La vida transcurrió más que normal una vez regresados a Japón pero Seto veía con ojos distintos a Josy y eso se notaba. Al menos todos menos la rubia lo notaron. Aunque ella no dejaba de llamarle ogi-san y reírse de él, el castaño tomaba eso con una nueva filosofía tratando de no inmutarse lo que a la tercera vez llamó la atención de Seraphine.
Era el segundo día desde su vuelta y como siempre Seto estaba parado a su puerta cuando de pronto esta se abrió y la cabeza sospechosa de cierto muchacho apareció. El ojos azules lo miró extrañado y entonces el otro le hizo señas de que se acercara. Kaiba redujo la distancia que los separaba y entonces fue jalado al interior del apartamento.
Cuando la inercia dejó de tener poder sobre él, el castaño se volvió hacia la puerta que el melado cerraba con mirada inquisitiva.
¿Y bien? ¿Qué sucede?—preguntó Seto.
Me aburro—se quejó Wheeler.
¡No es posible!—dijo con hastío el mayor, no podía creer que se tratara solo de eso.
¡Si, que lo es!—dijo el otro no entendiendo a que se refería y de nuevo lo haló. Antes de que Kaiba se diera cuenta estaba sentado ante una consola y una pantalla--¿Qué es esto?—preguntó confundido sobre la situación descolocante.
¡Un X-Box! No puedo creer que no lo conozcáis. ¡Ya sé, es muy reciente para vos, anciano!—dijo el menor. El ojos azules se levantó ofendido--¡Muy bien, perdón, perdón!—le dijo el melado poniendo en frente sus manos para evitar que el otro que se fuera--¡Por fa! Es que me siento muy solito. ¿Me acompañarías a jugar? ¡Por fa! Si antes os dejé afuera es porque no podía dejar que me vierais así pero ahora que ya lo sabéis…--puso cara de cordero degollado y Kaiba se apiadó de él.
Dos latas de Coca-Cola y papas fritas estaban en la mesa ratona frente a la tele y el mayor se sentó con cierta incomodidad—Por un rato nada más—le advirtió.
Pero si vuestra tarea es protegerme que mejor que estar adentro conmigo. ¡Podría dispararme un francotirador por la ventana!—le dijo el rubio.
¡Lo hubierais pensado antes!—dijo el castaño algo ofendido por el tiempo que pasó parado afuera todos esos meses, teniendo que ir a baños ajenos y comiendo salteado. Aunque entendía del todo la situación del melado esa desigualdad entre él y Otome siempre le había dolido. Era como si él fuera un custodio de tercera. No tenía un ego tan importante pero su orgullo no era poco.
Joey prendió la consola--¿Qué juego jugaremos?—preguntó Seto.
Halo—le dijo el chico—No te preocupes te daré ventaja—agregó.
La Coca-cola se le escapaba por la nariz mientras se agarraba la panza, víctima de un ataque de risa colosal mientras Seto a su lado miraba con su orgullo herido a un costado.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ…--dijo antes de tomar aliento el melado tratando de serenarse—¡Ay, no lo puedo creer!—
Seto estaba demasiado humillado y ofendido como para emitir sonido pero una frustración sorda crecía en su interior.
¡Nunca creí vivir para ver algo así! ¡JAJAJAJAJAJA! ¿Cómo lograsteis algo así? ¡JAJAJAJAJAJA! Eres la primera persona que se suicida… ¡Con su propia granada! ¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡Ay….! ¡Es de antología!—seguía riendo el ojos mieles mientras rodaba de un lado a otro en el sillón.
Kaiba salió silenciosamente, ofendido y humillado a tomar el aire del pasillo y entonces Otome que estaba junto a la puerta de Seraphine fumando lo vio salir.
Veo que su relación cambió con el viaje—le dijo después de acercarse el otro castaño de ojos verdes—Ahora os tiene más confianza, parece—
El de ojos azules solo asintió. No podía expresar detalles sin tal vez caer en una infidencia.
Veo que os habéis vuelto muy reservado, Kaiba san. No sé si eso es bueno o malo solo voy a pediros que no os olvidéis de lo que os dije antes del viaje—dijo el mayor.
¡No lo olvido, Otome san!—dijo algo incómodo el castaño.
Otro programa de entrevistas y del mundo de la música llevó a la melada a su plató junto con su compañera de ojos azules y las dos respondieron a las preguntas sobre el disco y su preparación. Josy contó anécdotas que fueron las delicias de todos como de cuando se dejó un helado sobre la consola de audio y debieron esperar 4 días para terminar de grabar el álbum pues esta quedó arruinada.
Todos se divirtieron hasta que como siempre aparecieron los detalles del corazón.
Hemos visto que habéis traído a ese chico con vos—dijo la conductora.
¿Chico? ¿Cuál chico?—preguntó sorprendida Josey.
Al de los ojos azules—dijo la mujer y entonces Josephine se dio cuenta de quien hablaba.
¡Pero si no es un chico! ¡Es un vejete y es mi guardaespaldas!—dijo la melada.
Pues a mí no me parece tan vejete—dijo la conductora.
Eso es porque necesitas lentes. Es tan viejo… y aburrido—dijo la rubia.
¿Aburrido?—preguntó extrañada la mujer mientras Seto trataba de contener la incomodidad que sentía.
¡Sí! Cuando lo llevé al concierto de Animetal ni siquiera saltó. ¿Podéis creerlo?—dijo Josey para probar su punto antes de darse cuenta de lo que hacía.
¿Fuisteis con él a un concierto?—preguntó la presentadora con ojos muy abiertos,
¡No yo…!—trató de replicar la cantante pero el daño estaba hecho.