Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rumbo a la guillotina por CrystalPM

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

BUEEEEEENO, aquí está la continuación, que creo que es el capítulo más largo que he hecho hasta ahora. y justo el capítulo más largo lo decido empezar a hacer cuando son..... las 12 de la noche. Osea que ahora es la una y debería irme a dormir jejejejeje

Espero que les gusteeeee ^^

 

La guarida de aquel grupo de jóvenes no era nada del otro mundo, pero aún así James se alegró de poder entrar en un lugar resguardado y, para lo que estaba acostumbrado, acojedor. Los tres amigos estuvieron charlando alegremente por unas horas, poniéndose al día de las cosas que habían pasado en aquellos meses. Mientras él permaneció sentado a su lado observando con curiosidad..

El rubio del grupo parecía estar más que contento de tener alguien a quién poder darle la charla. Los cuatro se sentaron al rededor de la mesa mientras bebían algo y escuchaban el relato de la “gran escapada”

-Cuando nos separamos Scapa y yo fuimos por el camino del norte mientras que Kyle tomó el atajo del río. En realidad no fue muy difícil despistar a la guardia, ya sabes. Esos bastardos no ven tres en un burro, te puedes creer que Kyle pasó enfrente de sus …

El soldado se atragantó con la bebida notablemente incómodo con el rumbo que estaba tomando la história así que el pelinegro preocupado se apresuró a distraer al Rubio con otra cosa, con fingido aire despreocupado preguntó lo primero que se le pasó por la cabeza.

-¿Hablando de Kyle donde habéis dicho que estaba?- Su amigo pelirrojo no se encontraba en la sala junto a ellos. Gray adoptó un tono más desinteresado por el tema.

-Salió a buscar la cena hace un rato... la verdad Law, no sabes cuanto se te echaba en falta, las cenas no son lo mismo sin ti. Ahora conseguimos mucho menos. - El rubio se apegó al pelinegro abrazandole cariñosamente. Cosa que hizo alzar una ceja al castaño de ojos verdes que les miraba incrédulo. Christian ligeramente incómodo apartó a su amigo con suavidad.

-Sí … sí , todos sabemos que tu estómago te gana Gray- El aludido le pegó un capón al ojiazul como protesta.

-No hay nada mejor que una buena comida y una buena mujer... bueno, lo último es relativo ¿No crees?- El rubio ignoró las miradas fulminantes de su amigo y pareció recordar algo – Pero bueno, tú no nos has contado como te libraste de la partida que te seguía ¿ Qué diablos pasó?

El pelinegro se llevó las manos al cabello y miró de reojo al soldado, como pidiéndole ayuda para contar algo que no les dejase en una posición complicada, pero en aquel momento la suerte les sonrió en forma de una hiperactiva melena pelirroja que entró corriendo en la caseta dando un sonoro portazo.

-¡Traigo la comida pequeños rufianes!... Vaya... no sabía que tuviésemos visi...¡Christian!

De nuevo se retornó a las clásicas frases que todo el mundo dice cuando se reencuentra después de un largo periodo de tiempo y con ello todo el mundo pareció olvidarse de las conversaciones incómodas. Por fin reunidos todos, los cinco comieron entre gritos y risas por parte de los cuatro amigos y asombro por parte del ojiverde, demasiado sorprendido de que unas personas que técnicamente vivían de su sigilo y rapidez pudiesen ser tan ruidosas y patosas al mismo tiempo.

Al fin llegó la hora de dormir, con el paso del tiempo cada integrante de la banda fue cayendo rendido, tras un largo día de “ trabajo” y se fueron retirando a sus respectivos colchones esparcidos por los rincones de la caseta. Cuando él ultimo de los ladrones había caído en un profundo sueño el ojiazul y el castaño decidieron ir a dormir también. El ladrón agarró gentilmente a su compañero del hombro y guiandole en la oscuridad le condujo hasta una de las esquinas de la casa, señalando el colchón.

-Tú puedes dormir ahí. - El castaño asintió distraído aunque debido a la oscuridad el otro no pudo apreciarlo

-¿Donde duermes tú normalmente ?

-Aquí, pero no te preocupes, yo ya buscaré otro – El pelinegro no pudo continuar la frase ya que el menor le había tapado la boca con su mano.

-Ah, no no ladronduezo. No necesito que me cedas tu cama como seguramente harás con las muchachitas o los estúpidos chicos con los que estes. Recuerda lo que te dije en casa de Oma. - Con un movimiento firme el soldado empujó al mayor para que callese sentado en la cama y se giró dispuesto a irse a otro sitio.- Tú dormiras en tu cama, yo puedo dormir en el sueeeEEHH!

Sin que se diese cuenta Christian le había agarrado del brazo y le había tirado al colchón para luego abrazarle fuertemente por la cintura.

-¡Vale! Como usted diga príncipe, dormiré en mi cama, pero contigo.

El Castaño se removió intentando poner algo de espacio entre ambos sin mucho éxito. Se quejó en un susurro aterrado. Intentando no armar mucho jaleo para no despertar al resto de presentes.

-¡Suelta idiota! ¡Tus amigos están aquí! - El ojiazul se carcajeó por lo bajito y acercó al otro hacia sí hasta rozar sus labios contra los del menor. El gesto pareció surtir efecto porque James dejó de poner resistencia y se limitó a agarrar con fuerza de la camisa del otro aturdido. Christian no pudo evitar soltar una sonrisa de suficiencia.

-¿Mis amigos? Vamos, si los tres duermen como unos troncos, créeme que hace falta mucho más que esto para despertarles ¿Quieres probar? – dijo burlón sobre los labios del otro, que se recuperó de su estado de shock y giró el rostro nervios.  Aprovechando el acceso el pelinegro optó por dejar unos fugaces besos por la curva del cuello del soldado causandole un escalofrío que no pasó desapercivido por ambos. James tragó saliva y consiguió responder entre balbuceos.

-No gracias. Ahora haz el favor de dormirte garrulo. - El pelinegro se volvió a reír preguntandose internamente de donde sacaría el ojiverde aquellos insultos. Como el soldado no mostró ninguna intención de separarse de nuevo de él supuso que había triunfado en su empeño y sonriente se inclinó para dar un suave beso sobre la melena castaña como gesto de buenas noches y sin apartarse ni un milimetro de él cerró los ojos para caer casi en un instante en un sueño profundo.

 

Cuando James despertó lo primero que vio fue aquella conocida melena negra que le hizo cosquillas en el rostro al moverse. Habían dormido toda la noche abrazados y darse cuenta de eso provocó un ligero hormigueo en el estomago del castaño que decidió ignorar. Por un instante planteó la posibilidad de cerrar de nuevo los ojos y quedarse ahí, refugiado entre los brazos del pelinegro, pero la realidad acabó venciendo a las  fantasías y terminó por levantarse a regañadientes.

Tenía que prepararse para salir de ahí en cuanto pudiese. Tras echar un vistazo a la habitación cayó en la cuenta de que los compañeros del ladrón ya no estaban. Pensar en que aquellos tres les habían visto durmiendo juntos le hizo sonrojarse hasta las orejas así que corrió hacia la zona dedicada a la cocina buscando algo que le distrajese de esos pensamientos. Aún quedaban un poco de sobras de la cena de ayer, pero pensar en ello solo le hizo sentir nauseas. A mitad de la cena se había enterado de donde había sacado el pelirrojo la comida del día.

-Robado.- murmuró con mezcla de pena y asco. Definitivamente antes de salir aquel día iría hasta la carnicería de la ciudad dispuesto a hacer una “donación” en recompensa por eso. No le agradaba la idea de haberse beneficiado por uno de los crímenes que durante tanto tiempo había combatido.

Dejando a un lado el desayuno buscó un barreño de agua , al menos para asearse.

 

 

-¿Te vas ya? - James no tuvo que darse la vuelta para saber de quién provenía esa voz masculina. El pequeño vuelvo de estómago se lo indicó perfectamente. Se pasó las manos por el pelo humedeciéndolo con la fría agua.

-No veo por que no, algún día tenía que pasar- Christian hizo un mohín desanimado

-Por supuesto algún día tenía que pasar, pero mejor más tarde que pronto- El soldado sonrió melancólico, todo cualquier buen humor que le había acompañado al despertar había desaparecido ahora que se acercaba el momento de irse.

Lentamente se dio la vuelta para afrontar los ojos azules de su compañero. Las palabras que estaban por salir de sus labios se enmudecieron al sentir aquella fría mirada encima de él.

Fue entonces cuando el ruido de la puerta les hizo sobresaltarse a los dos. Por la puerta entraron Gray y Kyle, riéndose a carcajadas por Dios sabe que. Christian les miró confundido y molesto por la interrupción.

-¿Se puede saber de que os reís vosotros dos?- El rubio se acercó a él y sentándose a su lado pasó un brazo al rededor de los hombros del ojiazul , sin darse cuenta de la mirada que les dedicaba el ojiverde.

-Acabamos de conseguir una mini fortuna amigos.

Kyle mostró la pequeña mochila amarilla que llevaba y la dejó caer en la mesa para empezar a abrirla. Sacando un montón de cachivaches de ella. James decidió finguir ignorancia, incómodo por la situación apretó los puños y decidió hacer oidos sordos.

-Una pequeña familia de ricachones pasó por la plaza esta mañana. ¡Si les hubieses visto! Nunca había existido tanto dinero junto a tanta idiotez y despreocupación. ¡Blancos les hemos dejado!

En aquel momento Kyle sacó una pequeña muñeca de porcelana del saco que hizo a James saltar sorprendido, explotando de una vez por todas.

-¡A una niña! ¿ le habéis robado a una niña? - El pelinegro pudo notar el peligro en su tono de voz, y le miró preocupado, pero su amigo pelirrojo se adelantó a contestar, sin darse cuenta de nada respondió con un amplia sonrisa.

-Pues claro. Los niños son los más despistados, sobre todo si vienen de familias ricas. Ya sabes, nunca se lo esperan. Gray soltó otra sonora carcajada

-Si hubieses visto la cara de la pequeña cuando se dio cuenta de que faltaba su mochila, le costó más de 5 minutos encajar las piezas, que ilusa.

-Claro que es una ilusa ¡Es una niña!- El soldado se acercó a la mesa para inspeccionar la muñeca de cerca. Christian se zafó del abrazo de su amigo para levantarse y acercarse prudentemente a la mesa también. El castaño alzó la vista decidido – Tenéis que devolverla.

Los dos ladrones le miraron sin comprender.

-Qué demonios dices ¡Por supuesto que NO vamos a hacer eso! Ella se lo ha buscado

-¿Cómo diablos se lo ha buscado? Los niños son inconscientes , no saben lo que hacen. ¡ No podéis robar a un niño!... pero que digo ¡ No podéis robar!

Los amigos le miraron en silencio , como intentando averiguar si el castaño iba en broma o si no. Al final el rubio rompió el silencio, pero se dirigió al pelinegro en vez de al castaño. Lo hizo con tono seco y tenso

-Law, el tono de tu amiguito no me gusta nada – Christian se pasó las manos por el pelo nervioso y posó una en el hombro del soldado , como intentando tranquilizarle y buscar un punto intermedio a ambos lados.

-James, calmate ¿Vale?. Solo ha sido un pequeño robo, Ya está. - La irá pareció brillar en los ojos verdes del menos.

-¿Un pequeño robo? Cómo te sentirías tú si a la que hubiesen robado fuese a Astrid. ¿Eh? - El ojiazul se apartó dolido por el tono del otro y respondió igual de enojado.

-En primer lugar Astrid no sería tan estúpida como para dejar que la robasen. Los ricos son idiotas y se merecen eso por ir por ahí alardeando de algo que no es su mérito. - El castaño bufó ante la contestación, pero Grey se adelantó a su respuesta.

-¡Bien dicho! Esos engreídos no se merecen el dinero, ni siquiera han tenido que trabajar para merecerlo.

-¿Acaso tú has trabajado para merecerlo?¡Oh sí! Ya veo que ir por ahí robando carteras a niños inocentes es un trabajo muy muy duro.

El pelirojo y el rubio saltaron hacia James, como dispuestos a pegarle por aquellas palabras, pero Christian se adelantó a ambos y agarrando al soldado del brazo le arrastró por la puerta de la caseta ignorando los quejidos del castaño que exigía que le soltase. Cuando estuvieron solos lo arrinconó contra la pared

-¡Se puede saber que cojones te pasa! - Milagrosamente el castaño no se vio intimidado ante el grito del pelinegro ni su mirada.

-¿Pero es que no lo has visto? Le acaban de robar a una niña pequeña y se ríen de ella ¡Cómo si nada!

-¡Qué esperas sino? - El castaño golpeó su cabeza contra la pared frustrado

-¡No se, pero cualquier cosa menos eso!

-No podrías al menos haber sido más recatado

-¿Y qué? ¿Fingir que doy el visto bueno a algo que en mis ideales es horrible?¿ Me pierdo a mi mismo por un par de ladrones que ni me van ni me vienen?

El castaño no era capaz de controlar sus palabras, sin darse cuenta del efecto que tenían en su compañero

- No pueden hacer algo tan repugnante y luego reírse como si nada. En primer lugar no deberían haber robado nada. ¡No hay necesidad de ser tan mezquino, arrogante y desvergonzado! - El pelinegro permaneció unos segundos en silencio sin apartar la vista de los ojos verdes que le devolvían la mirada desafiante.

-¿Eres consciente de que soy un ladrón como ellos. No? - Ante eso la valentía del castaño pareció decaer y su expresión se tornó a una de confusión y nerviosismo.

-No es lo mismo...Yo nunca he querido decir que tú... - Christian le interrumpió insistente

-Es lo mismo. Exactamente lo mismo. Todo lo que han hecho ellos lo he hecho yo y más. - El castaño negó débilmente con la cabeza y susurró-.

-Todo lo que dije antes no tenía nada que ver contigo. - Christian se alejó unos pasos del soldado frustrado. Acababa de caer en la cuenta de lo mucho que le importaban a James ese tipo de cosas. “ Demonios, como no lo he podido pensar antes. Es un soldado”

-Dijiste que tus ideales te impiden darles el visto bueno- El menor se intentó acercar al pelinegro , pero este se apartó aún más de él.

-Sí dije eso... pero mis ideales no importan si se refiere a ti. - El ojiazul pareció quedarse en estado shock por esas palabras. Con una expresión de horror que alarmó a James, el cual intentó recordar lo que acababa de salir por su boca sin saber que había afectado tanto al pelinegro. La mirada de Christian poco a poco se fue oscureciendo . Se dio la vuelta confuso impidiendo al soldado poder seguir viendo su expresión y habló fríamente.

-Esto no va a funcionar – El castaño le miró angustiado, sin comprender a que se refería. - Es imposible James...será mejor que volvamos cada uno a nuestra vida de antes... y olvidemos todo esto. - El castaño se quedó petrificado al comprender las palabras, horrorizado. ¿Así acababa todo? ¿Sin más?¿ Sin siquiera estar seguro de la razón que lo había causado?. Ambos se quedaron inmóviles por lo que parecieron siglos para los dos.

James intentó encontrar algo que decir, cualquier frase, cualquier palabra, pero las palabras no podían salir de su boca. Para cuando se quiso dar cuenta ya estaba huyendo de aquel lugar sin atreverse a mirar atrás.

Recorrió como un zombí el camino que el día anterior les había llevado hasta la caseta y cuando sus pies tocaron suelo firme siguió corriendo por el primer camino que vio, simplemente deseando alejarse de aquel lugar lo más rápido posible. La gente no parecía fijarse en él, el joven que corría desesperado sin una dirección fija. Hasta que en su mala suerte chocó contra una figura que se cayó junto a él golpeandose contra el suelo.

El golpe pareció hacerle recobrar la consciencia de si mismo. Sintió las mejillas mojadas, cosa que rápidamente ocultó con el reverso de su manga y una voz conocida pronunciando su nombre le hizo alzar la mirada. Un adulto de ojos oscuros le miraba preocupado desde el suelo.

-¡Hook! Dios mío comandante. Todos le tomábamos por muerto.

Debía ser la figura con la que se había chocado, vestía un uniforme de militar que hacía ya bastante tiempo que el menor no había visto, y al castaño le costó unos minutos reconocer al hombre.

-¿Almirante Brook? - Un grupo de soldados que parecían acompañar al hombre les ayudaron a levantarse apresuradamente y rápidamente condujeron al confundido muchacho hacía Dios sabe donde, pero en esos momentos no le importaba hacia donde iba, ni con quién hablaba, ni absolutamente nada"idiota, idiota, idiota"  -¿qué hace usted aquí?

-Justo terminaba de realizar un acuerdo con el alcalde y volvía para la corte muchacho, debería venir conmigo. Tu madre se alegrará de verte. Después de los problemas que ha tenido...Dios mío mirese, esta desastroso- El nombre de su madre consiguió captar el interés del ojiverde, que aún miraba alrededor como si se tratase de un muerto recordando las últimas palabras de Christian. Se forzó a sí mismo a articular la pregunta.

-¿Problemas?- El almirante Mayor le miró fijamente.Y entre sus pensamientos desesperados el joven pudo dejar un espacio para distinguir la tristeza que había reflejados en ellos.

-Su padre señor... Esta gravemente herido.- Aquello bastó para traer una leve chispa de reacción a la mente muerta del muchacho “ Familia, centrate en la familia”. Con rápidez agarró al hombre y clavó su mirada desesperada en sus ojos negros.

-Saldremos cuanto antes.

Notas finales:

Alaaa ya está. Dejen coments si les gustó ... lespermito que me insulten si les dejó muy mal el cap (?) no se XDD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).