Sangre Vongola
8.- Te amo
Narrado por Tsuna
El reloj sonaba más fuerte de lo habitual en mi oficina, nunca antes había tenido el suficiente silencio para hacerlo. Los tres estábamos sentados, yo atrás de mi escritorio y Mukuro y Hibari-san frente a él.
Intente esperar a que alguno de ellos rompiera el silencio pero no sucedió, sus miradas eran firmes y serias pero no decían nada.
Nadie se atrevía a abrir la boca, en cambio compartíamos un par de miradas incomodas entre nosotros.
Baje la mirada con tristeza, lo que estaba a punto de confesar era algo grande, algo que ni yo mismo puedo creer pero que mi corazón ha estado obligándome a decir.
Levante solo un poco la mirada y la baje en seguida. Mukuro me veía con una expresión de preocupación, y Hibari-san se mantenía con unos ojos fijos en mí y con las manos cruzadas.
- yo… - con la mayor valentía de mi vida hable inseguro, tanto que lo hice en un tono muy bajo.
Levante la mirada con firmeza y decisión, convenciéndome de que saldría de esta. Mis amados me observaban atentos a cada una de mis palabras y acciones, aunque claro no decía nada ni hacia algo.
- ¿nos dirás tu respuesta? – pregunto Hibari-san con seriedad y yo asentí con las mejillas quemándome
- si – conteste nervioso y con la voz baja, casi susurrando. – Así es – sus rostros se llenaron de sorpresa y cada uno reacciono de la misma manera, con una cara llena de preocupación – lo he pensado y…
- espera – me interrumpió Mukuro quien se tocaba la cabeza como si estuviera sufriendo de una jaqueca – aun no lo digas – se mordió los labios y luego suspiro
Lo mire con tristeza, apuesto a que si le hubiera dicho que él era mi amado, la preocupación de su cara se borraría en un instante, pero ahora no sé cómo vaya a reaccionar con la respuesta que le tengo preparada
Cerré los ojos un segundo y tome un poco de aire. Con el corazón y las piernas temblándome finalmente respondí - no puedo elegir – sentí mis mejillas quemar y los mire para ver sus expresiones, esperando enojo y reclamos suyos, pero en vez de eso, estaban confundidos.
- entonces… ¿hemos sido rechazados los dos? – pregunto Mukuro con tristeza
-¡NO! – Negué abruptamente, al parecer no me entendieron – lo que quiero decir… - baje la mirada avergonzado ¡Dios! ¿Confesarse siempre resulto tan difícil?
De nueva cuenta, tome aire y con decisión en los ojos los mire, mis amados me miraban confundidos y sin dejarle más largos, hable – creo que me he enamorado de los dos – cerré los ojos al hablar
Espere por su respuesta con los ojos cerrados, pero esta no llego. Poco a poco y como si estuviera esperando un golpe, abrí los ojos para verlos, se veían mas confundidos, parecían como en shock, ladearon la cabeza un poco
- ¿Qué? – hablaron al unísono
- no.. No pregunten.. ni.. Ni si quiera yo sé por qué sucedió - me miraron extrañados y luego se miraron entre ellos
- ¿será posible algo así? – pregunto Hibari-san a Mukuro quien le respondió levantando los hombros
- lo.. lo es – afirme enojado al ver sus reacciones incrédulas, seguramente pensaban que estaba mintiendo y tratando de escapar del problema en cuestión
- Demuéstralo – de nuevo dijeron al unísono, tal y como lo esperaba se veían molestos
- ¿Co... Cómo? – a estas alturas y mirando sus expresiones, podría hacer cualquier cosa porque me creyeran y no dejaran de amarme
- Hmp – sonrieron maliciosamente. Esa sonrisa solo significaba algo doloroso y para ellos algo ridículamente pervertido
- ¿Qué más podrías darnos para demostrar tu amor? – se levantó Mukuro y camino lentamente hacia mi
- ¿qué? – me apegue al respaldo de mi silla con nervios
- en serio no lo sabes – con voz erótica, Hibari-san hizo lo mismo y se acercó a mi
- no lo sé- dije intentando parecer ingenuo, en realidad ya sabía lo que esos dos querían
-Bésame Tsunayoshi-kun – Me dijo Mukuro abriendo los brazos y extendiéndomelos como si quisiera abrazarme
-Mukuro.. – mire a Hibari-san discretamente, el cual tenía una cara que me decía que estaba muerto si lo hacía – yo…
- Esta bien Tsunayoshi-kun, esa ave no hará nada, porque esto es lo que deseas y por lo menos yo nunca me atrevería a decirte que no – lo mire sorprendió – porque te amo
- Hibari-san – me miro enfadado y bajo la mirada sumiso, no lo entiendo
- kufufu – los dos se miraron como si estuvieran peleando con tan solo esas miradas – entonces ¿me besaras?
- si – asentí un poco avergonzado, nunca antes me habían pedido que besara a alguien, esta sería mi primera vez besando.
Me acerque a Mukuro quien se sentó en su asiento y me extendió sus manos, tímidamente las tome y me acerque a su cuerpo aun con la mirada atenta de Hibari-san
- aquí – señalo con un dedo sus labios y los alzo
- si – tome sus mejillas, así como él lo había hecho anteriormente y lentamente me acerque a sus labios. Cerré los ojos avergonzado y puse mis labios sobre los suyos. Era claro que no sabía besar puesto a que me separe de inmediato. ¿Qué debía hacer después de juntar nuestros labios?
- hmp – sonrió Hibari-san desde su lugar y me tomo de una mano
- oya oya – quito su mano dándole una palmada – aun no acaba conmigo – y se lanzó a mis labios, demandando un mejor beso del que le di.
- nhh – cerré los ojos con fuerza, sus labios expertos sabían lo que hacían y me provocaban temblores en todo mi cuerpo
Sentí su lengua delinear mis labios, abrí los ojos sorprendido para toparme con los suyos, su mirada era sexy y seductora. Poco a poco, su lengua intentaba abrirse paso pero…
- herbívoro he esperado mucho – de un momento a otro Hibari—san me tenía entre sus brazos. Mire a Mukuro quien me veía tranquilo. ¿tan rápido lo acepto?
- ¿Qué haces mirando a otro? – Hibari-san me miro molesto
- no, no es eso, yo… - intente excusarme pero sus labios ya me estaban arrebatando el aliento.
Nuestras lenguas hacían un baile exótico y desconocido, nunca me había besado así, nuestros labios se unían y se separaban miles de veces, románticamente parecía un cazador de tesoros buscando algo en mi cavidad.
El oxígeno comenzaba a faltarme pero no me importo, tome sus mejillas y lo apegue a mí, sorprendiendo a todos los presentes, un increíble deseo comenzaba a despertarse en mi interior.
- ah – nos separamos pero un hilo de saliva aun nos juntaba. El cual fue tomado y cortado por Hibari-san
- Tsunayoshi – me miro mientras yo jadeaba y mis ojos le rogaban un segundo beso – te amo – lo mire sorprendido y de mis ojos comenzaron a surgir mis lágrimas, de nuevo y como siempre esos dos me demuestran que están enamorados de mí.
Nadie en este planeta podría estar de acuerdo de compartir a su ser amado, pero ellos por amor a mí lo hacen.
Deseo darles el mayor de las dichas.
- por cierto Tsunayoshi-kun – me hablo Mukuro quien leía una revista que casualmente estaba en mi escritorio – como haremos esto de ahora en adelante
- ¿eh? - lo mire confundido y aun mareado por el reciente beso con el hombre que aún me abrazaba de la cintura
- ¿tendrás preferencias por alguno de los dos? ¿Cómo se distribuirá tu tiempo con nosotros?
- Mukuro… - me miro con una sonrisa llena de dulzura – ¿significa que aceptas que este enamorado de otro hombre aparte de ti?
- kufufufu – rio levemente –claro que acepto, mientras tú seas feliz – miro las manos de Hibari-san, se acercó y las quito de mi cintura
- Wao – sonrió burlonamente mi Hibari-san – también estaré de acuerdo – respondió a Mukuro quien sonreía forzadamente al igual que el otro
- en serio aceptan esto? – les pregunte con una evidente emoción en mi cara que no pude esconder.
- lo hacemos porque te amamos – me dijeron amorosamente, mientras nuevas lagrimas caían por mi rostro hasta el suelo
- gracias, yo también los amo – ambos me abrazaron con fuerza en lo que trataba que mis lágrimas pararan
Los amo y ellos me aman pero aun así sospecho que no están del todo convencidos con esto.
CONTINUARA…