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Juegos de poder por desire nemesis

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Los ojos de Subaru se agrandaron y sus manos temblaron mientras leía la pequeña nota. El latido de su corazón se volvió más rápido mientras se daba cuenta de lo que ella implicaba.

 

Algo dentro de él reaccionó, dándole el entendimiento necesario en esa situación desesperada y salió corriendo del apartamento.

 

¿Pero a donde ir?

 

Un recuerdo se hizo presente. Él y su primo en la azotea.

 

Este es mi lugar preferido. ¡Hay una vista hermosa desde aquí! ¿No es verdad Subaru-chan?—le preguntó con una sonrisa algo triste mientras le miraba hacia atrás.

 

El ascensor con su tintinear atrajo su atención y verlo frente a él abierto solo podía explicarse como una señal. Subió en él sin dudarlo y marcó el último piso esperando de todo corazón que nada malo le hubiera pasado a Seichirou.

 

A la azotea se accedía solo por la escalera por la que hubo de correr ese último tramo. Cada salto que dio para alcanzar el próximo escalón se le hizo apoteósico y al abrir la puerta gritó muy fuerte el nombre de él.

 

Sus ojos lo vieron parado en el murete exterior y el ojos chocolate le miró con una expresión de adiós mientras uno de sus pies despegaba de la cornisa para dirigirse al vacío.

 

El ojos verdes corrió con todo lo que tenía y gritó su nombre de nuevo. Los ojos chocolate volvieron a mirarle a él y solo a él y en el último instante…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

…su mano lanzada al vacío logró asir el brazo del otro y con una fuerza que ni el propio Sumeragi sabía que tenía logró sacar al otro del peligro.

 

Permanecieron por unos segundos arrodillados uno frente al otro. Mirándose, uno con sorpresa y el otro con algo de miedo.

 

¿Por qué…?—trató de preguntar Sakurazukamori pero sus labios fueron sellados por los del otro antes de que pudiera terminarla.

 

La boca de Subaru se alejó solo unos milímetros para decirle—No quiero perderte—y con esa frase todo estuvo dicho. El mayor abrazó al menor volviendo al beso y haciéndolo más intenso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando llegaron a la puerta del apartamento ante ella estaba un hombre parado. Era un hombre de entre cincuenta y sesenta años, con cuerpo atlético y porte distinguido. En sus ojos chocolate se leía preocupación.

 

¡Padre!—dijo Sakurazukamori hijo.

 

¿Qué es esto Seichirou? Me mandas un mensaje de texto tan tarde y cuando vengo ninguno está. ¿Qué está pasando?—preguntó Fugaku.

 

Es que…--dijo Subaru—Él quería contarte que me recuperé tío. Gomenasai—añadió inclinándose de la forma tradicional cuando se piden disculpas.

 

Seichirou lo observó con cuidado y cariño. El otro le estaba cubriendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seichirou tuvo que hacer la temida pregunta.

 

¿Y ahora que harás?—

 

Estaban solos en el living comedor, aún era de noche y su Fugaku Sakurazukamori se había ido ya.

 

¡No lo sé!—contestó bajito y con sinceridad el joven monje.

 

¡Quédate a vivir conmigo!—le conminó de pronto desde al lado de su oído.

 

La cabeza del más joven se llenó de confusión. ¿Qué hacer? La sensación de tenerle tan cerca le ponía los pelos de punta, le sacaba el aire y hacía que los latidos de su corazón se volvieran como truenos.

 

Pero…--su boca dijo y fue volteado para quedar mirando directo a esos ojos de avellana.

 

No puedo vivir un minuto más sin ti. Creo que ya lo demostré—dijo el mayor antes de acercar sus labios a los del ojiverde.

 

Su pecho dolía y ardía a la vez. ¿Qué era eso tan fuerte que experimentaba cuando estaba entre sus brazos? ¿Sería a eso a lo que llamaban amor? Se preguntaba Subaru mientras era besado y conducido al dormitorio de aquel que ahora, nuevamente, se proponía ser su amante.

 

Su ropa fue retirada sin desvelo y su albo cuerpo descubierto para que la luz de la luna lo bañara, mientras las suaves y fuertes manos de Seichirou acariciaban cada parte como si lo venerara.

 

Cuando el mayor beso su vientre y se dirigió hacia abajo con sus labios mientras sus manos acariciaban las largas piernas de Subaru este se sintió afiebrado y de nuevo al borde de perder la cordura.

 

Pensé que en tu interior me odiabas—murmuró el otro entre caricia y caricia.

 

Yo… no…--dijo el joven ojos verdes.

 

¿Qué sucede?—preguntó el otro deteniéndose para mirarle bien.

 

Yo no… quería aceptar… la realidad—dijo para su asombro con esfuerzo Sumeragi y al decirlo se hincó en sus codos y con una mano asió su cuello por la nuca para atraerlo hacia su cara. Las pieles de ambos brillaban perladas por el sudor.

 

¿Qué realidad?—preguntó el mayor y entonces el otro le miró a los ojos diciéndole así todo lo que necesitaba saber.

 

Se besaron con ansias, se acariciaron con pasión mientras Sakurazukamori hizo toda clase de promesas de amor. Preparó a su primo con sumo cuidado y con esmero y paciencia lo hizo totalmente suyo hasta que los primeros rayos del sol salieron por el horizonte.

 

Sei se abrazó a él como si en eso se le fuera la vida y lo observó dormirse entre sus brazos con la sensación de que había comenzado una nueva vida.

 

Una vida que valía la pena ser vivida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Subaru se despertó con esa sensación de desorientación que a veces ataca a alguien cuando no reconoce donde ha despertado. Se sintió mal al recordar todo lo sucedido.

 

¿Qué haría ahora?

 

Su vida era un caos. Debería renunciar a la vocación que había elegido y explicar porqué se alejaba de aquello que…

 

Su cabeza imaginó varios escenarios caóticos mientras sentía el abrazo frío del miedo y del desconsuelo. Y entonces la vio.

 

Estaba junto a la cama. Una pequeña mesita con un termo, una taza, unas masitas y una flor. Era una azucena blanca y bajo su tallo descansaba una notita.

 

Le dio alcance y la leyó.

 

Subaru:

 

           No puedo aún creerlo.

 

        Tú mío.

 

       Y yo no quiero nada más.

 

            Tuyo

                       Sei

 

 

Esa nota le produjo un hormigueo en la base del estómago y preguntándose vagamente donde la había encontrado acercó a la nariz la flor para oler su perfume.

 

Suyo.

 

Si.

 

Aunque fuera un error.

Notas finales:

Espero les guste

^^

es un comienzo no?

yare gracias

ja ne


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