18 Ven conmigo y sube a la cima del mundo.
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Es una lástima que Hana se fuera terminadas las clases. Hubiera sido genial pasar un verano juntos—dijo Serenity a su hermano al día siguiente.
¡Sere!—le llamó la atención su hermano mientras desayunaban--¡Papá te puede oír!—
¿Y? Sabes… me había ilusionado con tener una hermana. No es que no te quiera pero es distinto. Hay cosas que podría hablar con ella que contigo—le dijo ella.
Joseph se sentía tan culpable al ver su cara soñadora—Sere, tenemos que hablar—le dijo--¡Hana… Es algo que se salió de control… ¡No debía ser así!—
¿De que hablas?—preguntó la chica preocupada.
¡Hana…--iba a decirle la verdad pero pensó en lo mucho que la lastimaría, en que jamás le perdonaría y decidió decir la verdad a medias—Ella no es nuestra hermana. Alguien pensó que si en la escuela y lo esparció antes de que pudiera decirte—
¿Entonces? ¿Por qué no me lo dijiste Joey?—preguntó su hermana colapsada, sabiendo ahora que esa muchacha que conociera no tenía ninguna relación con ella.
¡Lo siento, Sere!—dijo él. Era lo mejor que podía hacer.
La pelirroja se fue sin decir más pero se notaba su decepción. Se lo merecía. Se merecía mucho más pero no se atrevía a someterse al castigo.
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¿Qué te pasa?—le preguntó el ojos azules cuando se vieron en el parque. El otro estaba inusualmente silencioso. Se veía deprimido.
¡Hablé con Sere!—anunció—Le dije que Hana no es nuestra hermana—
¿Solo eso?—preguntó el castaño.
No pude más—mencionó el otro.
¡Cobarde!—le dijo sin mucho ánimo Seto.
El otro se paró y mirándolo a los ojos con los puños apretados señaló--¿Crees que no lo sé? Pero… ¿Qué esperas que le diga? Es mi hermana. ¿Por qué no se lo dices a Mokuba a ver que pasa?—
Creo que olvidas que ya lo sabe—dijo el otro con el ceño fruncido.
Sabes de que hablo—dijo de pronto el rubio y el ojos azules entendió que hablaba de que si decía lo que había pasado en verdad a su hermana temía que ella terminara averiguando la verdad y los dos sabían que eso era justo lo que Kaiba no quería por lo que debió entender que mintiendo el otro también lo protegía a él.
De pronto se sentó de nuevo a su lado, lleno de frustración y tapándose la cara con las manos refunfuñó. El otro le dio un pasajero golpe en la espalda y el ojos mieles le miró molesto.
¡Deja de hacerte la cabeza!—dijo Seto mientras le ponía un papel en el pecho.
Wheeler lo agarró y lo miró--¿Bromeas, cierto?—
Es cierto. Soy conocido por mis bromas—le respondió el castaño con una mirada seria.
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El parque de diversiones de Odaiba es reconocido en todo Japón por ser el mejor y el más grande. Por eso es uno de los paseos preferidos en San Valentín para los enamorados. Su rueda de la fortuna hace eje con la torre de Tokyo por lo que desde la cima del juego se puede ver la ciudad capital de una manera espectacular.
Joseph no conocía el lugar pero si su reputación y se le hacía difícil asimilar que Seto lo había llevado allí. Era genial. Las luces. El gentío y sobre todo que nadie les conocía.
Estaban en la cola para la rueda cuando el más bajo le preguntó a su compañero--¿Estás seguro?—El otro solo lo miró y sonrió.
Llegaron a la cima y Wheeler se quedó obnubilado con lo que veía. Tenía una expresión atónita y su boca estaba muy abierta mientras en el interior oscuro de la cabina Seto se fijaba en su expresión.
Es magni…--Joseph no logró terminar la frase que iniciara al mover su rostro hacia el que le acompañaba en el asiento de enfrente. El beso se volvió intenso y el castaño lo arrastró hacia sí.
Te ves tan comestible ahora—le dijo el ojos azules.
¿Qué? ¿Ahora eres un vampiro?—bromeó el melado mientras el otro lo mantenía contra si, sus bocas muy cerca y toda su fuerza desaparecida, solo podía sentir el calor que sus cuerpos se repartían a través de la ropa y la proximidad de esos labios que eran su perdición.
Desearía serlo—respondió Kaiba antes de volver a posesionarse de sus labios.