Puedo sentirlo. Sus labios están tibios, suaves, es solo un beso ligero, inocente, pero se siente bien.
Me separo para verlo. Como me encanta contemplar esos ojos verdes. Su mirada es tan penetrante que me deja sin habla.
-Odori-san- me encanta que me llame en susurros.-¿Podemos besarnos de nuevo?- es tan lindo, solo con pedir eso se pone rojo.
Hice caso a su petición, sin embargo esta vez mis labios los pose sobre su cuello, roces ligeros que le arrancaban pequeños suspiros.
-¿No vas... a besarme?- me encanta que hable con dificultad, lo esta disfrutando.
-Te estoy besando- mi respiración chocaba con su piel, él se estremeció al sentirla.
-¿No lo haras en mi boca?- yo continuaba dejándole besos en diferentes partes del cuello y bajo la oreja.
-Es solo que no quiero limitarme a solo besar tus labios, me encantan, pero quiero probar cada parte de ti- dije para luego pasar ligeramente la punta de mi lengua desde la oreja hasta su manzana de Adán.
-Mmnn- se tapó la boca con el dorso de la mano, tratando se suprimir su gemido.
Volvi a hacer el recorrido, ahora enfocando mi atención en el lóbulo de su oreja. Podía escuchar como ahogaba lo gemidos, quería escucharlo.
Tome su mano y la retire con delicadeza- dejame escucharte- supliqué para luego continuar con los besos.
Al principio tensó los labios para no dejar salir su voz, pero fue relajándose y por fin pude oírlo.
Pude sentir como de entre mis piernas se levantaba mi sexo. Con mis manos recorri su cuerpo masajeando su espalda con caricias.
No me di cuenta en qué momento mi corazón estaba tan agitado. Le quité la camisa que traía puesta. Me gustaba verlo con esa camisa blanca, casi transparente, pero en estos momentos me estorbaba.
Deposite besos siguiendo la línea de la clavícula. Baje un poco y contemple esos botones rosados, ya se encontraban duros por la excitación. Decidi tocar uno de ellos. De inmediato soltó un gemido fuerte. No podía creer como solo tocar uno de sus pezones lo excitara tanto. Ni siquiera en mi mente cabía la posibilidad de que estos le proporcionaran placer. Lo mire de reojo mientras continuaba tocándolo. Ese rostro, la sangre se le subió a las mejillas dándole un tono rosado a estas.
-Kai- le susurre al oído- ¿Puedo tocarte más?- se que a estas alturas esa pregunta no servía de nada, pero quería confirmar que el se sentía igual que yo.
-¿Por...qué lo preguntas? Hazte responsable....y no me dejes asi.
De inmediato mis labios se dirigieron a uno de esos pequeños pezones rosados. Primero le di un pequeño beso, trate de contenerme pero fue imposible. Mi lengua comenzó a rodear ese botón. Lo sentí, sentí como kai trataba de contraer su cadera. Succionaba y lamia varias veces ese lugar, ya ni siquiera intentaba suprimir los gemidos. Para mi era como musica que llegaba suavemente a mis tímpanos. Deje sus pezones y continue lamiéndolo hasta llegar a su ombligo. Su espalda se arqueo ante esto.
Retire mi camisa, el calor me invadía y esa prenda ya no era necesaria. Volvi a incorporarme a la altura de sus caderas.
Pase un dedo por encima de la entre pierna.
-Espera...Odori-san...haciendo eso...me da vergüenza.
Hice caso omiso de sus palabras y continué acariciando esa zona. Le quite sus pantalones y volví a tocarlo, ahora de una manera mas firme.
-Ahh...mnn...
No podía aguantarlo, mis pantalones solo oprimían mi erección. Los retire quedando ambos con solo el bóxer puesto.
Me coloque sobre el dejando mis piernas abiertas dejando asi las suyas entre las mías. Me acerque a su rostro, le acaricie una mejilla.
-Odori-san- su aliento era caliente.
-Shhh, dejame apagar tu voz con mi boca.- Baje su bóxer y los míos, dejando a la vista nuestra excitación, se encontraban tan firmes como un mástil. Volvi a colocarme como antes, solo que esta vez deje que nuestros penes se rozaran.-Ahh-soltó un gemido, yo tambien quería dejar salir uno, pero me contuve.
-Dije que apagaria tu voz y cumpliré - Lo bese, suaves besos continuos,nuestras ganas de más hizo que abriésemos la boca para darle paso mutuo a nuestras lenguas.
El interior de su boca era suave, caliente y resbaladiza. No pudimos evitarlo, nuestras caderas se movían en un mismo compás. Nuestros miembros chocaban, ya había bastante liquido seminal, lo que causaba que resbaláramos con gran facilidad. Pude sentir como Kai gemia dentro de mi boca y aprovechaba para hacer lo mismo. Nuestro oxigeno se agotaba y nos vimos en la necesidad de separarnos.
-Kai...-respire con dificultad, nuestras estocadas fueron acelerándose.
-O...dori-san...ya no..puedo más.
Yo tampoco aguantaría mucho tiempo, lo tome de los hombros y lo bese de nuevo. Acelere el movimiento de mis caderas. Llegamos juntos al éxtasis. Trate de calmar mi respiración y me recosté sobre el, sentí el olor que emanaba su cabello. Y seguidamente deposite un beso sobre su cabeza. Pero algo no iba bien, de repente deje de sentir su olor, el calor de su cuerpo junto al mío desaparecía. Pude sentir como un pitido llegaba a mis oídos. Abrí los ojos y me encontré solo en mi habitación.
Alcé la vista hacia mi entrepierna, note que estaba húmeda, de a poco me incorpore.
Había sido un sueño.