La capilla se llamaba “Sweet love” y era una pequeña capillita como las que abundan en la ciudad del juego.
Yo me quedaré aquí afuera—dijo Seto—avísenme si hallan algo sobre mi hermano dentro. No me interesan los enredos de Wheeler—
Joey se sintió un poco mejor al oírlo. Al menos no lavaría sus trapitos sucios frente a Kaiba. Además sería mejor para que en el futuro no se burlara de esto en las reuniones familiares. Ya le parecía estar oyéndolo hablar del tipo con el que se había casado en Las Vegas.
Entraron y el ministro, un hombre negro y regordete que usaba anteojos y que tenía más cara de truhán que de predicador.
¡Hijos míos!—les saludó. Cosa que les tomó por sorpresa--¿A que han venido a mi humilde centro de oración? ¿Algún problema con los papeles?—preguntó.
Joey solo sacudió la cabeza y luego muy apenado decidió confesarlo todo.
¿Has dicho que habéis olvidado toda la noche?--`preguntó el gordo y todos asintieron. Después de medio minuto en el que aparentó tranquilidad soltó varias risotadas—Disculpen pero no es tan poco común que pase eso aquí. No te preocupes—dijo a Joseph.
Hemos perdido a uno de nuestros amigos—le dijo Yami tratando de ir a lo importante.
¿A uno?—preguntó el de lentes.
Si, el otro está fuera—acotó Joey.
¿Es tu esposo o tu cuñado?—preguntó el de la sotana dejando helados a todos.
Mi es… su her…--dijo Joey como una computadora a la que se le trancó el CPU. “¡Oh no!” exclamó para sus adentros. Estaba lívido y Tris y Yami con la boca abierta le miraban poniéndole más nervioso. “¡Que no sea lo que creo!” se dijo. --¿Por qué no vamos y me dice?—ofreció.
Mientras seguía al padre hasta la puerta rogaba porque en algun momento de la noche se separaran de los hermanos Kaiba para que él se casara con otro hombre que casualmente también estaba acompañado de su hermano.
¡Ese es tu esposo, hijo mío!—dijo el gordo mirando a Kaiba por una hendija entre ambas hojas de la puerta principal del lugar.
“¡Oh rayos!” se dijo pasmado y en voz alta pronunció—Kaiba--
¡Así es hijo mío! De acuerdo a los papeles tú ahora eres Joseph Kaiba—le dijo el otro dando en la cabeza del rubio como si de un disparo se tratara.
Después de cinco minutos en que nadie habló y en los que el ministro los miró a ambos, este dijo—Así que tu cuñado ha desaparecido. ¡Lástima! Se veía muy tierno. Pero fue después del casamiento. Recuerdo que todos estaban muy bebidos pero salieron de aquí a festejar. Y luego a la luna de miel—
Joey sintió un escalofrío ante tales palabras y luego…--¡Espere! ¡Eso es! Estabamos bebidos por lo que el casamiento es nulo—dijo creyendo encontrar la solución a su problema.
Hijo. Esto es Las Vegas. Si los casamientos entre borrachos fueran nulos tendríamos demasiado papeleo—le advirtió el de lentes.
Significa…--dijo el rubio.
¡Que estás casado! ¡Tómatelo con calma, hijo mío! Es como un tatuaje que uno se hace en esas condiciones. En verdad nunca lo haría sobrio pero uno se acostumbra. Además…--dijo el pelinegro.
¿Además?—preguntó el sufriente ojos mieles.
Además ustedes estaban muy enamorados, según recuerdo. ¡Y eso no se pasa tan fácil!—Joey cayó duro ahí mismo.
(NA: Basado en el predicador de la película “El hombre de la casa” que protagoniza Tommy Lee Jones. El que mete la mano en el trasero de una vaca. ^^)
¿Y bien? ¿Qué averiguaron ahí?—preguntó Seto apuntando a sus espaldas, donde quedaba la capilla.
Pues que Moki estaba con nosotros así que hay que investigar—dijo el melado.
¿Investigar que? ¿El predicador les dio nuevas pistas?—preguntó el castaño.
¡Así es!—respondió el rubio con voz algo turbia por la conmoción sufrida dentro y pretendió irse sin mirarlo pero el otro le agarró de un brazo y lo obligó a mirarlo lo que le embarazó de nuevo.
Ni sueñes que te irás sin decirme más, perro. ¡Dime lo que ese tipo te dijo! Recuerda que es a mi hermano a quien buscamos. Tú me convenciste de traerlo así que hazte cargo del lío que esto resultó. Serenity me llamó para ver si estábamos abordando. Deberé aplazar mi boda con ella por esto. Así que dime que te dijeron ahí dentro—exclamó el ojos azules.
Esta claro que deberás aplazarla—dijo Tristán pensando en otro motivo por el que Seto no podría casarse con la pelirroja.
Yami le dio una fuerte palmada en la espalda y recibió miradas reprobatorias de sus dos amigos.
El predicador dijo que volvimos con la modista por algo que olvidamos—mintió a boca de jarro el ojos mieles sorprendiendo a sus dos amigos.
¿Y por que esa idiota no nos dijo que volvimos?—preguntó el CEO.
No sé. Tal vez tú la intimidaste—respondió el más bajo—Cuando lleguemos yo hablaré a solas con ella. Tú eres muy intenso—
Pero si no hablé con ella—contestó Kaiba.
Pero igual… la forma en que miras… atemoriza—dijo Joey y todos pensaron que era cierto.
Seto pareció convencerse.
Todo sea por el bien de Mokuba. Pero si me engañas, perro…--trató de amedrentarle el más alto.
¡Sabes que yo no haría eso! ¡Te devolveré a tu hermano sano y salvo!—esas palabras de Wheeler sorprendieron mucho al castaño que lo dejó traslucir—Y no es por ti sino por el peque. Él me cae bien. De hecho preferiría que tú fueras el perdido y no él—dijo después.