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Medicina Vongola por sukichoco

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Notas del capitulo:

Hola! Gracias por continuar leyendo Medicina Vongola.

Ahora Lorepollo volvio.

Lorepollo: Muchas gracias por los comentarios de apoyo, me alegra saber que me apoyen, estoy muy contenta ahora y fui muy feliz cuando lei sus comentarios, un besototote *3*

Sukichoco: Bueno ya... me alegra que hayas vuelto porque mis ideas no son tan buenas, pero creo qu este capitulo compensa por mucho lo que hice la semanda pasada XD

Lorepollo: Si claro... Sin mas

¡¡¡¡DISFRUTEN!!!

 

Medicina Vongola.

 

6.- Hibird.

 

Lo había imaginado, nada bueno saldría al hacerle caso a Byakuran. Me lamenté y me sentí un verdadero estúpido mientras ese idiota se burlaba de mí.

- Eres muy lindo Tsunayoshi-kun – decía entre carcajadas.

- ¡Cállate! – le ordené molesto pero al ver que mi voz se hizo más chillona él solo incremento su risa.

- Vaya nunca imagine ver a un pajarillo tan violento.

Me miré de nuevo al espejo. Ahora era pequeño y un poco regordete, amarillo y con plumas. Mis manos eran alas y mis pies solo tenían tres dedos y uno muy pequeño. Si hubiera sido humano me hubiera mordido los labios de vergüenza, pero ahora lo único que veo es como se acumulan lágrimas en mis ojos redondos.

- ¡Regrésame a mi forma! – le exigí molesto y el solo negó con la cabeza.

- Tendrás que esperar a que pase el efecto – me contestó sereno  y burlón

- ¡Quiero regresar ahora!

- Una medicina para quitar efectos de otra es algo que no poseemos - lo miré triste y suspiré – bueno, ahora que sé que funciona me retiro – lo miré suplicante – ¡Diviértete! – Salió con una sonrisa en la cara.

¿Cuánto tiempo tendré que esperar? La imagen frente a mí sin duda era tierna pero vergonzosa, el estúpido de Byakuran ni siquiera me ayudo a guardar mis ropas, aunque las necesitaré cuando el efecto desaparezca.

Levanté mis alas y se me ocurrió una idea. Ahora que soy un pájaro puedo volar. Sonreí y me lancé desde el escritorio, pero caí abruptamente al suelo. El volar no era tan sencillo.

Escuché que la puerta de mi oficina nuevamente se abrirá y miré al intruso rápidamente. Me quede mudo cuando vi de quien se trataba.

- Ese herbívoro – parecía molesto de no encontrarme.

Dejo unos papeles en el escritorio y cuando ya se dirigía a la salida mi vio. No sabía lo que hacer. Si me echaba por la ventana caería y moriría pero si hablaba sería tan vergonzoso. Cerré mis ojos al imaginarlo y me dije que lo mejor era la primera opción.

- ¿Qué haces aquí? – lo mire sorprendido – Vámonos rápido – me ordeno pero yo me quede quieto.

Caminó unos cuantos pasos y al ver que yo no hacía nada se regresó y se agachó

- ¿Qué pasa? Tenemos que irnos antes de que el herbívoro venga por aquí – no entendía nada – Hibird – ese nombre aclaro todo ¡Claro! Soy idéntico a Hibird. Pero aun así otra duda rondaba en mi cabeza ¿Por qué me estaba evitando Hibari-san?

Bajo su mano con delicadeza cerca mía. Lo miré tratando de descifrar lo que quería que hiciera.

- Sube – sentí un poco de culpabilidad pero finalmente me subí a su mano y el hizo todo lo demás para llegar a su oficina.

Me dejó en su escritorio y camino a su asiento para continuar trabajando. Noté lo hermoso que se veía leyendo y firmando papeles, era sin duda mejor verlo así que cuando pone esa cara de asesino serial que en cada batalla muestra.

Me acerqué a los papeles que firmaba, todos eran contratos con las pequeñas familias. Hibari-san era sin duda en mejor.

- Kyou-san – entró Kusakabe-san con unos papeles

- Te he dicho que toques antes de entrar – dijo mi adorado mientras lo veía molesto, cosa que espanto al pobre de Kusakabe-san.

- Lo-Los papeles de la familia Tomaso han llegado – Hibari-san suspiró y los tomó

- Esa familia es inútil, los morderé hasta la muerte – comentó fastidiado

- Dice eso pero sabe que es una familia importante para Sawada-san – miré rápidamente a Hibari-san que se encontraba más molesto que nunca.

- Ese herbívoro no impedirá que algún día los muerda hasta la muerte

- Ha-Hai Kyou-san – entregó los papeles y cuando se disponía a salir Hibari-san lo detuvo

- Por cierto Kusakabe, trae el botiquín de Hibird, parece que no puede volar, creo que está herido – me quede petrificado ¿qué hará cuando vea que estoy perfectamente?

- Enseguida – salió cerrando la puerta atrás de el

- ¿Dónde te habrás metido para que estés herido? – lo miré avergonzado y de pronto una idea se me vino a la mente

- Herbivoro, herbívoro – dije como si fuera Hibird y el me miró curioso

- ¿Cuándo aprendiste eso?

- Tsuna, Tsuna – seguí insistiendo y él me miro aún más curioso

- No menciones ese nombre – dijo con una cara de molestia y un dolor se apodero de mi pecho, ahora estaba seguro que me estaba evitando – es el nombre de un herbívoro - ¿en serio eso era todo? Quería saber ¿Habré hecho algo? Quizá… ¿Le dio asco lo que le dije anoche?

- ¡Aquí está! – entró Kusakabe-san con el botiquín y se lo entregó.

- Ahora trae un poco de pan para que coma – asintió y salió rápidamente

Vi que abrió el botiquín y luego me miró.

- Ahora veamos – me atrapo con su mano y me acerco a su mirada – tenía un ligero miedo, no estaba herido.

Levantó mi ala derecha y la examino, luego la izquierda y no notó algo irregular. Levanto las plumas de mi pecho y sentí la calidez de sus dedos.

Sus ojos escaneaban cada milímetro de  mi piel de ave, me sentía como un verdadero pervertido pero por alguna razón el solo pensar que Hibari-san me estaba tocando y sentir esa calidez, me hizo sentirme como en las nubes.

- Parece que no hay nada raro – me miro - ¿Estas enfermo? O ¿viejo?

- Kyou-san la comida de Hibrid – le entrego un diminuto plato con un pedacito de pan y semillas. Las dejo y luego salió del lugar.

- Come, mañana te llevare al veterinario – acarició mi cabeza y mi espalda con suavidad y delicadeza.

¡Rayos! Estoy tan celoso de Hibrid, él puede sentir todos los días la verdadera delicadeza y amabilidad de Hibari-san. No es tan malo ser un pájaro que habla después de todo.

Comí feliz de la vida. Hibari-san me miraba y acariciaba al mismo tiempo, esto sin duda valía la pena y por mucho. Esta vez la medicina no estaba fallando, esta vez sí me siento contento de haber tragado algo que me traía Byakuran. Quería quedarme como el pájaro que soy ahora para toda mi vida.

No supe cuánto tiempo pasó. Hibari-san se quedó todo el rato mimándome mientras comía. Era perfecto, tanto que incluso comí migaja por migaja para quedarme más tiempo con sus dedos pasándome por la cabeza y espalda.

- Parece que si estás enfermo – me dijo serio pero ligeramente preocupado lo cual me hizo feliz – normalmente comes todo de un mordisco pero ahora comiste lentamente.  

Me tomó delicadamente entre sus cálidas manos y me llevo al parecer la casa de Hibird. Era una jaula enorme con miles de ramas y plantas, flores y decoraciones muy bonitas.

- Te subiré a tu cama – me colocó un gorro de dormir en la cabeza y me acurrucó en una caja con paja y algodón. – Duerme – me dijo serio y luego se marchó.

Era un verdadero príncipe. Mi adorado Hibari-san era tan genial.

Me quité el gorro y salí de la jaula que dejo abierta, en algún momento volvería a la normalidad y lo mejor es que yo no esté aquí para entonces.

Regresé a mi habitación y como lo había intuido de inmediato volví a mi forma normal.

Había sido como un hermoso sueño, aunque no entendía por qué Hibari-san evitaba todo de mí, pude conocer un lado que no cualquiera habrá visto. Tenía que agradecerle a Byakuran por este fantástico momento.

Me vestí y salí de mi habitación. Caminé por los pasillos y como si hubiera sido una jugada del destino me encontré frente a frente a Hibari-san. Era mi momento.

- Hibari-san – no pude esconder una sonrisa al verlo – quería agradecerte por lo que hiciste ayer – me miro serio y frio

- No hice nada – trató de continuar su camino

- ¡Claro que lo hiciste! Si no hubiera sido por ti, todos hubieran visto… eso.

- No tengo por qué alimentar rumores, lo mejor era saber lo que había pasado – me dijo sin mirarme y continuó su camino

- ¡Me protegiste! – paró un segundo y luego retomó su camino sin mirarme

¿Qué había hecho? Sus reacciones son de asco. Sin duda no debí haberle dicho la verdad.

- Hibari-san… ¡Gracias! – paró y por primera vez me miró.

Estaba feliz de que me diera la cara, pero se veía muy enojado.

- Sawada Tsunayoshi – me sentí feliz de que dijera mi nombre

- ¡Hai!

- Tu clon, esta embarazado de mí

- ¿Eh?

- En su mundo yo te embarace – me sonroje al escucharlo y asentí avergonzado.

 - Ya lo sabía… - me miró sorprendido

- ¿No te molesta? – negué sin problemas.

- Creo que esa situación es muy lejana a la de nosotros – le dije un poco triste

- ¿Lejana? – lo miré confundido, el me observaba detenidamente – supongo que si…

Lo noté molesto.

- Me voy  – asentí y lo vi irse

¿Lejana? Yo no quería que lo fuera, pero al parecer Hibari-san ya lo había asimilado así, me será tan difícil desaparecer esa barrera. Pero no importa, ahora estoy tan feliz de haber sido mimado por Hibari-san que pensar en esas cosas solo me quitarían esa felicidad que disfrutaré por hoy.

- Te amo Hibari-san – dije en un susurro hacia la dirección en la que se fue y luego yo retomé mi camino con una sonrisa.

CONTINUARA…

Notas finales:

Gracias por leer y por los reviews que al menos deben ser cinco para continuar...

Lorepollo: ahí vas de nuevo ¬¬

Sukichoco: me gusta leer reviews :3

Lorepollo: bueno ya... gracias y nos leemos pronto :d

Sukichoco: mas pronto si recibimos los reviews... XD

 


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