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Tu promesa por desire nemesis

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Lelouch Lamperouge estaba sentado en su banca guardando las cosas mientras todos salían al recreo, miraba fijo su regazo donde tenía su maletín, en donde metía todo, cuando sintió una presencia que le dijo con una voz familiar--¡Quiero hablar contigo!—

 

¡Ahora no!—respondió el pelinegro sin siquiera mirarle.

 

¡Ahora o ahora! Si no hablarás con el director—amenazó Susaku.

 

Shirley se le acercó--¿Pasa algo Susaku?—preguntó.

 

Nada. No te preocupes. Solo debo hablar con Lulu—dijo él y ella les miró a ambos un poco inquieta. Había una rara vibración entre ambos. Se fueron por la puerta del aula muy calladamente. Lelouch delante algo inquieto y Kururugi detrás algo preocupado.

 

 

 

 

 

 

Cuando estuvieron en el patio Lelouch se detuvo de pronto y volteóse a verle a los ojos--¿Y bien? ¿Qué quieres?—

 

No te lo diré aquí—dijo el otro y llevóselo al otro lado del patio donde entraron en el baño de hombres.

 

¿Qué hacemos aquí?—preguntó el ojivioleta.

 

¡Quiero que me digas la verdad! ¿Qué hacías por las calles en vez de estar en clases?—el castaño necesitaba que el otro confiara en él y se lo dijera. Por alguna extraña razón lo necesitaba con desesperadas ansias.

 

¡Te dije que no es…!—trató de gritarle el pelinegro pero de pronto se vio entre el otro y la pared, sus cuerpos muy pegados y sus miradas clavadas en el otro, sus alientos vueltos uno solo con un ritmo agitado y desesperado.

 

¡Dímelo o yo te diré que y porqué lo has estado haciendo!—amenazó el ojiesmeralda.

 

Lulu palideció y su voz fue entrecortada al responder—Tú no puedes s…--

 

¿Estás seguro?—preguntó el caballero honorario sin dudas en su mirar.

 

La respiración de Lelouch VI de Britania se hizo más trabajosa, su boca se abrió pero no pudo pronunciar las horribles palabras que debía mencionar para explicar las motivaciones de su actuar y las lágrimas acudieron a sus ojos para anegar los dolorosos recuerdos que habitaban ahora en ellos.

 

¡No importa lo que sea! ¡Yo te cuidaré!—dijo el ojos verdes mientras con una mano tomaba la barbilla del otro y antes de que pudieran pensar en lo que estaba sucediendo sus labios se habían unido primero con apasionada timidez que luego fue degenerando en franca lujuria.

 

De pronto Lamperouge se dio cuenta de lo que estaba pasando y víctima de sus atroces experiencias sexuales alejó al otro de un empujón que descolocó al principio a Susaku, pero luego recordó las imágenes del video y se dio cuenta de lo que el pelinegro estaba pasando y un poco repuesto intentó disculparse.

 

¡No intentes decir nada!—le ordenó el de sangre imperial—Por muy extraño que pueda sonar no quiero oír lo que vas a decir, solo quiero olvidar que esto pasó. Haremos como si nada pasara aquí, a cambio tu no mencionarás mi escapada al director y así estaremos a mano—luego se fue ante la mirada algo atónita de su colega.

 

¿Y si yo no quiero olvidar lo que ha pasado?—preguntó a la habitación vacía el joven Kururugi.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era la semana en que primero se iría de campamento. Lulu y su hermano habían preparado las valijas la noche anterior. Esa mañana desayunaron sabiendo que por unos días no se verían.

 

¿Estarás bien?—preguntó algo preocupado el mayor.

 

Tranquilo, nii—chan no porque no estés tú significa que puede pasarme algo malo—le dijo el pelirrojo tratando de consolarlo pues el otro se veía más afectado que el otro por su separación.

 

Esa mañana el ojos violetas acompañó a su ototo al bus donde el otro subió con un saludo y una sonrisa para él. Susaku lo observó despedirse casi con pesar pues el sabía que todo eso era una farsa pero que el amor que el príncipe le profesaba al otro era genuino, que se preocupaba por el otro sin saber que era víctima de un engaño.

 

Cuando el autobús se fue trató de acercarse entre la gente al pelinegro entre la gente pero cuando llegó a donde el otro estaba momentos antes, Lulu ya no estyaba.

 

Al entrar al aula le encontró, ignorándolo por completo haciendo más evidente que algo pasaba entre ellos.

 

Después de clase se dedicó a seguirlo en vez de ir a entrenar a la base pero en verdad quería saber si Lelouch seguía buscando a esos dos. Y si, seguía.

 

Otro barrio eleven. Otras caras mal encaradas. Mas negaciones y rostros enjutos.

 

En verdad Lelouch se estaba poniendo en más peligro del que creía si seguía así.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si, creo que lo vi por mi manzana—dijo el quincuagésimo que habló con él esa tarde y una luz de esperanza se prendió en la mente del príncipe.

 

¡Llévame a donde vive, por favor!—pidió el ojos violetas a ese tipo de mala facha.

 

¡No sé! ¡Esto no me incumbe y…!—dijo el otro y Lelouch sacó su cartera--¡Ahora que lo pienso es como una ayuda a la comunidad! ¿No?—agregó ligero después de recibir unos billetes.

 

 

 

 

¡Es en este edificio!—dijo el tipo entrando en una destartalada edificación, si Lulu hubiera estado en sus cuatro sentidos hubiera percibido la trampa pero inducido como estaba por sus ansias de venganza no lo hizo al menos a tiempo y antes de poder darse cuenta de lo que pasaba el otro lo tenía agarrado por el cuello y apuntando con una navaja a este.

 

Dijiste que era como un servicio a la comunidad—se quejó el menor.

 

Y desde cuando los britanos son parte de comunidad. Oye pequeña escoria, dame el resto de tu dinero o voy a dejarte ciego—dijo apuntando con su navaja al ojo de Lamperouge.

 

El pelinegro le dio su billetera sintiéndose mal de ser tan estúpido y haber confiado en ese tipo. Debió ser más precavido. Ahora solo le tocaba pagar el pato de su propio error.

 

Ahora atesorarás todo lo que viste hasta el momento. No permitiré que me identifiques, después de todo la palabra de un britanian es más valiosa que la de un eleven. ¿No?—le dijo el otro paralizando al joven de ojos violetas pues no estaba preparado para que el otro hiciera verdad su amenaza.

 

¿Por qué no lo sueltas escoria antes de que yo te demuestre lo que es una paliza?—dijo Susaku Kururugi saliendo de las sombras—Ya se terminaron tus quince segundos de sentirte superior—

 

¿Qué eres tú? ¿Su perro faldero?—preguntó el tipo.

 

Y un caballero britano—añadió el ojiverde y vio el miedo que sus palabras causaban al otro.

 

¡Tú no puedes! ¡Eres demasiado…!—balbuceó el tipo con algo de incertidumbre y sus manos temblaban.

 

Tenía la suficiente edad el año pasado para reprimir esa isurrección eleven—le dijo el caballero.

 

El otro apretando más a Lulu pues era su tabla de salvamento le dijo--¡Aléjate! Me iré y me lo llevaré. Cuando esté lejos lo dejaré ir—

 

¡No lo creo!—dijo Kururugi y se abalanzó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Como supiste que podrías con él?—preguntó Lamperouge mientras vendaba la mano herida de su salvador en el living de su casa. Habían ido allí a pedido del castaño que no quería explicar en un hospital las causas de sus heridas.

 

No lo sabía. Pero me arriesgué porque temía que si dejaba que te llevara no volvería a verte sano y salvo—dijo el ojiverde todo lo sinceramente posible.

 

¿Temías?—preguntó algo sobrepasado por la palabra utilizada el ojos violetas y después de un momento en que se miraron a los ojos bajó su rostro a los vendajes para terminar de hacerlos y—Debo agradecértelo—

 

Kururugi sonrió y luego le dijo con tono serio—Pero aún así sigue preocupándome esa persistencia tuya en meterte en semejantes lugares sin capacidad de auto defensa. La próxima vez que salgas en pos de alguien deberás llevarme para estar seguros de que no caerás en otra trampa—

 

Ten la seguridad de que en adelante me cuidaré. No tienes porque preocuparte. ¡No necesito tu ayuda!—dijo Lulu algo molesto porque le agradaba oír la preocupación del otro y porque a la vez le dolía que lo considerara un inútil.

 

¡De nada! Pero eso no quiere decir que no iré. A menos que quieras que yo revele a las autoridades lo que has estado haciendo por tu propia protección—le amenazó Kururugi.

 

¿De verdad harías eso?—preguntó el otro dándose vuelta con una expresión de dolor que llegó al corazón del britano honorario.

 

Si, poar tu seguridad lo haría. No puedes correr indefenso en pos de dos criminales de esa calaña—le dijo el castaño.

 

¡Dime la verdad! ¿Cómo sabes tanto de esto?—preguntó el príncipe.

 

¿En serio quieres que te lo diga?—preguntó a su vez el caballero y entonces Lelouch supo en lo recóndito de su mente que Susaku Kururugi había visto ese video.

Notas finales:

espero sus opiniones

ja ne

^^


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