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Juegos de poder por desire nemesis

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Seichirou encontró un diario en su apartamento con redondeles alrededor de varias ofertas de trabajo. Habían pasado unos días desde que Subaru se había repuesto y ellos habían comenzado una relación.

 

¿Estás buscando empleo?—preguntó a su primo entrando en la cocina. Sumeragi se hallaba cocinando.

 

Necesito de que ocuparme. Además no me voy a quedar como un dependiente—respondió el menor.

 

Sei sonrió y lo abrazó por detrás mientras con su nariz olía el aroma de su cuello y su pelo. Era reconfortante tenerlo a él solo en casa. Su se sorprendió pues tenía la cuchilla en una mano y ese acto era peligroso. Iba a reclamarle pero su calor junto a él era una sensación tan agradable.

 

Sakurazukamori volteó al otro y le miró directo a los ojos—Tengo una idea de donde puedes trabajar—dijo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto estaba fuera de la oficina en un almuerzo de negocios. Ya casi ni se veían con el melado. Ponía excusas, Joey se daba cuenta. Todo en torno a ellos se había ido apagando. Joseph se sentía mal pero siempre supo que eso ocurriría.

 

Subió al ascensor con unos archivos perdido en sus pensamientos hasta cierto momento en que se dio cuenta con quien compartía el elevador.

 

¿Sumeragi san? ¿Ha venido de visita?—preguntó al joven pelinegro que lucía algo… ¿incómodo?

 

No—respondió un poco secamente el primo de Sakurazukamori. Como no dijo más Wheeler no profundizó pero estaba algo intrigado. El otro bajó como él en el piso de presidencia. El rubio lo vio ir hasta la secretaria de su primo y esta lo dejó pasar tranquilamente. No era de extrañar si viniera a visitar a su primo habiendo avisado antes pero el otro dijo que no era una visita. Entonces… ¿Por qué estaba ahí?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba dejando los papeles a la secretaria de Seto cuando este salió del ascensor con su típica mirada asesina. Algo muy grave estaba ocurriendo.

 

¡Solicita reunión de consejo! ¡Enseguida!—le ordenó el castaño a su secretaria con tono áspero y perentorio y sin más se dirigió dentro de su despacho, sin mirar siquiera al ojos mieles. Este se quedó un momento ahí parado para luego decidir investigar.

 

¿Qué sucede?—preguntó entrando al despacho del otro. Este estaba furibundo.

 

No recuerdo haberte dicho que pases—le dijo el ojos azules con tono seco.

 

A Joseph le dolió pero no dijo nada. Decidió irse y cuando su mano tocó el pomo de la puerta…

 

Lo siento. Esto no es tu culpa—dijo de pronto el CEO. Él volteó. El otro estaba inclinado sobre su escritorio con la mirada perdida en algún punto desconocido.

 

Joey se acercó mientras lo observaba aflojarse la corbata—¡Esos idiotas! Emerich se fue con ellos y se llevó todas las patentes con él—Emerich era el mejor de los investigadores de KC y el propietario de casi todas las patentes importantes por lo tanto sus inventos no podrían ser usados por más tiempo en la empresa. Era una verdadera catástrofe. Joey no sabía que hacer ni decir. Su empresa podía acabar con ese traspiés.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joseph se encontró a Subaru cuando decidió acercarse a la sala de reuniones. Le intrigaba mucho su propósito en la empresa así que se acercó a él y le invitó un café.

 

Van a tardarse—afirmó para convencerlo de aceptar su oferta.

 

¿Y? ¿Qué haces aquí?—preguntó sin más el rubio.

 

El pelinegro sopesó sus posibilidades y se decidió por la más obvia—Trabajo aquí—contestó.

 

¿Aquí? ¿Necesitan un monje a tiempo completo en la compañía?—preguntó asombrado el ojos mieles.

 

El ojos verdes sintió el golpe de sus palabras y después de un momento respondió—Yo ya no soy monje—

 

El otro se puso colorado. Había metido la pata—Perdón—dijo.

 

No tienes porqué. No podías saberlo si yo no te lo decía—dijo Sumeragi.

 

Entonces terminaste trabajando con tu primo. Supongo que es natural. ¿El te apoya en tu decisión, cierto?—preguntó Wheeler.

 

Subaru se puso como un tomate y contestó incómodo—Si. Me apoya—pensando que él había sido el instigador de todo aquello. Pero la verdad. Estar así con él… era algo que no quería perder.

 

Hablaron un rato más e hicieron buenas migas. Después subieron a la sala de reuniones donde descubrieron que ya todo había terminado y la reunión se había resuelto.

 

Entonces nos vemos. ¿Si?—dijo Joseph.

 

Si—respondió Su.

 

Para sorpresa de Joey la secretaria le dijo que estaba reunido así que debería esperar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Ya deja las niñerías! Esto es importante. Si no encontramos la forma de levantarnos…--dijo el pelinegro mirando de frente a su opositor.

 

¿Crees que no lo sé?—preguntó Kaiba. Estaba frustrado y dolido porque se veía forzado a hacer equipo con ese idiota.

 

Tengo una idea pero deberás ayudarme a desplegarla—anunció Sakurazukamori.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando Joseph vio salir a Seichirou temió que algo malo hubiera pasado dentro. Sei se dio cuenta por su expresión.

 

No tengas miedo cachorro. No le he hecho nada a tu amo—dijo ciertamente divertido el ojos avellana.

 

 

 

Parado frente a su oficina, un poco más adelante en el pasillo, Subraru no supo como interpretar tal frase.

 

¡No pierdes el tiempo! ¡Veo!—dijo una voz siseante que apenas el oyente pudo identificar—Te lo diré de una buena vez para que te enteres. No quiero que te le vuelvas a acercar. ¿Me has oído? No me importa cooperar contigo por el bien de mi empresa pero no dejaré que te le vuelvas a acercar—

 

Seichirou sonrió a la cara molesta del castaño con esa sonrisa confiada que lo estresaba y esos ojos llenos de secretos sabidos que lo satisfacían y se retiró sin decir más. Solo un tonto hubiera creído que se retiraba con la cola entre las patas. Un tonto o alguien distraído por una emoción.

 

Ven—mandó Seto a Joey.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al llegar frente a su oficina el ojos avellana halló a su primo mirándole con una cara llena de dudas y adivinó que había oído el monólogo de Kaiba. Le invitó a entrar en la oficina con la mano mientras le decía a su secretaria que no le pasara llamadas ni que entrara nadie hasta que le dijera lo contrario.

 

¿Por qué él dijo eso?—preguntó más preocupado que enojado el ojos verdes ni bien estuvieron dentro.

 

Es un celoso sin remedio. Se cree que todo el mundo se quiere robar a su cachorro y como no nos llevamos bien…--le comentó Seichirou mientras iba hacia su escritorio.

 

¿Su cachorro?—preguntó Subaru recordando que momentos antes así había llamado a Joey.

 

El otro se detuvo y giró, sonriendo--¿De verdad no lo adivinas?—preguntó y vio la cara de sorpresa de su primo—Creo que está sinceramente enamorado pero tiene muy malas pulgas. A veces me gusta fastidiarlo con eso. Sobretodo cuando se pone muy intenso conmigo—le informó.

 

“Sinceramente enamorado” pensó Sumeragi y luego recordó la cara de su nuevo compañero mientras tomaban café. Tal vez el rubio le comprendería mejor de lo que él creía.

Notas finales:

Espero sus revs

hay alguien mas ahi?

ja ne

^^


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