30 26 de diciembre, día de buenas acciones.
…………………………..
La bahía de Domino era pequeña e incluía un exclusivo puerto de yates donde descansaba el “Imperor” un bote de 20 metros de eslora y 6 de calado, blanco con finas líneas aerodinámicas que hacían que se deslizara placenteramente por donde fuera con una eficiencia digna de un delfín. Su tripulación constaba de tres experimentados marineros y un capitán muy enjuto y de mirada severa llamado Saitou. Joseph no entendía que pasaba y el pelinegro no pensaba contarle hasta que estuvieran mar adentro, le dijo.
Llegados a donde la costa se veía iluminada por las luces de la ciudad el navío fondeó.
¿Y bien? ¿Vas a decirme ahora que rayos hacemos en medio del mar?—preguntó el ojos mieles algo enfadado.
¿Tienes problemas de estar aquí?—preguntó algo curioso Karada.
El otro miró al suelo—No es problema que estemos aquí a menos…--dijo.
¿A menos?—preguntó Haru.
A menos que haya que…--dijo el melado y terminó con un murmullo.
¿Qué?—preguntó el ojos violetas que no había logrado entender lo último por lo que el otro le contestó cabreado y con la cara encendida.
¡A menos que haya que nadar! ¿Contento?—dijo Wheeler avergonzado.
Para Haruhiko era impensable que un joven del siglo XXI no supiera nadar y luego de un momento de sorpresa se rió.
¿De que te ríes, idiota? ¡Hay un montón de gente que no sabe nadar! No soy un crustáceo no tengo porqué saber—siguió más cabreado aún—¿Ahora vas a decirme a que rayos me trajiste al medio del océano?—
Si, sumimasen Wheeler san—dijo un poco risueño el hasta ahora parco Haru lo que tomó desprevenido al otro y lo puso a la defensiva—Te he traído para agradecerte tu regalo de navidad—
¿Huh?—preguntó sorprendido el otro—Y yo que creí que te lo habías tomado a mal… me he pasado la tarde enojado contigo porque no me lo agradeciste. ¿Lo sabías?—
Era evidente pero como tú quise sorprenderte—dijo el ojos violetas.
Pues esto no fue buena idea—dijo el melado aún incómodo con el mar.
¡Dale chance! ¿Quieres?—preguntó el casi compungido pelinegro y entonces apareció uno de los marineros.
¡Esta pronto, Karada sama!—le dijo al hijo de los dueños.
Arigatou—le respondió este.
¿Qué está pronto?—preguntó curioso Joseph.
¿Le darás chance?—preguntó el sonriente Haruhiko.
¡Pues… ¿Qué mas da? Si—dijo el otro intentando confiar en él pues siempre había sido decente y eso había que aceptarlo.
En la cubierta principal había una mesa con tonalidades navideñas y sobre ella toda clase de manjares algunos poco caros pero deliciosos que encantaban al rubio, muchos de los cuales había dicho que deseaba probar pero que solo se servían en esos restoranes que no podía pagar.
¡Guau!—fue lo que dijo el rubio antes de acercarse corriendo al lugar como si fueran los regalos de la mañana de navidad. Se llenaba los ojos viéndolos y eso causó felicidad en el corazón de Haru que le otorgó permiso al marinero para retirarse.
¿Y esto?—preguntó después de un rato Joey.
¡Esto es mi regalo de navidad para ti! Es como una disculpa porque a mí se me paso regalarte—le dijo.
¡No debiste!—dijo muy sorprendido su kouhai—Debió costarte una fortuna. Y yo solo te di una foto—
No te preocupes por eso. Los regalos no se miden con dinero. Lo que vale es la intención dice el dicho. ¡Ahora… ¿La quieres o mando que la tiren?—preguntó el ojos violetas y el otro tragó en seco.
…………………….
Eres muy bueno senpai—dijo ya muy lleno el rubio, mirando con ojitos de cachorro al pelinegro que había comido lo justo y necesario mientras el otro se había atiborrado y ahora estaba medio planchado sobre la mesa—Etoooo. Esta comida en teoría es mía. ¿No?—preguntó cuidadoso.
Haré que te la envuelvan para que te la lleves. No te preocupes—le dijo el otro divertido con tanto apetito.
……………..
Llevaba a Joey a su casa cuando le pidió que parara y para su asombro se bajó con las bolsas de comida y tocó a una puerta, entregó las bolsas y volvió al auto. Haru intentó aguantarse pero no pudo y preguntó.
Es un refugio para gente sin hogar y les hará mucha ilusión una comida tan deliciosa. Yo no puedo comer tanto y es muy egoísta guardarse todo eso habiendo gente con hambre tan cerca de navidad—dijo el ojos mieles como si contara cualquier cosa.
Haruhiko sabía que existían personas así pero nunca había conocido a alguien como Joey.
Su familia otorgaba donaciones siempre porque es lo apropiado y eran generosas pero a él le constaba que Joseph también sufría privaciones como muchos hijos de gente trabajadora.
N. A.
Quiero que sepan que amo el mar.
Términos náuticos a tener en cuenta:
Eslora-largo del bote desde la proa o punta hasta la popa o parte trasera.
Calado-distancia desde la línea de flotación al fondo.
Fondear-detenerse y echar el ancla.