Estaban en la parte alta de los laboratorios. A Seto se le ocurrió buscar en el sector quirúrgico primero para suerte del melado que estaba a punto de ser abierto.
Ahora 11 personas intentaban pasar desapercibidas en ese complejo enorme lleno de potenciales enemigos. Las condiciones de Joey no ayudaban a este fin, estaba pálido por la debilidad que las heridas y el sangrado le procuraban y por haberse enfrentado a dos enemigos de ese calibre por lo que debió utilizar toda su fuerza.
Kaiba estaba preocupado por el y Tristán por todos. Sin embargo pudieron llegar a la bahía de descarga 5.
¿Qué haremos aquí? ¿Hurtar un transporte?—preguntó el ojos mieles.
Hurtar es malo—dijo Tristán y señaló uno—Atacaron nuestro pueblo sin provocación, yo lo llamaría resarcimiento—añadió para después guiñarles.
Una vez estuvieron dentro el castaño dejó al rubio en un asiento del transporte de tropas, estaba preocupado pues el rubio estaba prácticamente desmayado y se veía muy pálido.
¿Y ahora? ¿Qué harás? ¿Pedir por favor que nos abran las puertas?—dijo el ojos azules.
¿Puedes tenerme más confianza, hombre?—preguntó el otro castaño con cara confiada y entonces se pusieron a esperar muy quietos.
¿Puedes hacer algo?—preguntó hastiado Kaiba mientras terminaba de vendar al rubio con unas tiras de tela de su camisa que hizo jirones para evitar que el rubio perdiera más sangre—Pronto darán la alarma y estaremos atrapados—
El otro inspiró hondo y se quedó mudo con mala cara. La peor parte de su plan era esperar pero no había otra manera.
¡Tris!—gritó Kaiba.
¡O esperas o te amordazo!—le amenazó su amigo—Estamos arriesgando nuestro culo por ustedes y lo menos que puedes hacer es tener paciencia. ¡Sé que ha de costarte pero créeme que es la mejor manera de salir de aquí—
Uno de los del grupo se separó después de que salieran del laboratorio y bajó por el sumidero saliendo de la ciudad según lo planeado. Lo que no esperaba es lo que pasó mientras recorría el camino a la salida. Un gran depósito de aguas servidas fue liberado mientras se conducía hacia el final del agujero por lo que lo arrastró la corriente.
Los que esperaban estaban muy impacientes. Casi temiendo que algo hubiera arruinado todo. Entonces lo oyeron. Golpes rudos contra la metálica puerta de entrada a la bahía.
¿Qué es…?—preguntó Seto sorprendido. ¿Podría ser que…?
Uno de esos aparatitos que llevaron a casa no quedó tan dañado. Moki es muy bueno reparando esas chatarras y me debía un par de cervecitas—dijo sonriente el otro castaño.
Eres una cajita de sorpresas. ¿No?—preguntó el ojos azules pero después añadió—No podrá con la puerta. La ciudad está preparada para un ataque y están reforzadas—Su ánimo había bajado peligrosamente ante tal pensamiento.
¡Oye! ¿Con quien crees que estás hablando? He ideado un par de cositas. Tú siéntate con tu amorcito y disfruta de la vista—le dijo el otro con cara de general triunfador. Seto le miró algo sorprendido y decidió hacer lo que le decía.
La puerta recibió dos golpes más de cosas que parecían pesadas balas pero no lo eran. El semtex es un explosivo altamente efectivo con el peso de la masilla y la peligrosidad del trinitrotolueno (TNT) multiplicada por 3 además de ser mucho más estable y de tener la fiabilidad de solo detonar en el momento elegido por su dueño.
Esas balas en realidad eran cascos rellenos de dicho material, ideado para explotar a una hora programada. Juntos explotaron donde cayeran, a milímetros de la puerta, provocando que esta se abriera como una flor al transporte que salió justo cuando los protectores hicieron su aparición. Después de que el aparato saliera, 5 cargas más entraron a la bahía y doce segundos después estallaron al unísono provocando gran destrucción mientras ambos aparatos se alejaban a máxima velocidad.