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De Bradislavia con amor por desire nemesis

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No sabía a donde ir. ¿Por donde empezar? Lo que planeaba era muy arriesgado pero estaba en juego la vida de su padre.

 

Estaba en el trastero. Se había empapado para llegar a él. Fue el único lugar que se le ocurrió. Estaba en la propiedad pero no dentro de la casa. Oculto de la vista de todos pero sin irse lejos.

 

¿Ahora que iba a hacer?

 

Miró el suelo de portland y las paredes encremadas. ¿Cómo haría para…?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me confundes. Es casi como si desearas encontrarte conmigo—dijo una voz que el ojos mieles reconoció. Al voltearse estaba de pie justo detrás suyo y antes de que consiguiera hablarle el otro apretaba su garganta con su impresionante fuerza—Sabes que ya de nada me sirve atraparte así que no estoy del todo interesado en dejarte con vida. Ya no eres útil a mi amo—

 

¡No como rehén!—pudo articular Wheeler y el interesado Sebastian le soltó.

 

¡Prosigue! ¡Quizás a mi amo le convenga tu propuesta, después de todo!—le alentó Michaellis.

 

La vida de mi padre y mis amigos por mi cooperación—dijo el rubio. Era algo que ya había meditado. Era cierto que por  su culpa Seto y Zero estaban enredados en todo eso y él pretendía sacarlos sanos y salvos—Yo les entrego a Kuran que es a quien ustedes quieren y quedamos en paz—le ofreció el rubio.

 

Mirando sus ojos con justeza el ojos rojos espero un momento aparentemente meditando su ofrecimiento—No creo que mi amo se oponga a algo tan conveniente—Joey se sintió aliviado—Pero existe un problema. ¿No?--Joseph se quedó de piedra—Veo por tus ojos que ya no eres una simple presa. ¿O si?—

 

No entiendo que…--trató de decir al otro.

 

Mientras manejaba la barbilla del más bajo y miraba sus ojos cual oftalmólogo Sebastian preguntó--¿Le diste tu sangre?—

 

¿Soy una presa, no? No veo que de raro tenga…--dijo el ojos mieles algo cabreado. ¿Se burlaba de él? El otro debía haber tomado su sangre desde años atrás y…

 

¡No digo que la tomara, digo que se la diste! No la sacó de ti, tu la vertiste en su boca—dijo el pelinegro algo molesto porque el otro no entendiera el justo significado de sus palabras.

 

Entonces Joseph recordó cuando en aquella habitación, estando Kaname imposibilitado de morderle, el se lastimara y pusiera su sangre en la boca del otro. Era algo que recordaba como entre sueños pero era algo coherente en su mente. Miró al otro y asintió.

 

¿Eso que tiene? ¿No es lo mismo que si…?—preguntó el precavido Wheeler.

 

No. ¡No lo es! Desde que hiciste eso firmaste un pacto con él. Te has convertido en su sirviente. Tu voluntad está encadenada a la suya. Tu sangre ya no tiene el mismo sabor para él pero debe de seguir lo suficientemente tentadora para mantenerte cerca lo que hace factible que puedas entramparle—dijo el ojos rojos y entonces el rubio se dio cuenta de porque había reaccionado como lo hiciera cuando estuvo con Seto. Kaname ya no necesitaba proteger lo suyo porque él lo haría como un fiel perro guardián. Además recordó que el vampiro dijera lo mismo de su sangre, que perdió algo de su sabor pero que aún era deliciosa. ¿Significaría eso…?

 

¿Si yo soy su sirviente, porque puedo ofrecerte esto?—preguntó con sorpresa Wheeler.

 

Al parecer tu indócil carácter no es muy bueno con la autoridad. ¿O me equivoco?—juzgó el otro por los encuentros que ambos tuvieran—O tal vez sea una trampa de Kuran para capturar a mi amo—dijo entrecerrando sus ojos.

 

¡No lo es! Si tienes alguna forma, libérame del poder de ese vampiro y así puedes estar seguro y yo podré sentirme más tranquilo—le respondió el rubio.

 

¡Hay una manera!—dijo de pronto Michaellis recorriendo la habitación como si buscara algo. En el piso encontró un vaso de plástico, seguramente olvidado por algun trabajador ocioso. Después de volverse hacia el otro sacó una plateada petaca de un bolsillo y vertió un espeso líquido desde ella en el recipiente—¡Bebe esto y estarás libre de Kuran!—le dijo.

 

¿Qué es?—preguntó Joseph mirando dentro del vaso que había tomado de la mano del otro.

 

¡No te diré mis secretos! ¡O la tomas o es posible que esto continúe y tu padre y tus amigos perezcan!—le dijo el mayordomo.

 

Wheeler le miró a los ojos. Era beber eso o seguir bajo el influjo del retorcido vampiro. Tomó valor y lo ingirió de un trago.

 

Su sabor era horrible. Su apariencia viscoza y negra. Le quedó un resabio en la boca mientras tiraba el vaso y preguntaba que seguía.

 

 

 

Entones fuertes dolores se apoderaron de su estómago. Mirando al otro desde el suelo a donde había caído por estos le preguntó--¿Me has envenenado?—mientras sentía como el dolor se esparcía por su cuerpo.

 

¡No! ¡No haría eso! No te preocupes, te recuperarás pronto y cuando lo hagas solo reconocerás un amo—dijo el pelinegro.

 

Pero dijiste que…--dijo Joey sintiéndose traicionado.

 

¡No me refiero a Kuran Kaname!—dijo sonriente el otro y de pronto Joseph se dio cuenta de que había caído en otra trampa.

 

¡Pronto pasarán!—dijo Sebastian hincándose a un lado—Siempre los humanos sufren un poco al beber mi sangre, mucho dentro de ustedes cambia y el cuerpo siente cierto rechazo pero pasa y cuando lo haga serás más fuerte y diestro y me servirás mejor y sirviéndome, servirás a mi amo—dijo el ojos rojos con cierta mirada de complacencia.

 

El rubio sentía que le estaban arrancando las entrañas y un momento después un fuego se apoderó de todo su cuerpo.

 

Me gusta esta parte—dijo de pronto el contemplativo akuma mirándole con cierta sonrisa—No tenemos mucho tiempo para que se den cuenta en la casa de que no estás y te busquen así que es imperativo apresurarnos con el proceso—dijo después y le levantó el torso para colocarse detrás.

 

¿Qué haces?—preguntó el ojos mieles.

 

Lo que dije. Acelerar el proceso para que vuelvas a la casa—dijo el pelinegro mientras metía una hábil mano bajo el pantalón del otro.

 

¿Qué…?—trató de preguntar Wheeler aunque su mente se estaba nublando con las caricias recibidas y el placer era agobiante aunque el otro apenas empezara.

 

¿Estás ardiendo cierto? Es que nuestra sangre tiene ese efecto en tu especie. Verás, parece que empiezan a disfrutar más intensamente de las sensaciones, cualquier sensación—susurró casi con sorna el otro. Mientras un rayo caía en las cercanías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El cielo aún mostraba los rastros de la tormenta pasada mientras el suelo seguía anegado en algunos lugares. Era una mañana algo pacífica en el ambiente cambiante del final del estío. Joseph bajó aún sintiendo algo de calor a causa de los efectos de lo acontecido la noche anterior, después de visitar a su padre que continuaba dormido y a los cuidados de la mucama que lo saludó con una sonrisa impregnada de cariño pues consideraba muy tierna la preocupación del primogénito por su padre.

 

Después de bajar se dirigió al desayudador, donde encontró a sus invitados departiendo.

 

¡No entiendo como puedes confiar aún en ese tipo!—dijo Seto apuntando a Kaname mientras le reclamaba a Zero.

 

¡No le queda de otra ya que  nadie más que yo puede con ese demonio!—aseveró con talante indiferente el vampiro pero en realidad gozaba de hacer sufrir al otro castaño.

 

Zero se frotaba las sienes molesto por la competitividad de ambos y al ver a Joseph entrar dirigió su atención a él--¿Cómo está tu padre?—preguntó.

 

¡Igual!—respondió el melado--¡Solo café, Heinrich, por favor!—pidió al mayordomo.

 

Ja, mein Herr.!—dijo el que había entrado en pos de él.

 

¡Tengo algo que anunciarte!—le dijo el cazador—He pedido ayuda. Unos colegas míos han de venir aquí—anunció Kiryu.

 

El corazón de Wheeler se cayó a los pies. Esto trastornaba todo aquello que ideara con el demonio. Con más cazadores alerta sería mucho más difícil atrapar al vampiro y llevárselo sin que nadie lo notara o por lo menos cuestionaba el éxito de lo emprendido.

 

¿Por qué los  invitaste sin decirme primero?—inquirió el rubio molesto.

 

No creí que te molestara que tuviéramos ayuda para cuidar tu casa. ¿Exactamente qué te enoja de todo esto?—preguntó el astuto ojiamatista. Mientras todos estudiaban al ojos mieles.

 

¡Nada!—contestó Wheeler intentando calmarse—Es solo que no me gusta la idea de tener a más extraños por aquí—mintió.

 

Tal vez no te guste pero de sobra sabes que es necesario—alegó el peliplateado.

Notas finales:

espero les guste este giro

sebastian obtendra lo que quiere o zero y sus amigos lo detendrán?

se enterara kaname de la traicion de Joey?

ja ne

^^


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