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Juegos de poder por desire nemesis

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¿Vendrás este año?—preguntó el ojos verdes a su primo, tocando un tema que el otro prefería evitar.

 

Inconscientemente Seichirou miró la tarjeta sobre su escritorio y Subaru siguiendo la dirección de sus ojos también la vio, reconociéndola.

 

Lo siento pero tengo una reunión planeada para ese día—trató de excusarse el ojos chocolate.

 

¿Aún sigues molesto conmigo?—preguntó el menor con una voz sentida que atacó la fibra más profunda del más alto.

 

¡Claro que no!—objetó Sei--¿Por qué lo dices?—preguntó después como si no lo supiera.

 

Sé que mi decisión estuvo en desacuerdo con lo que pensabas para mí pero…--dijo Sumeragi.

 

Lo que yo piense no tiene importancia—dijo con un tono relajado el otro.

 

¡Te equivocas! ¡A mí me importa! ¡Y mucho!—dijo ansioso el menor para luego perder énfasis y mirando hacia el suelo prosiguió—Es por eso que me dolió que no lo comprendieras—eso quebró un poco la fuerte coraza del mayor pero como siempre el otro no pudo notarlo porque Sei siempre se había esforzado en ocultar sus verdaderos sentimientos de Subaru.

 

Lo que estaba por decirte es que lo que yo pienso no importa porque eres tú el que debe decidir por tu vida. Nadie más. Estoy tranquilo con la decisión que tomastes mientras sientas  que es la correcta. Nada deseo más que tu felicidad primo—dijo el mayor y aunque sus palabras eran amables eran también algo frías en comparación a otras conversaciones que ambos habían tenido.

 

¿Entonces puedo esperarte en mi fiesta de cumpleaños este año?—preguntó el menor.

 

Haré lo que pueda para estar ahí—fue la tibia respuesta del otro. Sumeragi se fue con la tímida esperanza de que vería al otro en su fiesta ese año.

 

Se quedó solo en la fría habitación que era su oficina. Era impersonal, sin retratos. Se quedó quieto un rato pues por ese día no tenía más trabajo. De hecho solo la explicación de que subconscientemente había esperado a su primo podía explicar que hubiera permanecido allí. Se levantó de su silla anatómicamente correcta y caminó de nuevo a ese ventanal por donde mirara antes la ciudad que ahora yacía más en sombras que en luz, siendo los escasos puntos brillantes su única iluminación además del agonizante sol del atardecer del que ya no se veía nada pues quedaba tras los edificios.

 

Allí parado recordó la última vez que se vieran antes de ese día, él y Subaru.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Festejaban que el joven Sumeragi se había graduado de preparatoria. Estaban todos presentes y el ambiente era cálido. Todos se alegraban por el joven gentil que sonreía a todos y siempre tenía una palabra amable para con cada uno.

 

La antítesis de la fiesta era el adulto joven que desde un rincón de la fiesta observaba al festejado. Estaba frustrado porque sabía que la decisión que el otro había tomado era la incorrecta.

 

Cuando estuvo cerca de él dejó el vaso del que había estado tomando wisky y fue hacia él para después de tomarlo del brazo llevarlo consigo hacia una habitación que cerró para poder estar solos.

 

¡Primo!—dijo el joven de diecisiete años.

 

El otro volteó a verlo—¡Estás tomando la decisión equivocada!—dijo.

 

¡Primo!—repitió el otro sintiéndose mal al ver que su decisión molestaba a Seichirou.

 

¿No lo entiendes? Eres brillante. Una persona como tú podría elegir la carrera que le viniera en gana. No tiene sentido que desperdicies tu vida así—gritó Sakurazukamori.

 

Primo. No desperdicio mi vida eligiendo aquello que en verdad quiero—le respondió el ojos verdes.

 

El más alto sin palabras ya para replicar pues el otro se ve del todo seguro de aquello que ha elegido, se dirige a la puerta y la abre. Mira un momento al primo que quedó atrás y después sale para cerrar con fuerza la puerta.

 

Los siguientes años ignoró las invitaciones a las fiestas familiares en el futil intento de no verle. Subaru había elegido y no podía reprocharle pero jamás podría estar a gusto con la decisión de su primo.

 

En aras de esa religión arcaica su primo debería sacrificar todo su potencial y no solo eso, en esa religión  se creía que para que el monje estuviera a la mayoría de sus poderes espirituales debería permanecer lo más puro posible. Es decir que no podía dedicarse a una familia ni pasar por ninguna relación física, so pena de ser expulsado.

 

Estaba desperdiciando su vida. Él quería que su primo disfrutara de una vida plena. Era un joven talentoso y atractivo. Regirse por semejantes reglas arcaicas era un insulto para su inteligencia.

 

Pero por otro lado…

 

Su primo tenía más carácter del que aparentaba y sabía que no cedería jamás un paso. Había tomado una responsabilidad y la llevaría hasta las últimas consecuencias. En cuanto a su elección, Sei no podía decir que estuviera en desacuerdo con su modo de ser, reposado, comprensivo, amable. Desgraciadamente todo lo que amaba de su primo lo hacía un excelente monje.

 

Si se había negado a verle es porque le dolía el hecho de que así fuera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al día siguiente iba camino a su oficina cuando se topó con Wheeler en el ascensor. Lo detuvo de forma brusca apretando el botón “stop”.

 

Joey víctima de una asociación que hizo, se puso nervioso y eso aumentó cuando el pelinegro se le acercó con una mirada inquisidora y un semblante oscuro.

 

¿Fuiste tú el que le dijo a mi primo que yo robé la compañía de Kaiba, verdad?—preguntó perentoriamente el ojos chocolate.

 

El rubio no pudo mirarle a los ojos al contestar—No. Yo le dije que te habías hecho con el control. No que la hubieras robado—

 

El otro colocó su mano con fuerza a un lado de la cabeza del melado, chocándola contra la pared con estruendo—Sabes muy bien que eso es lo mismo. ¿Acaso Kaiba volvió a enviarte para fastidiarme? ¿Es que ese tipo no entiende que…?—dijo Sakurazukamori pero se interrumpió cuando el otro habló.

 

Seto no me ha enviado. Le he dicho porque quería saber—respondió el rubio con demasiado énfasis en sus palabras para pasar desapercibido—Sabes que sean cual sean tus intereses y tus métodos, le  quitaste la compañía que él forjó—

 

El más alto retrocedió—Creí que habías venido a mí solo por el chantaje que Kaiba te hizo pero veo que esto va más allá de eso. De verdad eres uno de sus acólitos—dijo pensativo Seichirou, para luego agregar—O quizás algo más pasa. ¿Viniste a mí para salvar el patrimonio de ese hombre, Joey?—

 

La mano del pelinegro surcó la mejilla del rubio quien con un manotazo la apartó, dando así cierta respuesta. --¿Mandó a su amante a por mí? ¡Me halaga! Aunque… ¿Qué clase de persona hace algo así?—dijo el azabache.

 

¡No es así!—trató de corregir el melado dando otra pista a su contrincante.

 

¡Oh, ya veo! Se hicieron amantes después. Con razón esa escena del otro día—dijo el ojos chocolate recordando el llamado al rubio del otro día que hizo Seto y la mirada que le dirigió. Estaba celoso porque sabía lo que ambos habían hecho. Quizás eso había despertado esa posesividad en el castaño.

 

Joey estaba apesadumbrado, consigo mismo y el castaño. Sin querer rebeló su más íntimo secreto.

 

Me pregunto como reaccionará él cuando sepa que ya manejo esa valiosa información.

 

¡No tiene porqué inquietarse!—adujo Wheeler—Sabes muy bien que si eso se sabe tus acciones bajarán perdiendo millones y eso no te conviene—añadió recordando las palabras de Seto que le dieron fuerzas para no ceder al miedo.

 

¿Qué? ¿No sabes el dicho?—preguntó Sakurazukamori misterioso—“Hay más de una forma de pelar un gato”—

 

 

Notas finales:

espero les guste

es genial escribir

que lo pasen genial

esta semana

ja ne

^^


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