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De Bradislavia con amor por desire nemesis

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¡Anda idiota! ¡Levántate!—dijo el inmutable joven de ojos azules mientras los demás le miraban con desconcierto, excepto por el castaño de ojos rojos que le miró con impenetrable mirada. Era imposible saber que pensaba.

 

Tal vez no te guste perder pero hasta tú mismo deberías reconocer los límites de tu sirviente—le dijo el mayor yendo hacia el rubio para tomarlo de un brazo antes de que este se percatara—La pelea ha minado mis fuerzas. Es hora de que me alimente—dijo el vampiro.

 

Joseph le miró acercarse a su cuello mientras era recorrido por una rara parálisis. Era como un indefenso ratón que observa a una serpiente que abre su boca para devorarle sin poder moverse. De pronto sintió dos inserciones en su fino cuello. Pensó que serían muy dolorosas pero no lo fue. Era como si dos pequeños insectos insertaran sus lancetas en él. E incluso… se sentía bien. Era como la mordida de un amante en pleno acto… o al menos eso pensaba.

 

 

 

 

 

En otra parte de la habitación Seto observaba la situación sintiendo que algo se ponía feo en él al ver como el repugnante sujeto mordía al rubio.

 

Se adelantó dos pasos antes de ser halado por el peliplateado que le mostró su arma para indicarle que él sería el que se encargaría del monstruo.

 

Apuntó a su expuesta espalda y dijo—Tus días de morder gente indefensa se han terminado—la “Bloody Rose” era una fría amenaza cercana por lo que fue lo primero que el otro vio al voltear. Joey cayó de sus brazos pues ya había perdido la conciencia. El castaño ojiazulado corrió a su lado pero el ojivioleta le detuvo. Los ojos rojos llegaron a los del cazador y reconociéndole preguntó--¿Otra vez tu? Si que eres insistente. Los cazadores están en extinción por algo… deberías aprender de sus errores y rendirte—

 

Zero deformó su rostro en una mueca horrible, llena de odio y le dijo al tipo—¡Yo nunca me rendiría de limpiar la tierra de alimañas como tú!—

 

El otro torció el gesto con una sonrisa autosuficiente e iba a replicar algo cuando su visión se volvió borrosa un momento y miró algo extraviado tratando de reponerse y que no se dieran cuenta.

 

¿Qué? ¿Os ha caído mal la comida?—preguntó el pelinegro bajo con una sonrisa malévola en el rostro y unos ojos de obsidiana.

 

¿Qué? ¿Qué has hecho?—preguntó el castaño de ojos rojos mientras sentía que sus fuerzas menguaban.

 

Bueno… Se puede decir que envenené tu comida—dijo extasiado el joven de ojos azules y bastón de noble.

 

¡Pequeño mocoso molesto! ¡Voy a…!—dijo el vampiro mientras los otros dos humanos observaban la discusión.

 

Zero estaba impactado de la destreza del chico.

 

Nunca se le hubiera ocurrido…

 

Envenenar la comida de un vampiro.

 

Pero…

 

Era una medida muy extrema. Ese joven era mucho más cruel que muchos hombres que conociera en el pasado.

 

Por su lado Seto estaba preocupado por el perro.

 

¿Lo habían envenenado?

 

Y de pronto una voz dijo, mientras Kaname se acercaba a Ciel—Le ruego que no se acerque a mi amo o me veré forzado a darle un peor final del que él tiene pensado para usted—

 

Todos miraron al muñeco desmanejado en el suelo, cubierto de estacas impresionados y un momento después pensaron que era otra persona la que hablaba por la que miraron en derredor.

 

¿Quieres levantarte de una vez? ¡No me eres de utilidad ahí tirado! ¡Ven aquí! ¡Es una orden!—dijo el joven Phantomhive.

 

Nadie quería creer que hablaba a Sebastian pero todos voltearon a ver al sujeto que de pronto se irguió y para asombro de todos se miró los pedazos de madera que sobresalían de él por todas partes.

 

¡Otro traje arruinado! Esto pone de malhumor a mi amo—dijo Michaellis.

 

No sabía que un vampiro pudiera tener un amo—exclamó Zero.

 

El ojos rojos lo miró directo y mientras las maderas salían de él como empujadas por un dedo interno, éste, contestó--¡Yo tampoco lo sé!—

 

Seto en la confusión logró hacerse del rubio y chequeaba su pulso mientras no dejaba de tener malos presentimientos.

 

¿Qué diablos eres tú?—preguntó Kaname Kuran.

 

Esa es una feliz pregunta—dijo sonriente el servidor.

 

La verdad sobre Sebastian es lo que me hace tan seguro de que él si puede acabar contigo—dijo el joven amo del pelinegro mientras caminaba alejándose de todos y poniéndose al lado de Michaellis con una sonrisa satisfecha en los labios y una mirada dura en su ojo.

 

¡Suelta de una vez! ¿Qué es ese tipo?—preguntó el antiguo vampiro.

 

Ciel Phantomhive respondió después de destapar su ojo—Él es incluso más viejo que tu especie. Es lo que aterroriza mucho más que ustedes. Sebastian es alguien con quien se puede tratar—

 

Todos vieron el ojo de Ciel pero el vampiro quien ya no comprendía mucho pues sus sentidos se encontraban menguados explotó—¡Di de una vez que rayos es sin tanto rodeo!—

 

Quien diría que un ser como tu no apreciaría la alusión—dijo el ojos azules—¡Dile Sebastian! ¡Dile quien eres!—ordenó a su mayordomo.

 

¡Kyoini bo-chan! (¡Como ordene joven amo!)—dijo el sirviente—Déjenme presentarme como corresponde señores. Mi nombre es Sebastian Michaellis y soy un mayordomo aunque los humanos me llaman demonio—sus ojos relucieron como dos brazas encendidas después de una breve inclinación.

 

 

Notas finales:

Y?

les gusto?

espero sus revs

ja ne y gracias por seguir leyendo

^^


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