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JOSEPHINE por desire nemesis

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Joey estaba preocupado. No quería darlo a entender pero los que le conocían bien lo vieron en su actitud, en varias canciones del show se equivocó de palabra aunque normalmente se las sabía muy bien y más de una vez terminó casi chocando con su compañera cuando realizaban la coreografía que tanto habían ensayado.

 

Aguantó callado el sermón de Ishida después de que el concierto acabara.

 

¡Una vergüenza! Una verdadera vergüenza!—saltó el pelinegro--¿Y vos? ¿No vais a defenderos?—le preguntó a la melada antes de que ella levantara la cabeza para mirarlo pues se hallaba sentada.

 

¿Huh?—solo dijo y el agente frustrado se fue enojado del lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez quedaron solas su compañera preguntó tomándole las manos--¿Qué os sucede? No me engañáis. Algo os preocupa y mucho—dijo Seraphine.

 

Creo que he metido la pata y en grande. Kaiba san dijo hoy que piensa en pedir un cambio de misión pues estoy arruinando su carrera—le contó el rubio.

 

¿Eso os dijo?—preguntó la rubia horrorizada ante el hecho de que Kaiba se alejara de su lado.

 

Si y todo es porque no entiende que toda esta farsa sirve para que se tranquilicen las cosas. En unos días alegaremos que no nos llevamos bien y nos separamos y santo remedio. ¿Tanto le cuesta esperar a este tipo?—preguntó el melado.

 

No debe ser fácil para él. ¡Entendedlo! Tiene que hacerse pasar por novio de otro hombre aunque nadie más lo sepa. Debe ser duro para una persona tan… tan…--ella buscaba una palabra idónea.

 

¡Acartonada!—tiró el ojos mieles frustrado pero entonces empezó a pensar en esa situación.

 

¡Oye Hiro san! Debo pediros algo—dijo luego de salir del camerino.

 

 

 

 

 

Seto estaba por dormirse cuando sonó su celular y al ver el número desconocido casi no atiende pero lo hizo.

 

¿Moshi moshi?—preguntó al aparato.

 

Kaiba san necesito hablar con vos. ¿Podemos?—preguntó del otro lado del teléfono Joseph.

 

¡Que formal!—le dijo el ojos azules--¿Qué vais a pedirme ahora?—

 

El melado pasó por alto la actitud peleadora del castaño y le dijo—Quería saber… ¿Vendréis mañana?—

 

La pregunta y la preocupación en la voz del otro hicieron mella en el ojos azules sin que el rubio supiera cuanto.

 

Después de un minuto en que la línea permaneció muda el otro preguntó--¿Kaiba san?—

 

Mañana nos vemos—contestó el custodio.

 

El suspiro fue audible al otro lado de la línea para Seto y sintió que la opresión en su pecho se hacía un poco más fuerte al oírlo--¡Cuánto me alegro! No os arrepentiréis. Mata ne!—se despidió alegre el otro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al rato de llegar a su puesto usual una rubia cabecita asomó al pasillo y después de verlo sonrió—Os esperaba. ¡Entrad que hoy tenemos mucho que hacer!—

 

¿Y esto que se supone que es?—preguntó el ojos azules viendo el frac que descansaba en el sillón.

 

Lo que os pondréis para la premiación por supuesto—le dijo el otro.

 

¡Estoy bien así gracias!—dijo el castaño algo cabreado.

 

Pero eso no lo decidís vos. Recordad que no solo seréis nuestra seguridad sino mi acompañante ante la prensa Kaiba san y por más que no os guste debéis aparecer de cierta manera para las cámaras—dijo el melado.

 

¡No pienso ir! Mis jefes me ordenaron..—dijo el ojos azules.

 

Yo ya hablé con ellos—fue el triunfal corte del melado.

 

¿Qué vos qué?—preguntó el pasmado Seto con la atónita vista puesta en la cara pícara del ojos mieles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llevaba un vestido color cereza con solo un hombro cubierto en seda natural y con un tallé de organza del mismo color con bordados en dorado, el pelo suelto y unas botitas de taco corrido y caña baja del mismo color que otra chica de su edad no usaría pero que para la prensa y para los demás le sentaban bien aunque daba una onda algo roquera.

 

Seto a su lado respiraba con dificultad debido a lo muy apretada que tenía la pajarita (corbata de moño). El frac negro le sentaba a todas luces bien y los que los vieron recorrer la alfombra roja se quedaron fascinados por la parejita.

 

Entonces, a mitad del camino en que iban acompañados de su amiga y compañera Seraphine que lucía un vestido blanco con ribetes dorados que le sentaba muy bien, se encontraron con cierto joven actor que les miró con sus ojos violetas como queriendo sacar una radiografía de una persona en especial.

 

Así que este es vuestro novio—dijo Yami Atemu mirando directamente a los ojos de Kaiba—Con que al final teníais esa clase de gusto—añadió mirándolo de arriba abajo como si fuera algo indescifrable para él porque la chica había elegido a ese y no a él. Su acompañante estaba claramente incómoda con la situación.

 

Josephine se rió, saludó a las cámaras tras él y planeó seguir del brazo de su novio sin darle importancia lo que le provocó más coraje y fue a alcanzarla, halándola de un brazo porque le daba la espalda en ese momento--¿Acaso no habéis oído lo que os dije?—preguntó molesto.

 

Ella miró incómoda al público y la prensa tras la cuerda que les miraba y le dijo--¡Dejad eso! Estáis dando un espectáculo bochornoso—

 

Entonces Seto alejó la mano de Atemu de la cantante.

 

¡Olvidé que ese es vuestro trabajo! ¿No?—preguntó el furioso actor.

 

¡Y olvidasteis vuestros modales! Es mejor que vayáis por ellos a casa y traedlos antes de entrar que esto es para gente educada—le susurró el ojos azules tan imponente como un iceberg frente al Titanic y Yami pudo ver la risa en labios de la cantante poniéndose más furioso por semejante humillación.

 

¡Josephine chan! ¡Seraphine chan!—se acercó una joven actriz que estaba nominada por mejor actriz revelación como ellas por la revelación musical--¡Estoy muy emocionada! Soy fan vuestra y quería…--dijo alargando un par de sobres a la melada--¿Podríais venir a mi cumpleaños 16? Sería tan importante para mí—dijo emocionada la joven.

 

Por un momento los ojos mieles se enturbiaron y luego brillaron. Seto supo porqué. El melado debía estar pensando en su hermana menor--¡Por supuesto! Es un gran honor—dijo Josy.

 

Así que ahora os dedicaréis a animar fiestas infantiles. Vuestro novio os está arrastrando bajo—dijo el ojivioleta antes de desaparecer por la puerta de entrada del lobby del hotel donde se celebraría la ceremonia. La chica que iba con él lo siguió con algo de apuro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa noche las jóvenes ganaron su premio y Seto más tarde hablaría con la mayor al acompañarla a su apartamento y ver que todo estuviera bien en el interior.

 

¿Os entusiasma ese cumpleaños?—preguntó extrañado ya que la gira que recién empezaba planeaba ser muy extensa.

 

No es que me entusiasme vestirme de mujer y usar tacos toda una noche soportando a idiotas y fans hasta el hartazgo pero es que… si no fuera por toda esa jodida historia hace un mes ella…--dijo el ojos mieles mientras se quitaba los tacos y la peluca y se sentaba.

 

¡Vuestra hermana!—adivinó Kaiba.

 

Hai. Cumplió los dieciséis y lo festejó entre un estudio y una quimio. El mundo es cruel. Bueno, hasta mañana—dijo yendo hacia el vestidor con la peluca en una mano y los zapatos en otra.

 

Mientras veía su triste figura alejarse Seto pensó que había cosas que si podía entender perfectamente sobre si mismo.


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