No entendía nada. Todo se devanaba a su alrededor.
¿Qué había pasado en ese sueño absurdo? ¿Y por qué esas caras le habían resultado familiares?
Estaba tan asustado que antes de darse cuenta había corrido a llamar a Susaku para contarle lo que había estado so…
Su mano se detuvo antes de tocar al durmiente con una rara sensación en la boca del estómago.
“Esos son tú y Susaku haciendo el amor”
Las palabras dichas por esa mujer en el sueño resonaron en su cabeza y después las vívidas imágenes que viera se le aparecieron ante los ojos causándole tal consternación que cayó sentado frente al sillón en que el otro dormía.
Trataba de convencerse que solo había sido un sueño repitiéndose que de existir la remota posibilidad de que tal cosa hubiera sucedido su amigo…
“…él tampoco lo recuerda…”
No, no era posible, de ninguna manera…
“…Tú usaste el Geass con Susaku…”
¿El Geass? ¿Qué era el Geass? ¿Por qué su mundo estaba de pronto de cabeza?
Intentó acudir de nuevo a su amigo por ayuda aún con los malos sueños y los pensamientos tormentosos atormentándolo y entonces, cuando estaba a un segundo de tocarlo lo oyó decir--¡Zero!—
Fue un susurro entre sueños, nada más que una palabra pero eso cambió la forma en que Lelouch veía al castaño. Todo su cuerpo se alteró al oír ese mismo nombre. Recordó esa imagen familiar y aterradora. Ese hombre vestido de negro con casco.
Se alejó aturdido y entonces oyó…
¿Lulu? ¿Qué hora es?—preguntó adormilado el ojos verdes.
La luz del sol empezaba a clarear la matutina madrugada y el ojos amatistas se quedó parado un momento antes de contestar sin volverse hacia él--¡No lo sé!—
No solo se refería a la hora.
……..
Esa joven de mirada dulce y en silla de ruedas. ¿Quién…?
¡Hermano!—gritó su hermano menor corriendo tras él. Lulu le sonrió pero por dentro era un mar de dudas y de pronto se preguntó por que el otro no estaba en su sueño.
En el colegio el día transcurrió como siempre. Shirley se le acercó en uno de los descansos. Siempre preocupada por él.
Estoy bien, gracias por preocuparte—dijo el muchacho para sorpresa de ella.
Yo…--intentó decirle su amiga.
Él tomó sus manos—Siempre has sido mi amiga—dijo.
Lulu, esto suena a…--dijo ella nerviosa pues sonaba a despedida.
¡Tranquila!—se arregló para decirlo con una sonrisa—Solo estoy pensando en mis buenos amigos—
….
Dejó a Shirley consternada y se fue a su refugio atrás del plato pero antes de poder llegar unas voces le detuvieron.
¡Tienes que estar más atento! Algo le pasa a Lelouch y cualquier dato es importante—le dijo Susaku a su hermano.
Lelouch se dijo que todo era obra de la preocupación de su amigo por él pero instigar a escondidas a que lo vigilara, iba a preocupar a…
Esto no te incumbe, Kururugi. Podrás ser un caballero pero el encargado de vigilarlo soy yo. Ahora que he vuelto no tienes porqué interponerte entre él y yo. Sé que siempre has desconfiado de que vuelva a ser un sedicioso pero ese es mi trabajo, no el tuyo. Si descubro algo se lo informaré a mi capitán. Esa y solo esa es mi responsabilidad—le dijo el otro castaño.
El mundo giró en torno de Lamperouge. Su hermano decía que vigilarlo era su trabajo. Que le informaría a su capitán. ¿Volver a ser sedicioso? Eso… ¿Quería decir? Buscó cobijo bajo una escalera para dejarlos pasar con las manos temblorosas aún por lo que había descubierto.
De pronto recordó lo que esos tipos le dijeran ese día.
Que les pagaron para castigarlo.
¿Acaso todo eso tenía que ver con algo que había olvidado? Se preguntó.
¿Y el Geass? ¿Y Zero? ¿Qué tenían que ver con todo eso? De pronto se le ocurrió que esas cosas eran la llave para conseguir algo que le habían arrebatado.
…………
Estaba frente al tablero. Porque el tablero le daba una sensación de estar fuera de sus problemas y le daba nuevas maneras de atacarlos. Su caballo estaba asediado por un alfil y una torre, mientras dos peones le cortaban el paso para llegar al rey. Tenía dos movimientos para librarse y no se decidía por ninguno.
El Rey negro estaba quieto con su torre enrocada y parecían mirar desafiante al enemigo. Jugaba el solo. Por turnos. Ahora era los blancos, pronto sería los negros. Estaba pensando como los dos al mismo tiempo.
Anticiparse a uno mismo es fácil se quejó, pero en años no se había enfrentado a nadie que pudiera darle la suficiente pelea, se dijo mientras movía a su reina y luego rodaba el tablero, ahora era los negros.
Miró a su alfil tras el caballo, como agazapado para atacar. Pero no podía atacar directamente se dijo y el caballo podría llegar a su rey quebrando su juego. Deseando tener un oponente a su altura se inclinó para mover un alfil cuando quedó paralizado al ver la posición del caballo, jake mate. ¿Cómo no…?
De pronto una tromba de imágenes se hizo presente en su mente, Susaku atacándole. La mujer rubia estirando sus manos hacia él. La muchacha pelirroja caía herida de un robot de combate que no conocía, su amigo se tiraba en su contra con una espada y el cruzó sus brazos para protegerse, y entonces vio por primera vez lo que tenía puesto mientras un grito aterrador surgido de la garganta de Kururugi lo hizo estremecer--¡Te mataré Zerooooooo!—
De pronto estaba de nuevo sentado frente al tablero con su mano temblorosa extendida hacia él y entonces algo en una de sus pupilas comenzó a brillar.