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Rumbo a la guillotina por CrystalPM

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Notas del capitulo:

Bueno..... aquí está la continuación y .... meh (?)

El próximo es ya definitivamente el último capítulo.

Gracias por leer ^^  

 

P.D: Tú no lo leas. Sí tú, sabes que me refiero a ti HUM!

James tamborileó el pie contra el pulido suelo del castillo con impaciencia. Se apartó los mechones castaños de su cara e intentó calmarse. ¿Qué se suponía que acababa de pasar hace unos segundos? ¿Primero le dice que ha matado a su padre y luego al segundo le besa?. Un bufido involuntario se le escapó de los labios. Confiaba plenamente en el pelinegro y sabía que no sería capaz de matar a su padre. “¿Entonces por qué todo esto?”

El sonido de trompetas le hizo dejar sus pensamientos y levantarse para acercarse a la puerta principal del castillo. Nada más irse Christian había subido corriendo y había agarrado al primer sirviente que vio para interrogarle. El muchacho atemorizado le había dicho entre balbuceos que la ceremonia se haría un día después de la llegada del rey a la corte. Aquello le había dado un poco de esperanzas al castaño, Karen era su amigo, hablaría con él, le confesaría todo y rogaría que deshiciese la condena. Después de todo la condena era en parte para compensar y vengar a la familia por la perdida del padre de familia, pero si esa condena lo que hacía era perjudicarla dejaba de tener sentido ¿no?.

Carraspeó intentando aparentar impasibilidad cuando los soldados empezaron a entrar por la puerta principal. Nunca le había gustado que su amigo siempre estuviese rodeado de tanta gente, en especial ahora que se lo ponía más difícil a él, pero entendía que había cosas que el no podía evitar. Cuando avistó la cabellera castaña del rey se decidió a actuar. Karen y él se parecían bastante a decir verdad, el mismo tono de piel, la misma cabellera castaña y despeinada y mucha gente habría dicho que el soldado era el hermano pequeño del joven rey, pero la mirada grisácea de este brillaba con viveza, mientras que la de James solía permanecer impasible. Cuando su amigo le vio pudo distinguir la sonrisa sincera, pero no alegre, que se formaba en sus labios. El rey se acercó a él y posó sus manos en los hombros del muchacho, como dandole fuerzas.

-Cuanto me alegro de verte. Lamento mucho la perdida- El soldado tragó saliva intentando ordenar sus ideas. Sabía que para Karen su padre había sido una gran figura a seguir, después de todo les había entrenado a los dos de pequeños. - ¿Qué tal estás tú? Tienes un aspecto horrible- el tono preocupado del rey le hizo decidirse. Mirando de reojo a toda la guardia que acompañaba a su amigo se acercó un poco a él para hablar en un murmullo.

-Necesito hablar contigo. En privado- La mirada de Karen se aceró al notar la urgencia de su amigo. El chico abrió la boca para dar alguna orden a los que le seguían, pero en aquel momento una voz se elevó entre el barullo y captó la atención de todos.

-¡Majestad! Qué alegría volver a verle - Karrick se acercó a los muchachos con paso decidido y por instinto James retrocedió unos pasos. Sabía que todo este embrollo lo había causado aquel hombre detestable. - Me temo que no tenemos mucho tiempo alteza, hay que hacer muchas cosas antes de la ceremonia de ejecución. - Los ojos del peliblanco se desviaron peligrosamente hacia James, que evitó la mirada- Además - Su tono de voz cambió de su fingida alegría a uno más serio y confidencial - hemos vuelto a tener problemas con las bandas de indignados, esa mocosa avivadora de masas ha vuelto a causar movimientos violentos.

-¿Violentos? - Aquello pareció llamar la atención al rey que retomó a su posición de preocupado olvidando a su amigo por un momento - ¿Ha habido heridos?.

Karrick empezó a murmurar palabras y a empujar ligeramente al rey conduciéndole a una de las salas de conferencia para “ hablar con más privacidad”. Comprendiendo lo que pretendía hacer el adulto James se apresuró a seguirles el paso. Sin embargo un fuerte tirón le obligó a retroceder y alejarse de la masa de personas que rodeaban al rey. James contempló en shock a la figura que le había agarrado con fuerza y le arrastraba. Necesitaba hablar con el rey. Intentó zafarse, pero la figura era mucho más fuerte de lo que esperaba. El desconocido masculló unas palabras con notable cabreo

-¿Quieres estarte quiero? Vas a llamar la atención - Aquella voz le resultaba conocida, pero no alcanzó a ver el rostro de la persona de la que provenía. Confuso se dejó llevar hasta las afueras del castillo. Ya se había puesto el sol y las calles de la ciudad se veían extrañamente tenebrosas iluminadas solo por la mísera luz de algunas farolas. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos el desconocido le soltó y se destapó el rostro. James parpadeó más confundido aún.

-¿Tú…? - ¿Cómo diablos se llamaba? Ante él estaba el amigo rubio de Christian, pero en vez de tener la expresión divertida de la primera vez que lo vio esta vez le miraba con ojos tremendamente serios.

-Le llamé yo Hook, en realidad llamé a todo el grupo. Están al tanto de todo lo que se- Allí estaba Elena, sentada tranquilamente, como si les hubiese estado esperando en aquel sitio todo el rato…aunque tal vez si les hubiese estado esperando. - No sabía a quién más pedir ayuda. - James asintió levemente empezando a comprenderlo y se sentó junto a la chica derrotado. Llevaba tantas horas en tensión que    parecía no haber descansado en meses. Tapandose el rostro con las manos habló con la voz entrecortada.

-No hay nadie a quien pedir ayuda, el único era el rey y alguien no me ha dejado- Gray se puso inmediatamente a la defensiva al ver la mirada que le dedicaba el soldado

-¿Crees que te lo he impedido por gusto? Por si no te has dado cuenta ese viejo peliblanco les había hecho unas señas a dos gigantones para que te atrapasen. Tuviste suerte de que te agarrase yo antes que ellos, no parecían querer hacer amigos.

 

James chasqueó la lengua con frustración.

-Ese Karrick, se que está detrás de todo, pero no se como. Christian no me ha querido decir nada-  El castaño ignoró el escalofrío que le produjo recordar el encuentro de nuevo.

-Sí Karrick está involucrado aún tenemos esperanzas- el murmullo de Elena le sacó de sus pensamientos. El muchacho la miró sin comprender-  No eres el único que tiene un motivo por el que odiar a ese engendro, hay mucha gente del pueblo que lo odia. Un pequeño destello iluminó la mirada de la chica por un segundo y entonces el soldado supo que tenía una solución. -¡Exacto! Hay mucha gente en contra de Karrick. - La muchacha se puso de pie de un salto y tironeó de la camisa del castaño para obligarle a levantarse.- rápido, no tenemos mucho tiempo. Vas a hacer una visita a una persona que nos puede ayuda. 

 

La muchacha les condujo por una serie de callejones mientras iba explicándoles a todo correr el plan que tenía en mente. Mientras tanto el soldado pudo notar como se iban alejando cada vez más del castillo y adentrando en la zona peligrosa de la ciudad. Carraspeó con corta incomodidad.

-Entonces ¿Cómo has dicho que se llamaba esa chica? - Elena le fulminó con la mirada al ver que no la estaba prestando atención, pero al final suspiró y siguió conduciéndoles por los pasillos. 

-Todos la llamamos Jenna, pero creo que mejor tu no la llames de ningún modo, es más... mejor no hables. Ella es la que está manejando las revueltas contra Karrick, si le ofrecemos un plan para ir contra él seguro que acepta. - Mientras la chica despotricaba llegaron a una pequeña taberna cerrada a cal y canto y aparentemente abandonada en la cual James ni se habría fijado de no ser porque su guía se paró enfrente de ella. La chica llamó con golpes firmes y rápidamente se abrió una rendija que dejó paso a unos ojos de aspecto gatuno que miraron a los tres recelosos. Tras un incómodo silencio se decidió a hablar.

-Venimos a ver a la líder, queremos hacer un trato con ella.- El silencio volvió a adueñar la atmósfera y James casi pudo sentir como la muchacha contenía la respiración al ser inspeccionada por aquellos misteriosos ojos amarillos. Se acercó a ella cautelosamente y le susurró al oido.

-Oye Elena ¿Qué te hace pensar que nos van a hacer caso?- La muchacha giró la cabeza para observarle con fastidio, como si la hubiese interrumpido en medio de algo muy importante.

-Obvio, te tenemos a ti comandante idiota. - James volvió la vista a aquellos ojos que se acababan de percatar en él y le observaban con total asombro. La rejilla se cerró de golpe y un montón de ruidos y susurros de empezaron a oir detrás de la puerta. El soldado se removió incómodo.  ¿Acaso le habían usado como cebo o algo así?. Por fin la puerta se abrió y lo primero que pudo distinguir fue el resplandor del acero apuntado a su garganta. Una voz masculina sonó en el interior.

-Armas fuera- entendiendo rápido la orden el soldado se deshizo de todas las armas que llevaba consigo y las arrojó al interior de la taberna, tal vez con un poco más fiereza de lo que debía haber hecho. El rostro del dueño de la daga que le amenazaba asomó por la puerta y le dedicó una sonrisa burlona. - A Jenna le va a encantar esto.- Agarrando con fuerza el brazo del castaño tiró de él para afrentarle en la casa, pero una vez dentro James se zafó de él molesto.

-Creo que ya han tirado de mí lo suficiente por hoy- masculló de mal humor mientras oía la risa de aquel extraño muchacho. 

-La lider quiere verte soldadito, le ha entrado curiosidad.- cerró dando un portazo y haciendo protestar al castaño, ya que Elena y Gray se habían quedado fuera de la casa, pero no escuchó ningún grito de protesta en el exterior. Suspirando se adentró más en aquella extraña taberna. El lugar estaba iluminado por el fuego de una chimenea y alrededor de esta se habían sentado todos los miembros de lo que era esa extraña banda. Gente con la que James desearía no relacionarse nunca. 

Con pasos recelosos, pero sin mostrar ningún signo de debilidad el soldado se dirigió a la habitación que señalaba el chico de ojos gatunos, curioso por saber como sería la extraña lider de aquel grupo.

Notas finales:

Ale adiós XD


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