Es mejor que te vayas—le dijo el pelinegro y Kururugi le miró sorprendido un momento para luego mirar con algo de decepción.
Pensaba que esta vez lo admitirías pero entiendo lo que quieres mantener—dijo el caballero levantándose de su asiento.
¡Dime la verdad! ¿Qué es lo que…?—preguntó el ojos violetas.
Sabes tan bien como yo como lo sé. Sé que estuvo mal verlo pero…--admitió Susaku.
¡Claro que estuvo mal! ¿Por qué hiciste eso?—preguntó Lelouch sorprendido y lastimado de que fuera verdad lo que sospechaba.
Porque algo estaba pasándote y yo quería saber porqué actuabas así—le respondió el castaño.
¿Tan importante era saberlo?—preguntó Lamperouge algo impresionado de su necesidad de saber cuan importante era para el otro.
Si—fue la parca respuesta del otro.
No entiendo porqué…--iba a seguir Lulu pero el otro le cortó.
¡Eres mi amigo! Claro que me preocupa lo que te suceda—le dijo el ojos verdes destrozando sin saber una pequeña esperanza acabada de formar en el corazón del ojivioleta.
¡Vete!—le ordenó el dueño de casa dado vuelta y el caballero pensó que se trataba de la vergüenza por lo sucedido en el video lo que evitaba que le viera a la cara por lo que se fue sin más esperando una nueva oportunidad de hablar con él. Después de todo había pasado un mal rato hacía unas horas y era mejor que descansara.
Susaku se encontró con un oficial saliendo de la casa de Lulu que mal encarado le informó que el capitán a cargo del seguimiento del príncipe deseaba hablar con él de inmediato en la estación preparada para tal fin en una casa vecina.
Sir Kururugi me he enterado de algo que quiero que usted explique de inmediato—le dijo el oficial.
Si, capitán—le respondió el caballero en posición de firmes.
¿Qué es aquello que usted vio que preocupa tanto al príncipe Lelouch y de lo que no informó de la debida manera?—preguntó el hombre y entonces el castaño se autoreprendió silenciosamente por hablar de más cuando sabía que la casa era vigilada atentamente.
Detecté que el príncipe se comportaba extraño y decidí investigar de manera sucinta. Pareciera que el joven Lelouch ha estado copiando ciertas cosas para compañeros más desfavorecidos. Dada la cadena de favores que eso presupone me preocupa que otros puedan cubrirle en movimientos extraños que pudiera realizar pero al seguirlo solo he descubierto que pasea sin analizar los lugares en que se entromete lo que podría degenerar en un perjuicio para su salud. Hoy mismo debí salvarle de un asaltante—dijo el ojos verdes.
¿Y no se le ocurrió que pudiera estar buscando a sus antiguos aliados eleven y que debía reportarlo debidamente?—preguntó el capitán.
Si, señor. De hecho estaba a punto de ir a la base a escribir mi reporte pero quería tener todos los datos antes de empezar con el proceso de evaluación—dijo Kururugi.
Esta bien. Por esta vez podrá pasar pero debido a las dudas que esto me deja sobre la situación mental del joven príncipe ordenaré que se le haga un examen médico aprovechando la disciplina escolar nuestros médicos serán enviados a la institución a interesarse en la salud de los alumnos—dijo el oficial.
El caballero solo asintió y el Capitán le permitió retirarse.
La revisación médica llegó tres días más tarde como el capitán la anunciara y todos los alumnos fueron revisados mientras le eran hechas preguntas pertinentes a su estado anímico.
Lulu no se sentía la excepción ni siquiera cuando le preguntaron si había sido contactado por elevens rebeldes.
Ni siquiera sabía que hubiera algunos—dijo con veracidad el pelinegro y la doctora sonrió.
Joven Lamperouge tengo entendido que usted es una persona extremadamente inteligente así que me extraña su aseveración. Todos sabemos que entre los conquistados siempre hay personas disconformes con su estado y que desean cambiarlo. A veces utilizando la violencia como medio. El que muchos de ellos esten prisioneros solo da fe de lo que digo y de lo falsa que puede parecer su afirmación—dijo ella.
Sin dudas le entiendo, doctora pero yo no soy una persona que esté pendiente de la política ni de los asuntos de autodefensa—dijo tranquilo el alumno y ella le miró de una forma… parecía no creerle y él se preguntó porque. Si bien era un príncipe ella no tenía forma de saberlo… ¿O si?
Sin precaverlo esa pregunta originó cierta incogruencia porque al hacerlo recordó su escapatoria con Susaku cuando la invasión pero no recordó a su hermano sino más bien que algo como una silla de ruedas vino a su mente que se le hacía ilógico ya que él claramente no conocía a nadie que necesitara tal instrumento.
Después de la entrevista Lelouch fue a su ala y desde un pasillo cerrado de ventanas que daban al parque miró al exterior sin verlo mientras daba vueltas sobre esa cuestión en su cabeza.
¿Algo no anda bien?—le dijo una voz que de pronto le parecía familiar pero no sabía de donde. Vio a una mujer con bata médica con un largo cabello rubio que le sonreía.
Sintiéndose molesto de que esa gente siguiera tras él después de haber culminado su entrevista le dijo—Si, gracias. Ahora iré a mi salón. Con su permiso—
No deberías esconder lo que sientes Lulu, eso te hace mal—le dijo la mujer cuando él ya se había dado vuelta.
¿Cómo sabía ella su sobrenombre y porqué le hablaba tan familiarmente?
Él se volteó y preguntó--¿Quién rayos eres tu?—
La respuesta está en tu cabeza—le dijo ella golpeándose la sien con el índice mientras lentamente se desvanecía.
Lelouch Lamperouge se quedó parado ahí impresionado. ¿Estaría volviéndose loco?