-¡TAKAFUMI!-. El padre de Yoko se encontraba desesperado completamente, lo ultimo que alcanzo a escuchar fue un gran ruido, despues nada. Con un nudo en la garganta corre hacia su auto, mas en especial hacia su computadora para activar el GPS para asi poder localizar a su hijo-. MALDITA COSA-. Le pega a un lado, puesto que estaba tardando en cargar la informacion.
Solamente tardo un minuto en cargarse, pero para el mayor fue como si se hubiera tratado de horas en espera, una vez listo el sistema empieza a marcar el numero del pelinegro para localizarlo, era de vida o muerte.
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Rei se encontraba tomando tranquilamente un cafe, mientras el castaño se encontraba escribiendo todos los datos de contacto de Sae.
-no entiendo-.empieza a hablar el editor-. Como esta tan seguro de hacer que ella firme el divorcio.
Se acomoda sus anteojos esbozando una sonrisa-. Como abogado no puedo revelarle mis herramientas, no se preocupe, se quien es el padre de ella, pero eso no significa nada para que ella niegue firmar los papeles.
-¿y con respecto a mi hija?
-¿que con ella?
-mi madre me dijo que con las influenzias de ese sujeto me la podria quitar aunque sea su padre.
Rei no puede evitar soltar una risa burlona, siendo observado de mala manera por el castaño-. Alguien que adora a Takafumi, le tomo cariño a su hija, por lo que tenemos el apoyo de el, asi que no se preocupe por eso.
Zen practicamente escupe el cigarrillo de su boca, levantandose de golpe derramando en el proceso el cafe-. ¿que? ¿¿como que alguien que lo adora??-. Frunce el ceño-. ¡¿quien demonios es?!-. Ante el grito, la gente que se encontraba sentada alrededor de ellos se levantan alejandose del furioso castaño.
-lo conocera pronto-. Este ni se inmuta y sigue bebiendo de su limonada.-. Oh, disculpe-. Se levanta a contestar su celular que estaba sonando algo insistente-. Ah, ¿pasa algo tio?
-.........-. el castaño sentia hervir su sangre, estaba seguro que no se referia a Henmi ¡habia alguien mas! Su osito es SUYO, somante suyo.
-Kirishima-san, venga conmigo rapido-. Rei deja el dinero en la mesa y tomando el abrigo que dejo colgado en la silla se apresura a salir del establecimiento, el castaño se apresura a seguirlo, no entendio para nada el cambio de animo del de lentes.
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-¡¿como es eso posible?!-. La mama de zen se mostraba totalmente sorprendida-. ¿pero es un hombre? Eso es una blas....
-abuela, no te atrevas a ofender a onii-chan-. Se levanta muy seria-. No hagas que de verdad empiece a odiarte.
-Hiyo-. La mujer mira dolida a su nieta-. Soy tu abuela, se que te salvo de ese desgraciado y se lo agradezco -. toma con cuidado la mano de la menor-. Pero, ¿que es lo que ven en el? Tanto tu papa y el, ahora sobre eso que tiene en el vientre, es un monstruo
Hiyo quita la mano de inmediato, viendo a la mayor con odio sorprendiendo a esta-. Onii-chan es tambien mi mama, nunca, pero nunca vuelvas a hablar de esa forma de el.
-Cariño, Hiyo-chan, ustedes se quieren.-el mayor trata de apaciguar las cosas-.
Hiyo se abalanza a abrazar a su abuelo asustada puesto que en ese momento la puerta es derribada entrando varios hombres de traje, la señora Kirishima se agarra fuertemente del hombro de su esposo.
-¿quienes son ustedes?-. Se atreve a preguntar el mayor, procurando dejar detras de si a las dos mujeres.
-¡TAKAFUMI!-. Exclama una conocida voz para la pequeña-. ¿DONDE ESTA?-. Los padres de Zen reconocen de inmediato al hombre que entro.
-oh por dios-. Se sorprende el mayor.
-el primer ministro-. La mayor no se lo creia.- es amigo de ese hombre-. Sujeta fuertemente a su esposo-. Estamos en problemas.
La castaña lo reconoce esbozando una sonrisa separandose de su abuelos comenzando a caminar hacia el otro-. Hiyori-. Este tambien la reconoce-. ¿ y Takafumi?
-Hiyo-chan, no te acerques a ese hombre-. El abuelo se estaba poniendo nervioso
-¿oniichan? Le llamaron al celular-. Señala hacia donde esta la habitacion a la que entro-. Esta tardando, esa es la habi...
el padre de Yoko se apresura hacia la habitacion seguido de los demas hombres trajeados y sobre todo de la castaña, este abre la puerta practicamente de una patada agrandando los ojos aterrado al ver a su querido hijo convulsionando en el suelo y con un liquido blanquecino saliendo de su boca, sus labios se encontraban morados.
-¡NO!-. Exclama aterrado-. Takafumi-. Se arrodiya, no se atrevia siquiera a tocarlo con miedo de lastimarlo por las convulciones.
-Onii-chan-. Llama la castaña tratando de acercarse, pero los guardaespaldas no la dejaron avanzar-. ¡ONII-CHAN!
-por el amor de dios-. Ambos kirishimas se apresuran por el ajetreo.
El mayor pone una almohada debajo de la cabeza del osito para tratar asi que su hijo se lastimara mas-. Mierda, no esta respirando... USTEDES QUE HACEN AHI, VAYAN Y PREPAREN EL CARRO-. Grita desesperando, estos asustados se apresuran a salir de la habitacion, mientras uno se dedica a llamar por el celular para asegurarse que pongan el auto frente al edificio.
-Onii-chan-. Tanto Hiyo como su abuelo se acercan hacia el osito, tal parecia que las convulsiones aumentaban, mientras que la mayor se quedo ajena, ciertamente no se queria acercar, los nervios la empezaron a invadir, sobre todo, porque alguien como el primer ministro se encontraba preocupado por ese hombre.
El papa de Zen sujeta las piernas del osito inmovilizandolo, eso no era para nada bueno sobre todo para el bebe, mientras que el otro levanta un poco la cabeza de su hijo para que entrara un poco de oxigeno, por su parte Hiyo con lagrimas en los ojos, limpiaba con su pañuelo la boca de su onii-chan, sin dejar de repetir que reaccionara.
-tengo que llevarlo al hospital-.susurra, indicandole a ambos que se alejara para el poder cargarlo viendo que las convulsiones habian cesado para el alivio de los presentes,
lo carga con cuidado, procurando que la cabeza se mantuviera en alto, se apresura a salir del departamento seguido tanto de Hiyo y el padre de Zen, la mujer solo se queda observando como se retiran, procurando no interferir en su camino.
-¡QUITA TUS ASQUEROSAS MANOS DE EL!
-¡papa!-. Exclama sorprendida la castaña al verlo llegar jadeando con un pobre Rei que apenas le podia seguir el paso, pero sobre todo el castaño tenia una mirada furiosa dirijida hacia el otro.