7—La novia de Kaiba.
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Esa mañana Wheeler estaba de buen humor al llegar al colegio pues era un día lindo de primavera con los cerezos en flor y toda la cosa. Llegó con 2 minutos de adelanto lo que fue todo un acontecimiento para sus compañeros y lo que es más no peleó al castaño en todo el primer período lo que fue tachado de milagro por ellos. Tea incluso se animó a tomarle la temperatura.
Hasta que llegó la clase de deportes y el mundo se le cayó en los pies.
El profe se tardaba por lo que al ver a tres de sus compañeros del club de fútbol conversando muy juntitos y como viendo algo que no querían que más nadie viera se les acercó lleno de curiosidad.
¡Oye! ¿Qué están cuchicheando tan sospechosos?—les preguntó. Para el caso Seto se hallaba alejado pues frente a los otros aparentaban que nada sucedía entre ambos pues sería un verdadero escándalo.
Uno de ellos que atesoraba su celular contra el pecho sopesó el contarle o no y después de un momento decidió hacerlo—Le he tomado una foto a Kaiba con su novia—soltó y el rubio sintió que alguien le golpeaba con una piedra en el pecho.
El bastardo tenía una novia y… Miró al desgraciado que no se dio cuenta de la mirada que le lanzó y se juró que se las pagaría por jugar con él.
Es bonita pero sin mucha gracia, diría yo. ¡No sé que le ve!—dijo el dueño del celu.
A lo mejor es buena en la cama—dijo el más pervertido de los tres.
¡Hikaru!—lo rezongó el tercero mientras el rubio tenía una ven a punto de explotar.
¡Mira!—dijo el otro mostrando la pantalla de su celular en donde Joey se pudo ver claramente de espaldas y con colitas mientras el otro relataba—Fui al cine con una novia que tengo fuera de la ciudad y de repente me los cruzo en un shopping de por allá. Él lo tenía bien escondido pero lo descubrí—
¿Y bien? ¿Qué te parece la turra de Kaiba?—preguntó Hikaru el pervertido.
¡Bonita!—tan solo dijo el ojos mieles que trataba de procesar la idea de que los habían fotografiado y que ahora era “la novia” de Kaiba.
¡Pues yo no le veo la gran cosa! Creo que es solo la turra de un día. ¡Mírala! Si es común y silvestre y Kaiba tiene sus gustos. Para mí solo la llevó de paseo para llevársela a la cama—dijo el perver.
Joey se estaba aguantando porque “la turra de turno” resultaba ser él pero no podía darse por ofendido—Pues tal vez sea su novia en secreto porque tal vez no quiera compartirla—
¿Y desde cuando saliste defensor del honor de las novias de Kaiba?—preguntó el dueño de la foto que como todos tenía cara de extrañeza y el otro comprendió su error.
¡No es eso! Es que yo tengo una hermana y no me agradaría que hablaran de ella de ese modo a sus espaldas sin conocerla—les explicó.
¿Ella es tu hermana?—preguntó el muchacho y Wheeler vio como todo se le iba de las manos--¡Con razón la defiendes! Y a Kaiba. ¡Con que ahora son cuñados! ¡Jajaja! ¿Quién iba a decirlo? Ahora que lo dices es cierto que tienen un parecido. No pude tomarle la cara pero la vi por un segundo y…—
Joseph intentó inventar una excusa plausible pero por más que lo intentó solo se burlaron de él y de su supuesta hermana.
¡Seto!—lo llamó desde detrás de un arbusto y el otro después de fijarse en derredor por si había moros en la costa se le acercó--¡Tenemos que hablar!—dijo halándolo tras el vegetal.
…¡Esto es grave!—dijo al culminar su historia.
¡No veo por qué! Nadie se dio cuenta de que eras tú—afirmó el castaño.
Si pero si averiguan que mi hermana no existe—dijo el ojos mieles.
Si tienes—contestó Kaiba.
Si pero no es ella—le dijo el rubio con fastidio.
Si quieres me ennovio con ella y se acabó el problema—propuso el ojos azules.
Joey sintió que el monstruo verde miraba por sus ojos--¡Ponte serio! ¿Quieres?—El otro rió al notar sus celos.
¡No tenemos que hacer nada! ¡Déjalo pasar y en unos días lo habrán olvidado! Al cabo que en un mes ya habremos terminado la preparatoria y es muy probable que no nos volvamos a ver—dijo Seto muy tranquilo y a Wheeler casi la da un colapso. No había tenido en cuenta lo cerca que estaban de que la prepa terminara y la forma tan ligera con que el otro dijera que no volverían a verse…
¡Muy bien!—le dijo y se fue dando grandes zancadas de enojo que el otro no identificó de momento.
Al llegar al salón estaba deprimido y se notaba.
¿Qué te pasa, Joey?—preguntó preocupado Yugi.
¡No es nada!—contestó el rubio tratando de sonreír pero sus amigos notaron claramente que algo no iba bien con Wheeler. Era todo lo contrario a esa mañana al entrar al cole.
Cuando vio entrar al castaño le dirigió una mala mirada y luego miró en una dirección distinta. Solo ellos lo notaron. Kaiba no se enteró.
Esa mañana les tocó presentar su trabajo conjunto. Kaiba había llevado las gráficas y Joey debía presentar los papeles y allí fue donde notó el desánimo que ahora embargaba al otro.
La presentación ante la clase fue un verdadero desastre. Joey no recordaba los datos, leía y se embarullaba por dos o tres veces. Trataba de no prestarle atención a lo que su compañero le remarcaba. En fin que la mala vibra se notaba pero como no era inusual entre ambos solo ellos sabían que algo raro pasaba ahí, solo que uno solo comprendía los motivos exactos.
Cuando les tocaba salir el castaño se le acercó y logró llegar a su banca antes de que se marchara pese a los esfuerzos del otro de meter todo en su mochila rápido y partir para no hablarle.
Tengo que hablar contigo ¿Te das cuenta que esto nos puede costar la nota del año?—le dijo tomándole el brazo que él sacudió para librarse.
¡No hay nada de que hablar!—lo cortó el rubio—Lo pensé cuando nos dieron el trabajo. Esto era una mierda que no iba a funcionar—
A Seto lo sorprendieron tanto sus palabras que lo dejó ir, seguido de sus amigos que miraban a Kaiba algo contritos pero así era Joseph con él y no podían controlarlo. El castaño frunció el ceño cuando los perdió de vista y se prometió que averiguaría que había puesto así al otro y se vengaría de ese mal momento que le hizo pasar.