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De Bradislavia con amor por desire nemesis

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Notas del capitulo:

Me dijeron que no hay mucho puppy en repetidas ocasiones y eso me hace dar un mensaje

no estoy enojada ni nada solo deseo explicar

este fic es un divertimento para mi

pero lo tomo en serio y si no hay mucho puppy es porque lo hare despacio con gran cantidad de caps

 y no me gusta que formen pareja muy rapido

 

Los refuerzos eran dos. Uno adusto hasta el punto de parecer escapado de una cárcel. Por un momento sorprendió a todos que llevara un parche en el ojo derecho como Phantomhive. Su nombre, Yagari Toga.

 

El otro parecía un maestro de escuela. Al llegar sonrió a todos con una beatífica sonrisa. Tenía su larga melena rubia atada en una coleta. Su nombre, Kaien Cross.

 

Joseph se mostró del todo hosco con sus visitantes al punto de retirarse alegando que iría con su padre a los cinco minutos de recibirles. ¿Qué hacer? No se veían peligrosos y eso traía un poco de calma al rubio pero debía anunciar a su nuevo amo su venida.

 

Ese pensamiento le paralizó un rato.

 

Nunca antes. Ni siquiera estando bajo el influjo del vampiro pensó estar bajo el mando de un amo.

 

Despidió a la sirvienta diciendo que fuera a comer y hablar con sus compañeros y cuando estuvo solo con su inconsciente padre cerró con llave.

 

Miró a su padre por un momento mientras descansaba. Después de todo lo estaba haciendo por él. Luego se dirigió a la pequeña biblioteca personal de su padre donde algunos de los libros eran de su propia autoría y giró un pequeño muñeco de porcelana. Inmediatamente la biblioteca comenzó a deslizarse a un costado y después de entrar al pasadizo tras esta, Joseph bajó la palanca en el muro que hizo que el mueble se recolocara en su lugar.

 

Era entendible. La casa era antigua y de nobles y todo ese tipo de complejo contenía escapes por si asesinos trataban de darles caza, para cubrir indecorosas escapadas o mantener tratos con personas no aprobadas por la sociedad. Los secretos son parte de la nobleza.

 

Salió por el jardín y se dirigió al trastero. Por un momento el recuerdo de lo acontecido ahí la noche anterior turbó sus movimientos pero se obligó a seguir.

 

Las cartas estaban echadas.

 

¡Cuánto has tardado! Espero tus noticias—dijo el mayordomo del todo acomodado en una silla lo que le hacía pensar al rubio que había hecho bien en pactar con él pues si le era tan facil pasear desapercibido por la casa podría haber aniquilado a todos con facilidad.

 

Me disculpo pero es que han llegado más cazadores. Al parecer a Kiryu Zero se le dificultaba cuidar de la casa y pidió refuerzos antes de mencionármelo—le dijo Wheeler.

 

No importa—dijo, después de un momento de meditar con la barbilla apoyada en una mano, el pelinegro—Eso es solo una eventualidad pero demuestra de que es bueno que nos hallamos unido. Gracias a tu inteligencia yo lograré más cómodamente lo mío y tu tendrás a tu padre a salvo—

 

Eso pienso—contestó el ojos mieles y el otro mirándolo sonrió misteriosamente lo que puso nervioso a Joey.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué piensa maestro?—preguntó Zero a Toga.

 

Hiciste bien en llamarnos. Es demasiado grande para ti solo—dijo el pelinegro mientras pensaba “Lástima que Cross también sea necesario”.

 

Me preocupa Wheeler—dijo el ojos violetas.

 

¿Por qué?—preguntó Yagari.

 

¡No lo sé! Está actuando extraño. ¿Viste como los recibió? Es como si no les gustara su presencia. Cuando le dije que vendrían se exaltó mucho—dijo el menor.

 

Tal vez siente algo por ese vampiro y lo protege—dijo el tuerto.

 

Tal vez pero… mmmm… hay algo que no me cierra—dijo el peliplateado mirando sin mirar.

 

El pelinegro decidió que pondría más atención al joven amo de la casa Wheeler. Los sentidos de Kiryu raramente fallaban.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrar a la habitación que compartiría con Cross hasta que todo eso terminara no le reportaba gran felicidad pero después de un momento de estar parado frente a la puerta, entró.

 

Y puso una de esas caras que solo Kaien sacaba de él. Con su ojo chiquitito trató de adivinar que rayos pasaba por la cabeza del espadachín.

 

Saltaba y flotaba por toda la habitación tarareando alegremente una cancioncilla mientras sacaba de la maleta su ropa y la ubicaba. Parecía la “novicia rebelde”.

 

¡Yagari-san! ¿Qué te dijo Zero-kun?—preguntó con una sonrisa de oreja a oreja el rubio.

 

¡Esta preocupado!—respondió el pelinegro tratando de ignorar el comportamiento “angelical” del otro.

 

¿Preocupado? ¿Por qué?—preguntó el ojos miel clara con tono de alerta maternal.

 

Al parecer por el dueño de casa. El joven Joseph actúa extraño desde que le avisó que venimos—dijo el tuerto de sombrero de cowboy sacándoselo y sentándose mientras el otro se ponía tenso y enroscaba sus manos.

 

¡Uy, tal vez se siente mal por lo de su papá y tiene miedo que empeoremos las cosas!—dijo con cierta lógica el pelilargo que el otro resintió no poder refutar pero en el refondo seguía los pensamientos de Kiryu, se revolvió en su asiento algo frustrado porque el otro pensara con tanta lógica--¡Voy a bajar a la cocina y haré una torta para poner de mejor humor a Joseph-kun!—dijo el rubio tomando por sorpresa al otro que lo miró. Ahora el ojos miel clara usaba un delantal floreado y una sonrisa de mamá gansa. Salió casi flotando y tarareando de la habitación.

 

Yagari se golpeó la frente con la palma y la dejó allí mientras pensaba “¡Si será idiota!” Luego se relajó y pensó “¡Al menos algo bueno sale de eso! Mientras está abajo no estará revoloteando por aquí.”

 

 

 

Heinrich tenía las venas a punto  de estallar. ¿La culpa? De cierta “florecilla  silvestre” que horneaba sin parar. Seto perseguía al cazador peliplateado para hablar con él cuando se encontraron muy atraídos por cierto olor que perduraba en el ambiente y terminaron en la cocina donde los recibió una alegre cara en parte enharinada.

 

¡No me digan nada! Vinieron embelesados por el aroma de mis creaciones. ¡Oy querido Zero!—dijo apretando los hombros del ojivioleta—Desde que te vi pensé en que estás muy flaquito—Ni que decir que el otro se sentía algo avergonzado por ser el centro de atención--¡Siéntate que tu padre va a alimentarte bien!—

 

¿Tu padre? ¿No dijiste que era Kiryu?—preguntó el castaño mientras sin que lo percibieran entraba Kuran Kaname y los observaba como si fueran ratones de laboratorio.

 

¡No es mi padre!—contestó Zero.

 

¿Pero que dices? ¿Cómo te atreves a negarme? ¡Me destrozas el corazón!—afirmó Kaien. El otro no se conmovió en lo más minimo por el lloriqueo del ojos miel clara y tomando una de las piezas del biscochuelo recién horneado se volvió para irse y ahí se encontró con la mirada que cierto vampiro le dirigía. Estaba pronto para morder la pieza pero se detuvo a milímetros de conseguirlo mirando con desafío al otro que sonreía con cierta suficiencia.

 

 

 

 

Notas finales:

gracias por leer

mata ne

^^


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