar contigo—dijo él.

 

¿Es tan malo?—preguntó la castaña y Joseph asintió.

 

No habrá boda—dijo el rubio sintiéndose incómodo.

 

¿Por ahora o…?—preguntó ella se veía confundida.

 

No. Definitivamente—respondió el empresario.

 

¿Qué ha sucedido?—inquirió la secretaria.

 

No debí hacer esto—dijo nervioso el de ojos mieles caminando hacia la ventana, en su corazón había arrepentimiento más no indecisión. Era para él contrario lastimar a aquellos que nunca le habían deparado mal y por eso su naturaleza estaba herida. Porque sabía que había usado a Gardner para sacarse a Seto de la cabeza y puso como excusa  la seguridad de su hija. –Estaba confundido. Pensé que con esto se acabaría todo pero…--

 

¿Qué se acabaría?—preguntó ella con su vestido blanco meciéndose al compás de su cuerpo.

 

Tea, hay otra persona—le dijo dándose la vuelta para mirarla a la cara. Era lo menos que podía hacer y vio su consternación con claridad en la habitación en penumbras por el atardecer.

 

Creo, creo que siempre lo supe. Tu repentino interés en mí. Han pasado muchas cosas pero nunca antes te fijaste en mí y jamás creí que me pedirías tan rápido casarnos. Pero entendí cuando me dijiste que estabas preocupado por el futuro de Yue si te pasaba algo que ese era motivo suficiente—exclamó la ojiazul.

 

Te mentí y a mí mismo. No quería reconocer la verdad—dijo su jefe.

 

¿Pero por que?—preguntó ella con lágrimas asomando por sus ojos--¡Dímelo! ¡Sabes que nunca lo usaría en tu contra! Sea lo que sea—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto esperaba en el pasillo a que su ex jefe saliera de la habitación en que se había reunido con su casi futura esposa. Cuando el otro salió su semblante lúgubre le develó que el encuentro no había sido nada facil para los nervios del otro. Su vaga mirada se dirigía únicamente al suelo y de esa manera siguió todo el camino a su alcoba mientras el castaño iba tras él y en la casa todo se desarmaba mientras los invitados se retiraban sin probar las delicias preparadas para un evento que jamás llegó a realizarse.

 

Joseph entró pero el otro no se animó a cruzar la puerta aún y sin pensarlo Wheeler volteó tomado del pomo y bloqueando la entrada, por un segundo permaneció así y después se hizo a un lado en una muda invitación por lo que Kaiba entró.

 

Joey cerró la abertura y se volvió con su semblante triste y entonces oyó la pregunta hecha con voz grave--¿Te arrepientes?—

 

El otro levantó la mirada sorprendido y entonces entendió porque el otro había llegado a tal razonamiento—¡No es eso! ¡Estoy preocupado por Tea! No la ví bien y yo…--

 

¡No siempre tienes cargar el peso de todo en tus hombros!—le regañó el otro tomándolo de los hombros y mirándolo directamente a los ojos.

 

Se sentía tan bien percibir los sentimientos del otro tan a flor de piel. Le preocupaba, eso era claro. Sin esperar más se lanzó en pos de sus varoniles labios que se entreabrieron cuando los de él estaban muy cerca y se abrazaron como si no hubiera otra razón para existir mientras sus labios se exploraban y trataban sin éxito calmar las ansias del otro.

 

Se desplazaron por la habitación hasta la mullida cama de edredón pardo en el que se tendieron uno encima del otro. El rubio se abrazaba al cuello fuerte y robusto del castaño mientras este se sacaba la chaqueta para luego con ambas manos atenazar los costados de la cintura del más bajo y mientras sus bocas continuaban su muda plática la temperatura y las ansias fueron en aumento.

 

Cuando las manos del otro empezaron a deshacerse de lo que mantenía el pantalón del ojos mieles cerrado este se tensó, notándolo el de ojos de espartano zafiro quien detuvo sus movimientos y le miró en la semipenumbra de la habitación iluminada solo por el sol mugiente.

 

¿Quieres seguir con esto?—preguntó el cauto custodio.

 

¡Si, demonios! ¡Claro que sí! Es solo que…--el empresario fue vago y eso hizo que el otro se impacientara un poco.

 

¿Acaso tus otros amantes…?—dijo Seto pero Joey lo cortó.

 

Yo no he tenido otros amantes. Eso es lo que quería decirte. Yo no sé como…--dijo el melado pero ahora fue él, el que se quedó sin terminar lo que deseaba decir.

 

¿Qué has dicho?—preguntó Kaiba parecía molesto pero en realidad estaba impactado por la revelación.

 

¡Eso! ¡Que yo nunca he estado con alguien más! ¡Yo… deseaba que fueras tú! ¡Si no serías tú… no sería nadie!—le dijo Wheeler.

 

Pero pensé que antes…--dijo Seto pero el otro sacudió la cabeza.

 

Mirando directo a sus ojos con algo de vergüenza por su cliché, Joey dijo—Ya te dije, o tú o nadie—

 

El castaño le beso abrazando con fuerza el menudo cuerpo del otro como si temiera que alguien se lo arrebatara. No recordaba haberse sentido así nunca. Era una experiencia nueva, reveladora. Que alguien le dijera eso justo a él le impactaba y le arrebataba al mismo tiempo.

 

Con manos expertas deshizo los nudos que separaban su cuerpo del del otro e introdujo un dedo en la boca del otro luego de voltearlo para que su espalda diera contra su pecho y poder hablar cómodamente detrás de su oído.

 

Joseph al sentir el roce de su piel contra la del otro había perdido el poco reparo que conservara y no le importó que hacía ese dedo entre sus labios hasta que notó como, el mismo, era introducido dentro suyo. Se detuvo de los hombros fuertes y adustos del guardaespaldas mientras el otro le murmuraba que se relajara, que necesitaban de eso para continuar, que debía relajarse y otras cosas más que él no consiguió escuchar ya que se encontraba a las puertas del éxtasis.

 

Se vino antes de que el otro lograra penetrarle por sí mismo y el ojos azules le dijo—Te excitas muy fácilmente. Yo acabo de empezar y tú ya has terminado—

 

Wheeler recordó que Tanaka le había acusado de lo mismo pero se cuidó de develar ese detalle por el bien de ambos. No era el momento. Ya habría una oportunidad, se dijo.

 

Cuando Seto estuvo dentro pudo sentir como la virilidad de su ex jefe incrementaba de nuevo su tamaño y pudo sentir su palpitante falo en su mano mientras lo masturbaba y se deslizaba de a poco dentro y fuera de él.

 

En un momento en que el frenesí del coito les consumía a ambos volteó al otro diciendo que no era así como le necesitaba, y levantando las piernas de Joey por sobre sus hombros llegó con su cara a los carnosos labios del blondo que recibió su voracidad con entrega inmediata y un adorable deseo de complacerle lo más posible.

 

Finalizado todo eso Seto se quedó admirando largo rato la semidorada piel de su amante bajo los reflejos lunares que penetraban por la alta ventana mientras este iba cayendo en el más profundo y reconfortante de los sueños, luego se aseguró de tapar bien su espalda y se durmió el también sobre un hombro de aquel que ahora podía llamar, con derecho,  suyo.

Notas finales:

Espero sus revs

un cap para el final

les gusto esta historia?

mata ne

^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).