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Juegos de poder por desire nemesis

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La llamada llegó a las cinco de la tarde del día siguiente a que Seichirou cumpliera su deseo de tener a Subaru entre sus brazos, entregado.

 

Señor Sakurazukamori. Hokuto Sumeragi lo llama—le dijo su secretaria.

 

¡Dígale que después le devuelvo la llamada!—expresó el ejecutivo. ¡Ella debía estar interesada en como terminó todo con su hermano pues ella lo había impelido de reunirse con él, se dijo él mientras recordaba la tarde anterior!

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Lo has descubierto, verdad?—preguntó ella y él levantó la cabeza conmocionado.

 

¿De que estás hablando?—preguntó Sei.

 

¿Me preguntaba cuanto tardarías? Es que un hombre tan inteligente como tú no puede dejarlo pasar por tanto tiempo inadvertido—dijo la ojiverde oyéndole apenas.

 

Sei era un hombre astuto, en efecto y por eso no habló más, para que ella si lo hiciera aunque no tenía idea de lo que estaba hablando.

 

Mi hermano siempre ha visto por tus ojos y lo sabes es por eso que está herido por tu desdén. Tú eres la persona más importante en el mundo para él, diría incluso más que nosotros. Cada vez que alguien de la familia le cuenta que te ha visto sus ojos se iluminan pero al rato se vé que la melancolía le ataca cuando se da cuenta que tú ves a los otros pero no a él. Sabes que Subaru es sensible. Pero es más sensible cuando se trata de ti. Yo bromeo con que  se parece a una novia dejada, más que a un primo que extraña a otro—exclamó ella llenando el corazón del mayor de mudos presentimientos. ¿Sería verdad lo que le estaban diciendo? ¿Era posible que su primo también…?

 

 

 

 

 

 

 

Y ahí fue cuando el ojos chocolate decidió visitar a Subaru y para tantear el terreno inventar esa mentira que no sabía como saldría y que desató todo aquello.

 

¡Es que… dice que es algo muy urgente, señor!—le informó su empleada al pelinegro y entonces este tomó la llamada.

 

¡Perdona que te moleste primo! ¿Pero… has sabido de Subaru? Los sirvientes que llegan por la mañana dicen que encontraron el templo vacío y en todo el día nadie ha sabido de él. Intenté llamarlo pero dejó su móvil allá—le informó Hokuto.

 

En lo más hondo de sus entrañas un mal presagio saltó en Seichirou. Tal vez lo que habían hecho lo llevó a deprimirse de tal forma que…

 

¡No pero le buscaré! ¡Dime donde le buscasteis ya!—inquirió Sakurazukamori.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era un pequeño parque que quedaba a unas cuadras de las casas de sus familias, que estaban en el mismo barrio. A él siempre habían ido por las tardes después del colegio.

 

Cuando Sei pasó por ahí dudando se alegró de haberlo hecho al ver la espigada figura de su primo sentada en un columpio. Estacionó el coche y fue hacia él. El otro pelinegro le daba la espalda.

 

Nos tenías muy preocupados, Subaru. Llegué a pensar que algo malo te había pasado. ¡Vamos! ¡Te llevaré!—ofreció el ejecutivo.

 

No quiero ir—dijo algo triste el otro haciendo que la mente culpable del mayor se agolpara de pesar. Le había causado una gran depresión como había pensado y el otro prefería huir de todos. Pensó en decirle que todo se resolvería y ofrecerle su apartamento como refugio mientras debatía si Subaru no se negaría al ofrecimiento porque lo hacía él, cuando la siguiente frase le heló el corazón—De seguro mamá me está esperando con más tarea para hacer y yo quiero descansar de lecciones un rato más. El colegio me gusta pero dan tanta tarea como mamá. ¿Me columpias primo?—Sumeragi volvió su rostro hacia el de Sakurazukamori con una expresión añiñada y feliz que dio toda la certeza a Sei que estaba hablando en serio.

 

Era una de sus típicas expresiones de cuando iba a la primaria. Su madre le enseñaba piano, ikebana, caligrafía, inglés y otras tareas importantes según ella. No de forma personal sino con profesores pero ella siempre estaba durante las clases asegurándose de que su hijo luciera correctamente conforme la clase se desarrollaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los médicos diagnosticaron que el joven Sumeragi sufría de una pérdida parcial de la memoria que no sabían a que atribuir. Ya que no había lesiones físicas dijeron que podía deberse a un shock de algún tipo que ocasionó que su mente, buscando librarse de lo que la afectaba huyera hacia un momento de su pasado en que se sintiera seguro. Tal vez por eso eligió la niñez. Ellos dijeron que no se sabía cuando exactamente podía volver a la normalidad pero que debía vigilársele de cerca por cualquier eventual cambio.

 

Lleno de culpa por ser el autor del shock que acabó momentáneamente con la cordura del joven Subaru pero sin decir su secreto a nadie, Seichirou no dejó que nadie más se encargara de su primo. Hokuto que se quedó un par de días más después de la fiesta, tuvo que volver a New York  porque la reclamaban de su trabajo. La familia Sumeragi se había ido en viaje de negocios el día después del cumpleaños por lo que el Sakurazukamori se hizo fácil con la custodia de su primo.

 

 

 

 

 

 

Pasaron unos veinte días en que con paciencia y amabilidad el ejecutivo cuidó del niño de veintitrés años. Le consintió aunque él no pedía nada especial, muriendo por dentro día a día por el daño que le había hecho a tan brillante y equilibrado joven en un momento de arrebato.

 

Hasta ese día en que no pudo soportarlo más. Le dejó dormido en la cama del cuarto de invitados y tomó un wisky en la oscuridad, sintiéndose el peor al pensar en aquél que dormía bajo su mismo techo. Aquél al que se había negado para dejarlo ser feliz y que terminó tratando con tal bajeza.

 

Por un momento de placer carnal había perdido, posiblemente, para siempre al ser que amaba.

 

Estos eran los pensamientos del ojos chocolate mientras el alcohol surtía su efecto y calentaba su faringe. Despacio se levantó de la butaca anatómica y prendió la lámpara en la mesita de junto. Tomó papel y bolígrafo, escribió unas líneas y mandó un mensaje de texto. Antes de salir de su apartamento se detuvo delante de la puerta de invitados un momento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Subaru despertó con ganas de un vasito de leche. Como era muy noche pretendió no hacer ruido pero al pasar por el living comedor no pudo evitar ver la mesita con la lámpara prendida en donde había un vaso vacío y lo que parecía una nota. Su curiosidad infantil le impelió a leerla. Se sintió bien de ver que estaba dirigida a él y siguió la lectura.

 

 

 

 

“Querido Subaru:

 

                               Sé que tal vez tu mente infantil no identifique mucho de lo que esta nota dice pero he de escribirla. Gracias a lo que siento por ti he cometido un acto imperdonable. Un hecho que me duele desde que te descubrí en ese columpio perdido en tus recuerdos. Deseo fervientemente que vuelvas a ser el que eras antes, si es posible y he decidido probar el desaparecer de tu vida para saber si es mi presencia la que impide que te recuperes. Tal vez tu inconsciente al sentirme a tu alrededor mantiene tu mente dormida y apartada de los recuerdos que te hieren. Y además este sería mi justo castigo. No sufras porque para mí es la mejor decisión, el hecho de que no la tomara antes fue el simple anhelo de tenerte cerca y mi peor castigo es el haberte hecho esto por conseguirlo.

 

                             Te quiere

 

                                               Seichirou

 

 

 

 

 

Notas finales:

Que hara sei?

se matara?

esto estara destinado a la tragedia?

 

Espero que te guste yare

no se si alguien mas lo lee

si es asi pueden reviar tambien

mata ne


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